Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Spider-Woman
Spider-Woman, Spider-Woman
Does whatever a spider can
Spins a web any size
Catches thieves just like flies
Look out, here comes the Spider-Woman...
Ok, la canción no es exactamente así. Pero permítanme la licencia, pues ninguna algarabía es poca cuando se trata de hablar de una de las grandes sorpresas de la colección Los Héroes Más Poderosos de Marvel, el muy recomendable tomo dedicado a Jessica Drew, alias Spider-Woman.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: SPIDER-WOMAN
Contenido: Marvel Spotlight #32(1977), Spider-Woman vol. 4 #1-7 (2009)
Guion: Archie Goodwin, Brian Michael Bendis
Dibujo: Sal Buscema, Alex Maleev
Jessica Drew, la bella fémina a la que está dedicado el tomo de la colección roja que hoy nos convoca, nació en una muy buena época para los cómics, en que la mayoría de obras tenían su 'que se yo', gracias a grandes autores que además de saltar de personaje en personaje, iban dejando etapas para el recuerdo. Justamente, una muy buena muestra de ello es que encontramos en este volumen, contenedor nada más y nada menos, de la primera aparición de Spider-Woman en Marvel Spotlight #32, y su genial arranque de cabecera propia con los primeros siete números de su serie particular. Un personaje que muchos creerán que solo es una sosías femenina del Hombre Araña, pero además de demostrar su olímpica ignorancia, no pueden estar más equivocados.
Spider-Woman aparece por primera vez en el año 1977, creada por los grandes Archie Goodwin y Marie Severin. Posteriormente, protagonizó una serie particular que llegó a alcanzar cincuenta números, que llegaría a su fin en 1983. Y aunque el guionista Brian Michael Bendis tenía la buena intención de agregarla a la formación de los New Avengers, incluso realizando una serie limitada en 2009 también incluida en este tomo, nunca es lo mismo que la primera vez, y por tanto, merece mucho conocer su etapa clásica, y comentar acerca de su origen.
Jessica es hija del antropólogo Jonathan Drew. Cuando era pequeña, su padre y su amigo, el Dr. Wyndham descubrieron una veta de uranio y se enriquecieron rápidamente con ello. Pero la pequeña Jessica enfermó mortalmente debido a la exposición a la radiación, y para salvar su vida, su padre tuvo que inyectarle un suero experimental de sangre de araña, pues se había demostrado que estas poseen mayor resistencia a la radiactividad que los seres humanos. Sin embargo, no respondió inmediatamente al tratamiento, de modo que Wyndham, la introdujo en un acelerador genético, para un tratamiento más avanzado, manteniéndola parcialmente criogenizada durante décadas.
Los años pasaron y Wyndham, ahora convertido en el Alto Evolucionador, decidió liberarla al comprobar que había mutado y poseía fuerza aumentada, una enorme resistencia a todo tipo de venenos y radiaciones, además de un exceso de energía bioeléctrica que podía descargar en forma de rayos. Pero consciente de su humanidad, Jessica se obsesionó con encontrar a sus padres y así fue descubriendo toda una serie de seres, superhéroes y villanos que rodeaban su mundo. Aunque su vida ha estado marcada por la tragedia de su captura por H.Y.D.R.A. y los actos de Wyndham, ahora la chica ahora es otra: ha decidido construir una nueva vida, y no pasa mucho tiempo antes de darse cuenta que su araña interior es más fácil de llevar que su humanidad.
Teniendo en cuenta su desarrollo posterior, los comienzos de Spider-Woman fueron muy modestos, pues la intención primigenia era utilizarla para un fin puramente mercantilista, una simple forma de capturar un nombre por motivos empresariales, pero más aún, su origen es casi un accidente. A fines de los setenta, los ejecutivos de Marvel oyeron que una compañía de animación, llamada Filmation, estaba a punto de presentar un nuevo proyecto llamado justamente Spider-Woman, con el obvio objetivo de asociar el nombre a un personaje muy popular, y obtener la atención del público curioso. Cuando Stan Lee fue advertido, inmediatamente ordenó a Archie Goodwin, entonces editor al mando, que se publicara una historia presentando a una Mujer Araña propia, y así proteger los derechos sobre el nombre.
Las instrucciones fueron claras: daba igual como fuera, pero el personaje no debía parecerse en nada al alter ego de Peter Parker, ni debía existir una conexión entre ambos, debido a que Lee siempre había recelado de crear caracteres que no tuvieran una idiosincrasia propia, o en otras palabras, contrapartidas del género opuesto de personajes establecidos, que naciesen sin ninguna razón. Es más, el personaje no tenía por qué aparecer en ningún otro cómic de la compañía, puesto que su único objetivo era preservar una marca corporativa.
Sabiendo que el personaje no tenía futuro, Goodwin decidió no molestar a ningún autor y él mismo se encargaría de la historia de debut y despedida, Eso sí, recurrió a Marie Severin en busca de un diseño de personaje, y a Sal Buscema para que dibujase el número, que vio su repositorio en Marvel Spotlight, una colección destinada a probar ideas y personajes. Los elementos que encontramos en estas páginas son variados y están en las antípodas de su contraparte masculino. De partida, estamos es un escenario de espionaje, pues Spider-Woman —que nunca es llamada así, sino Arachne— es agente de H.Y.D.R.A. Esto la llevará a un choque con Nick Fury, mandamás de S.H.I.E.L.D., quien tratará de abrirle los ojos para que se vuelva contra sus superiores.
Archie Goodwin era un guionista más que competente, y por fugaz que fuese el trabajo, se abocó lo más que pudo a él; Sal Buscema se encontraba en plenitud de sus facultades creativas, entintado por un veterano como Jim Mooney; y Severin había entregado un diseño icónico a más no poder, aquel del traje amarillo y rojo. Por ello, es evidente que nos encontramos con todo un clásico, la mejor manera de abrir este volumen.
Para disfrutar del resto del tomo, debemos viajar muchos años en el futuro, en concreto hasta 2009, con la publicación de la miniserie de 7 números titulada simplemente Spider-Woman, hoy conocida como Spider-Woman: Agent of S.W.O.R.D., que correspondió al cuarto volumen del personaje. Sus autores fueron un binomio cuyos nombres individuales son muy reconocidos en el mundillo comiquero, pero que trabajando juntos, siempre entregan resultados muy satisfactorios: Brian Michael Bendis y Alex Maleev.
Como decíamos, la irrupción de Jessica Drew en el universo Marvel de los años '70 resultó sorprendente para muchos lectores, sobre todo porque era muy distinta de Spider-Man. Uno de esos lectores fue el escritor Brian Michael Bendis, un futuro profesional que acabó seducido para siempre por esta superheroína tan atípica como misteriosa. Décadas más tarde Bendis ya era un guionista de éxito, erigiéndose como el principal arquitecto del cosmos editorial de la década del 2000. Fue entonces cuando decidió que Jessica debía integrarse la formación de los New Avengers, convirtiéndola en uno de los grandes personajes de este siglo. Gracias a este iniciativa pudimos verla de nuevo con su mítico traje rojo y amarillo, en una escena que ya es todo un clásico. Posteriormente, el guionista incluso desarrollaría un proyecto junto a Brian Reed, donde ambos nos mostraron el origen definitivo de nuestra protagonista.
Bendis tiene una habilidad inusual para trabajar con héroes de corte urbano, y en esta oportunidad lo demuestra de gran manera. La serie es una disección maravillosa del personaje, en un lugar único y difícil de su vida, siendo indiscutiblemente mi representación favorita de todos los tiempos de Jessica. Como decíamos, la trama arranca justo después de Secret Invasion, cuando las revelaciones alrededor de Veranke acabaron con su carrera de Drew. Por tanto, Jessica decide emprender su propio camino solitario hasta que la recluta la agente Abigail Brand de S.W.O.R.D., una agencia federal orientada a erradicar las amenazas intergalácticas en la Tierra.
Por supuesto, la historia trata de mucho más que de Jessica en un nuevo empleo. Lo que S.W.O.R.D. finalmente presenta para ella es una oportunidad para vengarse de los Skrulls, al mismo tiempo que es parte de algo que la hace sentir bienvenida. La experiencia de Secret Invasion / Reina Skrull ha dañado a emocionalmente a Jess con mucha mayor profundidad de lo que parece, lo que Bendis realmente resalta, ayudando a agregar una tensión incómoda a los pocos momentos del cómic que presentan una impronta superheroica más típica. Esto se ejemplifica cuando nuestra protagonista se encuentra cara a cara con un agente Skrull por primera vez, existiendo un aire de imprevisibilidad en cuanto de hasta dónde llegará para castigar a esta raza alienígena que arruinó su vida.
La serie también se divierte mucho demostrando los poderes de las feromonas de Jessica, y cómo puede usarlos tanto para gustar a la gente como para asustarlos, como ella describe tan acertadamente. Pero lo que Bendis nos da en términos de ricos momentos de personajes y diversión semi-cómica, también nos lo quita, mal que mal el hombre tiene sus fallos y esta no es una obra perfecta. Spider-Woman presenta una serie de subtramas y momentos sin resolver que simplemente no parecen ir a ninguna parte. Por ejemplo, Madame Hydra, también conocida como Viper, se pasea por la historia sin ningún sentido de resolución, lo cual es una pena dada la historia entre los dos personajes —a Viper le gusta pensar en sí misma como una figura "madre" para Jessica—. Podemos pensar que esta es una trama secundaria que hubiera eclosionado si la serie hubiera continuado más allá de los siete números, pero se siente totalmente fuera de lugar, e innecesario en el marco de la narrativa actual.
Pero si algo puede jactarse la obra, es el apartado artístico. Como siempre, Alex Maleev está estupendo, entregando un resultado lleno de esas viñetas dotadas de realismo y suciedad. En esta oportunidad destaca especialmente el tratamiento del color, siendo de cierta manera un poco más 'alegre' que en otros para Casa de las Ideas, como Daredevil o Moon Knight. Lamentablemente, y tal como reconoce Bendis en una despedida incluida en Spider-Woman #7, la labor resultó tan trabajosa para Maleev, que una vez concluido, descartó de plano cualquier idea de extender la serie más allá de este arco argumental.
De todas formas, esto no fue impedimento para que el arte fuese usado por Marvel para experimentar con lo que se denominó Motion Comics, una obra audiovisual que consistió en dotar de animación, vida y movimiento a las viñetas y paneles de un cómic, a fin de contar una historia como si de una película se tratase. En la época posterior a la llegada de Joe Quesada a Marvel, se hicieron varios intentos de 'peliculizar' cómics completos, lo que a la postre finalizó con una biblioteca bastante interesante de ellos, en la que encontramos títulos como Black Panther, Astonishing X-Men, Ultimate Wolverine & Hulk, etc.
En definitiva, Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Spider-Woman, es una de las sorpresas más agradables de la colección. No es una obra maestra literaria, pero el arte de Sal Buscema y Alex Maleev, y el empeño y cariño que pusieron en su trabajo los guionistas Archie Goodwin y Brian Michael Bendis, consiguen darle el suficiente dinamismo para que tengamos una lectura interesante y entretenida. Como siempre, la mezcla de material clásico y moderno, en ambos casos de excelencia, convierten a este tomo de la colección 'roja' en uno de los mejores acercamientos al personaje, y uno de los imprescindibles de la publicación.
Hola, Jessica Drew. El gusto es nuestro.