"El Pequeño Libro del Rock" (2009): lectura a 45 rpm
Los melómanos somos legión. Quienes amamos la música no paramos en nuestro cejo de convertir a las masas hacia un arte que, con solo un par de acordes, puede cambiarnos la vida. A estas filas es a las que también pertenece el historietista Hervé Bourhis, quien en clave de cómic nos entrega una obra que corresponde a una sobredosis de datos, cronológicamente ordenados, sobre la historia de una de las corrientes más populares de la música moderna. Así que ponle play, y acompáñanos a reproducir, a todo volumen, esta obra llamada El Pequeño Libro del Rock.
Todo comenzó con las rockolas o jukeboxs, como quieras llamarlo, un invento diseñado por un fabricante de máquinas tragamonedas que, en el lejano año 1915, cambiaría la historia de la música para siempre. El blues se había convertido en la voz de todo un pueblo, cuando una cantante del género, Trixie Smith, graba por primera vez juntas las palabras rock y roll en una de sus canciones. Apenas diez años después, Adolph Rickenbacker inventa la guitarra eléctrica. Y no pasa mucho tiempo más antes de que venga al mundo un bebé llamado Elvis Aaron Presley, el mismo que pondría a mover las caderas a medio mundo con sus canciones irresistibles y lascivas.
Partiendo de esa base es que el autor, el guionista y dibujante francés Hervé Bourhis nos entrega El Pequeño Libro del Rock —Le Petit Livre Rock, en el original—, un cómic que recorre en orden cronológico un apasionante siglo de música a través de sus figuras más destacadas. Bourhis, especialista en obras de gran contenido en envases pequeños —El pequeño Libro de Los Beatles, El Pequeño Libro de la Ecología— nos entrega una colección de ensayos gráficos, más que de viñetas, que da cuenta de las vicisitudes del género más poderoso y vital de la música moderna.
Así, el cómic hace de cada hito de la historia de tal corriente musical una viñeta, un año tras otro, desde su génesis hasta nuestros días. Como decíamos, Bourhis es un melómano declarado, y además de hacer de esta una obra enciclopédica, ha querido resumir la historia de su propia banda sonora sentimental, la que ha acompañado su vida, y de rebote, la de muchas generaciones de oyentes. La obra existe en dos ediciones, una convencional, publicada en 2009, y una ampliada, revisada y calificada como la definitiva por su autor, del 2013. Ambas plantean un recorrido completo y minucioso por los distintos estadios que atravesado el rock desde su nacimiento hasta la actualidad.
Por tanto, y como puede suponerse, sus páginas exploran sus fuentes originales en el torrente del Rythm and Blues, asistiendo a su eclosión en los Estados Unidos a mediados de la década de los 50, y testificando su expansión planetaria a partir de los años sesenta, así como de sus sucesivas y múltiples mutaciones hasta llegar a la actualidad, en que si bien ha perdido su papel protagonista en el firmamento musical, sigue representado por exponentes que se niegan a abandonar la rebeldía y fuerza que encarna el estilo. Repleto de nombres, listas de títulos y anécdotas jugosas, El Pequeño Libro del Rock es un instrumento ideal para zambullirse las aguas de un género que ha puesto banda sonora a los siglos XX y XXI.
Dado lo anterior, los amantes más acérrimos del rock se sentirán como en casa, pero incluso los lectores más casuales encontraran la mención de más de alguna de las bandas que tienen en sus listas de reproducción. En estas planchas encontraremos la entrada en escena del Hillbilly, la invención de la Stratocaster, la irrupción de Little Richard, Jonny Cash, Gene Vicent. La beat generation y el piano en llamas de Jerry Lee Lewis. Chuck Berry, Ray Charles y la locura por el twist. El folk neoyorkino, Roy Orbison y Bob Dylan. El antes y el después en el curso de la Humanidad que trajo el nacimiento de los Beatles. James Brown, los Rolling Stones, los Kinks, los Doors. Tina Turner, The Who, y las ventanas que la psicodelia abrió a otros mundos y formas de sentir.
Y eso que todavía no hemos llegado a los años 70, donde el itinerario prosigue con el endurecimiento de Black Sabbath, los primeros pasos de los Jackson Five y la deriva de la Motown. Gainsbourg y el glam de T-Rex, New York Dolls y Bowie. Joni Mitchell y Bob Marley. Los Ramones, Patty Smith, Bruce Springsteen y Elton John. Queen y la revolución punk de los Sex Pistols. El futuro soñado por Kraftwerk. El heavy metal de Motorhead, Kiss, Iron Maiden y AC/DC. Talking Heads. El reinado en los 80 de Prince, Madonna y Michael Jackson, pero también el empeño inglés de The Cure y The Smiths. Los albores del indie, la depresiva rabia del grunge, y mucho más, porque esta historia sigue y sigue.
Para representar toda esta información, Bourhis se vale de caricaturas de solistas y bandas, y recreaciones de algunas de las portadas más icónicas de la historia del rock, lo que no se le da del todo mal, aun sin ser un dibujante muy destacado. Este Pequeño libro del Rock no es un cómic propiamente dicho, sino una sucesión de viñetas con nombres, datos y anécdotas para enriquecer un poco, o mucho, dependiendo de tu nivel basal, el nivel cultural musical del lector. Eso sí, como el libro no intenta ser una pieza académica ni didáctica, peca en muchos momentos de excesiva subjetividad, dedicando páginas enteras a artistas que tuvieron un breve momento de gloria, e ignorando grupos de mayor éxito o largas carreras musicales.
Quizá por lo mismo, es que el disfrute en mayor o medida de estas páginas depende tanto del lector como del autor. Bourhis, por supuesto, vuelca con mayor fuerza su propio bagaje, incluyendo artistas de la escena francesa o europea que puede que no conozcamos. De la misma manera, los lectores más jóvenes se sentirán cómodos con el último tercio del libro, dedicado a los años 2000 en adelante, pero para los mayores, las bandas ahí nombradas pueden ser en su mayoría desconocidas. Pero ese aspecto puede ser quizá uno de los puntos fuertes de la obra, que resulta de lo más instructiva: nada mejor que abrir una página cualquiera, buscar en Spotify, y descubrir música nueva. Tal y como dicen, todos los días se aprende algo.
En resumen, El Pequeño Libro del Rock es una sucesión de pulsos, o más bien de riffs, directos al corazón: una guía imprescindible para recordar los sonidos que cautivaron al mundo y para descubrir tesoros que aún hoy no hemos oído, pero también una panorámica reveladora no solo de los principales artistas y lanzamientos discográficos, sino de toda la cultura popular –el cine, la literatura, el arte, la moda, la cultura televisiva– que giró en torno al rock a lo largo de su andadura. Así que desde acá no puedo más que recomendar esta obra, para disfrutar en tu sofá favorito, acompañado de tu equipo de audio.
Porque, al final del día, it´s only rock and roll, baby.