Los Héroes Más Poderosos de Marvel: El Soldado de Invierno
James Buchanan Barnes, Bucky para los amigos, fue el joven compañero del Capitán América durante la II Guerra Mundial, cuya muerte atormentó al héroe de las barras y estrellas desde siempre. Eso, hasta que regresó del más allá en la gloriosa etapa de Ed Brubaker en Captain América, con el nuevo nombre código de Soldado De Invierno. Desde entonces, aunque ha seguido ligado al entorno de Steve Rogers, ha vivido muchas aventuras independientes. Muestra de ello encontraremos en el tomo Salvat de hoy, Los Héroes Más Poderosos de Marvel: El Soldado de Invierno.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: EL SOLDADO DE INVIERNO
Contenido: Captain America Vol.5 #6 (2005) y Winter Soldier: The Bitter March #1 al 5 (2014),
Guion: Ed Brubaker, Rick Remender
Dibujo: Steve Epting, Roland Boschi
Hasta mediados de la década de los 2000, el mundo creía muerto a James Buchanan 'Bucky' Barnes, el joven camarada de Steve Rogers durante la II Guerra Mundial, cuyo trágico final siempre lo atormentó. Aunque sabemos que las resurrecciones están a la orden del día en los cómics de superhéroes, la muerte de Bucky era un tabú, y se mantuvo como una figura similar a la del Tío Ben o Mar-Vell: era irresucitable. Sin embargo, cuando llegó el guionista Ed Brubaker a Captain America, este venía dispuesto a transgredir barreras y marcar hitos. Es así como uno de sus primeros pasos fue traer de regreso a Barnes, aunque no sin antes llevarlo por un camino oscuro y difícil. Había nacido el Soldado de Invierno.
Desde luego, revivir a un personaje que llevaba décadas muerto era una apuesta difícil y arriesgada. Barnes regresaba y esta vez no era su copia de los años cincuenta desquiciada por el Suero de Supersoldado defectuoso que alguna vez conocimos. Era el Bucky de verdad, el que tantas veces habíamos visto sobre el misil enviado por Zemo y que moría heroicamente en el mismo accidente que congelaba a Steve hasta su reaparición en la era moderna. Lo que en un principio pudo ser presa de protestas de los fans que vivimos en un estado de indignación casi permanente ante los múltiples atropellos que sufren nuestros ídolos, finalmente se vio como un acierto, pues lo que Brubaker hizo es crear uno de los personajes más interesantes de la década, uno que se ganó por derecho propio su espacio en el Universo Marvel.
El tomo de hoy de la colección roja Salvat abre con Captain America #6, el número final del primer arco argumental de Brubaker en la serie. En él vemos en plenitud al Soldado de Invierno, un implacable asesino que debido a un lavado de cerebro no recuerda ser Bucky. Aunque desde lejos, ve por primera vez a Steve en décadas, lo que iniciará un efecto dominó que a la postre le servirá para recuperar sus recuerdos y lo que pueda de su vida.
No obstante, el grueso del volumen está ocupado por Winter Soldier: The Bitter March, miniserie de cinco números del año 2014, escrita por Rick Remender y dibujada por Roland Boschi. La obra es una especie de spin-off de Captain America, que en ese instante era guionizada por el mismo Remender, que había tomado la posta luego de la marcha de Brubaker. Por entonces, el escritor había escalado puestos poco a poco, hasta convertirse en un nombre importante dentro de la Casa de las Ideas.
Curiosamente, podríamos decir que en The Bitter March, el Soldado de Invierno es casi el acompañamiento. Principalmente la historia gira en torno a un par de agentes de S.H.I.E.L.D., el querido Nick Fury —el de verdad, no la versión junior que circula por Marvel en la actualidad— y el no tan conocido Ran Shen, que, para los observadores, es quien se convertiría en el malvado Iron Nail, de la ya nombrada etapa del Capi de Remender.
El argumento transcurre en 1966, con Shen embarcado en la misión de buscar a dos científicos nazis con la clave para ganar la Guerra Fría. Pero los soviéticos también quieren capturar a los científicos, por lo que han desplegado a su operativo más peligroso: el Soldado de Invierno. Su tarea: adquirir a los científicos por cualquier medio necesario, o matarlos para evitar que caigan en manos enemigas. Lo único que se interpone en el camino del asesino es un escuadrón de élite de Hydra dirigido por la Canciller Cassandra y Madam Worm, y sus propios recuerdos que amenazan con regresar.
A decir verdad, cierto grupo de lectores podrían sentirse algo estafados, por que como dijimos, el Soldado de Invierno no es el real protagonista de la miniserie. En efecto, el foco recae principalmente sobre Ran Shen, que básicamente es un James Bond asiático, donde el guionista utiliza el espacio para dar trasfondo y evolución a un personaje que había sido presentado solo algunos meses antes. Sabemos que Remender es garantía de trabajos siempre sobre la media de calidad, y acá no es diferente, pero leer esta obra sin conocer su etapa en Capitán América no genera tanto interés como si supiésemos de antemano que The Bitter March es una derivada de aquella. Saber el trágico giro que llevó a Shen a convertirse en Iron Nail le da el toque para llevar a estas paginas un paso más allá de una aventura de espionaje genérica.
Porque, básicamente, eso es lo que encontramos en este tomo. Un clásico y muy divertido thriller de espías de los años 60 con todos los ingredientes acostumbrados: los espías 'buenos', el espía 'malo', rusos, científicos nazis, terroristas, un héroe apuesto y una hermosa rubia, eso sí, con una ejecución correcta y apasionante.
Sin embargo, hay un tercer aspecto interesante en lo entregado por Remender. Es fácil entender que Bucky no sea el protagonista de la historia pues en ese entonces no era más que un autómata con el cerebro lavado por los rusos, pero a través de él, el guionista aprovecha para mostrar las practicas cuestionables e ideales no solo de la ex-URSS, sino también del bloque occidental. Ran, quedando más o menos al centro como un observador de ambos mundos, caerá en una cadena de pensamientos que lo llevarán a tomar decisiones que desembocaran en aquel final que no espoilearé, pero que pueden imaginar.
El apartado artístico está desarrollado por Roland Boschi, un artista tremendamente personal —aunque en realidad, en algunos momentos se nota un cierto parecido a un Mignola primerizo—, pero cuyo estilo dinámico y desenfadado se presta muy bien para una historia de estas características, a pesar de no ser tan certero en los rostros, que a veces no se parecen unos a otros dentro del mismo personaje. Otra cosa son las portadas de Andrew Robinson, cuyas especiales composiciones están muy inspiradas en el trabajo de Jim Steranko, no por nada éste se encargó en su momento de Nick Fury: Agent of S.H.I.E.L.D., de la que esta obra bebe muchísimo.
Para concluir, hay que definir que Los Héroes Más Poderosos de Marvel: El Soldado de Invierno es uno de los buenos tomos de la colección. Aunque el grueso del volumen no se enfoca principalmente en el Soldado del amor Invierno, si que nos entrega algo de información para conocer mejor al personaje —especialmente el primer capítulo—, a la par de presentar un bocadillo que acompaña y complementa el buen trabajo de Rick Remender en Captain America: si leíste esa etapa, excelente, pero si no, aún tenemos un gran cómic de espías, muy divertido y frenético.