Todo "Sin City" #02 - A Dame to Kill For
El comienzo de esta segunda historia ambientada en Sin City es algo bien particular. Es el encuentro entre una prostituta y su horrible cliente. Y cuando digo horrible, no exagero.
El tipo es gordo y viejo, con las proporciones de un trol, con una piel verrugosa y de repugnantes pliegues en las partes más escandalosas de su cuerpo. La mujer es de proporciones de impacto, la mujer ideal en la mente de un niño. El encuentro entre ambos es bastante tórrido. El defecto de cliente parece estar trastocado, con un serio complejo de persecución e inferioridad. Suda, mientras grita como el mundo está en su contra, en especial su esposa, mientras que su amante trata de consolarlo con caricias.
Todo está siendo observado desde lejos por el protagonista de esta historia: Dwight McCarthy. Los diálogos de Dwight para describir lo que ve dicen mucho más de él que de la situación misma. Hay cierto cinismo en como describe a la prostituta y condescendencia al hacerlo con su cliente. Más adelante descubriremos el por qué de estos sentimientos.
Dwight decide intervenir cuando el monstruoso cliente decide matar a la prostituta y así tratar de acallar las voces de que lo persiguen por su mal comportamiento. “Nadie va a matar a nadie. No mientras yo esté cerca” recita mientras reduce al obeso intento de asesino.
A Dame to Kill For fue la primera historia de Sin City en usar el formato de miniserie. El detrás de cámara es casi nulo, ya que sencillamente, el enorme éxito de The Hard Goodbye hizo que la decisión de una secuela fuera fácil. Probablemente también esa fuera la intensión de Frank Miller por lo que se fue directamente a la mesa de dibujo.
La verdad es que esta historia adolece de ciertos defectos que se convertirán en la marca de Miller como autor. Quizás lo más notable es que su protagonista, Dwight, no es muy atractivo de leer. Conforme avancemos en la historia, descubriremos que su desagradable personalidad tiene justificación, pero tampoco es Marv. El grandulón tiene una apariencia desagradable y es un violento monstruo, pero hasta cierto punto, se le puede encontrar carismático.
Dwight por otro lado es desagradable, y lo peor, es que él lo sabe. Por lo general, los personajes de esta etapa del trabajo de Miller no cambian mucho durante su aventura, lo que cambia es su mundo alrededor. El Leónidas que parte a la caminata hacia las puertas del infierno, es el mismo que termina muerto a los pies de Xerxes. El Marv que hace en la silla eléctrica es el mismo que comienza su historia acostado junto a Goldie. Ninguno tendrá una gran revelación al momento de su sacrificio.
Esto es un ejercicio peligroso si no creas un personaje atractivo desde el principio. En el caso de Dwight, es un ejercicio fallido, para mi gusto. A medida que damos vuelta las páginas, descubriremos que Dwight es un fotógrafo caído en desgracia. Trabaja para Agamenón, otro obeso repugnante que tiene una agencia de investigación que mayormente se dedica a seguir esposos infieles. Parece ser que Dwight en algún momento fue exitoso en su vida, pero la bebida y sus problemas de ira lo dejaron en la extrema posición en que está.
Para sacudir aún más la vida de este mal avenido fotógrafo, una silueta de su pasado vuelve a aparecer. Se trata de Ava, una mujer a la que Miller hace ver aun más despampanante que el resto. Ava y Dwight tienen historia juntos, ya que ambos eran amantes hasta que ella lo dejó por Damien Lord, uno de los acaudalados millonarios locales de la ciudad. Todas las alarmas internas de Dwight le dicen que no se reúna con Ava, pero la atracción hacia ella es mucho más fuerte, y decide escucharla.
Toda esta interacción con Ava nos revela mucho de Dwight. El tipo esta hasta cierto grado, resentido con las mujeres. Vive solo en un pequeño departamento, aislado lo más posible del resto. A logrado mantener la bebida a raya –Agamenón bromea llamándolo “hígado limpio”- pero al escuchar la voz de Ava por teléfono todo avance es tirado al traste. Dwight en realidad es demasiado débil. Así es como vuelve al bar, no a beber alcohol, si no otra ambrosía aún más peligrosa.
Receloso en un principio, Dwight escucha a Ava tratando de mantenerse distanciado ella, que se perfila como la dama en apuros perfecta. Damien Lord resultó ser un marido abusador y ella está viviendo un infierno en vida. Dwight se niega a escuchar hasta que Ava menciona que cree que pronto morirá. El “Nadie va a matar a nadie. No mientras yo esté cerca” que Dwight lanzó al principio gana más peso ahora.
Antes de poder hacer algo aparece Manute, un tipo enorme, vestido como dictador bananero, que interrumpe la conversación. Manute le quita Ava como si se tratara del robo de un dulce a un niño, incluso Ava interfiere y le pide que la deje ir. Dwight vuelve a casa derrotado, pero no puede dormir y decide ir a ver cómo está Ava.
En la finca de Lord, Dwight ve desnuda a Ava bañándose en la piscina hasta que es descubierto. Frente a Damien Lord y Manute, finge ser un mirón mas que no conoce a Ava, pero al final, a solas, Manute sabe que Dwight y Ava se conocen y le da una paliza que apenas lo deja vivo. Cualquier duda que Dwight podría tener sobre la situación de Ava, se ha despejado y nuestro protagonista necesita reunir el valor para proceder con el rescate de su amada.
Una visita de Ava al departamento de Dwight termina de cerrar el trato. La relación entre ambos es tóxica hasta el cliché. Él la golpea al mismo tiempo que la acaricia, dejando atrás la poca cordura pudiera tener. Decidido a rescatarla de las garras de Damien y Manute, Dwight comienza a ejecutar su plan.
Aquí es donde Miller coloca en la mesa otro de los elementos característicos de su Sin City, la recuperación de personajes que se supone que están muertos. En este caso, Marv. Miller siempre ha sido un contrario al canon y las continuidades que el mercado estadounidense parece respetar demasiado, así que en el caso de Sin City, nunca explica mucho.
Se podría decir que en algún momento A Dame to Kill For y The Hard Goodbye son historias paralelas, hecho que comprobaremos más adelante, cuando veamos escenas de Marv preparándose para atacar a los Roark desde la perspectiva de Dwight. Por ahora Dwight usa a Marv para que se encargue de Manute y compensar su falta de fuerza física. Dwight incluso admite que se está aprovechando del bruto, al que Miller siempre le dio cierto toque de inocencia para que no te callera tan mal. Marv es crédulo y hasta cierto punto inocente. Dwight es solo crédulo.
Ambos asaltan la mansión de Lord, Marv encargándose de la mayor parte de los destrozos. Con el camino libre, Dwight se enfrenta a Damien, donde este le advierte de Ava. Dwight mata a golpes al millonario cuando este falle al matarlo con su arma. Los arranques de ira de Dwight terminan haciendo que asesine a una persona inocente cuando se revele el gran giro de guion que Miller tiene preparado.
Ava tenía todo pensado. Ha manipulado a Dwight y Manute para que en su conflicto, maten a su marido. Ava, la mujer fatal definitiva, ha usado sus armas disponibles a la perfección, para poder ser la única heredera de la fortuna y el poder de Damien Lord.
En los relatos de Robert E. Howard, cuando vives en un mundo sin reglas, el poder es lo único que le da sentido. Sin City comparte mucho del mundo bárbaro de los relatos de Conan, la fuerza física es un gran plus para abrirte paso, pero también lo es el ingenio y la manipulación. Para compensar su falta de poder físico, Ava ha usado su apariencia y su cuerpo como su arma. Se ha metido en las cabezas de los hombres y los ha vuelto enemigos sin mucha dificultad.
Ava despacha a Dwight con seis tiros en el cuerpo y este cae a través de la ventana. Una caída tanto literal como figurada. Ahora Ava es uno de los ciudadanos más poderoso de Sin City, Manute, ahora tuerto por su encuentro con Marv, se ha convertido en su guardaespaldas personal y el único que sabe toda la verdad, Dwight, yace en el asiento trasero de un auto robado, con pocas esperanzas de vida.
Para Miller, las mujeres en Sin City son casi una propiedad. Al menos eso deja entrever en la escena inicial de esta historia. Un marido dispuesto a matar a su amante para evitar que lo sigan exprimiendo, según él. Ava sentándose a la cabeza de una de las familias más poderosas de Sin City parece un buen acto de rebeldía.
Dos detectives llegan a investigar la muerte de Damien Lord, Mort y Bob. Ambos hablan con Ava y ella afirma que Dwight era un psicópata acosador que mató a Damien por celos. Creen su historia, y poco después Mort comienza un romance con Ava. La verdad es que Ava pretende usar a la policía para asegurar que Dwight se quede muerto y así no ver complicado sus logros.
Pero nuestro protagonista aun tiene cosas que decir. Oculto en Pueblo Viejo, Dwight se recupera a duras penas de sus heridas. Habíamos visto un poco de Pueblo Viejo en The Hard Goodbye, una especie de barrio rojo donde la única ley es la de las prostitutas que viven ahí. Miller ahora lo define un poco más, hay líderes y reglas y resulta que Dwight tiene historia antigua en este lugar.
Dwight se reencuentra con su antiguo amor, Gail. Las prostitutas de Pueblo Viejo operan a Dwight de sus múltiples heridas de bala y, a continuación, las líderes de las damas -las Gemelas- le ordenan que se marche. Gail proclama su lealtad inquebrantable a Dwight y revela a Miho, una asesina mortal, que Dwight la había salvado hacía sólo 3 años. Tras ganarse la lealtad de Gail y Miho, las Gemelas le permiten quedarse todo el tiempo que quiera, para descansar y someterse a más operaciones.
Resulta ahora, que Dwight en realidad no estaba tan solo como se pintaba en un principio. El alcohol y la rabia lo alejaron de Gail, el amor de su vida, como veremos en futuras historias. Ahora se recupera de sus heridas y en lo que creo que es un homenaje al Parker de Richard Stark, le cambian su rostro gracias a la cirugía plástica.
Al final de la historia es bastante predecible y a decir verdad, se ha alargado demasiado. Dwight, con su nueva cara y con la ayuda de Gail y Miho, vuelven a la mansión de los Lord y se vengan de Ava. Los poderes de Ava la han traicionado, ya que tras múltiples incoherencias en su historia, hacen que el detective Bob sospecha de ella. Por otro lado, Mort ha dejado a su mujer y se ha enamorado de Ava y se niega a ver más allá de sus mentiras. Cuando Bob sigue hablando mal de Ava, Mort se vuelve más agresivo con su compañero. Esto culmina con Mort matando a Bob y suicidándose. Ava ya no tiene quien persiga a Dwight.
De cierta forma, los poderes de manipulación de Ava desafían toda lógica, algo que en cierta forma es poético. En su último encuentro, la mujer trata de convencer a Dwight que ella solo era una pieza más en el plan de Manute, pero Dwight ya no cree sus mentiras. Ava muere a manos de Dwight, en un final amargo pero también predecible.
La historia se siente demasiado larga una vez que cierro el tomo. Gran parte de ese sentimiento es por la personalidad que Miller le da a Dwight. Es un personaje resentido, se engaña a sí mismo y a sus aliados. Su única cualidad buena es la que Miller establece en su presentación, cuando decide intervenir para salvar a la desvalida prostituta. Proteger a la mujer, impedir que muera, una regla que se ve obligado a romper por Ava sus mentiras.
El protagonista solo interactúa con mujeres que son prostitutas, algo que se lee con desagrado cuando el tipo se siente demasiado resentido. Dwight es casi un incel, de no ser por su pasado, nuevamente, atado con las prostitutas.
Sin duda, Dwight está más cercano a Parker que a protagonistas más tradicionales del noire. Parker es un personaje también detestable, pero con cierto código y muy profesional en lo que hace. Dwight es más patético, no ve las mentiras en Ava hasta que es demasiado tarde. Crédulo bastardo. Lo que se siente más amargo, es que al contrario de otras historias de Miller, el personaje cambia durante su viaje, al final. Y lo hace para mal. A lo mejor eso es la intensión de Miller, una dosis de Basin City y pierdes lo poco de humano que te queda.
Otro bajón que se le puede achacar a esta historia es que el dibujo de Miller no están tan fino con en la anterior. Si bien empieza a perder detalle a medida que la aventura de Marv se desarrolla, siempre se detiene en un par de viñetas para darte detalles y texturas. Aquí es todo más suave.
Mas espacios negativos, tanto claros y oscuros. Aun así, hay momentos gráficos muy destacados, como las interacciones con Ava o el asalto a la mansión Lord, donde Miller aprovecha las siluetas de personajes característicos como Marv.
Como dije, el ritmo de la historia al final se siente más pesado. Al principio todo va rápido, mucho sexo y mucha violencia. Pero después todo se pone en freno para hacer crecer un poco Pueblo Viejo y sus damas de compañía. Esta ejecución le dará frutos a Miller porque el lugar será protagonista de otras historias de Sin City. Pero la primera historia de Dwight se reciente en su tramo final, el que debe ser el más atractivo.
No quiero dejar la sensación de que es una mala historia. Tiene sus defectos, pero no deja de tener pasajes muy entretenidos, sobre todo al principio. El problema, es que viene directo después The Hard Goodbye, una historia de todo o nada, de proporciones bíblicas. Un péplum de criminales. A Dame to Kill For se siente minúscula en comparación, pero creo que la idea de Miller también es agrandar la ciudad. Darle más profundidad a ciertos sitios como el bar Pecos o el mismo Pueblo Viejo, y creo que lo consigue sin mucho esfuerzo.
Ahora veremos hasta que esquina nos puede llevar en su próxima historia.