X-Men: reflexiones de la Era de Krakoa, y lo que viene después
Estamos solo a unos días de que X-Men #1, de Jed MacKay y Ryan Stegman de el puntapié inicial de From The Ashes, la nueva etapa en que los Hombres-X regresarán a un estatus más normal, luego de la locura que significó la Era de Krakoa. Inaugurada por Jonathan Hickman allá en 2019, en ella los mutantes vivieron en la isla homónima, formando una sociedad aislada de los humanos, con su propio gobierno, e incluso con su cultura propia.
Si bien la era se extendió mucho más que lo que su creador tenía planeado, aún así se puede leer como un todo, como un bloque completo con un inicio y final definido, con subetapas que fueron marcando su desarrollo. Sin duda que su irrupción fue un cambio radical dentro del mito mutante, tanto es así que para concretarla hubo que subvertir y flexibilizar varios conceptos que teníamos asumidos en la franquicia, lo que llevó a que si bien en general tuvo un muy buen recibimiento, hizo que muchos lectores de toda la vida exclamaran iracundos que "esos no son mis X-Men".
Es por ello que al final del run, el fandom se encontró dividido entre quienes no querían que Krakoa llegase a su fin, y los que añoraban ver a los Hijos del Átomo como los héroes de siempre, Mansión-X incluida. Sin embargo, el terremoto causado por la llegada de Hickman fue tal, y su aire fresco tan marcado, que casi todo lo anunciado hasta ahora para From The Ashes se siente como refrito, como un retroceso en lo que venían viviendo los mutantes.
Pero, ¿Es en verdad así? ¿Realmente la Casa de las Ideas se quedó sin las ídem, o es que la huella de la Casa que Xavier construyó es tan profunda que cualquier cosa a su lado nos parece aburrida? Por otra parte, ¿es tal la excelencia de la Era de Krakoa, o por el contrario, es más un amasijo de buenas ideas, pero mal contadas o que no pudieron sacarle partido al escenario?
Como siempre, no hay respuestas absolutas, acá encontramos de todo un poco, y es por eso que luego de algunas reseñas y guías de lectura que tenemos en el sitio, es momento de reflexionar acerca de lo que nos dejó una etapa que, para bien y para mal, será una referente ineludible en la historia mutante, tal y como la de Stan Lee, la de Chris Claremont o la de Grant Morrison.
Sacando los pañuelos al aire
En efecto, como decíamos, X-Men #35/LGY #700 ha puesto fin a la era krakoana, pero parece ser que muchos lectores, yo incluido, no estamos preparados para dejarla atrás, pues parece que incluso después de cinco largos años en la isla mutante, parece que los autores apenas lograron arañar la superficie de todo lo que se prometió al inicio de la era, en las miniseries House of X y Powers of X, escritas por Jonathan Hickman.
Fall of X, la recta final de la era, concretó satisfactoriamente solo algunas de esas promesas, en particular lo de las múltiples vidas de Moira MacTaggert, y toda el asunto de las ascensiones. Sin embargo, el logro más grande de Krakoa no fue una o algunas historias en particular, sino que fue cambiar el estado de ánimo general de la franquicia, provocar un cambio en el estatus mutante verdaderamente nuevo y fresco. Como Cyclops le diría a Sue Richards, los X-Men ya no se conformaban con poner la otra mejilla y esconderse en las sombras, ahora estaban abrazando la evolución y elevándose para ser la próxima gran nación de la Tierra.
Los cómics de superhéroes tienden, y tienen, que permanecer en estancamiento hasta cierto punto —ya sabes, "los lectores no quieren cambios, sólo quieren la ilusión de cambio”—, y esto es especialmente frustrante para los fans de los X-Men, que han tenido que lidiar con que sus personajes favoritos hayan sido desde siempre perseguidos, temidos y odiados. La era Krakoa finalmente cambió eso, y ahora que se pudo vislumbrar a una raza al fin triunfante, es doloroso aceptar que vuelvan a un estado en el que están atorados hace 60 años. Además, hay dudas razonables acerca de si los nuevos escritores podrán contar una historia convincente de por qué los mutantes están aceptando abandonar se progreso inacabado. Cuando pruebas una gota del néctar de paraíso, es difícil dejarlo ir.
Como decíamos, el próximo paso de la franquicia se titula apropiadamente From The Ashes. Supervisados por el veterano editor Tom Brevoort, se han anunciado 12 títulos hasta ahora, entre series regulares y limitadas —puedes verlos acá, acá, y acá—. Hay uno en concreto, Uncanny X-Men, escrito por la legendaria Gail Simone, que incluirá a los Hombres-X más famosos, como Rogue, Gambit, Wolverine, Nightcrawler y Jubilee. Normalmente, esa reunión de pesos pesados habría hecho estallar el cerebro de los fans, pero después del último lustro de historias, se siente inútil y aburrido, casi como el enésimo título de Batman o Spider-Man.
Así, parece que este statu quo post Krakoa tirará por tierra con algunos, si no todos, de los principios más innovadores de la era. Por ejemplo, los protagonistas vuelven a estar divididos en diferentes equipos a lo largo de los Estados Unidos en lugar de estar todos en un solo territorio o nación. Los mutantes tuvieron su momento en la cima del mundo, y ahora deben sobrevivir en una cabaña roñosa en lo profundo de Luisiana. Con las resurrecciones, volvieron a la vida millones de mutantes, muchos de ellos añorados por fans o con mucho potencial, pero aún así, la editorial sigue buscando al nuevo Wolverine o Deadpool, presentando al menos 10 personajes nuevos, que más temprano que tarde caerán en el baúl de los olvidados. O, como a veces bromeo, formarán parte del supergrupo The Nobodycares.
¿Por qué House of X/Powers of X fue tan rupturista?
Durante la década del 2010, Marvel relegó a los X-Men al ostracismo. La sencilla e idiota razón era que no tenía sus derechos cinematográficos, y publicar cómics de ellos significaba hacerles publicidad a las producciones de los estudios rivales. Aunque durante un tiempo eso fue más una leyenda o un secreto a voces, pues la editorial nunca lo admitirá, ahora está más o menos confirmado, gracias a las declaraciones de autores como Rick Remender. Una vez que Disney se fusionó/compró a 20th Century Fox, y por consiguiente Marvel Studios pudo hacer producciones audiovisuales sobre los personajes, los X-Men volvieron a ser una prioridad. Para ello, acudieron a una de las armas mas poderosas del arsenal: Jonathan Hickman.
Y vaya si la franquicia necesitaba un empujón. Después del evento Secret Wars del mismo Hickman de 2015, Marvel intentó convertir a los Inhumanos en los nuevos X-Men, dándoles el lugar en el centro de atención. Una vez que el experimento resultó fallido, en 2017 vino un relanzamiento denominado ResurrXion, que aunque también intentó inyectar sangre nueva y consiguió algunos puntos altos —como X-Men: Red de Tom Taylor, o la esperada boda de Rogue y Gambit—, en general, los cómics seguían sin pena ni gloria.
El objetivo de Hickman, como el de todo aquel que inicia una etapa, era atraer a nuevos lectores y mantener el interés de los antiguos. Krakoa atrajo a nuevos fans por su nuevo e inusual estatus, —y también porque House Of X / Powers Of X es uno de los mejores cómics del siglo, a decir verdad—, al tiempo que ofrecía a los antiguos adeptos de los X-Men la oportunidad de ver a sus personajes favoritos conseguir finalmente la utopía que merecían después de tantas dificultades. El resultado le dio al entorno de los héroes una nueva profundidad y rompió con las viejas convenciones.
Los mutantes siempre han sido una metáfora de los grupos minoritarios oprimidos, pero la idea de Hickman era hacerlos avanzar no solo en su reivindicación como individuos, si no que también hiciesen progresos para hacerlos sentir como un pueblo, dándoles una cultura, un idioma, rituales y códigos que eran solo suyos. Pero no sólo eso, ya que el escritor fue más allá, y en una de las maniobras más originales de los últimos tiempos, rompió con el tabú definitivo del comic de superhéroes, eliminó la muerte.
Sabemos que ésta casi nunca es permanente en Marvel o DC, y entonces, HoX/PoX eliminó la canción y el baile de la misma, y a través de un ingenioso circuito de poderes mutantes, institucionalizó la resurrección en Krakoa, con un complejo proceso de clonación y respaldos psíquicos. Hickman había argumentado que la puerta giratoria de la muerte desinteresa a los lectores y dificulta el trabajo de los creadores, pues tenían que lidiar con imposiciones editoriales de traer de regreso tal o cual personaje, inventando algún mecanismo que no fuese demasiado estrambótico.
Además, y abrazando tiempos modernos más amables con las vicisitudes amorosas, también se quitó de encima otro tópico inevitable a la hora de contar historias de los X-Men: en la Era de Krakoa, el triángulo amoroso Scott/Jean/Logan se convertiría en una no tan oficial relación abierta, poliamorosa. Además, la eliminación de la muerte y los tabúes sexuales o de pareja, permitió la exploración en mayor profundidad de dichos conceptos, lo que además llevó a la creación de una suerte de religión mutante, que enriqueció aún más el entorno.
Otro hecho fundamental en los cómics de superhéroes es la existencia de héroes y villanos. Los personajes pueden saltar cuantas veces quieran de un lado a otro de esta línea, pero el mundo sigue dividido entre el bien y el mal. House of X también hizo estallar esto; si Krakoa era la patria de los mutantes, entonces debía serlo para todos los mutantes, buenos y malos. Los lectores y los personajes tuvieron que evolucionar su forma de pensar para alejarse de una división maniquea cuando ya en House Of X #1, veíamos una escena tensa entre Cyclops y los Cuatro Fantásticos, con Scott aduciendo que en la isla hay armisticio para los villanos.
No obstante, el clímax de esto es cuando en House Of X #5 los villanos mutantes llegan en masa a Krakoa a través de sus portales, y cuando, al final de la serie, vemos a Apocalypse y Sinister en el mismo Consejo Silencioso que Jean Grey y Storm. En su momento, Chris Claremont reconsideró a Magneto menos como un supervillano de opereta y más como un ideólogo que tenía un sueño, aunque diferente al del Profesor X. Hickman pidió a los lectores que reconsideraran a otros malosos mutantes como En Sabah Nur, desde la misma perspectiva.
Por esto y otras cosas, es que el trabajo de Hickman genera divisiones no tanto por la calidad del material, si no en si Krakoa fue algo tan importante, para lo que valió la pena romper tantos moldes. Y quizá eso es lo que la hace más valiosa: una historia que no ofrece respuestas fáciles, es una historia más profunda.
Krakoa más allá de Hickman
Para horror de todos, Hickman dejó la franquicia en 2021 con la miniserie Inferno, que vio a Moira expuesta y revelada como la mente maestra de Krakoa. Aunque el escritor declaró que se iba en buenos términos, y que su alejamiento se debía que los demás escritores tenían el derecho de seguir con series ambientadas en la era, la verdad es que nada sería lo mismo.
Y en nada se notó más que tras su marcha todo se volvió más convencional que en el clímax de Fall of X, que es, por decir algo, bastante poco inspirado. La organización antimutante Orchis derribó a Krakoa en otra de esas famosas masacres mutantes, pero luego los X-Men principales se reagruparon y voltearon la tortilla. Fall of House of X terminó con los pesos pesados comp Storm, Cyclops, Magneto, etc., en un ataque combinado contra Nimrod, destruyéndolo con su poder combinado. Sí, es un final que se ha visto hasta la saciedad en muchos cómics y películas de superhéroes.
Por otro lado, hay que establecer que esta no se trataba solo de la historia de Hickman. Los guiones ambientados en Krakoa fueron colaborativos desde el principio, trabajándose en una sala de guionistas al estilo de la televisión. El paraguas Dawn of X, con la que se lanzaron los primeros seis títulos regulares de la etapa, vendieron la idea de que este no era solo un nuevo capítulo de un equipo creativo, si no que era un campo de juego completamente nuevo para que todos los creadores exploraran a sus anchas. Porque, se sabe, la construcción de una nación siempre es un proceso multifacético.
Hickman explicó a Entertainment Weekly en 2021 que veía a Krakoa como solo el primer acto de una historia de tres partes. Su decisión de irse se consolidó cuando, durante una reunión de guionistas, presionó para seguir adelante con sus planes y "todos querían quedarse en el primer acto". El nuevo entorno de Hickman era tan amplio y su enfoque colaborativo para guiar a los X-Men tan exitoso, que los resultados habían eclipsado sus propias ambiciones.
Dawn of X y sus fases posteriores constó con cabeceras sobre política mutante —Inmortal X-Men—, detectives mutantes —X-Factor—, corporaciones mutantes —Marauders, X-Corp—, la moda mutante —los eventos anuales de la Hellfire Gala— y más, mientras aún encontraban espacio para peleas de superhéroes a la antigua usanza, como en el crossover X of Swords.
Hay cosas fundamentales que no se pueden cambiar, por lo que una sociedad mutante sin duda usaría sus poderes para beneficio de la humanidad. Pues bien, Planet-Size X-Men de Gerry Duggan llevó eso al siguiente nivel, cuando un grupo de mutantes Omega terraformaron Marte, transformándolo en un segundo mundo mutante, Arakko. Este es el momento más audaz de la era: Marte es un lugar real, pero fuera de nuestro alcance, y colonizarlo ha sido una quimera. Con esto, los mutantes hacen lo que los humanos no pudieron, y consolidan a Krakoa como un disruptor mundial de una manera más tangible que la distibución de medicinas o la conformación de gobiernos propios. Incluso, podemos leer algun tipo de broma meta entre autotes, si recordamos que Hickman hizo algo similar con Marte en su etapa en Avengers, pero que luego a nadie pareció importarle, ni siquiera a el.
El potencial no realizado de Krakoa
Quien mucho abarca poco aprieta. Y rápidamente hubo temores acerca de si los autores serían capaces de exprimir todo el potencial que tenían en las manos. Siempre se habló de la superioridad mutante —"tienen nuevos dioses", diría Magneto—, de que Krakoa era inexpugnable, que su seguridad era infalible, etc., pero la verdad es que esto nunca se apreció en su totalidad. Los humanos masacraban mutantes trabajadores de los laboratorios farmacéuticos, una incursión terrorista acabó con la vida de Xavier ya al principio de X-Force, los mutantes que querían venir a la isla dependían solo de los portales, entre otras situaciones. Nunca se vio demasiado palpable la superioridad mutante, más bien, todo quedaba solo en el discurso.
Uno de los números más interesantes fue X-Men #4, escrito por Hickman, aquel en que Xavier, Magneto y Apocalipsis van al Foro Económico Mundial de Davos en representación de su nación. Magneto les cuenta a los líderes allí presentes cómo los mutantes los conquistarán con un poder blando, no duro, en una adaptación de cómo funciona el poder en el mundo moderno. Hickman dijo que parte del espíritu de Krakoa es que tanto Xavier como Magneto tienen razón en sus filosofías para con los mutantes, y la nueva nación les dio a ambos lo que querían: los mutantes siendo separatistas y eventualmente heredando la Tierra —como Erik ha predicado—, pero lo están haciendo pacíficamente y se están integrando al orden global establecido, como Charles quería.
Lamentablemente, tras la marcha del Head Of X —título que Hickman ostentaba—, ambos caminos quedaron truncos, pues ni la razón ni la fuerza pudieron contra el avance de Orchis, aunque en verdad, pocas veces eso se intentó. Bueno, sí, hubo un número dedicado a los intentos por destruir la base donde se supone se encontraba el prototipo de Nimrod, pero fueron fallidos. Un puñado de mutantes terraformó un planeta entero, ¿esperan que sea creíble que no podían acabar con una estación espacial, por mucha seguridad que tuviera?
Por otra parta, a una escala más global, tampoco es demasiado lógico el avance de Orchis. Es cierto que en mayor medida el crecimiento de la organización fue en la oscuridad, de forma subrepticia. Pero con miles de mutantes a su haber, y con el apoyo de la comunidad superheroica donde militan las mentes más brillantes de la Tierra, ¿tan difícil era cortarle los pétalos a la orquídea, antes que fuera una amenaza real? Sabemos que tenía el apoyo de varios gobiernos del mundo, pero su actuar fue en su mayoría ilegal, desenmascararlos era algo factible.
Luego están las preguntas sobre cómo florecería la Era de Krakoa, preguntas que solo podrían responderse con un tiempo que ya no existe. Krakoa y Arrako construyeron una presencia en la política galáctica, pero ¿hasta donde llegarían? ¿Podría el imperio espacial de los mutantes haber rivalizado con los Kree o los Shi'ar? Otro tanto ocurre con la política interna. El gobierno de Krakoa nunca creció más allá del Consejo Silencioso, pero House of X sugirió que esto sería solo una medida temporal. Las Hellfire Gala vieron a todo los muties elegir telepáticamente la alineación principal de X-Men, y si la población podía llegar a un consenso como ese, ¿Qué uso tendrían los líderes? ¿El Consejo Silencioso cedería el liderazgo, o lucharía por mantenerlo?.
En S.W.O.R.D. de Al Ewing, Abigail Brand demostró que no todos los mutantes adherían a la misión de Xavier. Seguramente ella no es la única de la galaxia que no está de acuerdo con el proyecto Krakoa, y aunque también en Fallen Angels se quiso jugar con el concepto de "mutantes que no están hechos para vivir en el paraíso", nunca se exploró que sucedía con aquellos tenían una visión mas radical, o contraria, acerca de la isla. Por otro lado, ¿Cómo serían los mutantes nacidos y criados en Krakoa, sin conexión con el viejo mundo?
Un problema fue el potencial no alcanzado de Krakoa cuando la pelota estaba su lado del campo, y otro es lo que no se podrá hacer ahora que pasamos a la siguiente etapa. Así, hay varias tramas que quedaron en el aire, y que difícilmente ahora alguien tenga interés en responder. ¿Qué le dijo Reed a Xavier en aquella Hellfire gala? ¿Qué está haciendo Broo ahora que es regente de los Brood? ¿Por qué Monet se puede convertir en Penance? ¿Qué sucedió con la trama de Cypher y The World? ¿Qué pasó con Abigail Brand? ¿Qué pasó con Shogo? ¿Seguirá adelante la proyección de que más pronto que tarde, en un lapso no mayor a 20 años, el homo superior reemplazará al sapiens?
Con base en estas preguntas, parece claro que hay mayor cantidad de temas por explorar, y más interesantes, si es que se mantenía a los X-Men en Krakoa. From The Ashes no solo no avanza con ellos, sino que vuelve a viejos y cansados hábitos.
¿Por qué abandonar Krakoa?
El escritor del nuevo volumen de X-Men, Jed MacKay, intentó tranquilizar a los fanáticos de Krakoa que se sienten recelosos ante sus esfuerzos: “Llegar a un período muy popular de la historia de los X-Men es un poco abrumador, pero también es bueno porque sabes dónde estás parado. Vas a tener que convencer a la gente de que este es un cómic que también les va a gustar. No es que cancelamos lo anterior para hacer lugar a esto. En cambio, es simplemente la evolución natural de la vida de estos personajes”.
Mientras, su socio artístico Ryan Stegman añadió tiene la intención de renovar la estética de los X-Men para que sea más al estilo de los años 90 y a lo clásicamente superheroico. “Y, en verdad, fue una suerte que la serie animada X-Men '97 tuviera tanto éxito”, dijo. “Probablemente fue mi mayor inspiración para lo que quería hacer”.
Justamente, la nostalgia de los años 90 es un tema recurrente en la franquicia en este momento. Y el elefante en la habitación es Marvel Studios. Entre X-Men '97 y From The Ashes, muchos especulan que Marvel quiere que la próxima película de los Hombres-X siga el modelo de la serie animada de 1992. Pensemos en el cameo de Patrick Stewart como una variante del Profesor X en Doctor Strange in the Multiverse of Madness. El Profesor usa la silla de ruedas amarilla flotante que usaba en la serie animada, y además entra en la reunión de los Illuminati no con una de las pistas musicales de John Ottman de las películas de la 20th Century Fox, sino con una versión del tema de los X-Men de la misma serie animada.
Por lo tanto, parece obvio que los nuevos cómics de la franquicia quieren emular el pasado. Por supuesto el nuevo editor, Tom Brevoort, ha negado que From the Ashes conlleve una sinergia con el MCU exigida por Disney. En una entrada de marzo de 2024 de su boletín, escribió: “Nadie en Disney me ha dicho ni una palabra sobre querer o necesitar que los X-Men sean presentados de una manera particular. Sé que a la gente le encanta echarle la culpa a corporaciones gigantescas sin rostro, pero si terminas odiando todo lo que hacemos, eso será por las decisiones que yo, mi equipo y mis creadores tomemos”.
Los comentarios de Brevoort pueden resultar familiares para los fans de Marvel. Una controversia similar se produjo cuando el escritor Cody Ziglar afirmó que el presidente de Marvel Studios, Kevin Feige, ordenó que Kamala Khan/Ms. Marvel fuera asesinada y revivida como mutante para la sinergia del MCU, cosa que finalmente ocurrió. Marvel, a su vez, negó que la muerte del personaje, seguida de la cabecera Ms. Marvel: The New Mutant fuese resultado de esos tejemanejes, pero a veces, cuando algo tiene orejas de gato, cola de gato y ojos de gato, simplemente no puede ser una gallina.
Es muy posible que Brevoort esté diciendo la verdad; tal vez sea la propia Marvel Comics la que quiere una sinergia con X-Men '97 con la esperanza de que eso le dé un impulso a sus cómics X. Independientemente de por qué o hasta dónde lleguen estas decisiones, alguien en la Marvel global cree que los viejos caminos son los que llevan al éxito.
La destrucción de la ilusión del cambio
Desde que llegó la noticia del fin de la Era de Krakoa, la pregunta que ha estado rondando, y que Marvel debería considerar es ¿Qué pasa cuando se rompe el contrato con tus clientes, que son los lectores? A estas alturas, ya nos damos cuenta cuando la historia avanza debido a las exigencias corporativas, no a la evolución natural, y sea justo o no, esa es la percepción que muchos tienen de From The Ashes y su regreso a lo antiguo.
Lamentablemente, hay varios ejemplos de eso, y sin ir mas lejos, en la misma Marvel tenemos a One More Day, donde la editorial borró dos décadas de matrimonio de Peter Parker y Mary Jane Watson para devolver a Spider-Man al joven soltero que era en los años 80, de lo que en cierto modo, la franquicia arácnida nunca se ha recuperado del todo. Es revelador que actualmente Ultimate Spider-Man, sobre un Peter Parker de mediana edad —otro titulo de Hickman, por cierto—, esté superando en ventas a Amazing Spider-Man.
No creo que From The Ashes sea tan devastadora como One More Day, aunque solo sea porque la franquicia es más grande, y los X-Men tienen demasiados personajes y series como para arruinarla por completo. Krakoa estuvo presente solo una cuarta parte del tiempo que duró el matrimonio de Peter y MJ, por lo que, si bien sus cambios no están tan arraigados, el regreso a la normalidad podría sentirse aún más repentino.
X-Men Forever, de Kieron Gillen, terminó con 200.000 mutantes atrapados en la dimensión de la White Hot Room. Sin escapatoria, deciden que deben continuar con el sueño de Krakoa ellos mismos. Luego, X-Men #35 presentó el regreso de los mutantes exiliados. Después de haber pasado 15 años en una utopía aislada, resucitaron a todos los mutantes que murieron durante el genocidio de Genosha. En sus años de soledad, experimentaron todas las preguntas sobre cómo sería Krakoa a largo plazo, mientras que a los lectores se les negaron.
Finalmente, Krakoa regresa a la White Hot Room, convirtiéndose en una tierra prometida para los mutantes, pero que nunca podrán tocar. En cambio, se verán obligados a regresar a su antiguo objetivo de la coexistencia en mundo compartido con la humanidad. Así, si alguna vez ocurre la Segunda Era de Krakoa no será tan insular como la primera, ya que From The Ashes retomará las antiguas formas de pensamiento, desde las que evolucionó House of X/Powers of X.
Todo parece más amargo cuando un Xavier encarcelado, en una conversación con Magneto, no puede hacer más que reír ante la ironía de que después de haber aceptado el nacionalismo de su amigo Erik, ahora él elija su sueño: "Xavier tenía razón". Y mientras Charles está sentado en su celda, observa con pesar: “El mundo exterior continúa, como si Krakoa nunca hubiera sucedido”.
Con esto, Apocalipsis reacciona violentamente y se convierte en enemigo de los X-Men una vez más. Así que la dicotomía de héroes y villanos mutantes, con la narrativa más simplista que conlleva, está oficialmente de vuelta en la franquicia, si es que alguien dudaba que en los estertores de la Era de Krakoa no se hubiese restaurado ya.
Si bien los protocolos de resurrección cumplieron con su propósito de restaurar al homo superior a sus números previos a Genosha, su abandono significa que la muerte de mutantes en el futuro, cuando un Hombre-X muera dramáticamente y esté fuera durante unos años, sonará aún más vacío que antes porque Krakoa nos mostró que hay una forma mejor, y más razonable, de hacerlo.
Nuevos lectores viejos
Es un hecho que cualquier escena comiquera está muerta sin lectores. Y también que Marvel es una empresa, y las empresas requieren ganar dinero. Por ello, es que que tiene cierta lógica que sea poco razonable esperar que nuevos lectores avancen fácil con un retraso de cinco años, pero ¿era un reseteo la única manera de despertar su interés? Yo diría que los hilos argumentales que HoX abrió y Fall of X cerró, como las maquinaciones de Orchis y las vidas de Moira, no eran inseparables del entorno. El negocio y los desafíos de dirigir una nación nunca se detienen. Que los mutantes ahora tengan su propio país es una premisa fácil de entender también.
De hecho, la necesidad de reconstruir Krakoa después del ataque de Orchis podría haber sido una rampa de entrada perfecta para los novatos, y aún mantener a los mutantes en la isla. A medida que los X-Men reconstruían su nación —restableciendo la resurrección, eligiendo un nuevo Consejo Silencioso, evaluando las amenazas en el horizonte, etc.—, los nuevos lectores podrían haber sido introducidos al funcionamiento interno de una isla familiar, pero diferente. Las naciones humanas a menudo evolucionan y cambian, así que ¿por qué no lo haría una mutante? Mantén a los Hombres-X en Krakoa el tiempo suficiente y, eventualmente, se convertirá en una parte aceptada del estatus sin necesidad de preocuparse por la acumulación de lore para los lectores primerizos.
Incluso si hubiera que prescindir de la ambientación de Krakoa, las lecciones de la época aún podían aplicarse. HoX/PoX no fueron revolucionarias solo por la idea de un país mutante —ya se había hecho antes con Genosha—, sino por el calibre de su narrativa. Parte de eso significó arrasar con viejos tropos de superhéroes, la puerta giratoria de la muerte, los buenos y los malos claramente definidos, etc., y, a la luz de los hechos, se demostró que los X-Men aún podían funcionar sin esos parámetros.
Las grandes editoriales suele sentirse inmunes al cambio, incluso a los cambios exitosos, pero los X-Men demostraron que no tiene por qué ser así. De hecho, parte de los que lo ha hecho tan grandes son sus reinicios, como Giant-Size X-Men #1 de 1975, que eliminó las señales distintivos de los mutantes originales de Stan Lee/Jack Kirby y allanó el camino para el revolucionario run de Chris Claremont. Los X-Men que se unieron al cómic en ese número, desde Wolverine hasta Storm y Nightcrawler, siguen siendo uno de los pilares de la franquicia.
Así que, ¿Qué opinas de todos estos desvaríos sin sentido? ¿Abrazo o balazo para la Era de Krakoa, o para From The Ashes? Finalmente, solo nos queda mirar al futuro con optimismo y fe, y si eres de los que se baja del barco, valorar lo disfrutado. Pero al final del día, si hay una lección que nos enseñaron los Hombres-X, es que un poco de evolución puede ser algo bueno. Solo hay que dejar que siga su curso.
Adiós, Krakoa. Sé que nos volveremos a ver.