Los Héroes Más Poderosos de Marvel: She-Hulk
Esta semana estamos de verde, porque nos toca hablar de She-Hulk y la famosa etapa de John Byrne. Vaya sorpresita que nos tenía esta colección de Salvat con la recuperación de estos cómics. Sin más preámbulo vamos con el grito de guerra: ¡Abogada soltera! ¡Lucha por su cliente, usa minifalda y es independiente!
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: SHE-HULK
Contenido: Savage She-Hulk Vol.1 #1 (1980) y Sensational She-Hulk #1 al 8 (1989)
Guion: Stan Lee, John Byrne
Dibujo: John Buscema, John Byrne
Para finales de los setentas, Hulk, ese gigante rabioso y verde que había sido creado por Jack Kirby y Stan Lee, gozaba de una meteórica fama gracias al show protagonizado por el reconocido actor Bill Bixby como el Dr. David Banner y Lou Ferrigno como Hulk. Conocido simplemente como “El Hombre Increíble” en Latinoamérica, el show mostraba un lado más humano de Hulk, las constantes luchas de Banner tratando de mantener a la policía lejos, y combatiendo internamente al monstruo que salía cada vez que se enojaba.
Marvel, ni tonta ni perezosa, decide aprovechar este empuje para poner al gigante verde en la mayoría de sus comics. Debido al buen recibimiento del show, que caló hondo en la cultura popular, se decide expandir el mito de Hulk en los cómics y crear un personaje complementario para el mismo.
Así nace She-Hulk, que tiene el honor de ser el último personaje donde Stan Lee metió sus manos activamente. Para atraer la mayor publicidad posible, Marvel sacaría un número especial que relataba los orígenes del personaje –y que está incluido en el tomo Salvat- con lo que era una pareja creativa de lujo para la época: el mencionado Stan Lee y la estrella John Buscema, dibujante habilidoso que había reemplazado a Jack Kirby como rostro grafico de la editorial tras su salida por conflictos creativos con la casa de ideas.
She-Hulk debuta en el Savage She Hulk #001 de 1979 y la verdad es que su origen es lo menos original posible. El cómic está protagonizado por Jennifer Walters, prima de Bruce Banner, y que es una pequeña y algo tímida abogada. Cuando Bruce le hace una visita de cortesía –u obligada, pues la versión de Bruce trotamundos es salida directamente del show de televisión- Jennifer recibe un disparo de parte de uno de los secuaces de Nicholas Trask, un jefe criminal que desea evitar cualquier acción legal en su contra.
Herida, pero no abatida, Jennifer recibe la transfusión de sangre de su primo, que lleva los ecos de la radiación gama en sus venas, lo que le traspasa la maldición verde a esta abogada con problemas de autoestima. Así que cada vez que Jennifer se enoja… pues ustedes saben, se vuelve verde y el monstruo sale y lo rompe todo.
Savage She Hulk duraría 25 números hasta su cancelación en febrero de 1982. Los grandes hitos de la serie fueron –que no contaban ni con Buscema ni Lee como equipo creativo- la explotación de la veta de abogada del personaje y que al final de esta etapa, Jennifer decidiría quedarse como She-Hulk, dejando atrás su tímida forma humana. Tras la cancelación de su serie, “Hulka” –como solo los españoles la pueden traducir- se convertiría en un secundario de lujo que pasaría en diferentes colecciones del universo Marvel. Se uniría a los Avengers y participaría en diferentes eventos de la editorial, como Secret Wars.
Paralelo a estos sucesos, los Fantastic Four no pasaban por un buen momento editorial. La primera familia había sido desplazada como insignia editorial por los Avengers y los X-Men, dejando a los Richards en una posición comprometida ante los ojos de Jim Shooter, máximo editor de Marvel de la época. Shooter decide actuar y colocar a un autor estrella en la colección: John Byrne.
Byrne venía de salir de los X-Men por diferencia creativas con el capitán indiscutido de la colección, el genial Chris Claremont. El autor canadiense comenzaría a forzar su fama de “carácter fuerte” con esta salida, pero su amor por los personajes Marvel lo llevaría a los 4F sin dudarlo, pues era autor de segunda generación en Marvel, paralelo a Lein Wein o Marv Wolfman, quienes habían crecido leyendo las historias de Kirby y Lee. Por lo que su amor por estos cuatro personajes estaba más que comprobado.
Byrne debuta como autor solitario en los Fantastic Four llegando a firmar 61 números y con ellos muchos cambios. El canadiense trataba de plantar dudas respecto a cosas que se suponían estaban cimentadas en la colección y eran inamovibles, como la relación entre The Thing y su novia, sin descuidar el sabor a odisea que debía tener cada aventura. Esta especial atención al torturado Ben Grimm le haría separarlo del grupo y reemplazarlo por She-Hulk, donde se vería su primer acercamiento con esta verde abogada.
Con She-Hulk aun siendo parte de los 4F, Byrne le daría una novela gráfica llamada simplemente The Sensational She Hulk (noviembre 1985), en la que comenzaría a alejarla más y más de lo que había sido el personaje concebido por Buscema y Lee, dándole una personalidad mucho más audaz, metiéndola en situación absurdas, usando sus orígenes como abogada y convirtiéndola en su niña mimada.
El tomito tuvo su buena tirada en ventas lo que haría que Shel-Hulk volviera a tener su colección propia, llamada nuevamente The Sensational She Hulk –y que es lo que viene en esta entrega de Salvat-. Aquí Byrne se desboca y nos da lo que debe ser uno de sus trabajos más ligeros y a la vez más entretenidos de su carrera, a pesar de solo estar presente en 8 números.
Cualquier carácter pesimista y reflexivo que pudo tener She-Hulk, heredado de la maldición gama de su primo, es tirado por la ventana y reemplazado por un tono juguetón en el que el autor se involucra activamente. Porque ahora She-Hulk es consciente de que es un personaje de historieta y que su vida está dirigida por un editor –Tom DeFalco en este caso- y su autor completo, el mismísimo John Byrne.
Cada aventura de estos 8 números tiene algún guiño al lector, que sirve de crítica al mundo del cómic, a través del personaje. She-Hulk se mete en situaciones cada vez más absurdas y advierte que esto se debe a que si no gana el interés del lector, su colección se cancela. A veces se queda atrapada en un nudo argumental del que no hay escapatoria y salta de una viñeta a otra simplemente porque es necesario para dar una conclusión al número. Además, Byrne hace que se paseen personajes que de verdad son casi de cuarta línea. Científicos con cabezas cambiadas o superhéroes camioneros espaciales, el canadiense los recuperaba para acompañar a Jennifer en sus aventuras que seguían el mismo patrón de las primeras aventuras de los Fantastic Four, pero siempre con un giro tirado hacia el humor que subvertía expectativas.
Hay una gran capacidad para romper esa cuarta pared, ya sea de forma textual o gráfica, que se siente muy dinámico por parte de Byrne, y que los lectores no estaban acostumbrados en aquella época. Mucho antes que Deadpool y de forma mucho más directa que Superman, She-Hulk interactuaba con sus fans, haciéndolos partícipes de sus aventuras por más extrañas que parecieran.
Byrne también encantaba a su público, dándole una personalidad magnética al personaje, de carácter fuerte y a la vez sensual. Se nota que esta abogada se transformaría en uno de los fetiches del autor, ya que dotaría a todas sus féminas de al menos una de las características de este verde personaje.
En lo gráfico, Byrne es un autor clásico, pero no por ello obsoleto. Amante de las viñetas largas, Byrne compone sus páginas para siempre tratar de mostrar lo mejor de sus personajes, que parecen ideales bajo el lápiz de este niño terrible. Su She-Hulk marcó escuela, sobre todo por su sentido de la moda –muy de la época eso si- y sus poses naturales, pero a la vez sensuales.
Este tomo es ideal para pasar un buen rato. Se muestra el origen del personaje y se puede apreciar como en poco tiempo, John Byrne fue capaz de cambiarlo, romper unas cuantas reglas y marcar una escuela. Todo ello en 8 números y sin siquiera despeinarse. Ahora que lo pienso, deberíamos escribir más entradas respecto a esto autor en este sitio web maldito. ¡Ah! pero los estrenos de series y películas no nos dejan. Debemos mantener las visitas altas. Venga ese grito de guerra: ¡Abogada soltera! ¡Lucha por su cliente, usa minifalda y es independiente!