"NYX" #1 (2024): los chicos han vuelto a la ciudad
Llegamos a la tercera semana de From The Ashes, el relanzamiento de la línea mutante luego de que finalizara la Era de Krakoa. La nueva etapa comenzó hace quince días con X-Men #1, a la que siguió el debut de Phoenix. Ahora, corresponde el estreno de la que será la serie juvenil de la franquicia, NYX de los guionistas Collin Kelly y Jackson Lanzing, y el artista Francesco Mortarino.
Los autores adelantaban que en estas páginas veremos a un grupo de mutantes que viven más allá del fin de su mundo y se adentran en un nuevo comienzo: Ms. Marvel, abrazando su vida mutante en las calles del Lower East Side; Anole, tratando de sobrevivir al día a día; Laura Kinney, protegiendo a los suyos; Prodigy, relatando la historia tal y como ha sucedido; y Sophie Cuckoo, tratando de encontrar su propio camino lejos de sus hermanas y Emma Frost. Las noticias son sombrías. Las calles se sienten peligrosas. Hay algo acechando bajo tierra. El mal viene de todas direcciones. Pero están decididos a vivir, pues si algo tiene esta comunidad mutante es orgullo.
NYX toma el nombre de una cabecera original de principios de siglo, que fue una mirada atrevida y dura a la vida de los mutantes segregados de New York. Aunque los autores prometieron que buscarían mantener el espíritu, y algo de eso hay en las últimas frases de la premisa del párrafo anterior, es claro que un tono oscuro y truculento como aquel es muy difícil de replicar, pues se necesita una voluntad especial que nadie está dispuesto a consentir en estos tiempos.
Así, ya antes de su debut la serie arrastraba el lastre de una premisa que sabemos que no podrá llenar, y de un ambiente que claramente no parece ser el de una serie oscura como la que prometen. Pero, ¿fue capaz el primer número de taparnos la boca o cambiar nuestra opinión? La verdad es que como la mayoría de las cosas de la vida, acá no hay respuestas absolutas, y NYX no es ni una basura, ni una obra maestra.
Esta primera entrega está narrada principalmente desde la perspectiva de Kamala Khan, Ms. Marvel, sintiéndose como una serie de breves presentaciones de los personajes que serán los protagonistas. Kamala asiste a la universidad, donde se encuentra con Sophie Cuckoo. Prodigy ahora es profesor del curso al que asisten, mientras Anole es camarero de unos de los clubs nocturnos de la zona. Y Laura Kinney está haciendo, bueno, lo suyo. Todo esto es una introducción a lo que está por venir, una historia que se siente más como un retroceso a los X-Men clásicos, de cuando eran una clara parábola sobre el racismo y el odio que se experimenta en el mundo real.
Acá conoceremos una nueva organización que está alimentando el odio hacia los mutantes, que se han reintegrado a la sociedad luego de Krakoa y están tratando de alcanzar algún atisbo de normalidad sus vidas. La organización quiere deshacerse de ellos, culpándolos por incidentes de los que no son responsables y mintiendo sobre su tasa de criminalidad, algo ya muy típico de la era de la desinformación y las redes sociales en que vivimos.
A primera vista, la historia parece abordar la histeria antiinmigrante y la exageración/aumento de la realidad actual del crimen en varias de las naciones. Pero los escritores no lo hacen tan claro y ordenado, ya que resulta que hay una especie de nuevo Capitán Krakoa, llamado The Krakoan, que quiere el regreso de la nación mutante y, de hecho, está aterrorizando la ciudad. Parece una estratagema bastante extraña, pero el final del cómic revela al grupo detrás del estado actual de las cosas, y sus componentes sugieren una dirección interesante.
Con un elenco formado exclusivamente de jóvenes mutantes, NYX esta dirigido a una era más contemporánea y un público más joven, sin sacrificar su ritmo, pero sí algo de su madurez. La intención de Kelly y Lanzing es evidente desde el principio, ya que una breve introducción en la primera página termina con "Esta es la comunidad mutante. Este es el orgullo mutante. Esto es NYX". Luego, el número cierra con una carta de página completa dirigida al público, una hermosa oda al valor de los X-Men en sus vidas y el efecto deseado de aportar su punto de vista al mismo
Quizá la mejor forma de definir esta primera entrega es que nos da una historia en que es más interesante su subtexto que lo que narra realmente. Siguiendo los pasos de Uncanny X-Men de Chris Claremont, NYX es inherentemente política, en una era en que no se puede evitar la política. El prejuicio examinado sobre la especie mutante es similar a los titulares de actualidad, y en realidad de siempre, que uno podría ver hoy: un grupo marginado que lucha contra el racismo, la xenofobia y el nacionalismo.
Así, lo que distingue a NYX es presenciar estos temas familiares de los mutantes traídos al presente, en un momento en el que las redes sociales y la conciencia cultural están más presentes que nunca en nuestras vidas. En otras palabras, si bien los temas de opresión siempre han prevalecido en la literatura de los Hombres-X, nunca antes se habían visto a través de una lente contemporánea de la Generación Z del siglo XXI.
Aquí hay acción, por supuesto, pero al servicio de la idea de establecer la situación antes de llenar páginas y páginas de peleas sin ninguna razón. Al parecer la relación entre Kamala y Sophie será el corazón de la serie, pues contrastan bastante entre sí, y sin duda conducirá a un gran desarrollo de personajes para ambas. Como resultado, los otros personajes destacan menos, pero los guionistas ya dijeron que el modo narrativo inicial será que cada número estará más enfocado sobre cada uno de los protagonistas, así que todos tendrán la oportunidad de brillar.
Kelly y Lanzing no están solos en sus esfuerzos. La vibrante representación que el artista Francesco Mortarino hace de Nueva York, en particular la atención al detalle en los monumentos locales, enmarca bien la narración, y lo propio hacen los colores de Raúl Angulo, que ayuda con tonos vivos en lugares dramáticos como los clubes nocturnos de moda del Lower East Side o las salas de conferencias de alta tecnología.
Mortarino ofrece imágenes atractivas, limpias y expresivas. No es un cómic que tenga muchas escenas de acción, y en cambio hay muchos momentos y escenarios diferentes, con muchos personajes. No es fácil equilibrar todo eso y hacer que la narración fluya, para que los ambientes se sientan como mundos diferentes pero, al mismo tiempo, la misma ciudad. Todos los personajes se ven bien, sin variaciones significativas en lo que respecta a los diseños y el arte.
NYX #1 es un comienzo interesante y aunque probablemente sea necesario el primer arco argumental para entenderlo, por ahora tiene más aciertos que fallos. Este primer número hará las delicias de los fans de Kamala, mientras que los lectores X se encontrarán con temas habituales en la franquicia, y la promesa que en las siguientes entregas sean los mutantes más 'tradicionales' quienes tengan el foco del reflector sobre ellos.