"X-Corp" (2021): nadando entre tiburones
Mientras dormíamos, el mundo cambió. No sólo para los humanos, que tienen nuevos dioses, ni para los mutantes que encontraron en Krakoa su versión de la tierra prometida, si no también para los grandes empresarios, quienes vieron como el Homo superior se apoderó de grandes capitales e infinidad de empresas gracias a la comercialización de las flores de Krakoa, con el conglomerado X-Corp como cara visible. Pero, ¿quién dirige aquella corporación? ¿Cómo es su funcionamiento interno? ¿Cuál será la reacción de sus pares sapiens? Eso y más en X-Corp, serie enmarcada en la etapa Reign of X, de la Era de Hickman de los X-Men.
X-Corp es una serie que comenzó su publicación en mayo de 2021, que nació como serie regular. pero debido a las bajas ventas porque los lectores gringos tienen su gusto donde no les llega el sol, solo quedó en una mini de 5 entregas. El guion estuvo a cargo de Tini Howard —Excalibur, Secret X-Men—, con dibujos de Alberto Foche, con colaboraciones puntuales de Jason Loo y Valentine De Landro.
Cuando Jonathan Hickman hizo explotar la franquicia con su arribo en House of X /Powers of X, una de las ideas más sugestivas que planteó fue que ahora los mutantes son una potencia económica, gracias a la comercialización de medicamentos fabricados a partir de las flores krakoanas. A través de sus data pages, se nos contaba que Xavier había infiltrado los mercados comprando e invirtiendo en empresas de toda clase, y en uno que otro dialogo, supimos que su principal conglomerado es algo llamado Corporación-X, que no es lo mismo que los cuerpos de paz mutantes que tuvieron una vida breve a principios de siglo.
La colección había sido anunciada mucho antes que finalmente se lanzara. "Yo soy la culpable del retraso", dijo Howard en el comunicado previo a la publicación. "Inicialmente propuse esta historia porque me encanta el extraño mundo corporativo dentro de Marvel, específicamente en libros como New X-Men, All-New X-Factor y la historia de lo que era X-Corp antes. Pero en una nueva era mutante de portales y tratos, la 'embajada corporativa' de X-Corp estaba un poco obsoleta, y me niego a venderles algo que no compraría yo misma".
"Dejamos la serie apartada por un tiempo, dejando que X-Corp existiera silenciosamente en el fondo, para que debutáramos cuando tuviéramos la historia correcta que contar y la oferta pública correcta que hacer. Empyre: X-Men me dio la oportunidad de probar algunos de los primeros conceptos, pero desde entonces, he reelaborado el libro por completo, y sabrás exactamente por qué has esperado hasta ahora para verlo. Yo misma tengo un pasado corporativo, y todo va en esta colección".
Así, X-Corp se sumerge en unas aguas para nada comunes en la franquicia, la de la intriga empresarial y el mundo corporativo. Por que si los mutantes desde siempre han tenido enemigos, también los encontrarán en el mundo de los negocios. Todo ello se plasmará en la multinacional X-Corp, comandados por sus directores Monet St. Croix y Warren Worthingthon III, el Ángel, que tratarán de expandir y consolidar la firma, tanto de cara al mercado como en su funcionamiento interno, mientras aguantan los embates de la competencia, y de magnates que no están contentos con que los sucios mutantes se queden con una parte del pastel.
Como decíamos, X-Corp se centra en los esfuerzos de Monet y Warren para convertir los recursos sin precedentes de Krakoa en un apalancamiento financiero en el escenario mundial. Estos conceptos algo abstractos sirven para explorar la economía política, el arte de gobernar en esta era de los X-Men, y ahondar en el papel que desempeñan las empresas propiedades de mutantes en el global del Universo Marvel. Los mutantes ahora manejan sus asuntos de manera diferente a los humanos, por lo que su cultura empresarial también será diferente. Además, si Krakoa produce todo lo que su gente necesita, ¿que significa una empresa para las personas que lo tienen todo?
Aunque no es un titulo perfecto, X-Corp tiene la gracia suficiente para servir como aire fresco en el entramado mayor que es la Era krakoana. Es cierto que no logra definir al completo su propósito, pero es que en el fondo esto no es Mad Men, sino un cómic de superheroes, y cualquier desarrollo debe estar supeditado a eso, con su consiguiente dosis de peleas y acción. De hecho, a menudo el guion tiene el ritmo de cualquier otro título de superhéroes, con solo algo de jerga comercial entrelazada en los diálogos.
Monet y Warren son personajes perfectamente aplicables para una cabecera con esta premisa, demostrando su liderazgo gerencial y sus habilidades empresariales, pero lo que no queda muy claro es qué está en juego para la Corporación-X, más allá de su posición en la bolsa. Se nota mucho que estos cinco números solo son el arco inaugural, y si fuese una maxiserie de 9 o 12 entregas, el espacio extra le hubiese dado mayor redondez.
Pero no sólo de Ángel y Monet vive la colección, sino que también tenemos la participación destacada de antiguos olvidados, como Trinary, villanos reformados que se hacen querer —Mastermind, Selene—, y malos que siguen siendo odiosos, como los Fenris.
Pero quien se roba el protagonismo es sin duda el favorito de los fans Multiple Man. El buen Jamie acapara todas las miradas, no solo por su rol central en el funcionamiento interno de los laboratorios e instalaciones de la X-Corp, sino también por un segmento dedicado a el en exclusiva por el guionista/dibujante Jason Loo, que nos refrescan las mejores épocas del personaje, durante la etapa de Peter David en X-Factor, o su miniserie en solitario, Multiple Man de Matthew Rosenberg. X-Corp #3, donde aparece ese segmento, es el mejor, tanto en arte —el invitado Valentine De Landro suma mucho— como en guiones.
El apartado artístico también se siente como una oportunidad perdida para este título, pues no funciona muy bien en sus dos facetas. Alberto Foche es un artista perfectamente competente, que duda cabe, con una línea de trabajo convencional que viene como un guante a las escenas de oficinas y reuniones. Sin embargo, su impacto en los momentos de acción es menor, con personajes que se sienten estáticos, y escenas con poca adrenalina. Las que sí se roban las miradas son las portadas de David Aja, hermosas piezas minimalistas inspiradas en el arte pop.
En conclusión, podemos establecer que X-Corp es una buena serie, con muchos elementos novedosos, pero que hubiese resultado en una obra de culto de haber mostrado más definición. Si el titulo hubiera decidido ser algo más que un cómic de superhéroes, es posible que haya tenido más voz para mostrar la muy interesante cultura empresarial en la era de Krakoa. Por lo mismo, es que el arte tampoco acierta por completo, pues una premisa así de especial funciona bien con los trazos de Foche, pero pierde el foco en las viñetas de acción, que se hubiesen beneficiado de un grafismo en un estilo más impactante.
Por ahora, quedamos con gusto a poco. Ojalá que veamos un regreso a la premisa de X-Corp en los próximos años, pues existe una gran necesidad de explorar los diversos aspectos de la nueva cultura mutante, y este título puede ser un buen lugar para aquello.