"Un País Serio" (2008): peligro, chilenos celebrando
La primera década del siglo XXI fue un período dulce para la televisión chilena. Es cierto que ya no teníamos la pompa y elegancia de los estelares de fines de los ochenta —pienso en ti, Martes 13—, y que la época dorada de las teleseries de TVN de los noventa comenzaba a quedar atrás, pero a cambio tuvimos la llegada de una inusitada corriente creativa que nos permitió tener programas entrañables, que hoy podríamos calificar de culto. un país serio
Una de las productoras que más destacó en lo que a ingenio y creatividad se refiere, fue Kike 21 Aplaplac, famosa por la inmortal serie 31 Minutos, hoy un clásico absoluto en lo que se refiere al catálogo televisivo nacional. No obstante, de cierta manera ese éxito ha eclipsado a otras piezas audiovisuales de la casa, que cuenta con un más que interesante catálogo a su haber.
Una de ellas la descubrí hace muy poco tiempo, mientras veía algunos videos del canal de YouTube Fock!, especializado en televisión chilena. Se trata de Un País Serio, una serie documental muy curiosa, que mereció mucha mejor suerte de la que finalmente tuvo, y que amerita dedicarle algunas palabras.
Un País Serio es una serie del tipo documental, de 12 capítulos —según Wikipedia, aunque la mayoría de portales solo habla de 8—, de unos 45 minutos de duración aproximadamente, creada y dirigida por Juan Pablo Barros y Jorge Iturriaga. Como ya dijimos, fue producida por Aplaplac, siendo productores ejecutivos Álvaro Díaz y Juan Manuel Egaña, ambos fundadores de la productora junto a Pedro Peirano. El programa recibió financiamiento público a través del Consejo Nacional de Televisión de Chile —CNTV— y CORFO, y también de Canal 13, quienes serían los encargados de emitirlo.
La idea del show sería dar una mirada distinta, registrar y analizar, con mucha ironía, la cultura de las celebraciones y festividades en nuestro país. A lo largo del programa, un locutor en off, el actor Mario Lorca, relata la historia y antecedentes relativos al tema de cada episodio, en los que también se analiza la relación del chileno con el trabajo, el ocio, las actividades festivas y otras particularidades nuestras casi surreales o patológicas. Por su metraje pasarían actividades como vendimias, borracheras de parque, mechoneos, rodeos, quemas de cuco y otros ritos que sobreviven tanto en la clase popular como la más alta.
Aunque recibir financiamiento hizo que el proyecto iniciara con buen pie, a partir de ahí fue presa de una especie de maldición, que hizo que nunca se pudiese emitir como corresponde en la pantalla chica. La idea era que el programa se emitiera a mediados de 2008 en Canal 13, que aunque hoy está asociado al grupo Luksic, por entonces aún era el 'canal del angelito', con mucha injerencia de la iglesia católica y los sectores más conservadores en su quehacer.
Básicamente, el canal censuró la producción, pues su gracia es que tiene ese sello Aplaplac de que puede estar contando algo serio, pero con un leve toque de humor absurdo y malicia que lo hace muy grato de ver, pero que en este caso molestó a cierto sector, por lo que no encajaba en el eje programático de la estación. De hecho, en el sitio web de la productora, ellos mismos aclaran que "(la serie) debió estrenarse en abril de 2008 por las pantallas de Canal 13, pero eso nunca sucedió. Su espíritu atentaba contra los lineamientos editoriales de la estación católica, que prefirió perder su inversión a correr el riesgo de tirarla al aire y molestar a alguien".
Un País Serio tuvo su génesis cuando la periodista y guionista Carmen Gloria López era directora de programación en el Trece. En 2008, sin embargo, fue reemplazada por Vasco Moulián, y es ahí cuando el programa sufrió constantes e inesperados cambios de fecha en su salida al aire, frente a lo cual debió intervenir el mismo CNTV, que comenzó a exigir emitir el espacio, de acuerdo al contrato de financiamiento público que obliga a la emisión de todo aquello en lo que participen fondos públicos.
El día programado para su estreno fue el domingo 03/05/09, a las 15:30 hrs., pero fue bajado sin explicación, apenas un par de horas antes de su emisión. La contraorden llegó desde la alta jerarquía de la estación católica, cuando las autoridades bajaron sus pulgares, afirmando que la producción era demasiado ácida y ofensiva. “Canal Trece no transmitirá UN PAIS SERIO jamás de los jamases” escribiría Pedro Peirano, en su X, por entonces Twitter, mientras Jorge Iturriaga, uno de los directores, diría al portal The Clinic que “Nos avisaron hoy domingo y con cuatro horas de anticipación que el programa no iba. Y todavía no hay razones oficiales”.
Iturriaga también indicó a dicho medio que el documento legal convenido entre el canal, el CNTV y los realizadores especifica que “Todo programa con fondos del CNTV debe emitirse, y en un horario decente. Canal 13 nos dijo primero: ‘ya, sale un jueves a la 1.30 de la mañana, después de Telenoche’. Pero revisando el contrato, dice que el programa debe darse en un horario de 14 a 23 horas. Entonces lo programaron para hoy domingo a las 15.50 horas, y ahora no va de nuevo”.
"Lo que se pensó inicialmente como humorístico, resultó más ácido y potencialmente ofensivo de lo que queremos poner en nuestra pantalla", explicó la Gerencia de Comunicaciones de la estación sobre la cancelación del proyecto que había financiado su Área Bicentenario junto al CNTV. "Asumimos un riesgo al asociarnos a un producto que por definición y por estilo no corresponde a la línea editorial de Canal 13".
"Por lo tanto, después de muchos intentos de solución, hemos decidido que lo más constructivo es conciliar nuestros puntos de vista con los de la productora. Estamos llanos a perder nuestra inversión y ceder los derechos, de modo que ellos queden en libertad de acción y puedan negociar su emisión con otro canal", agregó el canal católico, ante lo que se interpretó como un nuevo efecto de su cuestionada parrilla flexible, dispuesta por Vasco Moulián.
"Creo que es un programa difícil para la línea editorial de Canal 13. Tiene una posición amoral, más expositiva que orientada a las moralejas", reflexionó Pedro Peirano, fundador de Aplaplac, quién no estuvo dispuesto a suavizar sus contenidos.
Como resultado, dicha decisión significó que el Consejo Nacional de Televisión, que había financiado la mitad del presupuesto del programa, castigara a Canal 13, sacándolo por un año de sus fondos concursables, lo que significó la desaparición de otra serie emitida por la estación, Diego y Glot, que se realizaba justamente con financiamiento del CNTV. Como el mencionado Fock! reflexiona en el video destinado a la producción, "¿Era asumible para el canal cargarse una de sus mejores series animadas con tal de no emitir Un País Serio, una serie documental sobre cómo celebran los chilenos? Al parecer, para ellos sí lo era".
Finalmente, el mismo CNTV, debido a su condición de financista de la mitad de la serie, entregó en 2010 cuatro capítulos del programa al canal La Red, para que pudieran ser vistos por la televisión abierta. Así, la estación privada cumplió con su parte, transmitiendo el censurado programa los sábados a la medianoche, un horario igualmente alejado de la mano de dios, pero al menos, concreto.
"El que no salga es demasiado frustrante y ahora nos vamos a sacar esa frustración", dijo en esa oportunidad Álvaro Díaz a La Tercera, explicando que el año anterior, cuando el canal católico decidió no apoyar más el proyecto ganador de $60 millones del CNTV, "fue un período triste, porque trabajamos dos años. Justo vino un cambio de administración en el canal y esos ejecutivos determinaron que la serie no iba con su línea, porque no teníamos un juicio de valor ni una moraleja final. Esa es la plana ejecutiva que hoy tiene al canal en la ruina".
Pero, ¿es Un País Serio tan transgresor que merecía ese trato? La verdad es que no lo creo. Como dijimos, la premisa de la producción fue crear una serie de documentales temáticos, que no descansan en el encanto de personajes y situaciones, sino en el interés del asunto del que tratan. De hecho, el metraje se limita a mostrar expositivamente las diferentes realidades y opiniones, evitando el abanderamiento, los juicios y moralejas editoriales, que serían de responsabilidad de un espectador con criterio formado.
Si tuviésemos que rascar mas a fondo, sucede que al tratar acerca de las fiestas y celebraciones en el país, en varios de sus capítulos el programa transmite la incómoda realidad que tienen los chilenos con el alcohol como vía de escape a una sociedad principalmente de personalidad reprimida, retratando a quienes vivimos en esta faja de tierra como alcohólicos, fiesteros, trabajólicos, tristes y desenfrenados. Pero, ¿no somos así realmente, al menos en parte?. No sé a quién pueda molestarle la verdad.
Quizá la muestra más fehaciente de esto está en en el propio tráiler del programa, que narra las palabras del añejo abogado, político, escritor e historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, quien en su Informe sobre Inmigración en 1865, nos describe como: "Chilenos. Estatura media 1,65. No robustos. Inteligencia algo viva, pero poco eficaz. No emprenderores. No muy amantes del orden. Escaza honradez. Predisposición algo notable a los vicios. A menudo alegres y vivaces. Comparado con el colono escandinavo, el chileno produce la impresión de una pobreza fisiológica total, y evidente mala calidad moral".
En realidad, y sin intentar postular tesis, porque de sociólogos no tenemos nada, es que quizá por pisar terrenos que son benditos para el cultivo de la vid, a los chilenos nos encanta beber, a veces de forma normal y a veces en exceso, no por nada el país se encuentra en el décimo lugar del ranking de países que más consumen alcohol en América. Más aún, la identidad nacional no fue creada solo con base en una tradición etílica, sino hay que sumar una trágica historia de patronazgo, pobreza, represión y una violenta imposición del modelo neoliberal, lo que da como resultado personas que trabajan mucho, y que muchas veces tienen como único escape el tomar a destajo.
También se deja entrever la fuerte influencia que tuvo la iglesia en el desarrollo de la identidad nacional, lugar del que quizá venga esa personalidad más bien reprimida que poseemos como sociedad. Por ejemplo, en el capítulo 'Aguafiestas' se muestra la necesidad humana intrínseca de divertirse, en contraposición al imperativo de ciertos sectores de castigar, como los adultos, la sociedad, los vecinos, las fuerzas del orden público, etc. Mención aparte a un joven que nos muestra como carretea con sus amigos conservadores, brindando por "la vida y la familia". Parece de caricatura.
Otros capítulos son 'Debut y despedida', que muestra los rituales de celebración de las distintas etapas de la vida, como el nacimiento, funerales, bautizos, el paso a la adultez, el hoy mal visto mechoneo universitario y el cada vez más en declive matrimonio, entre otros. En 'Fiesta y trabajo' vemos como se mezcla el deber y el placer, desde las mingas y tijerales, hasta el trabajo en la ciudad. Por su parte, 'Deseos de verano' muestra la necesidad de tomar vacaciones, y las actividades que se dan en relación al verano, como festivales, los extintos teams playeros, carnavales, etc.
Muy relacionado con los párrafos beodos de mas arriba está 'Vinos y Guarisnaques', donde vemos metrajes relacionados a las fiestas de la vendimia, la actividad de grandes versus pequeños viñedos productores, los paseos mechones a Cartagena, y los abstemios, como alcohólicos anónimos y las tocatas straight edge. Un poco más chocante es 'Dolor', que indaga en por qué la gente busca y celebra el sufrimiento, en escenas en que vemos mechoneos, bondage, copias criollas a Jackass, el boxeo, el autoflagelo religioso y grupos que gozan colgándose de la piel con ganchos. 'Dj Dios', en tanto, muestra los rituales gozosos de diversas creencias, como las iglesias Católica, Evangélica, los Hare Krishna y los Mapuche.
Al ver algunas escenas de estos capítulos uno podría encontrarle un poco de sentido a lo que planteó Canal 13, pues ver imágenes de tipos sangrando colgados de ganchos como carne en una carnicería, con los fierros atravesando su piel, no es demasiado agradable. Así mismo, supongo que a más de alguien del sector de la estación le molestaría ver a una monja rockera, jóvenes admitiendo que fuman marihuana, o la comparación entre conservadores y gente más liberal, donde los primeros quedan como acartonados y graves.
“La historia de este programa, es, pese a todo que pasó, un buen precedente. Es bueno que al menos una parte de estos documentales pueda ser visto por el público y que Canal 13 haya perdido. De hecho tuvieron que desprenderse de su material de archivo, buscando evitar mayores sanciones del CNTV”, señaló Juan Pablo Barros, uno de los directores, a raíz de su televisación en La Red, en una entrevista en The Clinic. "Desde un principio tuvimos problemas respecto de la línea editorial con ese canal. Pero realmente ‘Un País Serio‘ nació como proyecto independiente, que no fue creado para ellos, sino en el que ellos se interesaron. No correspondía cambiar el espíritu del programa, por los escrúpulos ideológicos que les fueron surgiendo cuando vieron los capítulos”, agrega.
"El programa, desde nuestro punto de vista, es muy normal. No es una orgía de inmoralidad. La censura puede prestarse para malas interpretaciones o para distorsionar las expectativas de la gente. La censura, en este caso, describe más a quienes la ejercieron que al programa. Son simplemente documentales sobre lo festivo, que se rehúsan a entregar una moraleja sobre el comportamiento de la gente. Si hablan de copete, se ahorran el comentario editorial de decir “no tomen”.
"El proyecto se conforma con ser movido por la curiosidad. No por el deseo de decirle a la gente qué hacer con su vida. Pero, cuando un ejecutivo ya te dice que si nombras a Mahoma, Buda y Jesucristo en una frase, la lista tiene que comenzar por Cristo, entonces estamos mal. Y ese es un ejemplo mínimo de las exigencias de Canal 13. Entonces, en ese medio no existe ninguna condición para hacer documental con un enfoque más neutral o, si se quiere, antropológico”, remata el director.
Y ahora, lo importante: ¿Dónde verla? Siete de sus episodios están disponibles en la web de Aplaplac, alojados en la plataforma Vimeo. El resto están desaparecidos en acción, así que si tienes el dato, esperamos tu comentario. Por cierto, ahí también están disponibles otras gemas, como un par de capítulos de Mira Tú, la serie con Blanquita Lewin, Néstor Cantillana y Víctor Rojas, o Los Dukes de Hazzard Redux, que es una hilarante recreación de un episodio de esa serie estadounidense, actuado por Pedro Peirano, Álvaro Díaz y su tropa.
Para finalizar, solo destacar que Un País Serio es una muy interesante radiografía al lado festivo del Homo chilensis, lo que nos pone de frente con algunas realidades que no por ser incómodas, no están ahí. Los creadores dotaron al metraje con suficiente irreverencia, ironía y creatividad como para que merezcan un espacio en la sección Series de Culto de la televisión chilena, pero para eso, debe llegar a más personas. Esperemos que en eso, este artículo aporte su grano de arena. Salud.