Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Hércules
Llevados por su fascinación por los mitos griegos, Stan Lee y Jack Kirby, incluyeron a Hércules en el Universo Marvel de la década de los 60. Destinado a ser el salvador de los dioses y de la humanidad, el hijo de Zeus es uno de los seres más poderosos que existen y uno de los personajes más fascinantes de la editorial. Tras ser durante muchos años un importante personaje recurrente en sus páginas, miembro de varias alineaciones de los Vengadores e incluso protagonista de su propia serie en solitario, ahora llega hasta nosotros como pivote del tomo de esta semana de la colección Los Héroes Más Poderosos de Marvel, que revisamos a continuación. Conozcamos algunas aventuras del Príncipe del Poder
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: HÉRCULES
Contenido: Journey Into Mystery Annual #1 (1965), Herc #1-6 (2011)
Guion: Stan Lee, Greg Pak, Fred Van Lente
Dibujo: Jack Kirby, Neil Edwards
Por una u otra razón, todo indica que dentro de los panteones divinos en el Universo Marvel, el nórdico es el que lleva la delantera. Y es que si bien en sus páginas encontramos dioses grecorromanos, egipcios, africanos, y un largo etcétera, los más populares son los asgardianos, con Odín, Loki y por supuesto Thor, a la cabeza.
Por ello es que Hércules, héroe de la mitología griega y protagonista del tomo que repasamos hoy, es una figura que aunque lleva más de cuatro décadas rondando por los títulos marvelianos, pertenece a la categoría de personaje de culto. Porque aunque tiene una base fiel de fans, sus números no son suficientes para permitirle mantener una colección propia por largo tiempo. De hecho, además de una estadía extensa en los Avengers o su afiliación a grupos como los Champions, el resto de obras donde lo encontramos se circunscribe casi exclusivamente a series limitadas o especiales.
Casi siempre, Hércules ha sido utilizado como un personaje más bien humorístico. Es el tipo fuerte y precipitado que se lanza de lleno a la batalla sin pensar, sobreconfiado en su poder. Algo así como Volstagg, el amigo camarada de Thor, y en definitiva, mucho valor con poco cerebro. Solamente Bob Layton supo qué hacer con este personaje con algunas miniseries en las que, sin realizar cambios profundos, creó historias muy interesantes con un nivel de guion y dibujo muy alto. El resto de guionistas seguían la pauta establecida de convertir a Hércules en un bufón, hasta que llegó la World War Hulk y el robo del título de la colección del coloso esmeralda, que cambiaba de Incredible Hulk a Incredible Hercules.
Pero antes de llegar ahí, hay que mencionar que este tomo arranca con Journey Into Mystery Annual #1, publicado en 1962. Realizado por la dupla dorada de Stan Lee y Jack Kirby, esta sería la primera aparición del personaje, que se promocionaría como un gran enfrentamiento con el dios del trueno favorito de todos, Thor. Mientras viajan a Jotunheim, Thor y Loki se topan con un grupo de gigantes de hielo que buscan un camino hacia el hogar de los Dioses Olímpicos, y por obra y gracia del guion, Thor cae a un abismo que lo lleva al Olimpo. Por supuesto, habrá el acostumbrado choque entre Odinson y Herc, que desembocará en una de esas batallas tan inocentes de los cómics de la época. Luego que la batalla es detenida por Zeus, Thor explica que había venido en una misión de paz, y tanto él como Hércules se declaran amigos antes de que Zeus use su poder para devolver a Thor a su tierra.
Como sabemos, los cómics de esa época pueden resultar empalagosos para lectores modernos, debido a que son obras hijas de su tiempo. La narrativa de ese tiempo es muy diferente, recurriendo a la sobreexplicación y sobreexposición. Como sea, esta entrega no tiene desperdicio, pues no solamente es la primera aparición del semidiós, si no que es un testimonio del trabajo del mítico Stan Lee, y del Rey Jack Kirby. El nombre de éste último ya es suficiente incentivo para darle una (h)ojeada.
El resto del tomo se completa con los #1 al 6 de Herc, un intento de serie regular, que a la postre solo duró once entregas, publicados en 2011. Los guionistas son Greg Pak y Fred Van Lente, creadores que ya se habían hecho cargo del personaje con anterioridad. Después de que el gigante esmeralda volviera a New York en busca de venganza por su exilio forzado a manos de los Illuminati —World War Hulk— el Príncipe del Poder ocupó la colección y heredó la numeración de la serie de Hulk, en una etapa a cargo del binomio que actualizaban las deidades y leyendas de la mitología griega.
Pak nos dio a conocer a un Hércules divertido, valiente, de cabeza loca y gran corazón, que se dedicaba a intentar resolver problemas que normalmente le vienen bastante grandes, ya sea comandando un escuadrón de dioses frente al panteón skrull en Invasión Secreta o recorriendo como fugitivo los Estados Unidos en compañía del cargante Amadeus Cho, realizando una eficaz actualización de los mimbres con los que estaba trabajando.
Hércules ponía la fuerza bruta y su amigo Amadeus —que está dentro del top ten de humanos más inteligentes de Marvel—, el cerebro, pero como todo acaba, las líneas argumentales de la colección desembocaron en un clímax en el que el protagonista acabaría encontrando la muerte, dejando a Cho obsesionado por un reencuentro que no tardaría en producirse, que desencadenaría a su vez una historia de grandes proporciones, con aroma a evento, llamada Chaos War. Esta saga sirvió para ver en acción a algunos héroes muertos, y para traer de regreso a un Hércules que, como ya había ocurrido alguna vez en el pasado, se vio despojado de su divinidad y fuerza, convertido en un mero mortal.
Es en este punto en que arranca Herc, un nuevo volumen de las aventuras de un guerrero barbudo que ya no posee la mayor parte de su poder. Pak y Van Lente vuelven a encontrarse con el héroe griego, pero esta vez en unas circunstancias y escenarios bien distintos. Dejamos de lado las epopeyas divinas, para aterrizar en un ambiente urbano, más próximo a personajes como Daredevil o Spider-Man, siendo un trasfondo costumbrista y cotidiano para quien ha perdido la capacidad de compararse a otros seres con poderes.
Sin embargo, ello no impide que el héroe siga en el lado de la justicia, convirtiéndose en protector de una parte de la ciudad, concentrándose en primer lugar en la defensa de una pequeña familia de inmigrantes griegos. Ya no es un semidiós, pero sigue siendo un guerrero con siglos de experiencia a sus espaldas y con un arsenal de armas mitológicas que le salvarán el trasero en más de una oportunidad. Pese a todos estos cambios, hay espacio para la intromisión de otros de sus parientes olímpicos, y para su participación en Fear Itself, otro de esos macroeventos de la Casa de las Ideas. El resultado es una serie entretenida que, pese al giro, puede gustar a quienes seguían las aventuras de Hércules en su etapa anterior.
En tanto, el apartado artístico es realizado por Neil Edwards, artista que en particular no conocía, pero que realiza un trabajo correcto y funcional. Los trazos están bien elaborados, ofreciendo el salvajismo y épica ad hoc a las historias de este personaje. Asimismo, la ambientación representa de buena forma la decadencia urbana y la maldad de los rincones más oscuros y sórdidos de Brooklyn.
El punto de partida de la historia es ciertamente interesante. La aventura es entretenida, pero podría enganchar más si es que la incursión en el evento Fear Itself fuese más acotada, pues el argumento parece artificialmente alargado en algunos momentos. Además, por su naturaleza, la trama es algo más seria de lo que podríamos esperar de la trayectoria del personaje, dado que el humor desenfadado que tanto le conocemos ha quedado un poco de lado.
En resumen, este es un tomo muy correcto, que sirve perfectamente para que se apunten nuevos lectores a este personaje, porque además de contener su primera aparición en representación del material clásico, también le lleva una aventura moderna que, si bien no es de las mejores, nos asegura pasar un buen y divertido momento. Y a veces, es todo lo que necesitamos de un cómic.