"Damaged People" (2024): terror para gente dañada
El cómic de terror es una de las vertientes más interesantes del noveno arte. Como toda arte narrativa y visual, la historieta tiene la capacidad de evocar no solo el sentido de maravilla y aventura, sino también de inquietar o atemorizar. En ese sentido, el género de terror ha vivido un renacimiento en la última década, con títulos muy populares como Something is Killing the Children, The Nice House In The Lake o Harrow County como estandartes. En esa demografía, una de las gratas sorpresas de este año estuvo dada por el debut de Damaged People, un nuevo título que viene a engrosar aquella sección de las estanterías marcadas con "T" de terror, y que repasamos a continuación.
Damaged People es una miniserie de 4 números, realizada por Damian Connelly en guion y dibujos, con rotulado de Ezequiel Inverni, cuya primera entrega se puso a la venta en agosto de 2024, de la mano de la editorial Alien Books. Esta es una colección antológica, que en cada número nos entrega una entrañable historia independiente que bucea en el terror, pero uno más íntimo, visceral y personal, y no de monstruos horripilantes ni de los tan manoseados zombies. En ese aspecto, la cabecera recibe su nombre de que las historias nacen a partir de la psiquis o la vida fracturada de personas dañadas, que viven en un mundo lleno de horrores.
Damian Connelly es un guionista, editor y dibujante argentino (Córdoba, 1980) especializado en, como él mismo dice en su cuenta de Instagram, comics de horror, o de temática dark y gótica. Aunque la mayor parte de su trabajo está asociado a editoriales independientes, es autor de numerosas novelas gráficas y cómics publicados en Argentina, México, España, Brasil y Estados Unidos. Entre muchos otros trabajos, destacan los títulos Ulises, You Promised Me Darkness, su secuela Follow Me To The Darkness y Blood, Love, Ghosts, and a Deadly Spell, nacida a través de la plataforma Kickstarter.
A la fecha ya tenemos en la calle los cuatro números de Damaged People, los que, como ya dijimos, incluyen una historia completa e individual cada uno. En la primera, titulada "A Ghost Girl", conoceremos la historia de Abigail, una chica solitaria que pasa sus días asustando a la gente hasta que su vida cambia por completo cuando conoce a Mary, una chica fantasma. Un cóctel excelente de romance gótico noventero, lugares oscuros, flores y dos personas dañadas.
La segunda entrega, titulada "The Bug Collector", nos narra la historia de Jessica, una chica solitaria que pasa sus días recolectando insectos. Su vida cambia por completo cuando conoce a Joseph, un hombre sin hogar, durante un episodio violento. Ella comienza una amistad con Joseph, pero esta unión llevará a Jessica a tener el trauma más significativo de su vida.
"A Sonnet For A Cemetery Vampire", la crónica contenida en el #3, gira en torno a Dylan, un poeta que bebe y escribe en un cementerio todas las noches. Iris, en tanto, es una vampiresa incapaz de morder a los humanos que se alimenta de sangre animal y vive en ese mismo cementerio escondida entre las sombras. Sus caminos se cruzan y se enamoran, pero todo cambia cuando Dylan le pide a Iris que lo convierta en vampiro.
El episodio 4, en tanto, incluye la historia "The Things I Didn´t Say", en la que conocemos a Roman, un chico gótico solitario, que frecuenta un club de baile conocido como el Santuario. Durante una de sus salidas de fin de semana, conoce a Alex, lo que desencadena una nueva relación llena de emociones intensas y secretos oscuros. A medida que su vínculo se profundiza, Roman descubrirá las crudas verdades debajo de la misteriosa fachada de Alex, lo que lo lleva a una realidad que nunca anticipó.
Como dijimos, las tramas de Damaged People se basan en el terror, pero también entrelazan suspenso, romance, y personajes con distintos grados de trauma, logrando un cóctel sofisticado y evocador. En ese aspecto, su tonalidad está en completa sintonía con la tristeza y melancolía de los títulos de la edad de oro del sello Vertigo, esos donde veíamos a algunos de sus personajes sufriendo amores trágicos, viviendo dinámicas familiares disfuncionales, o en un barrial de miseria, autodesprecio y autodestrucción.
Unos de los síntomas del éxito narrativo que Conelly alcanza en la serie es que, a pesar de estar narrada en el casi olvidado arte de contar una historia en 24 páginas, los personajes llegan a ganarse nuestro corazón. Aunque no llevan el protagonismo número tras número, por lo que tienen relativamente poco tiempo en las viñetas, Abigail, Mary, Jessica y todo el resto de protagonistas logran interesarnos y conmovernos. Y eso no lo logra cualquier autor, ni siquiera muchos de aquellos que trabajan con personajes e historias que duran por largas sagas.
De hecho, al (h)ojear la obra se me vino a la mente la leyenda de "sophisticated suspense" que incluían en su portada algunos números de Swamp Thing, ni tampoco me extrañaría que en la esquina de alguna viñeta esté oteando John Constantine. Porque si de algo puede vanagloriarse Conelly, es que su terror es elegante y psicológico, logrando incomodarnos más con silencios y claroscuros, que con sangre, gore o jump scares baratos.
Lo que quizá más aporte a ese resultado sea el arte. Efectuado completamente por Conelly, destaca por ser en blanco y negro, adornado por una sola tonalidad de color en cada entrega, los que en todo caso son en opacos y tenues. Su excelente manejo de luces y sombras —aunque estas últimas son las protagonistas absolutas— entrega ilustraciones en su mayoría lúgubres, que redondean ese sentimiento de pesar que entregan las historias. La ambientación y las figuras de los personajes, con especial énfasis en los rostros, están hechos de forma realista, pero el trazo a lápiz y los negros en base a la técnica del carboncillo es lo que le da a las páginas el ánimo opresivo y claustrofóbico.
También es interesante el diseño de las páginas, con el tamaño y disposición de las viñetas cambiando contantemente entre una plana y otra. El artista maneja así el ritmo y velocidad de la historia, utilizando viñetas grandes en momentos más calmos, o donde quiere explicitar la emocionalidad de una escena, y viñetas más pequeñas, e incluso sin separación entre ellas, cuando debe narrar con mas frenesí. Como sea, los trazos y el diseño dan como resultado un arte hermoso. Oscuro y triste, pero hermoso al fin y al cabo.
Para finalizar, no podemos más que recomendar Damaged People. Es un acercamiento fresco a la temática del horror que no cae en clichés de monstruos o no-muertos, y que por el contrario, evoca la inteligencia y sensibilidad del lector con su énfasis en contar historias independientes, de alta carga emotiva, centradas en los personajes y al estilo de Vertigo. Como otras obras de Damian Conelly, es una valiosa incorporación al canon de los cómics de terror.