Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Deadpool
El popular e insufrible Wade Wilson no podía faltar en cualquier colección marveliana que se precie. Y es por ello que más temprano que tarde lo tendríamos haciendo uso de su verborrea en las páginas de la colección roja Salvat. Sangre, sarcasmo, cháchara, violencia y más violencia es lo que encontraremos en Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Deadpool.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: DEADPOOL
Contenido: New Mutants #98 (1991) y Deadpool: Suicide Kings #1-5 (2009)
Guion: Fabian Nicieza, Mike Benson
Dibujo: Rob Liefeld, Carlo Barbieri
Deadpool es un personaje que a estas alturas no necesita ninguna presentación. Todo el mundo conoce sus características y señas de identidad, así que para no pecar de la misma locuacidad que el buen Wade, pasemos directamente a referirnos al tomo que lo tiene como absoluto protagonista, en el que encontraremos su primera aparición, ocurrida en The New Mutants #98, y la miniserie Suicide Kings, publicada a fines la primera década de este siglo.
The New Mutants #98 —1991— es, querámoslo o no, un número histórico. Y no necesariamente porque sea un buen cómic, ni una historia imprescindible, sino más bien porque simboliza toda una época y un movimiento. Tanto New Mutants en su etapa final, como el Spider-Man de McFarlane o los X-Men de Jim Lee supusieron un hito: independientemente de su calidad, hicieron historia, porque en ellos se puede apreciar claramente toda una década, la de los noventa. Y este cómic –que tampoco es un despropósito absoluto–, pese a no trascender por sus valores artísticos, es un imprescindible por más de un motivo. Su autor, Rob Liefeld, siempre ha estado en la palestra por su calidad como dibujante, pero a finales de los ochenta y comienzos de los noventa tenía un éxito indiscutible.
Poco tiempo antes, Rob "no puedo dibujar pies" Liefeld se había hecho cargo de la moribunda colección de los Nuevos Mutantes, que agonizaba en el limbo mutante de la intrascendencia, y en tan solo 13 números consiguió convertirla en la antesala de una de las series más exitosas de la editorial, X-Force. La introducción de su particular grafismo, y un nuevo puñado de personajes levantó una franquicia que ya era popular hasta el mismo olimpo de ventas. Y ningún mejor ejemplo que el hecho de que el extraño enpijamado de rojo que aquí debutaba se convirtió desde el inicio en uno de los grandes bombazos editoriales.
El guionista Fabian Nicieza concibió a Deadpool como un villano para los Nuevos Mutantes, y en especial para su líder, Cable. Nicieza y Liefeld lo crearon con el único objetivo de ser cool, y todo en él apuntaba hacia allí: su traje rojo y negro, heredero de los de Spider-Man y Deathstroke; su abundante armamento, que incluye espadas —a veces una, a veces dos, y a veces ninguna, dependiendo de la ganas de dibujar de Liefeld— y rifles enormes que nadie sabe dónde los lleva guardados; sus bocadillos de texto, con esos bordes coloreados, y su locuacidad incansable. Era la antítesis del asesino silencioso, el ninja sigiloso que te ataca a traición y del cual no puedes escapar, y por el contrario, seguramente sus víctimas le rogaban que los matase pronto con tal de dejar de oírlo.
Como cómic en sí, este The New Mutants #98 es bastante prescindible. Rob Liefeld dibuja con su habitual desdén por las más básicas nociones de anatomía, continuidad o narrativa, por no hablar de su incapacidad para dibujar fondos y pies. Carente de toda formación reglada, Liefeld aprendió a dibujar copiando poses de otros dibujantes, y eso se nota en sus páginas. No obstante, ya sabemos que el mérito de estas páginas es el de haber introducido en el Universo Marvel a un par de nuevos personajes que han dado mucho de lo que hablar años después: Domino y, por supuesto, Wade.
Saltamos ahora al resto del tomo, que está ocupado con Deadpool: Suicide Kings. Esta es una serie limitada de 5 entregas, publicada en 2009, con guiones de Mike Benson, y dibujos de Carlo Barbieri. El último encargo del mercenario boquifloja lo ha metido en un mundo de problemas. Todos quieren una parte de él, y esta vez, por un crimen que no cometió. Alguien lo ha incriminado, y podría ser el mismo tipo que lo contrató, que podría estar usando a Wade como comodín en una apuesta retorcida. Pero si nuestro ¿héroe? va a limpiar su nombre y repartir un poco de venganza, primero deberá evitar ser capturado y castigado por algunos de los jugadores más destacados del Universo Marvel: Daredevil, Punisher y Spider-Man.
Por muy simple que suene la trama, la obra está muy bien hecha, con un guion hilarante. Benson sabe lo que hace, y nos entrega una historia que es fiel representación de lo que es y caracteriza al personaje. Por tanto, nos encontraremos con la acostumbrada obscenidad y seguidilla de bromas de Deadpool, multitud de referencias a la cultura pop, preguntas imbéciles y respuestas graciosas en su cerebro, alucinaciones cuando su sistema nervioso se tarda en regenerar, sacadas de quicio a amigos y enemigos, conversaciones idiotas con Spidey, cancioncillas estúpidas, y uno de los mejores ringtones de principios del 2000.
El arte de Barbieri es más que adecuado, con un estilo fiel a lo que era la tendencia de diseño por allá por el 2009. Trazos con líneas gruesas, excelentes perfiles, viñetas fluidas que apoyan la lectura y mujeres con curvas marcadas son siempre una combinación ganadora. A eso le siguen los ángulos de los paneles en las escenas de acción, que crean el ambiente necesario para impulsarnos a devorar el cómic, dejando al lector con ganas de más.
Para concluir, es innegable que Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Deadpool es un tomo muy entretenido. Además de presentar la primera aparición del personaje, el volumen contiene una historia llena de humor, acción, vísceras, bromas malas y parloteo inclemente, lo que forma un cóctel explosivo. Otra cosa es que una obra liviana como esta sea tu tipo de cómic, pero eso ya solo puedes evaluarlo tú.