Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Silver Surfer
La colección roja de la colección Salvat de hoy, nos hace una invitación irresistible: a recorrer los confines de la galaxia, arriba de la tabla de surf más icónica del mundo del cómic, de la mano del maestro de un plateado maestro de ceremonias. Así es, verdadero Creyente, hablamos de Norrin Radd, heraldo de Galactus. Veamos entonces que encontramos en Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Silver Surfer.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: SILVER SURFER
Contenido: Silver Surfer Vol.1 #1 (1968) y Silver Surfer Vol.3 #70 al 75 (1992)
Guion: Stan Lee, Ron Marz
Dibujo: John Buscema, M.C. Wyman
Stan Lee, quizá la figura creativa más mediática de Marvel, siempre declaró que el 'Surfista Plateado' es su personaje preferido. Sus características como extraterrestre hicieron de su punto de vista el enfoque perfecto para analizar a la raza humana, desde los ojos de un ser que aspira a comprenderla y formar parte de ella. A lo largo de su vida en la editorial, el Heraldo de Galactus no ha tenido el nivel de ventas que se esperaba en sus colecciones propias, lo que lamentablemente no le ha permitido tener series con demasiada regularidad, aunque ha sido un actor secundario habitual para otras cabeceras. De hecho, es común que aparezca en cualquier evento galáctico que se precie como Planet Hulk, Annihilation, Annihilation: Conquest, War of Kings o Realm of Kings.
Nacido, en la Trilogía de Galactus, en Fantastic Four #48 de 1966, el ser llamado Norrin Radd representó un golpe de genialidad imprevisto de parte de Jack Kirby, porque no estaba en las líneas argumentales básicas que él y Stan Lee habían proyectado antes que el artista se pusiera manos a la obra, en una historia en que los Cuatro Fantásticos se enfrentaban literalmente a Dios, solo que Dios ahora se llamaba Galactus. Silver Surfer surgió de la más pura improvisación del Rey de los Cómics, pero su impacto visual fue tal que nada más verlo, Lee lo hizo suyo hasta situarlo como uno de sus personajes mimados, un alter ego con el que posicionarse por encima de los meros humanos y opinar sobre los sinsentidos de la existencia.
Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Silver Surfer recoge dos aventuras del ser cósmico. La primera corresponde a Silver Surfer #1, entrega inicial de la serie regular del personaje que comenzó a publicarse en 1998, de la mano de Stan Lee en guiones y John Buscema en dibujos. La segunda parte está conformada por un arco argumental publicado en Silver Surfer #70 al 75, parte de la larga etapa del escritor Ron Marz.
Durante los años 60, Marvel no lo tenía fácil para expandir su línea de títulos, pues el acuerdo de distribución con una empresa ligada a la competencia DC Comics, limitaba a la cantidad de títulos mensuales que la editorial podía colocar en el mercado. Pero hacia 1968 el trato cambió, y eso permitió aumentar la producción con un puñado de lanzamientos entre los que se encontraba The Silver Surfer, que sería escrita por Lee. En una jugada polémica, The Man decidió dejar afuera a Kirby, pese a que ya tenía dibujadas algunas páginas del que iba a ser el primer número, en el que se narraría el origen de Norrin. En la imaginación de Kirby la historia era completamente distinta a la que tenía pensada Lee, por lo que éste recurrió en su lugar a John Buscema, artista que se adaptó mejor al estilo que quería imprimir a la serie, envuelta en la añoranza de un tiempo perdido, el de los paseos por las profundidades del espacio.
Pese no haber estado detrás de su nacimiento, Stan solía mencionar al Surfer como su personaje favorito, y el que mas disfrutaba escribiendo. "Quizás se acerque a lo que podríamos llamar el superhéroe definitivo, quintaesencial" decía en la introducción del primer Marvel Masterworks dedicado a la serie. "La virtud del personaje, la pureza de su alma, la nobleza de sus acciones, el altruismo de sus motivos no tienen parangón a no ser que acudamos a las raíces de la divinidad porque solo quizá en la Sagrada Biblia podamos encontrar una moralidad equiparable".
Con The Silver Surfer, Stan se propuso de forma consciente ir más allá del mero entretenimiento, y despertar cuestiones mas profundas en el ánimo del lector. El surfista plateado estaba aquí para mirarnos desnudos, para decirnos lo que en realidad éramos, cómo ese alienígena que, por no formar parte de nosotros, nos entiende mejor que nadie. Sus soliloquios sobre casi cualquier cosa encajan a la perfección en el estilo literario de Lee, acostumbrado a llenar páginas y páginas con sus extendidos textos.
Esta entrega brilla por su inusitada belleza y profundidad, siendo a día de hoy una auténtica obra maestra, que ha devenido en una pieza de arte pop por derecho propio, y una de las grandes obras que Stan Lee a dejado para la posteridad. Ya alejado de las luces y sombras acerca de las verdaderas circunstancias de la creación de muchas de sus criaturas, es innegable que el legado de el viejito de las películas de Marvel The Man sigue más vivo que nunca, y si tienes dudas solo, falta que hojees este número.
El resto del tomo contiene material más moderno, aunque de todas maneras hay que mirar hacia el pasado. Hablamos de Silver Surfer Vol. 3 #70 al 75, de 1992, que nos presentó el arco The Herald Ordeal, parte de la etapa del escritor Ron Marz en el título. La saga gira nuevamente sobre la maldición que pesa sobre Norrin, la de ser el Heraldo de Galactus. Los heraldos eran seres a quienes el Devorador de Mundos ha otorgado asombrosos poderes, cuya función es localizar mundos y planetas para que luego sean devorados por su amo. Silver Surfer siempre ha sufrido por esta posición, y por el conflicto moral que le causa haber entregado tantas vidas en nombre de Galactus.
La historia arranca cuando otro de sus heraldos, Nova, ya no puede soportar sus demandas de consumir múltiples planetas, ni aguantar el cargo de conciencia de enviar a planetas enteros a su destrucción. Eventualmente, Galactus conoce a Morg, un despiadado asesino, a quien usa para reemplazar a Nova. Para derrotar al nuevo verdugo sediento de sangre, Silver Surfer formará un equipo de antiguos heraldos, antes que el universo corra peligro por el hambre desatada del Devorador de Mundos.
El poderoso grupo estará formado por Frankie Ray, quien asumió el nombre de Nova después de convertirse en heraldo, Firelord y Air-Walker, un par de viejos heraldos convertidos en amigos después de haber servido juntos, y Terrax, un ex dictador que se convirtió en un heraldo contra su voluntad. Con su fuerza combinada, los ex-sirvientes se preparan para enfrentar a Galactus y Morg.
Para ser claros desde el principio, la aventura es bastante entretenida, pero tratándose de un personaje tan interesante y con tantos matices como Surfer, esto no es suficiente. La historia está cortada con una tijera muy parecida al resto de los comics de la primera mitad de los noventa, esto es, con una historia rica en espectacularidad y acción, pero bastante plana y superficial. Esto no es malo de por sí, y de hecho Ron Marz ejecutó una impecable etapa de más de cincuenta entregas, pero solo basta un segundo de reflexión para pensar en un par obras que son mucho mejores y representan de forma más certera toda la profundidad de la que es capaz el personaje, como Silver Surfer: Parábola o Silver Surfer: Requiem, entre varias otras.
Lo mismo ocurre con el arte. Los dibujos de un —para mí— desconocido M.C. Wyman son funcionales, pero se prestan más para la parafernalia y lo vistoso que a una narrativa más ambiciosa. Su estilo es bastante clónico con la estética de la época, en que la industria estaba dominada por émulos de Jim Lee, Roger Cruz y otros de similar ralea. Los trazos cumplen, pero una vez más palidecen si pensamos en otros artistas que han trabajado con el personaje, como Moebius, John Buscema o Esad Ribic, entre otros.
En resumen, Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Silver Surfer es un tomo un poco desequilibrado. Contiene una joya absoluta que vale la plata del volumen, como The Silver Surfer #1, pero su mayor parte es solo relleno, entretenido, pero relleno al fin y al cabo. Para quienes no conocen al personaje, consiste en una buena y divertida introducción a él, pero para los lectores más versados, la parte correspondiente a Silver Surfer vol. 3 #70 al 75 puede tener gusto a poco. Advertido quedas.