"11 de Septiembre de 2001, el día que cambió el mundo" (2021): veinte años después
Más de veinte años han pasado desde el atentado a las Torres Gemelas del 9/11, impactante hecho que inició este siglo, y que de cierta manera cambió la historia del mundo. A pesar de que jamás se acabará la discusión acerca de si realmente fue obra del intelecto de Al-Qaeda, o un ataque de bandera falsa, lo cierto es que ríos y ríos de tinta se han utilizado para poder explicar lo sucedido, sus implicancias y consecuencias. En el mundo del cómic, la tragedia ha sido inspiración para gran cantidad de obras, que van desde ensayos académicos —como The 9/11 Report: A Graphic Adaptation—, aventuras superheroicas —Capitán América: El Nuevo Pacto—, hasta la narración de las vivencias de los ciudadanos frente al hecho. A esta ultima categoría corresponde 11 de Septiembre de 2001, el día que cambió el mundo, cómic franco-belga que rememora aquellos hechos desde la perspectiva de una adolescente común y corriente.
Todas las precauciones previstas para paliar el célebre "efecto 2000" no pudieron evitar que el siglo XXI entrara de golpe y porrazo en la historia de la humanidad. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 demolieron cualquier esperanza de un mundo mejor, marcando un antes y un después en la existencia humana. Como sucede con los grandes hitos de la historia, no hay quien haya olvidado dónde estaba o qué hacía en el momento exacto en que llegó la noticia: dos aviones habían impactado contra las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, mientras otro se abatía contra la sede del Pentágono y un cuarto, se convertía en una bola de fuego en campo abierto en Pensilvania. Desde entonces, la inseguridad, el pesimismo, y la catástrofe flotan disueltos en el aire que respiramos.
Aunque parece que ya se ha escrito todo lo posible respecto al hecho, eso no evitó que veinte años después, el periodista Baptiste Bouthier y la dibujante Héloïse Chochois ofrecieran su propia versión en viñetas. El resultado es 11 de Septiembre 2001, el día que cambió el mundo —11 septembre 2001, le jour où le monde a basculé, en su versión original— publicada inicialmente en Francia a través de Dargaud/Topo, en 2021. La obra, de casi 150 páginas, está dedicada a desentrañar minuto a minuto los sucesos de aquel trágico martes, analizando en paralelo la huella que dejó en la vida de millones de seres humanos.
Curiosamente, la acción del cómic inicia en otro hecho histórico acaecido este siglo, la pandemia. Es 2021 y nuestra protagonista, una joven parisina llamada Juliette Lefevre, viaja a New York para visitar a un familiar. El viaje sirve de excusa para plantear una reflexión sobre las transformaciones que han tenido lugar en los últimos 20 años, y la influencia del 11-S en ellos. Para lograr este objetivo, Bouthier —por años, corresponsal en Estados Unidos del periódico Liberation— reconstruye con rigor periodístico y precisión milimétrica los sucesos de la funesta jornada. Y Chochois, dibujante especializada en divulgación científica, pone rostro humano al relato de las victimas y al testimonio de los supervivientes, haciendo hincapié en los daños físicos y psicológicos que arrastran desde entonces.
Y hablamos de esas personas, porque los autores han querido reconstruir aquellas horas desde múltiples puntos de vista, como un relato polifónico que permita comprender en toda su complejidad esa jornada oscura. Bouthier, conocido como un periodista siempre en busca de formatos narrativos innovadores, sabe cómo aportar información con el tempo preciso que la historia necesita, mientras que Chochois despliega una estética muy personal y homogénea para sumergir al lector en el caos de aquellas horas.
Así, el lector descenderá con Brian Clark y Stanley Praimnath, dos trabajadores del World Trade Center, por las escaleras de la torre Sur desde el piso 81, para alcanzar la calle justo dos minutos antes de que el edificio sea reducido a escombros; acompañará a Suzanne Plunkett, fotoperiodista de la agencia AP, en su misión de retratar la situación en medio de una nube de humo y ceniza; y verá cómo Joseph Pfeifer, jefe del Batallón de Bomberos de Nueva York, entra con sus hombres en una trampa en el que 343 de ellos perderían la vida.
Y cómo no, se asomará al momento en que el presidente de los Estados Unidos de aquel momento, George W. Bush recibe la noticia del ataque mientras visita una escuela primaria de Florida, y de qué modo extraordinariamente lento reacciona. Al fin, se señalará al autor intelectual de los atentados, el saudí Osama Bin Laden, líder de la organización terrorista Al Qaeda, y se declarará la guerra al país donde supuestamente se cobija, Afganistán. Comienza la operación bautizada como Libertad Duradera, y muy pronto será promulgada la Patriot Act, una polémica ley que suspende derechos fundamentales como la privacidad o la inviolabilidad del domicilio. Poco después, se declaraba la guerra a Irak.
Aunque no se puede decir que la premisa sea especialmente original, nos gusta apostar por obras que difundan la memoria histórica, ya sea nacional —Raptados— o internacional —Chernóbil, la zona—, porque esta es precisamente la manera en la que se construye una identidad, conociendo el pasado. Por ello son tan necesarias estas obras, porque el conocimiento nos hace libres, y nos permite pensar por nosotros mismos. Pero además, y si dejáramos todas esas consideraciones de lado, estamos en presencia de un cómic muy bien escrito y dibujado.
Cuántas cosas han cambiado desde entonces en nuestra vida cotidiana, cómo lo sucedido ha marcado el rumbo del siglo XXI que acababa de nacer, qué mundo se alumbró a partir del 11-S, son algunas de las cuestiones que aborda esta novela gráfica, y en ese sentido, el viaje de Juliett acaba convirtiéndose en una odisea colectiva, que comparten millones de personas. 11 de Septiembre es una obra que en algunos pasajes no podemos evitar leer con la respiración contenida, y ofrece una oportunidad inmejorable para reflexionar sobre un acontecimiento que definió dramáticamente nuestra era. Muy recomendable: 4,5 de 5 jumbitos.