"Popeye El Marino" navega hacia kioscos chilenos
Colaborador invitado: Mario Soto Molina
Cuando uno sobrepasa cierta edad, reconoce a algunos personajes de su infancia, ya sea porque los vio en tv o en cómics, pero que a la vez nos parecen tan familiares que a veces olvidamos que las nuevas generaciones no los conocen. Uno de estos personajes es Popeye, ese musculoso marino del ojo saltón —pop-eye—, que con su típica pipa vive las más absurdas y extrañas aventuras junto a su novia Oliva Olivo y sus amigos Pilón, Castor Olivo —hermano de Oliva—, Cocoliso —su hijo adoptivo—, Eugenio el Jeep —esa mágica criatura de la cuarta dimensión—, Pappy y tantos otros, que cada cierto tiempo deben enfrentarse a sus "enemigos" como Brutus y la Bruja del Mar —son villanos, son malvados, pero también son absurdos a veces—.
Afortunadamente, al auxilio de los nuevos lectores acude en ayuda Red Horse Editores, empresa que junto a Salvat, actualmente está surtiendo de cómics los kioscos chilenos a través de una serie de colecciones de las que ya les hablamos en este artículo. Aunque también está abocada al material nacional, como Barrabases, la editorial del caballito rojo parece comenzar a especializarse en títulos de la productora King Features Syndicate, lo que sin duda es algo de agradecer, para salir un poco del duopolio de Marvel / DC. Lo anterior queda plasmado en Las Mejores Historias de Popeye El Marino, nueva publicación que acaba de debutar en kioscos y puestos de revistas nacionales.
En ella descubriremos el variado universo de Popeye, afincado en su ciudad de Puerto Dulce, donde caben todos los personajes que se les ocurra a sus guionistas y dibujantes. La locura es una característica de sus historias, y en sus viñetas realmente todo puede pasar.
Un poco de historia
A modo de resumen, Popeye nació como personaje invitado en la tira cómica Thimble Theatre —conocida en español como Teatro Dedal— el 17 de enero de 1929. Fue creada por Elzie Crisler Segar, y el ser propiedad de la King Features Syndicate le permitió ser publicada en muchos periódicos de E.E.U.U. y luego en el mundo entero. La popularidad de este marinero pendenciero y bonachón lo llevó a adueñarse de la tira, que pasó a enfocarse en sus aventuras, manteniendo a la familia de Oliva, su interés amoroso, como secundarios recurrentes.
Tras la muerte de Segar, el testigo lo han tomado distintos artistas que se han encargado tanto de la tira diaria como de la dominical. Los más renombrados han sido Bud Sagendorf y especialmente Bobby London, quien le dio varias capas extra de crítica social y actualidad a la tira en los '80, incluso con varias controversias de por medio.
Popeye en español
Además de las tiras de prensa, Popeye también contó con su serie de comic books. Muchas editoriales han publicado al personaje en español, pero actualmente las únicas ediciones medianamente conseguibles son unos tomos recopilatorios de E.C. Segar —4 tomos de editorial Kraken, que continuaban los dos primeros que antes había publicado Planeta—, 2 volúmenes con los trabajos completos de Bobby London, y otro con cómics de Bud Sagendorf, también de la editorial Kraken.
Lo demás es difícil de conseguir, a menos que uno vaya a puestos de revistas usadas en ferias y persas donde, con muchísima suerte, es posible encontrar unos libritos editados por la editorial colombiana Oveja Negra.
Popeye en los kioscos chilenos
Red Horse, quien anteriormente nos sorprendió con una colección dedicada a Olafo el Vikingo, vuelve a las tiras cómicas con Las Mejores Historias de Popeye El Marino. La colección, que comenzó el 15 de junio y que cuenta con cadencia quincenal, reunirá en 15 libros una mixtura de tiras diarias y dominicales, todas ellas publicadas a todo color. A pesar de que en portada sale el nombre de Hy Eisman, dentro también encontraremos los trabajos de Bud Sagendorf, con tiras dominicales y diarias respectivamente. Además, acá no encontraremos solo chistes, sino que también historias más largas que se componen de distintas tiras, que aunque cada una es relativamente independiente y termina de forma graciosa, concluyen dejando el gancho para la siguiente.
La calidad de la edición es similar a lo que vimos en colecciones anteriores —mismo formato de tapa blanda, tipo de hoja—, estando directamente emparentada con la de Olafo por el tipo de material e impresión. Si es por encontrar algún detalle, quizás alguna página tienda a transparentar, pero mientras uno lee pasa desapercibido. Además, en algunas viñetas de las tiras diarias se ven algunos bordes "aserrados", no llegando al extremo de estar pixelado, pero para ojos más expertos, es un detalle notorio.
Que sepamos, este material solo está disponible en la web de ComicsKingdom, por lo que esta colección es inédita, siendo con mayor razón un imprescindible para los fanáticos de Popeye y de las tiras cómicas.
Apreciación personal y palabras finales
Habiendo leído el primer tomo, puedo asegurar que es muy entretenido. Cuando uno entra en el juego del tipo de humor extraño que se vive con Popeye, es un disfrute sin parar. Quizás las tiras diarias de Sagendorf sean mucho más creativas y alocadas que las dominicales de Heisman —que además tiene un estilo de dibujo más estático, contra las otras que son más dinámicas y visualmente más atractivas—, pero ambas se complementan y podemos ver distintos aspectos de la vida del marino y sus amigos. Sin duda es una gran apuesta de Red Horse y un motivo de felicidad para quien escribe ver estos cómics en kioscos.