"Wolverine/Punisher" (2004), de Peter Milligan: el santuario del mal
Aunque últimamente se ven poco por nuestro sitio, no nos olvidamos de los artículos de la sección Caballeros de la Mesa Marvel, textos que dedicamos a destripar las obras que se publicaron bajo el sello Marvel Knights, iniciativa de la Casa de las Ideas destinada a editar obras con temáticas un poco más experimentales, o tramas más adultas y crudas. En esta oportunidad, nos sumergimos en la espiral de violencia nacida de las garras de Logan y el armamento de grueso calibre de Frank Castle, para repasar Wolverine/Punisher, serie limitada protagonizada por esos dos rudos personajes.
Wolverine/Punisher es una serie limitada de cinco números, publicados a partir de marzo de 2004. En guiones, encontramos al destacadísimo escritor Peter Milligan —X-Statix, Hellblazer—, garantía de una calidad asegurada, mientras que en dibujos se nos presenta el trabajo del también siempre cumplidor Lee Weeks. En tanto, todas las portadas son realizadas por artistas distintos, partiendo con Mike Deodato Jr., y siguiendo con Gary Frank, Chris Brunner, Clayton Crain y Greg Land.
Para alguien poco habituado a ellos, Frank y Logan podrían parecerle una pareja improbable, pero la realidad es que la naturaleza de disparar primero y preguntar después de ambos, los ha llevado a tener varios encontrones en en su trayectoria, no siendo esa su única semejanza. Logan nació con el nombre de James Howlett, heredero de una rica familia, hasta el momento en que se descubrió que era un monstruo de peligrosas garras. Luego de una vida errante, un día es capturado por la organización secreta llamada Weapon X, que recubre su esqueleto con adamantium. Finalmente, se hace miembro de los X-Men, aunque se permite muchas aventuras en solitario, donde da rienda suelta a sus instintos más animales.
También Frank Castle sufrió un acontecimiento que lo transformó en un ser implacable. El ver a su familia acribillada por las armas de un grupo de mafiosos, que no querían testigos de sus actos, lo convirtió en alguien frío y despiadado, el vigilante conocido como Punisher, cuyo único objetivo es acabar con todos los criminales. Como decíamos, entre los dos antihéroes no hay buena relación, aunque en ocasiones han unido sus fuerzas para acabar con los malhechores a los que se enfrentaban, convirtiéndose en una pareja destructiva y letal.
Pero ciñéndonos a la obra que nos convoca, la trama arranca en lo más profundo y oculto de Sudamérica, donde existe un lugar de leyenda al que sólo han llegado unos pocos elegidos. El lugar corresponde a un escondite en que los delincuentes más buscados del mundo se refugian, y donde nadie puede encontrarlos. Nadie, claro, excepto Punisher y cierto mutante provisto de garras de adamántium, quienes tienen más de algún asunto pendiente.
No hay que ser muy versado en esto de los superhéroes para saber que si en portada vemos los nombres de Wolverine y Punisher, en el interior encontraremos un cómic más basado en la acción desenfrenada que en las emociones, con un vendaval de sangre, vísceras, garras y balas. Porque sabemos que cualquier historia en que compartan protagonismo dos de los personajes más violentos de la Casa de las Ideas será una pesadilla para cualquier antagonista con que se encuentren, y será un festival de pirotecnia y metralla.
El encargado de narrar esta explosiva aventura es Peter Milligan, aclamado escritor responsable de joyas absolutas, como Shade The Changing Man y Enigma, para el sello Vertigo de DC Comics, o de X-Statix y Sub-mariner: The Depths, para Marvel, entre muchas otras. Eso sí, Milligan no se complica la vida y para el argumento no utiliza más que el ineludible lugar común de estos típicos crossovers, en el que los protagonistas de turno se encuentran por azares del destino, se enfrentan entre ellos y luego forman equipo contra una amenaza común. Como decíamos, en este caso la amenaza no es otra cosa que un lugar perdido en el patio trasero del planeta, habitado por algunos de los peores asesinos y criminales de similar ralea, o sea, un imán irresistible para Punisher, por tener la oportunidad de poder masacrar a criminales sin preocuparse de ocasionar daños colaterales. Logan, en tanto, debe proteger a un testigo clave en un juicio, por lo que el conflicto es inevitable.
No obstante la forma, como siempre Milligan entrega un fondo muy adecuado, de buena base, y tremendamente divertido. Tanto Frank como Logan son retratados de la forma que los conocemos, actuando siempre bajo los estadios que los hacen ser personajes reconocibles. No se puede decir mucho de los secundarios, o más acerca de la trama misma, pues están ahí solo para el lucimiento de ambos personajes, y para demostrar que son dos máquinas de matar, dos verdaderas fuerzas de la naturaleza. Aunque sabemos que son mucho más que eso, claramente no es el objetivo de Milligan bucear en dichas aguas.
En el apartado artístico, Lee Weeks también hace un buen trabajo. Con su estilo, y el aporte del entintador Tom Palmer, contribuye a crear ese ambiente oscuro que viene como anillo al dedo para las historias que transcurren en lugares infernales, perdidos en medio de la selva. Quizás la figura de Weeks no sea una de las más reconocidas del panorama artístico del cómic USA, ya que nunca ha sido ni será considerado una superestrella. Sin embargo, este dibujante lleva al pie del cañón desde los años ochenta y su profesionalidad, su estilo realista —a veces comparado con el de Steve Epting— y su buen hacer son algunas de las características de su perfil creativo, todas las cuales quedan de manifiesto al hojear estas páginas.
En definitiva, Wolverine/Punisher es el típico cómic con un argumento simple y sencillo, cuyo único objetivo es decantarse por la violencia y la acción pura y dura. O sea, es como ver un capitulo cualquiera de Los Magníficos, o una película de acción de actores como Stallone o Statham. Eso sí, el prestigio de Peter Milligan y Lee Weeks no es gratuito, así que el resultado final contiene una calidad e interés suficiente para darle una hojeada, tanto si eres un fan de cualquiera de sus dos protagonistas, o solo quieres leer un cómic que te haga pasar un buen rato.