Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Bestia
Si preguntamos por el Hombre-X favorito, la respuesta no es unánime: seguramente la mayoría diría Wolverine, otro resto nombraría a Cyclops, y un puñado sin duda elegiría a Batman (?). Lo que sí se puede afirmar, es que nadie nombraría a Bestia. Y es que Hank McCoy, el peludo y azul miembro original de los estudiantes de Xavier nunca ha gozado de la popularidad de algunos de sus compañeros, sin tener tampoco una mutación muy llamativa, a pesar de ser uno de los personajes más interesantes piscológicamente. Para conocer más de su historia, es que el tomo de hoy de la colección roja de Salvat se antoja perfecto. Veamos entonces que encontramos en Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Bestia.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: BESTIA
Contenido: Amazing Adventures Vol.2 #11 al 16, Incredible Hulk Vol.1 #161
Guion: Gerry Conway, Steve Englehart
Dibujo: Tom Sutton, Herb Trimpe
Como decíamos anteriormente, el tomo de hoy de la colección roja Salvat está protagonizado por no el más popular ni el más llamativo de los Hombres-X. Hank McCoy, alias Beast, debutó en el primerísimo The X-Men #1 —1963—, de la mano de los creadores de la mayor parte del cosmos marveliano de la época, Stan Lee y Jack Kirby. El personaje pertenecía a uno de los cinco estudiantes originales del Profesor Charles Xavier, en un grupo que completaban Cyclops, Marvel Girl, Iceman y Angel.
Diferente a la imagen que hoy conocemos de él, o como lo vemos en la portada del volumen, Hank no tenía su piel cubierta de pelos ni era azul, sino que su mutación le daba un cuerpo simiesco, con fuerza y agilidad sobrehumana. Aunque la caracterización de cada uno de los mutantes originales era mínima y llena de clichés, solo McCoy presentaba algo de estilo, ya que fue dotado de un vocabulario llamativo y pomposo al cabo de un par de números. En el libro Son of Origins of Marvel Comics, Stan Lee diría que cayó en cuenta que la Bestia era demasiado parecida a The Thing de los Fantastic Four, así que cambió su forma de hablar para volverlo el más elocuente del grupo.
Sin embargo, a pesar de ser constantemente un miembro titular del equipo, e incluso militar en los Avengers, pocas veces Hank ha protagonizado sus propias historias. De hecho, este tomo no contiene alguna obra que lleve su nombre en la portada, sino que está conformado por un serial protagonizado por él publicado en la antológica Amazing Adventures, y un episodio de The Incredible Hulk en que nuestro mutante aparece. Todo ello publicado a principios de la década de los 70, por lo que pertenecen a material calificado como clásico.
Aunque a día de hoy parece algo improbable, la colección sesentera de los X-Men fue algo así como un fracaso. Tanto, que a pesar del trabajo de escritores como el mismo Stan Lee, Roy Thomas, Gary Friedrich o Arnold Drake, la serie fue cancelada en el #66, en marzo de 1970. Sin embargo, para el guionista Roy Thomas, su trabajo en la serie fue decisivo en su carrera, por lo que sentía debilidad por el grupo. Así, junto al también escritor Gerry Conway, idearon un plan para mantener a los personajes vigentes, aunque no tuvieran una serie regular en la que aparecer.
Por aquel entonces, los cómics de monstruos estaban de moda, así que, ¿por qué no probar convertir a Bestia en una bestia literal? Al fin y al cabo era mutante, y si lo mutaban un poco más, incluyéndole una pizca de hombre lobo, podrían distanciarlo de los otros Homo Superior. Así, el buen Hank comenzaría a protagonizar una historia seriada que vio la luz en Amazing Adventures Vol.2 #11 al 16 —1972—, con guiones de Conway y luego de Steve Englehart, y dibujos de Tom Sutton.
En ella vemos como Hank se desempeña en un centro de investigación genética de alta seguridad, lugar que es acechado por una feroz criatura de aspecto humanoide. ¿Quién ese ese monstruo, y cual es la relación con el primogénito de los McCoy? Además de mostrarnos la génesis de la Bestia peluda que conocemos hoy, en sus páginas veríamos a otros ilustres personajes marvelianos, como Iron Man, Patsy Walker, y villanos como el Juggernaut o la Hermandad de Mutantes Diabólicos.
De todo ello, surgiría un nuevo Hank. Hasta aquel momento, había sido el "inteligente" de los Hombres-X, pues usaba palabras rebuscadas y una verborrea notable. Los autores usaron esa inteligencia contra él mismo, pero sin que perdiera su personalidad, pues aún cuando sufría mucho en su modo salvaje, era capaz de tomar distancia y reírse de su destino. Era demasiado inteligente para dejar que algo tan nimio como volverse un monstruo le arruinara el día, lo que lo convirtió en un personaje más maduro.
Este serial sería un referente ineludible de la época en que los mutantes se paseaban por la editorial sin tener colección propia, la que además contiene varias sorpresas. Debido al cambio radical del personaje, para muchos lectores de X-Men aquel Amazing Adventures #11 significó un baño de agua fría, pero además un relato gráfico de gran intensidad. La clave de esta dualidad la encontramos en la combinación de pasado y presente que podemos ver en sus primeras páginas, en un trabajo excelente de Gerry Conway y Tom Sutton.
No obstante, tras el fin de la historia en AA #16, su guionista Steve Englehart consideró que quedaban cabos sueltos, así que de cierta manera continuaría la trama en Incredible Hulk Vol.1 #161, serie de la que también era el escritor, en un número que cierra este tomo. En él, veremos a Hank enfrentarse al Goliat Esmeralda, mientras la vida de otro mutante, Mimic, pende un hilo. Todo engalanado por el arte elegante de Herb Trimpe.
Si bien en este tomo asistimos a un momento trascendental del personaje, su recomendación se hace compleja. Si alguien espera encontrar una historia de los X-Men que le vuele la cabeza, saldrá decepcionado. De hecho, ni siquiera encontramos una historia de superhéroes normal, pues el haber sido publicada en los 70 la convierte en un bocado difícil de digerir para el lector actual. Sabemos que el material de esa época cuenta con códigos narrativos y gráficos muy diferentes a los de hoy, por lo que fácilmente puede espantar a los fans que no tengan un acercamiento previo a ese tipo de obras.
En resumen, estas páginas contienen un verdadero punto de inflexión en la vida de la Bestia, además de servir como testimonio de una época que ahora parece increíble, aquella en que los mutantes más famosos de la escena no tenían colección propia. Por tanto, es un tomo muy recomendable para los fans más acérrimos de los Hombres-X, o para quienes gusten de los cómics clásicos. Pero para el resto, los cincuenta años que nos separan desde su publicación podrían ser un escollo insalvable, y por tanto, deben acercarse con precaución.