"Andor" (2022) de Tony Gilroy: Acercando la Galaxia
Las películas de Star Wars marcaron un antes y un después en el cine norteamericano. Los estudios se dieron cuenta de que se podían contar historias que atrajeran a todo tipo de publico y hacer mucho dinero, acuñando el termino “blockbuster” para estos productos.
Para George Lucas significo una relación tortuosa con los fanáticos de su creación, que a medida que avanzaba el tiempo, no veían sus infinitas expectativas satisfechas por un Lucas que nunca estuvo interesado en lo que querían sus “fanáticos” si no su propio interés.
Después de dos trilogías y muchos productos derivados, Lucas vende su propiedad mas preciada a Disney y la gente veía con esperanza lo que podía hacer la multinacional con esta propiedad tan querida. Para hacer el cuento corto, los esfuerzos de Disney se centraron en satisfacer a fan mas acérrimo, que estaba mas interesado en volver a lo básico, dejando de lado la política que Lucas insuflo en sus precuelas y haciendo volver esa historia “inocente” protagonizada por la familia Skywalker.
En estos momentos, Star Wars es un Ouroboros, un titan que avanza en círculos engulléndose a si mismo por el miedo que tiene Disney de hacer enojar a un pequeño grupo de fanáticos que son muy vocales en redes sociales. No se puede negar que ha habido destellos luminosos bajo la mano de hierro de la multinacional, como lo pueden ser la primera temporada The Mandalorian o la película derivada Rogue One. Pero nada ha sido tan estimulante como lo que Lucas trataba de crear sin darle muchas explicaciones a nadie, cuando tenia la voluntad de hacer avanzar la historia.
Rogue One se podría decir que fue un éxito de chiripa. Son numerosos los reportes de que el film dirigido por Gareth Edwards nunca tuvo completamente la aprobación del estudio. En lugar de dejar que el director hiciera la película que había imaginado, los ejecutivos del estudio interfirieron en la producción, trajeron a Tony Gilroy para que reescribiera el guion y volvieron a rodar el acto final de la película de Edwards.
La historia respondía el como la Alianza Rebelde se había hecho con los planos de la Deathstar a través de Jyn Erso y Cassian Andor, dos aliados sin mucha química que debían zanjar diferencias si querían dar una oportunidad a los rebeldes contra el imperio y su gigantesca maquina bélica. Robar los famosos planos daba una oportunidad de oro que no debía ser desperdiciada.
Gilroy, que venia fuertemente abalado por su trabajo en la saga de Jason Bourne, era una elección interesante para dar a la Alianza Rebelde una visión de lo que realmente podían ser: un grupo terrorista ante los ojos del Imperio, capaces de hacer todo lo necesario para cumplir sus metas. Claro que toda esta idea no cae en el vacío o el cliché cuando se ve de lo que es capaz el Imperio y que efectivamente, debe ser detenido a toda costa.
Todas estas ideas son apenas desarrolladas en Rogue One por obvios motivos, pero esto dio a Gilroy la oportunidad de desarrollar una serie donde podría explotar estas ideas y muchas más gracias a la dinámica de fascismo y rebelión que posee Star Wars.
Y vaya que el hombre cumplió con todas las expectativas que se pudo haber hecho cualquier persona que haya visto Star Wars en los últimos quince años.
A primeras luces, muchos dijimos que no era necesario el contar la historia de Cassian Andor, una especie de espía rebelde que se movía en el bajo mundo de esa galaxia tan lejana. Sabíamos como termina su viaje gracias a Rogue One, como una especie de debut y despedida, pero Gilroy se ha decantado por responder preguntas que pensábamos que no necesitábamos respuestas.
Star Wars, al contrario de lo que digan ciertos fans mononeurales, siempre ha tenido el elemento político como ingrediente. La trilogía original era básica en este aspecto pero no por ello se puede descartar: el imperio era un estado fascista con una maquinaria bélica enorme, uniformes impecables y marchas militares claras. Los rebeldes eran todo lo contrario, eran desordenados, con armamento anticuado, diverso en etnias y pequeño en efectivos.
Todo era muy claro de leer, esos que parecen nazis eran los malos y esos que parecen el vietcong eran los buenos. Fin.
Para las precuelas, Lucas decidió complicar las cosas, metiendo políticos con doble cara, presiones económicas y como el miedo generalizado y la simplificación de la realidad nos lleva a elegir el fascismo como opción, sin medir consecuencias. Por supuesto, los fans mas extremos odiaron estas películas en su momento de estreno. Mas duelos con sables y menos cháchara clamaban. No son buenas películas, pero justamente esas ideas políticas son lo mas interesante de esta parte de la saga.
Gilroy por otro lado, se la juega por un show que complica aun mas las cosas. Andor no tiene ningún elemento fantástico característico de la saga, ni jedis ni siths, no esta esa religión mística, ni fantasmas que hablan del mas allá para dar consejos al protagonista. Andor trata de un grupo de gente que están presionados por la realidad en que habitan: el Imperio esta en ascenso y mas vale cuadrarse con ellos o sufrir las consecuencias.
A partir de aquí vamos a repasar ciertos elementos de Andor que podrían considerarse spoilers. Si quieren una recomendación rápida de como es la serie, aquí va: es excelente. Si no la han visto, háganlo inmediatamente. Es una montaña rusa de emociones que parte bajo, pero que termina muy alto y aprovecha cada capítulo. Si ya la han visto y quieren seguir rayando la papa como yo, pueden continuar leyendo sin problemas.
El show comienza con un Cassian Andor que no sabe su lugar en la vida. Hace pequeños robos para mantenerse a flote mientras tímidamente trata de encontrar pistas que lo llevaran a su desaparecida hermana. Ferrix, el sistema donde vive, es un planeta de clase obrera, habitado por humildes personajes con un fuerte sentido de pertenencia. Desplazados de todo conflicto, no están muy conscientes que en el centro de la galaxia ha habido un cambio de poder y ahora es el Imperio el que maneja todo.
Una de las primeras ideas que maneja la historia es como el capitalismo no tiene consciencia y rápidamente puede aliarse con cualquier sistema político mientras este lo deje acumular dinero tranquilo. A Ferrix no ha llegado la sombra del Imperio, en vez de eso, es manejada por una desconocida federación de comercio que trata de mantener las cosas a raya, sin aportar nada socialmente.
Completamente apartados, nada parece aliviar para sus habitantes, que no ven ninguna mejora en sus vidas, por lo que se han aislado de sus gobernantes y solo se tienen a ellos mismos como apoyo. Hay un sentimiento de desgano en cada esquina de Ferrix, donde los obreros simplemente trabajan y de cuando en cuando celebran alguna fiesta étnica ante las atentas miradas de sus invisibles opresores. Es el típico “no me importa por quien vote, yo mañana tengo que trabajar igual”.
Pero las acciones de Cassian hacen que el Imperio identifique a Ferrix como un posible foco de actividad rebelde y le quita el control del sistema a esta federación de comercio, poniendo una base militar en el planeta. Efectivamente Andor estaba trabajando con los rebeldes, para poder acumular unos pesos mas, cansado y perdido en ese desganado Ferrix que ahora comienza a ser presionado.
Como dije, la serie presenta un puñado de personajes que viven bajo este régimen opresor y eso incluye a quienes apoyan este orden artificial. Syril Karn es una especie de supervisor que ha perdido su trabajo con la llegada del imperio a Ferrix, siendo uno de los que gratamente trata de validar esta opresión constante en el planeta. En cierta forma, Syril y Cassian con espejos de la misma situación, ambos están perdidos en esta olla a presión y ambos terminan en cierta medida a la deriva.
Lo que los diferencia ambos es el camino que son obligados a tomar. Mientras que Cassian debe huir de Ferrix para no ser encontrado por el Imperio, Syril decide que ha toda costa debe ser parte del mismo, porque de alguna forma no tiene un sentido de pertenencia tan desarrollado como el de Cassian. Este patetismo habla directamente a una generación de jóvenes que se han acercado al fascismo porque se sienten socialmente abandonados. No son reconocidos por sus logros, ni por sus esfuerzos y se vuelcan ha un sistema que promete orden y que les aseguran méritos y reconocimientos.
Cassian tampoco es libre de este aislamiento. Su siguiente aventura lo lleva lejos de Ferrix, a Aldhani, empujándolo hacia los rebeldes que había tratado de evitar para no llamar la atención. Impulsado por las necesidades económicas, acepta un trabajo peligroso, donde conoce a verdaderos rebeldes. Siempre manteniendo las distancias, Cassian establece que solo esta ahí por el dinero que supone terminar este peligroso trabajo, algo natural si vemos lo pobre ha sido su vida en Ferrix.
Los rebeldes son presentados por un variopinto grupo de personas, de diferentes razas y estratos sociales. Los empezamos a conocer y empezamos a intuir algo que se volverá la máxima del show: el orden que ofrece el imperio es un orden falso, un engaño que perpetúa gracias a su enorme maquina bélica, pero que es insostenible en el tiempo.
Aldhani es presentado peor que Ferrix. Si bien es un planeta verde, lleno de vegetación, la vida se ha recogido al máximo. Es otro sistema periférico, donde sus habitantes celebraban una fiesta étnica que el imperio ha reducido a su mínima expresión. Ese orden que promete este fascismo, le ha quitado esa identificación cultural local propia al planeta. Los mismos efectivos del Imperio no tienen ni un respecto por las costumbres locales, están ahí casi como un castigo, custodiando el capital del supuesto gobierno que representan.
Una de la figuras que mas sobresalen de este arco es la de Karis Nemik, un rebelde idealista que ha creado un manifiesto que trata de comprimir en pocas palabras lo que significa la rebelión. Nemik ve en Cassian a alguien que puede creer en la causa, incluso a través de esa imagen resentida que el protagonista muestra. Probablemente, Nemik ha sabido leer a Cassian porque tenga una historia común con él, quizás un origen humilde y la incapacidad de poder prosperar bajo el régimen del imperio. O quizás ambos han perdido a alguien cercano de forma colateral en esa búsqueda del orden que trata de brindar el Imperio en toda la galaxia.
Esto nunca es rebelado y Nemik muere aplastado literalmente por el capital del Imperio que están tratando de robar, en una secuencia trepidante de escape en una lluvia de meteoros que es la base de la fiesta étnica en Aldhani. Andor ha cumplido su meta y posee una buena cantidad créditos para alejarse lo mas posible del imperio sus preocupaciones. Y ha heredado involuntariamente el manifiesto que Nemik custodiaba con tanto ahínco.
Antes de seguir es conveniente apuntar tres personajes que hasta ahora han entrado y salido del show dejando huellas claras de hacia donde apunta Gilroy con su guion. El primero es Dedra Meero, una supervisora de la Oficina de Seguridad Imperial –una especia de Central de Inteligencia del Imperio-, que esta en la búsqueda de Andor y su conexión con los Rebeldes. Dedra es una mujer eficaz en su trabajo como inspectora, un sabueso con olfato impecable que si tuviera un mejor poder de decisión en la jerarquía imperial, ya habría atrapado a Andor y eliminado a los rebeldes.
Pero Dedra esta atrapada en una estructura patriarcal que la mantienen en los niveles bajo de poder. A pesar de su efectividad, le cuesta ser reconocida por sus superiores hasta ya muy tarde y ha veces es cegada por este mismo sistema que esta tratando de hacer prevalecer en el tiempo. Dedra es un personaje que en otro contexto sería la típica historia de superación, de como el constante esfuerzo nos hace llegar a nuestras complicadas metas, pero el show siempre nos recuerda que Dedra, como sus superiores y todo el sistema al que representa no posee principios ni humanidad. El fin justifica cualquier medio para lograr que todo este en una falsa quietud alimentada por el miedo.
El segundo personaje es Luthen Rael, el contacto que tiene Cassian con la rebelión. Luthen es un personaje que a simple vista parece un capo. Siempre sabe salir jugando de cualquier situación, tiene un plan para cualquier eventualidad y sabe que decir exactamente para ganar sus discusiones. Pero también se ve un personaje completamente quebrado por dentro.
Luthen es un líder rebelde que sabe que nunca verá el final del túnel. Es una persona que ha traicionado todo sus principios y ya pasó el punto de auto-justificarse por cada decisión difícil que toma. En cierta medida, se deja ver que Luthen es un descreído de la rebelión y solo lucha porque no tiene vuelta atrás, aunque posee una pequeña esperanza que sus esfuerzos beneficiaran a generaciones futuras.
Y a pesar de lo capo que pueda verse, Luthen esta atrapado por la naturaleza del conflicto. Reveladora es esa conversación con Saw Gerrera, un rebelde extremista que se cree el verdadero rebelde. Ambos no pueden ponerse de acuerdo y unir fuerzas para combatir al Imperio. Saw no confía el Luthen porque siempre lo ve maquinando cosas tras una cortina –Luthen vive una mascarada muy cerca del Imperio, como anticuario- y cree que sus métodos no son dignos. Un ejemplo perfecto de como los movimientos de izquierda modernos son incapaces de ponerse de acuerdo por el bien común, y se pelean por demostrar quien es el mas puro e idealista.
Por último tenemos a Mon Mothma, una senadora imperial que ayuda en secreto a fundar la Alianza Rebelde, que vive atrapada en un matrimonio vacío, con una hija a punto de repetir los mismos errores de su madre. Mon es un personaje estoico hasta cierto punto, pero completamente sobrepasado por la situación que la envuelve. Trata de financiar a la Alianza Rebelde mientras participa de un senado que no tiene ni un peso en el orden social que maneja el imperio. Simplemente es un elemento decorativo y ella sabe que en cualquier momento se va a disolver. Su marido básicamente no es un aporte para ella, debido a que su matrimonio fue arreglado por las tradiciones de su planeta y su único apoyo real es su prima Vel Sartha, una rebelde que se desempeña en campo, lejos de las tribulaciones de la alta sociedad.
Mon tiene que debatirse entre su carácter humanitario y la necesidad de mantener la rebelión a flote. Debe lidiar con peligros completamente diferentes a los Luthen, pues cerca de ella hay personajes de los que nunca estas seguro de sus intensiones reales. Lo peor para ella es la necesidad de proteger a su ignorante hija, que no tiene idea de lo que se esta jugando en los rincones periféricos de la galaxia. Es un personaje con un equilibro delicado, que maneja sentimientos de frustración e impotencia, que implora una catarsis a gritos, pero que es silenciada por la presión del imperio.
Con dinero en el bolsillo, Cassian decide alejarse lo mas posible de Ferrix y el Imperio. Pero Gilroy nuevamente apunta una idea que está respaldada por la realidad: no puedes escapar del fascismo, por mas lejos que intentes llegar. Andor es detenido en un control de identidad y es enviado a Narkina-5, una prisión de trabajos forzados que tiene mucho parecido al enorme complejo presidiario localizado a las afueras de San Salvador y anunciado por el Nayib Bukele como “la cárcel más grande de toda América”.
Narkina-5 es casi un estado mental. Los presos pasan días fabricando piezas para una desconocida maquinaria con la única esperanza de poder completar sus injustas condenas lo mas rápido posible. La prisión esta completamente deshumanizada, los guardias son mínimos, los presos están completamente descalzos y el miedo es proporcionado por un piso que amenaza con electrocutarlos ante cualquier desagravio. Aquí se presenta a Kino Loy, un preso que ha sido institucionalizado, que cree vehemente en el sistema que le hace pasar penurias y hace todo lo posible por mantener el status quo.
Pero Cassian ya intuye lo que se viene. Lo ha visto en Ferrix y en Aldhani. Lo ha visto cuando tuvo que abandonar su planeta natal por culpa del desastre ecológico provocado por el Imperio. Para ese sistema que tanto pregona sobre mantener el orden, sobre como todo se va a venir abajo si no los apoyan, sobre como es necesario mantenerlos en el poder para que las cosas funcionen, la verdad es que no están escuchando a nadie salvo a ellos mismos.
Cassian por fin se ha dado cuenta que su inacción no es una opción valida. Que todo su esfuerzo por juntar dinero y alejarse del sistema es vacuo, porque al final, el sistema lo va a alcanzar igual. Esta poderosa idea es lo Gilroy esta pregonando desde el primer capítulo. Y no es una idea romántica sobre como la rebelión va a ganar. Es la idea de que esta rebelión va a implicar enormes sacrificios para quienes la lleven a cabo. Pero va a llegar un momento, en que esta va a ser la única opción válida.
El mencionado Kino Loy se da cuenta rápidamente también. Sus esperanzas de una salida tranquila son en realidad un engaño para tomar una ruta fácil. La verdad es que nunca saldrá de Narkina-5 y nunca dejará de sentir miedo al cruzar cada esquina. Lo mas interesante es que Kino sirve para dar el paso final de Cassian hacia la Alianza Rebelde. Kino le muestra a Cassian que el camino que ha elegido, es el de una posta, donde el mensaje se va pasando de una persona a otra, con un sacrificio colectivo.
Así como Nemik se ha sacrificado y le ha legado su manifiesto, Kino se sacrifica por la liberación de los presos de Narkina-5, sin posibilidad de saborear la verdadera libertad. Lo mismo debe sentir Luthen, consciente que su camino es sin retorno. Esta postura para combatir al sistema injusto que probablemente la generación de Luthen permitió que floreciera, requiere una labor épica que es definida por los sacrificios inmediatos para aumentar las apuestas de un futuro libre, para ser reformado de forma mas justa.
Al final, tal como dice Luthen en una de sus conversaciones con Saw, la constante presión del Imperio por mantener el control a empujado a las masas oprimidas al radicalismo. No es necesario en ahondar mucho en las penurias que ha sufrido la gente de Ferrix para entender su levantamiento final. Las hemos vivido junto con Cassian. Sabemos que todos los torturados en Ferrix terminarán en una prisión como Narkina-5. Sabemos que los ritos fúnebres pronto serán erradicados como las fiestas étnicas en Aldhani. Sabemos que la ecología del planeta puede ser destruida en un descuido del Imperio.
Si estos personajes tan mundanos, tan cercanos al común de la gente, se dan cuenta lo que les depara el futuro ¿Por qué deberían quedarse con las manos abajo? El final de la serie es explosivo, pero con un sentido de la dramaturgia. Hemos sido testigos de horrendos crímenes que se justifican bajo la visión de un orden vacío e inexistente. Hemos visto como una olla a presión se ha desbocado y ahora expulsa rabia y frustración.
La serie tiene un sin numero de otros componentes que la enriquecen. Hay personajes que llevan una doble vida por su género, otros que son aplastados por el sistema que no tiene tiempo para sus necesidades especiales. Vemos una interesante idea de como el colonialismo ha destruido comunidades completas, en un suicidio cultural asistido. Cada episodio de enriquece con los paralelismos que hace la serie con la vida real. Se enriquece con la misma política que Disney ha tratado de evadir para no enojar a esa minoría escandalosa que cree que Star Wars es solo para evadir la realidad.
Andor es todo lo contrario a cualquier producto de evasión. Apunta demasiado fuerte y demasiado bien al panorama actual. Nos recuerda que estamos bajo un sistema que nos puede dar ciertas garantías pero que también oprime a ciertos grupos sociales. Es un espejo a nuestra realidad, completamente limpio para que lo veamos claro. Sin magos espaciales, sin duelos con espadas mágicas, sin fantasmas del pasado dándonos consejo. Andor cree en el espectador y lo invita al debate, la reflexión y a sacar sus propias conclusiones. Y eso es lo que necesita Star Wars. No un muñequito de Yoda nuevo o una versión joven de Luke, ahora digital. Necesita en creer en el espectador, en su capacidad de análisis y de empatía con los personajes nuevos que presenta. Es una galaxia muy muy lejana, quizás ya sea hora de acercarla al común de los mortales y esperar lo mejor.