From Hell - Guía de Personajes Principales
From Hell, la minuciosa revisión de los asesinatos de Jack el Destripador es quizás el cómic más ambicioso escrito por Alan Moore. Acompañado por el dibujante Eddie Campbell, el libro se define como un mastodonte melodrama de dieciséis partes. Algo así como quinientas páginas, sin incluir los apéndices extras que dan más contexto a la obra desarrollada en el periodo victoriano. Además de todo eso hay un companion que da luces de como fue creada la historia, las referencias históricas utilizadas, la bibliografía de apoyo y anécdotas de varios tipos, que sucedieron durante sus más de diez años de publicación.
Lo que quiero decir con todo esto, es que From Hell es una obra difícil de digerir. Dentro de sus páginas, aparecen notables personajes de la época. Gente como el escritor Oscar Wilde, el pintor expresionista Walter Sickert, Joseph Merrick conocido como el Hombre Elefante y muchos más. Muchas caras pueden marear a cualquiera. La idea de esta guía es ayudar al lector a entender un poco los hechos alrededor que involucran a los principales implicados en From Hell, que a veces se pueden perder fácilmente al ser una obra tan extensa. Por supuesto, la guía esta dirigida a personas que ya hayan leído la obra, por lo que contiene puntos claves de la misma. Es decir, contiene spoilers. Advertidos están. Sin mas preámbulo, comencemos.
Príncipe Albert Victor, Duque de Clarence, también conocido como Príncipe Eddy. Nieto de la Reina Victoria, en julio de 1884 y acompañado por Walter Sickert, conoce a Annie Crook, una dependienta de una dulcería en East End. Ambos comienzan una relación romántica clandestina que termina con el nacimiento de un hijo ilegítimo. Contraen nupcias de forma oculta, y son separados a la fuerza por la monarquía meses después, cuando la reina se entera de la situación. En un retiro en Escocia, el Príncipe Eddy expresa cierto arrepentimiento por lo que sucedió con Annie Crook y sus amigas. Bisexual reprimido está involucrado en el escándalo de la calle Cleveland, donde numerosos homosexuales de alto nivel social, utilizaban los servicios de prostitutos masculinos.
Walter Richard Sickert, pintor y grabador británico de origen alemán, Sickert era un cosmopolita y un excéntrico que a menudo prefería como temas la gente corriente y las escenas urbanas. Se le confiere la tutela del Príncipe Eddy y es en su presencia que Eddy conoce a Annie Crook. Temeroso, observa los acontecimientos de la relación entre Eddy y Annie, hasta que por cobarde –y en parte impulsado por el chantaje de las amigas de Annie Crook- decide pedir ayuda a la misma Reina Victoria, desencadenando los horribles eventos relatados en el libro. En arrepentimiento, Sickert lleva a la hija de Annie Crook con sus abuelos sin decirles las reales razones de la locura de su hija. La pintura que está creando en el primer capítulo se le conoce como Blackmail (or Mrs Barret). Traducida como “Chantaje”, no deja de ser un elemento conveniente.
Annie Crook, dependienta de la dulcería de East End. Se enamora del Príncipe Eddy sin conocer su estatus real. Como pareja tienen una hija y a raíz de esto se casan en la clandestinidad. Posteriormente, Eddy es separado por la fuerza de Annie y ella es raptada y llevada al Hospital Guy donde el doctor William Gull merma su capacidad cerebral dañando su glándula tiroides. En una escapada del hospital, Annie se encuentra a Walter Sickert que al verla en un estado de deterioro mental, decide llevar a la hija del príncipe con los padres de Annie. Aquí se revela que el padre de Annie había abusado de ella y él cree que la niña es producto de su relación incestuosa. Sickert nunca les dice la verdad a los abuelos, dejando que la horrible revelación sirva para mantener el secreto del complot real.
Mary Kelly, amiga de Annie Crook y principal testigo de la relación entre Annie y el Príncipe Eddy. Kelly servía como modelo para Walter Sickert cuando este se entera del embarazo de Annie. Ella es uno de los testigos que se utilizaron para el casamiento clandestino del Príncipe e hizo de nana para la hija del mismo. Cuando secuestran a Annie Crook, ella se queda cuidando a la hija, hasta que decide darle la responsabilidad a Sickert. Debido a la pobreza común en la época victoriana, se prostituye para pagar algún sitio donde dormir. Esta situación penosa hace que ella y sus amigas decidan sacarle dinero a Sickert, amenazando con revelar la “cana al aire real” si no paga diez libras. Posteriormente Kelly entabla una relación amorosa con Joseph Barnett –un cargador de pescado del mercado de Billingsgate- y la pareja se muda al 13 Miller's Court. En sus últimos días, el libro teoriza que Kelly vivía una vida de libertinaje –abusando del alcohol y el sexo- debido al miedo de ser asesinada por Jack el destripador, que ya había tomado la vida de tres de sus amigas involucradas en el complot contra la realeza. La noche entre el 8 y 9 de noviembre de 1888 es asesinada en su habitación, cruelmente por William Gull, en lo que fue el último pero más sanguinario de sus asesinatos. O quizás el cuerpo encontrado esa mañana nunca fue el de Mary Kelly. Quizás fue el cadáver de otra persona y la real Mary Kelly pudo huir del infierno que la acosaba constantemente. Quien sabe.
Sir William Withey Gull, médico inglés de origen familiar modesto, estableció una lucrativa consulta privada y fue Gobernador del Hospital Guy, Profesor de Fisiología y Presidente de la Sociedad Clínica. En 1871, tras tratar con éxito al Príncipe de Gales durante un ataque de fiebre tifoidea que puso en peligro su vida, fue nombrado Barón y uno de los médicos de cabecera de la Reina Victoria. Ordenado como francmasón Gull exhibe una alarmante falta de compasión para con sus pacientes: mujeres en estado mental deteriorado por diversas razones. Es un estudioso de Londres, de su arquitectura y de su historia antigua, algo que se potencia con su orden masónica. Se codea con distintos ciudadanos ilustres de la época victoriana, como la misma Reina, Joseph Merrick –el hombre elefante-, William Blake, William Yeats y varios más. Más tarde en su vida, sufre de una afasia producto de un ataque al corazón. Aquí es donde ve con sus propios ojos a uno de los dioses antiguos de la masonería, el llamado Jahbulón. Posterior a esto, Gull es convocado por la Reina Victoria para deshacerse de Annie Crook y cualquiera que pueda destapar el libertino comportamiento del Príncipe Eddy. Gull deja a Annie en un estado "cretinoide" -dañando su glándula tiroides- y toma la tarea de eliminar a Mary Kelly y sus amigas como una señal de Jahbulón y de la masonería. Decide realizar un ritual de sacrificio humano contra el género femenino, que según él, amenaza todo lo que el género masculino ha logrado al ser más racional. Asistido por John Netley, el cochero real, Gull asesina a cinco mujeres de Whitechapel bajo la complicidad de la policía local, que es liderada por diferentes compañeros masones. Con cada asesinato, la figura del ahora apodado Jack el Destripador, se hace más notoria. Esto es potenciado por la prensa amarillista que cubre los sucesos, lo que hace que los superiores masones de Gull lo vean como una presencia incómoda. A medida que avanza en su objetivo, las alucinaciones de Gull se hacen cada vez más notorias y elaboradas, presenciando nítidamente el siglo 20 y señalando que ha dado inicio a una nueva época. Por una casualidad del destino, Gull es visitado por el inspector Frederick Abberline y Robert James Lees, un psíquico fraudulento que actúa como consejero espiritual de la reina Victoria. Gull -ya en un estado mental deplorable- confiesa a ambos sus crímenes y la implicación de la monarquía y la masonería se hace evidente. Esto hace que sus superiores masones tomen la decisión de deshacerse de Gull, fingiendo su muerte y confiriéndole al manicomio St. Mary con un nombre falso: Jack Mason. En 1896 muere, con su espíritu apareciendo en diferentes épocas e hitos, como la creación de la pintura “El fantasma de una pulga” de William Blake y frente diferentes asesinos destacados de la historia de Inglaterra. Su última visión es en Irlanda, entrado ya el nuevo siglo, donde ve que la hija ilegitima del príncipe aun está viva. El grupo de mujeres son las únicas que parecen verlo y no temerle. Le gritan al espíritu que se vaya “de vuelta al infierno”.
John Charles Netley es el cochero real designado con el Príncipe Eddy cuando este conoce a Annie Crook junto a Walter Sickert. Posteriormente es asignado a Sir William Gull cuando este se le encomiendan lo asesinatos de Mary Kelly y sus amigas. Netley, a pesar de una larga explicación de Gull, se ve como ignorante de los objetivos reales de su nuevo maestro, pero participa activamente en cada asesinato de Whitechapel, convirtiéndose en cómplice de los mismos. Incluso escribe con su puño y letra la famosa carta a la prensa enviada “Desde el Infierno”. Debido a las atrocidades que presencia, le es imposible dormir tranquilamente y pierde la libido, a pesar de que en un principio declaraba que “disfrutaba a todas las mujeres”. Muere ya viejo, aplastado por los caballos de su coche cuando una visión de William Gull lo sorprende. Convenientemente muere a los pies de un obelisco ubicado en Park Road, uno de los símbolos de la masculinidad y masonería.
Frederick Abberline, inspector de Scotland Yard que una vez patrulló Whitechapel como agente de policía. Investiga sin éxito los crímenes del Destripador. Abberline muestra su frustración a su esposa por ser asignado nuevamente a Whitechapel tras la identificación de la primera víctima. Él mismo califica que en Whitechapel viven solo animales. Además de su frustración por su asignación, Abberline debe lidiar con las constantes intervenciones de sus superiores –que tratan de ocultar los crímenes-, las incompetencias de sus oficiales a cargo –como el incidente de “mandil de cuero”- y la absurda cantidad de cartas falsas que llegan a la policía declarando que fueron escritas por el autor de los crímenes, todo por culpa de la prensa amarillista. Sus investigaciones lo llevan de visita al circo de Bufalo Bill y a diferentes cantinas de Whitechapel. Aquí es donde conoce a Emma, una prostituta que escucha atentamente sus quejas sin decirle que realmente es inspector de policía. Más adelante, Emma le confiesa que tiene problemas de dinero y Abberline decide ayudarla, empezando a tener sentimientos más profundos hacia ella, uno de los “animales” de Whitechapel. Mientras continua su investigación, numerosos sospechosos aparecen, pero todos parecen ser minorías que son culpadas por revancha o gente pobre que no tiene como defenderse. Tiene un breve encuentro con el psíquico fraudulento Robert James Lees, que le advierte que sintió la presencia del asesino, pero Abberline lo descarta rápidamente. Continúa con sus encuentros con Emma donde ella le dice que tiene constantes problemas de dinero, a los cuales Abberline da solución de forma cada vez más frecuentes. Emma le dice que en algún momento le pagará todo lo que le debe, pero en su último encuentro le deja una carta pidiéndole disculpas por haberlo engañado y que ha huido de Londres. Esto molesta a Abberline que por coraje hace que arresten a una prostituta que se encontraba cerca. Una segunda visita de Robert James Lees hace que ambos visiten a William Gull en su casa, donde este confiesa todos los crímenes de Whitechapel. Abberline, anonadado por la verdad, informa a sus superiores, los que le dicen que nadie debe enterarse de esto, y que será recompensado por su silencio. Meses después, ya con el caso de Whitechapel supuestamente cerrado, Abberline es designado al caso de la calle Cleveland, un prostíbulo para caballeros de alta sociedad, que visitaba el Príncipe Eddy. Visitando una dulcería cercana, Abberline se da cuenta de la verdadera intensión de los asesinatos de Whitechapel. El principal motivo de William Gull no era su demencia, si no las ordenes de la realeza por mantener el “bastardo real” oculto de la opinión pública. Una visita a sus superiores confirma sus teorías, pero también se le hace ver que será asesinado si no cumple su pacto de silencio, por lo cual decide renunciar a Scotland Yard. Abberline va a advertirle a la única otra persona que sabe todo: Robert James Lees. Ambos desarrollan un amistad al ser cómplices en silencio de los asesinatos y en sus últimos días de vida se ven caminando por las playas de Bournemouth, para visitar la tumba de Montague Druitt.
Robert James Lees fue un espiritista, médium, predicador, escritor y sanador británico de finales de la era victoriana. Fue consejero espiritual de la Reina Victoria, a la cual aseguraba que podía darle mensajes a su fallecido marido, el Príncipe Alberto. Lees, posteriormente, afirmada que tenia la identidad de Jack el Destripador, y se dirigió tanto a la policía de la ciudad de Londres como a Scotland Yard ofreciendo su ayuda para atraparlo. En el libro se especula que Lees y William Gull tuvieron un encuentro desagradable tras visitar a la Reina, donde Gull lo trató de charlatán. Como acto de venganza, Lees dirigió a Scotland Yard a través de inspector Abberline, a la casa de Gull asegurando que ahí vivía el asesino de Whitechapel. Tras la confesión de Gull, ambos visitantes quedan en estado de shock, sentimiento que se intensifica meses después, cuando Abberline le comenta a Lees que los asesinatos tienen origen en la monarquía. Ya viejos, habiendo sobrevivido el complot detrás de Jack el Destripador, Lees le confiesa a Abberline que siempre se ha inventado sus visiones y que no tiene ninguna conexión con el mas allá, pero que cada cosa que se ha inventado, ha terminado en convertirse en realidad. Al final, cuando Abberline y él visitan la tumba de Montague Druitt en 1923, dice que sueña con una iglesia cubierta de sangre y teme que otra guerra mundial se desate.
Polly Nichols, la primera víctima de Jack el Destripador y amiga de Mary Kelly. Se casó siendo menor de edad con un maquinista de imprenta llamado William Nichols y tuvo 2 hijos, pero su marido la dejo por una comadrona. Abandonada, desarrolló alcoholismo y tuvo que recurrir a la prostitución para costearse un techo. Fue parte de la reunión donde Kelly y el resto de mujeres deciden chantajear a Walter Sickert. La noche de su asesinato, 31 de agosto de 1888, Polly se vio obligada a prostituirse al ser expulsada de su casa de huéspedes por no tener dinero. Horas antes, Netley el cochero, le había regalado un sombrero negro para poder identificarla. Durante la noche, Polly se encontró con su amiga, Emily Holland, que le dice que hubo un enorme incendio en los muelles cerca de Ratcliffe Road. Esto choquea a Polly, puesto que había tenido un sueño premonitorio al respecto. A las tres de la mañana se encuentra con Sir William Gull, quien le ofrece su carruaje para llevarla. Aquí es donde Gull le ofrece uvas bañadas de láudano para poder mantenerla drogada pero lúcida. Gull la asfixia frente al hospital de Londres como tributo a Ganesha –representado por Joseph Merrick, el Hombre Elefante- y su cuerpo es trasladado a Buck’s Row. La policía es avisada por el encuentro de un cuerpo sin vida y al chequearlo se dan cuenta que le habían cortado el cuello y mutilado la parte inferior del torso con un cuchillo.
Annie Chapman, segunda víctima y amiga de Mary Kelly. Durante el libro, se revela Chapman estuvo casada y tuvo tres hijos. Uno fallecido y otro lisiado hicieron que Chapman desarrollara alcoholismo, lo que terminó con su matrimonio. Aun así, el marido le ofrecía una pensión que pagó hasta su muerte, dos años antes de los hechos contados en la historia. A partir de ahí, Chapman tuvo que recurrir a la prostitución para pagar su alquiler, y a veces bañaba a un jubilado de nombre Edward Stanley. El día de su asesinato, 8 de septiembre de 1888, Chapman tuvo una pelea con su compañera de cuarto Liz Cooper, por haberla delatado en el robo de un florín. Chapman alegaba que estaba enferma, con fiebre, algo que fue corroborado por el doctor William Gull, cuando la tuvo en su carruaje. Su asesinato sigue el mismo modo de operar que el de Annie Nichols, que fue seducida mediante uvas y llevada semi inconsciente hasta Hanbury Street. Su cuerpo mutilado fue encontrado por un anciano residente del 29 de Hanbury Street llamado John Davis.
Elizabeth Stride, conocida como “Long Liz” fue la tercera víctima del destripador. Amiga de Mary Kelly, Liz tuvo un aborto antes de mudarse de Suecia a Inglaterra. Estuvo casada en Londres y decía que su marido y sus hijos murieron en el desastre del SS Princess Alice, un barco a vapor de ruedas de pasajeros que se hundió el 3 de septiembre de 1878 tras una colisión con el buque carbonero SS Bywell Castle en el río Támesis. Estos fue mentira ya que Liz nunca tuvo hijos. Mantuvo una relación intermitente con Michael Kidney, con quien se pelea días antes de su muerte. La noche de su asesinato, fue llevada por Netley hacia William Gull con la promesa de tener un encuentro con un caballero. Gull repitió el mismo modo de operar que tuvo con el resto de las víctimas, las uvas con láudano, pero Liz alcanza a darse cuenta y trata de huir. Es alcanzada por Netley, quien ahuyenta a un testigo. Aun forcejeando contra el cochero, Liz es degollada por Gull, mientras que en paralelo, William Morris recita su poema “El Amor es Suficiente” para un mitin de la Worker’s Educational Club, una escuela obrera marxista. Gull tiene lagunas mentales al final y el ritual es interrumpido por un policía que le dice que han encontrado a Mary Kelly. Stride fue asesinada el 30 de septiembre de 1888.
Catherine Eddowes fue la cuarta víctima de Jack el destripador. Eddowes fue asesinada la misma noche que Elizabeth Stride, en lo que se conoce comúnmente como “el evento doble” en el caso del destripador. Eddowes no tiene ninguna conexión Mary Kelly y ni con el intento original de chantajear a Walter Sickert. Eddowes fue una prostituta que frecuentaba las mismas tabernas que Kelly y sus amigas, y fue ahí donde encuentra a Sickert tratando de advertir a Kelly de que estaba en peligro. Fue pareja de John Kelly, un vendedor de fruta con el que trabajaron como recolectores de lúpulo en Kent. Ambos regresaron a Londres el 28 de septiembre con la idea de sacar provecho del chantaje de Sickert, sin conocer muy bien en que se estaban involucrando. Ella ocupó una cama en un pabellón provisional y volvió a reunirse con Kelly al día siguiente, diciéndole que tenía intención de ir a pedir dinero a la hija producto de su matrimonio anterior, la cual se había alejado completamente de ella. Al igual que las otras víctimas de Jack el Destripador, Eddowes era conocida como prostituta ocasional, pero a diferencia de ellas no tenía ese comportamiento en el momento de su asesinato. En vez de eso, Eddowes fue detenida por borrachera esa trágica la noche, y dio el nombre de Mary Ann Kelly. Este hecho hace que la policía la confunda con la Mary Kelly que había tratado de chantajear a Sickert. A la una de la madrugada es echada de la comisaría y pronto es abordada por Netley que le ofrece uvas para llamar su atención. Gull se abalanza rápidamente hacia ella y la degüella y descuartiza, con una violencia que incluso hace que el doctor pierda la noción del tiempo, revelándose una visión del futuro. Posteriormente, Gull se lamenta con Netley que cuatro asesinatos no eran suficientes para completar el ritual. Al final William Gull escribe un mensaje masónico que involucra la palabra “Juwes” y que es borrado casi de inmediato por la policía.
Montague John Druitt fue un abogado y profesor, además de un excelente deportista, especialmente aficionado al críquet. En el libro se le presentaba como un inocente chivo expiatorio de los masones, utilizado para alejar las sospechas del verdadero asesino, Sir William Gull. Esta interpretación de Alan Moore mantenía la idea de que fue despedido de la escuela por acoso homosexual. Druitt, de carácter más bien tímido, se ve sobrepasado rápidamente por las acusaciones y especula que quizás deba internarse en un hospital mental como lo ha hecho su madre. También es presentado como alguien progresista de la época, particularmente asociado al movimiento que quería que la mujer tuviera derecho a voto. Tiene un encuentro con Gull donde este analiza la etimología de su apellido, “Druida”, y bromea con la idea de que estos saben lo que es el sacrificio. También participa en las fiestas de Oscar Wilde, invitado por su amigo en común Frank Miles y donde se puede ver que también asiste Walter Sickert. Al final, es su amigo Edward Bedford el que define su trágico destino, ahogando sus penas en alcohol. Drogado por Bedford, Druitt es escoltado por dos policías que lo ahogan colocando ladrillos en los bolsillos de su abrigo. El 31 de diciembre de 1888, el cuerpo de Druitt fue hallado flotando en el río Támesis, Lo policías omiten el detalle de los ladrillos diciendo simplemente que era piedras, sugiriendo que Druitt se había suicidado. Druitt fue culpado de los crimenes de Whitechapel y al final del libro es visitado en su tumba de Bournemouth por los unicos personajes que saben la verdad, el retirado inspector Frederick Abberline y el psíquico Robert James Lees. Ambos son concientes de que la muerte de Druitt fue parte de un complot de la monarquia y los francmasones.
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