Héroes y Villanos - Superhijos: Cuando Sea Mayor
¡Pues sí! Luego de los números del medio del tomo de "Superman: Las Pruebas del Superhijo", continuamos con las aventuras de Damian Wayne y Jon Kent, Robin y Superboy, los Super Hijos. Tenemos en este tomo su primera aventura, y un poco más. Vamos a ello en esta colección de Héroes y Villanos DC de Salvat.
SUPERHIJOS: CUANDO SEA MAYOR
Contenido: Super Sons #001-005, Super Sons Annual #001
Guion: Peter J. Tomasi
Arte: Jorge Jiménez, Alisson Borges, Paul Pelletier
Pues, si les quedó gustando la dinámica de Superboy y Robin del tomo anterior, pues pasen a un tomo dedicado totalmente a ello. Los primeros 4 son una breve aventura que involucra a Lex Luthor (que en esos tiempos se hacía llamar Superman) y una versión pequeña de Amazo, el androide que puede imitar poderes. El número 5 es un corolario, donde profundizamos en la relación entre ambos infantes, para pasar al Anual, un número dedicado a las Súper Mascotas.
Como les comentaba antes, esta dupla funciona a la perfección por lo opuesto de sus personalidades. Por un lado, Damian no solo es un Batman pequeño. Es soberbio y manipulador. Y Jon, no es perfecto como Superman, está aprendiendo sus poderes, es más ingenuo y también, muy niño. El hacerlos equipo fue una gran decisión, y vemos en estas páginas cómo explota esta interacción.
En su aventura anterior, tuvimos un ambiente controlado: siempre estaban sus padres cerca y no había un verdadero peligro. Esta vez, se meten de lleno en el mundo real, a escondidas. Todo parte claro, por la mala influencia de Damian, que siempre quiere hacer de las suyas. Jon a regañadientes se deja arrastrar, pero siempre busca volver a su padre cuando las cosas se complican.
Tal vez nunca sintamos realmente en peligro a nuestros protagonistas, y luego del cuarto número pasamos a historias más simples, pero esta incompatibilidad/complicidad entre ambos funciona tan bien que el tomo se pasa volando. Además, en las primeras cuatro entregas tenemos el muy atractivo arte de Jorge Jiménez. El español se hizo muy conocido y querido por sus trazos en esta etapa. Su arte es detallado y dinámico, ideal para estos tomos con ambiente tan juvenil.
El quinto número es una pequeña batalla de los jóvenes en la Bati-Cueva. Esta vez es Jon el que mueve la acción, confrontando a Damian. Un cierre simpático que abre las puertas a continuar las aventuras de ambos, y el reflejo también de cómo se llevaban sus respectivos padres cuando se conocieron. Acá el arte es de Alisson Borges, que es más exagerado con sus expresiones que Jimenez (a este número se le nota más la influencia del manga), pero también es muy funcional para el tono distendido del cómic.
Cerramos con el número Anual, que como adelantaba, se centra en animales. Krypto, Titus, Bat-Cow (Bati-Vaca), Streaky (el Super Gato), y Flexi el pájaro elástico. Claro que la historia comienza con Robin y Superboy, quienes ya son un equipo y van resolviendo casos juntos. Krypto detecta la investigación sobre animales desaparecidos, y decide unir a su equipo para rescatar a las mascotas. Vemos que esta liga tiene sus propios dramas y pasado, lo que da un poco más de peso a esta pequeña aventura. Pasamos al arte de Pelletier, quien tiene la difícil tarea de hacer un cómic centrado en animales que no hablan, pero aun así lograr transmitir emociones, lo que sabe llevar a cabo, además de llevar bien la continuidad artística de Jimenez.
En fin, es un tomo muy simpático, y Tomasi mantiene su ritmo ágil en su guion, conociendo bien a sus personajes y sabiendo sacar jugo a sus interacciones. Me gustaría que hubiera más tomos de esta pareja.