"X-Men Unlimited Infinity Comics" (2021): el lado B de Krakoa, Pt. I

Un equipo de extracción de AIM ha irrumpido sigilosamente en The Peak, la base de la organización S.W.O.R.D., y ha raptado un puñado de mutantes. Será tarea de Wolverine devolverles la mano, invadir la estación en que están prisioneros, y rescatarlos a como de lugar. Logan es el mejor en lo que hace, y cuando su tarea consiste en ayudar a uno de sus mejores amigos, los pobres miembros del grupo maloso de uniforme gracioso lo descubrirán por las malas.

X-Men Unlimited Infinity Comics arrancaría con bombos y platillos, entregando una historia no solo protagonizada por el Hombre-X más popular, sino que realizada por un equipo creativo de ensueño: el patriarca krakoano por excelencia, Jonathan Hickman en guiones, y el reputado artista Declan Shalvey en lápices. Hickman se suelta el cinturón y nos entrega una historia que es pura diversión, que requiere una suspensión de incredulidad mayor a la habitual, pero que compensa con diálogos de Wolvie y los lacayos de AIM que sacarán más de una sonrisa.

Por supuesto, la editorial no perdería la oportunidad de exprimir la dupla de Hickman + Logan, y también editaría estas entregas en papel, en un especial llamado X-Men Unlimited: Latitude.

Krakoa es un paraíso en que los mutantes podían vivir en paz, aislados del resto del mundo. ¿Pero qué pasa con esos mutantes cuyo poder tiene una intima relación con toda la Tierra? Es lo que ocurre con Lin Li, conocida como Nature Girl, cuyo don le permite sentir lo que siente el planeta y todos los seres que viven en él. Por tanto, aunque quiera, no puede quedarse a beber todo el día en el Laguna Verde sabiendo que en el exterior la polución y el hombre siguen destruyendo la naturaleza. Así que, como un Capitán Planeta cualquiera, hará equipo con otra compañera mutante, Curse, en una aventura a través del globo que terminará de la forma más sorprendente posible.

Al igual que ocurrió en la serie X-Men luego de la marcha de Hickman, nuevamente el guionista Gerry Duggan toma el testigo para seguir adelante con este Unlimited. En esta oportunidad realiza un arco de nada menos que 8 entregas titulado ‘X-Men Green’, que perfectamente podría también llamarse ‘X-Men: Ecoterroristas’.Algo así es lo que encontraremos en estas páginas, con Nature Girl entregándose a una venganza, cambiando de aspecto y nombre clave en el proceso, que la pondrá en conflicto directo con el Quiet Council y las leyes de Krakoa.

Este arco también vería la luz en papel, aunque lamentablemente no ocurriría lo mismo con sus continuaciones.

A Krakoa no le gusta el nepotismo. Y aunque seas el hermanastro del Profesor-X, si no eres mutante, no eres bienvenido en la isla. Es lo que ocurre con el pobre Juggernaut, que si bien tiene toda una fama de maloso, ha demostrado con creces su valía para compartir codo con codo el heroísmo con los X-Men. Esto no parece ser suficiente para Krakoa —¿o para Charles?—, quien le pedirá una penitencia muy especial para ser recibido en el paraíso.

Cuando el Quiet Council recibe informes de una mutante retenida de forma ilegal en una penitenciaría estatal, Charles encargará a Caín Marko y los Unstoppables, su equipo de ex-criminales/antihéroes, que la rescaten sin que el mundo sepa que actúan en nombre de Krakoa. Por supuesto, nunca nada es fácil para ti cuando eres un antiguo villano, y más cuando el insoportable Deadpool tiene el mismo objetivo que tú.

Fabian Nicieza, artífice de una en partes iguales odiada y amada etapa de la década de 1990 de la franquicia, aterriza en Unlimited para narrar una suerte de secuela de su Juggernaut, miniserie del 2020 en la que renovó el estatus del portador de la Gema de Cyttorak, dejándolo en la situación en que le encontramos ahora. Además de ser una simpática y explosiva historia, la trama nos permite llenar el espacio acontecido entre el fin de dicha serie limitada y el inicio de Legion of X, por lo que es importante para los obsesos de la continuidad. Para el resto, leer solo si tienes tiempo libre.

Se supone que Krakoa es un paraíso, así que tarde o temprano debe llegar el momento de disfrutarla. Y para ello, nada mejor que una tarde de playa, acompañado de la familia y amigos. Aunque cuando eres Jamie Madrox, el Hombre Múltiple, tener compañía no supone ningún problema. El guionista Jason Loo toma el procesador de texto para entregarnos una historia muy liviana que además funciona como un reencuentro perfecto de la formación histórica de X-Factor, pues además de Jamie, también nos encontraremos con Layla Miller, el hijo de ambos Davey, y Guido Carosella, Strong Guy. Por supuesto que los problemas no han de faltar, y es a partir de ahí que encontraremos a Jamie y Guido atrapados en alta mar, y finalmente arribando a la isla de los Monstruos, dónde, por supuesto, será la hora de golpear.

Como decíamos, la historia sirve como excusa perfecta para una muy entrañable reunión de algunos de los miembros más populares de la primera etapa de Peter David en X-Factor —Guido y Madrox—, también de su segunda venida, con Layla Miller, e incluso una pequeña participación de Monet. Esto nos permitirá conocer un poco del estado actual de la relación de Jamie y Layla, algo siempre demandado por los fans y de lo que nunca hemos tenido grandes noticias. De todas maneras, aún acompañado de un arte encantador, la historia no deja de ser solo poco de relleno.

Declan Shalvey, esta vez como autor completo, retoma la trama de ‘Latitude’ con la búsqueda de Wolverine de los mutantes secuestrados por AIM. Acompañado de Warlock, Strong Guy, Cannonball y Skin Logan no reparará en gastos de destrucción a la propiedad privada cuando se de cuenta que rescatar a sus congéneres sea el menor de sus problemas.

No sé si Shalvey tenía la intención de continuar su saga en X-Men Unlimited Infinity Comics y finalmente se concretó, pero lo cierto es que así parece, pues aprovechó de reciclar un antiguo personaje, ahora como villana, proveniente del pasado de Wolvie y Deadpool, y que conocimos en la miniserie Deadpool Vs. Old Man Logan, escrita por él mismo. Su ominosa aparición parecía augurar una presencia más continua en estas viñetas, pero aun con lo interesante que es, hasta ahora no hemos vuelto a saber de ella.

Es el Saint Patrick´s Day, y esa es una excusa perfecta para darle protagonismo a uno de los irlandeses más prominentes de la franquicia. Banshee regresa al Castillo Cassidy, aquel misterioso enclave que llama hogar, donde se encuentra con Black Tom. Por supuesto, hay conflicto, pero todo queda de lado cuando la reunión familiar se completa con la presencia de Theresa Cassidy, Siryn.

Lo que encontramos acá es el coda de Declan Shalvey en la colección, aunque lamentablemente entrega un planteamiento que no tiene mucho sentido, si nos atenemos a la situación de entonces de los personajes, con Black Tom en X-Force y todo eso. Al final, todo parece conducir a la idea de que las viejas disputas de la generación de Sean y Tom se están desvaneciendo en la historia a medida que la generación de Theresa toma el control. Es una buena idea, pero en realidad le faltan elementos y una mejor ejecución para ser una trama más relevante.

Una comedia romántica protagonizada por Lila Cheney. Así podríamos definir a ésta, una historia unitaria escrita por Jason Loo. Para promocionar su nuevo álbum, Lila acepta a regañadientes entrar a un reality show donde las estrellas del pop fingen ser personas normales, y tienen citas. Por supuesto, las tres citas que consigue son de risa: un chico que no deja de hablar de su propia banda, un fanático de teorías de conspiración  —que está totalmente a favor de que los mutantes vivan en su propia isla, retirándose del resto del mundo—, y un tercero que no alcanza a conocer antes que estalle una pelea entre él y sus compañeros Shark Girl y Wind Dancer.

Como muchas de la serie, esta es una historia pequeña e inofensiva, pero divertida. No es tan fácil jugar con el formato de desplazamiento vertical cuando se ejecuta una trama con mucho diálogo como esta, pero su ejecución es correcta. Sin embargo, su premisa realmente no encuentra ninguna recompensa, pues el gancho original de Lila en un reality show, se desvía de inmediato para convertirse en otra de esas historias sobre intolerancia que ya llega a ser manida a estas alturas de la franquicia.

¡Regresan los X-Men Green! El segundo acto, de lo que finalmente se convertirá en una pentalogía, arranca poco después de donde lo dejó el escritor Gerry Duggan, ahora con Karla Pacheco y Steve Orlando en guiones. Nature Girl continúa en su frenética búsqueda de venganza por todas las pellejerías que se la hecho pasar a la Madre Naturaleza, aunque esta vez, sus acciones llamarán la atención de Namor, la llevarán a un pequeño conflicto con Black Panther, e instigarán la aparición de la Hordeculture, lo que no augura nada bueno para nuestra protagonista.

Si bien todo indica que las ancianas de la Hordeculture tienen un interés particular en que Lin continúe su evolución, ya para la ultima entrega desaparecen del mapa cuando Nature Girl y sus compañeros Curse y Sauron se declaran públicamente como los X-Men. Pero cuando sus acciones se vuelven más abiertas y globales, es hora de que los verdaderos Hombres-X actúen.

Al igual que el primer arco, tiene muy buena pinta. El arte de Emilio Lasio tiene un buen uso del formato de desplazamiento vertical, y sus rediseños de la protagonista se vuelven progresivamente más espeluznantes. También, el transcurso de la historia discurriendo en las diferentes ubicaciones del globo da a la trama un toque de aventura clásica que se agradece.

Uno de los personajes que menos arraigo en los fans tiene, que de todas formas se dejó ver en algunos cameos en la Era de Krakoa, toma el protagonismo. El guionista Alex Paknadel entrega una historia en 6 partes enfocada en Maggot, uno de los pobres mutantes con los cuales se asocia la debacle creativa de allá de mediados de la década de los noventa. Y aunque 6 entregas de estos Infinity Comics equivalen en general a dos entregas en papel, cualquier espacio que se le dedique a Japeth es ganancia, considerando que es un personaje prácticamente olvidado.

En esta tesitura, Maggot es el encargado de limpiar el desastre que queda luego de las batallas de los X-Men, a través del uso de Eany y Meany, sus dos gusanos mascotas que en realidad son su sistema digestivo, capaces de comer cualquier cosa para luego transferirle la energía. En una misión Japeth muere, siendo resucitado inmediatamente. El problema es que la Eany original sigue viva, y sin el Maggot ‘original’ para alimentar, esta creciendo sin control. Gigante y enfurecida, se dirige a Krakoa con ánimos de venganza, pues cree que Japeth la ha olvidado.

Al final, con la aparición de invitados como Laura Kinney y Emma Frost, se vuelve un arco interesante. De relleno, claro, pero interesante al fin y al cabo.

El guionista Jason Loo regresa para entregarnos otra historia unitaria y liviana como aquella del #28. Esta vez la estrella es Jubilee, quien ha invitado a sus antiguos compañeros de equipo de Generation-X a unirse a ella en una escape room con temática de fantasía. Por supuesto, problemas y peleas no faltarán, pues los mutantes tienden a causar desastres allá adonde van.

Al igual que en la ya nombrada historia de Lila Cheney, hay mucho de comedia ligera, vendiéndonos totalmente la situación de viejos amigos pasando el rato. Pero tiene el mismo problema básico que aquella: en lugar de limitarse a usar en la trama el ‘ellos pasan el rato y eso es entretenido’, incluye aleatoriamente a un grupo de fanáticos antimutantes en la segunda mitad para que los héroes puedan golpearlos. Todo eso es bastante genérico y roba el espacio a lo planteado en la primera parte de la historia, y que era mucho más interesante. Una vez más, parece que Loo en realidad no tenía un final para la sitcom que había creado, y simplemente buscó el final más sencillo posible.

Cypher está decidido a convertir al krakoano en un lenguaje artístico, pero tendrá que dejar esa empresa en suspenso cuando sea llamado para ayudar en la investigación de un evento misterioso: de alguna manera, un humano entró por uno de los portales de la isla antes de colapsar, gravemente herido. Y ahora, una fuerza misteriosa parece estar saltando de un huésped mutante a otro mientras los quema. ¿Qué está pasando? ¿Podrá Doug Ramsey resolver el misterio antes de que más mutantes acaben muertos?

El ex-New Mutant Cypher es, contra todo pronóstico, uno de los personajes que más cobró importancia en la Era de Krakoa. Su aparentemente inocuo poder de entender todos los lenguajes y códigos, fue imprescindible a la hora de comunicarse con la isla mutante, de crear el lenguaje krakoano, y de permitir la simbiosis con la que se relaciona con los demás mutantes. Por ello, aunque lo vimos por aquí y por allá, era importante que contase con un protagónico, aunque sea en un espacio secundario como este. el escritor Alex Paknadel regresa para entregarnos una historia corta en extensión, pero alta en intensidad, con un concepto muy original que podría dar para mucho más.

Continúa el serial más largo de la serie, con más del periplo de Nature Girl por vengar a la madre naturaleza del daño recibido por la humanidad. Debido a las cuestionables acciones que está realizando, la historia abre con los Marauders enviando equipos improvisados ​​para rescatar a los humanos, contener el daño y , en general, actuar como los superhéroes agradables y tranquilizadores que se necesitan para mejorar las relaciones publicas. Steve Orlando aprovecha la oportunidad para dar cámara a personajes muy secundarios como Brutha Nature y Birdy, otros infrautilizados como Triage o personajes increíblemente olvidados como Alchemist, a quién conocimos en la miniserie Pryde & Wisdom, publicada en el lejano 1996.

No obstante, rápidamente el foco regresa hacia Lin, quién está siendo manipulada por las vejecitas de la Hordeculture para liberar al Armaggedon Man, otro personaje olvidado de los 90, y que en malas manos es capaz de provocar una destrucción similar a la que su nombre sugiere.