"Psylocke" #1 (2024): la daga y la mariposa
From The Ashes, el relanzamiento de la línea mutante después de la era de Krakoa, sigue adelante a toda marcha. Bajo su paraguas se han editado muchos títulos, y aunque los hay dispares en calidad, lo que sí le podemos reconocer a la etapa es que está dando oportunidad para que ciertos personajes brillen en solitario, no solo las primeras espadas, sino también algunos secundarios. Ahí tenemos, por ejemplo, las cabeceras de Phoenix, Storm, Mystique, Dazzler, y algunas otras de próximo debut, como Laura Kinney Wolverine o Magik. En esta oportunidad le corresponde el turno a Kwannon, la bella asesina asiática que durante años prestó su cuerpo a la psique de Betsy Braddock y que ahora, con plena consciencia de sí misma, abraza el alter ego por el que conocimos a Betsy. Veamos entonces que nos depara Psylocke #1, de Alyssa Wong y Vincenzo Carratù.
La misteriosa mujer conocida solo como Kwannon está rodeada de un halo de interrogantes, y no puede ser de otra manera si su historia —explicada acá— es una de aquellas rocambolescas propias de un medio como el cómic de súpers. Tras el paso de Betsy Braddock por el portal místico conocido como Siege Perilous, se produjo un intercambio de cuerpo entre Kwannon y Betsy, por lo que esta ultima adquirió la imagen icónica por la cual la conocemos, con ese cuerpo asiático escultural y ninja. Años después descubriríamos la verdad, cuando Kwannon aparición en el entorno de los X-Men en el cuerpo de Braddock, solo para morir por el Legacy Virus.
Luego de que en la previa de la era de Krakoa ambas recuperasen sus respectivos cuerpos, Kwannon comenzó a ganar cada vez mas notoriedad, participando en algunos equipos, e incluso liderando la cabecera Fallen Angels. Cuando Betsy pasó a ocupar el papel de Capitán Britania, Kwannon comenzó a utilizar el nombre código de Psylocke, sustantivo con el cual se incorporó al equipo de Alaska de Cyclops, en X-Men. En ese punto es en el que arranca esta serie.
Psylocke #1 corresponde a la primera entrega de una serie que tácitamente se ha anunciado como regular, y que ojalá no quede solo en una miniserie. Sus autores son Alyssa Wong en guiones, y Vincenzo Carratù en arte. Creada para la violencia, y entrenada para ser asesina desde su nacimiento, Kwannon eligió ser una Mujer-X. Pero siempre habrá algunos trabajos demasiado sucios para los X-Men, y algunos caminos deben recorrerse en solitario. Cuando la misión es brutal, Psylocke desenvainará sus espadas, psíquicas y reales, para castigar a quienes se aprovechan de los mutantes, pero ¿podrá resolver sus propios problemas, antes de que le cuesten todo lo que quiere llegar a ser?
Aunque la franquicia X-Men tiene más de seis décadas a sus espaldas, aún hay personajes que viven en el misterio, que no han tenido su momento o un equipo creativo que indague en el pasado o la personalidad de ese carácter. Hasta la llegada de Krakoa, Kwannon había sido principalmente utilizada como un reflejo oscuro de Elizabeth Braddock, debido a su complicada historia que mencionamos, hasta que tanto Brian Hill como Zeb Wells se interesaron por ella en Fallen Angels y luego en Hellions respectivamente, indagando con éxito en ella mucho más profundamente que nunca antes. Sin importar lo que puedas pensar de esas series, definitivamente llevaron a Kwannon al primer plano y le consiguieron una atención inédita para ella, lo que sin duda nos trajo acá, a su primera serie en solitario.
¿Qué haces cuando te criaron como un arma viviente por ninjas, y tienes problemas de identidad sin resolver? Obviamente, comienzas a hacer misiones en solitario, para seguir ayudando a los mutantes. Así, la escritora Alyssa Wong hace un gran trabajo al equilibrar el guion, mostrando a Kwannon como una mujer de acción implacable, al tiempo que hace un examen más introspectivo de la propia confusión interna de la asiática. Como lectores, observamos su batalla interior de estar hecha para la violencia, de no querer ser solo eso, pero al mismo tiempo su disfrute de ser tan buena en la violencia.
Y ahí es donde el cómic parece tener éxito. La guionista hace un excelente trabajo al hacer que Psylocke #1 sea una entrega para los fans de toda la vida, y a la vez fácil de leer para los nuevos lectores. Se basa en lo que ya se ha publicado antes y, al mismo tiempo, explora el complicado pasado del personaje. Por ahora, todo el asunto enrevesado con Betsy se deja de lado, y en su lugar Wong se concentra en flashbacks puntuales de la crianza de Psylocke por parte de The Hand, y su entrenamiento para convertirse en una asesina. Como decíamos, la protagonista se pregunta si esto es todo lo que ella es y puede llegar a ser, o si hay algo más, pero además, da la sensación de que está triste y en conflicto, porque a su pesar es muy buena en lo que hace.
Así comienza un primer número muy intenso, que combina a la perfección el trauma infantil de Psylocke, que la entrenaron para matar, con su deseo de salvar a los necesitados. Ella es la mutante de operaciones encubiertas por excelencia y, como demuestran éstas páginas, ese es el caso incluso cuando está de vacaciones ordenadas por Cíclope.
Wong incluye en el cóctel a su pareja, John Greycrow, a los X-Men, a algunos Reavers —incluyendo a Donald Pierce—, a los científicos malvados de AIM, la hormona de crecimiento mutante y múltiples locaciones exóticas, lo que hace que básicamente acá encontremos la acción clásica y dramática de una buena historia de X-Men. El hábil manejo que hace Wong del viaje emocional de Kwannon conduce a la acción, mientras el equipo artístico liderado por Vincenzo Carratù, nos entrega viñetas que no paran en derrochar adrenalina.
El arte de Carratù, en definitiva, es bastante sólido. Con color de Fer Sifuentes-Sujo y letras de Ariana Maher, el cómic está, por supuesto, bañado en púrpura mientras muestra a la asesina luciendo sexy, pero no cosificada, danzando con una fluidez encomiable mientras patea traseros malosos. Se la muestra fuerte en batalla y vulnerable en las escenas más hogareñas, entregando una sólida representación de la montaña rusa emocional por la que está pasando, tanto con sus expresiones faciales, como con el lenguaje corporal. La tragedia está ahí, visual y literariamente.
Psylocke #1 es un debut entretenido, que ofrece acción y también drama. Pero lo más impresionante es que toma a un personaje cuyo pasado es muy complicado y hace que cualquiera pueda sumergirse en el tema centrándose en lo que importa, prometiendo ser un nuevo capítulo para ella y el universo de los X-Men. La escritura de Alyssa Wong, combinada con el arte dinámico de Vincenzo Carratù y los colores vibrantes de Fer Sifuentes-Sujo, crean un libro que es visualmente cautivador y narrativamente rico.