"Starjammers" (1995), de Ellis y Pacheco: en una galaxia muy lejana
En anteriores artículos, hemos dicho que durante la década de los noventa, la franquicia mutante se convirtió en la dominadora absoluta de Marvel, amenazando seriamente con fagocitarla. Esto se tradujo en una sobreabundancia de series regulares, miniseries, especiales y spin-offs. Aunque muchas de ellas son prescindibles, hay algunas a las que es bueno poner atención, aunque solo sea por sus autores. Ejemplo de ello es Starjammers, título escrito nada menos que por Warren Ellis.
Starjammers es una serie limitada de 4 entregas, publicada en 1995, de la mano de Warren Ellis en guiones, y el español Carlos Pacheco en dibujo. Como su nombre lo indica, está protagonizada por la banda homónima de piratas espaciales que pertenecen al entono cercano de los X-Men, luego de su creación por allá por 1977.
Por entonces, el patriarca mutante Chris Claremont junto a Dave Cockrum, venían pisando fuerte con Uncanny X-Men, serie que ganaba mes tras mes la atención de lectores y críticos. En esa época, las ventas de la editorial no eran tan buenas, por lo que en Marvel decidieron expandir un poco su horizonte productivo, publicando la adaptación en cómic de una película de ciencia ficción aún por estrenar, que cambiaría la historia del cine: Star Wars.
Esta adaptación vendió más de un millón de ejemplares, y abrió las puertas a las temáticas cósmicas que la editorial siempre había mostrado, pero con mucho menos exuberancia que lo que nos esperaría a partir de entonces. Claremont y Cockrum se dejarían influenciar y cruzarían rápidamente Uncanny X-Men con la estética espacial y las razas alienígenas más allá de los Skrulls y los Kree, y desde algún coqueteo inicial con Star Trek, pronto nos sumergieron en las aguas de la space opera de espadas y rayos láser que había sido una seña de identidad de Star Wars.
Perdidos en un confín de la galaxia, en 1977 los Hombres-X se las verían con el universo de la raza Shi'ar y su Guardia Imperial. En medio del enfrentamiento entre mutantes y los cuerpos de seguridad, aparecía de improviso un grupo de piratas, guerrilleros, contrabandistas o luchadores por la libertad, según a quien preguntes, llamados Starjammers. El grupo era encabezado por Corsario, con un aire al legendario actor Errol Flynn, que luego se revelaría como el padre perdido de los hermanos Summers, Scott y Alex.
Así, cuando la franquicia mutante creció hacia el infinito, en 1995 se le concedió a los Starjammers, que ya eran personajes queridos por el público de la franquicia, pero desconocidos para el resto, una miniserie de cuatro números cuya realización cayó en manos de los ya nombrados Warren Ellis y Carlos Pacheco, con Cam Smith en tintas.
Y a pesar de que más arriba nombramos que la creación de los personajes estuvo influenciada por Star Wars la trama de esta miniserie remite más hacia la temática de Star Trek. De hecho, es casi como un episodio algo más espectacular de aquella, ya que es más un thriller espacial que una gran historia de acción. De no ser por la puesta en escena del dibujante que se las arregla para crear diversas ambientaciones para las escenas, y dotarlas siempre de movimiento y empaque cósmico, pasaría mucho más desapercibida aun.
Ellis tenía la intención de engrosar las filas de las razas extraterrestres marvelianas con los Uncreated, bichos con todo el aspecto de los Aliens de Ridley Scott. Pero, aunque los incluyó acá y en su etapa Excalibur, son personajes que no llegaron a cuajar, y tristemente, hoy nadie los recuerda. Esto puede deberse a que apenas aprendemos cosas de ellos, pues además de que la trama está enfocada desde el punto de vista de los Starjammers y los Shi'ar, físicamente los vemos poco, debido que esta es básicamente una historia de estrategias de guerra espacial e intercambio de proyectiles entre naves, más que una en que los personajes actúen físicamente.
Incluso, en muchos pasajes los protagonistas pudieron ser reemplazados por cabezas parlantes, pues los personajes tienen mucho diálogo, sin un despliegue corporal más propio de las tramas superheroicas. Esto no es malo per se, y de hecho se vislumbra muy bien el gusto de Ellis por argumentos que vayan más allá de de la acción pura y dura. Pero por otro lado, impide que haya un crecimiento y evolución de los personajes, resultando en una historia que siente vacía. Alguien que lea esta serie sin saber nada de los personajes, la terminará de la misma forma: sin saber nada de ellos, ni de porqué deberían importarnos sus aventuras.
Por el contrario, Pacheco rescata la condición marveliana de la historia, incluyendo un cameo de la Guardia Imperial y una referencia a los gemelos malvados vistos en Star-Lord. También, recurre a todos los medios a su alcance para ambientar la aventura: dota de tonos steampunk a algunas maquinarias, experimenta con el aspecto visual de la realidad virtual de los mandos de las naves, aporta elementos vegetales para variar los escenarios, permite al colorista jugar con los planos de solidez de los hologramas y entrega a los personajes una estética angulosa, rocosa en ocasiones, reforzados por el entintado de Smith.
Todo esto acentúa el tono alienígena del relato, y es que los Starjammers es un grupo que permite explorar el universo con aventuras que mezclan los superhéroes y la ciencia ficción, algo como lo que hoy podemos ver en Guardianes de la Galaxia, pero al que no le hace falta ningún mapache para derrochar carisma.
Como conclusión, podemos establecer que Starjammers es una aventura menor, para unos personajes menores. Las ideas que sin duda tenía Ellis no llegan a ser bien ejecutadas, y en un principio las expectativas eran mucho mayores para una historia en que están incluidos los chicos de Corsario, el grandioso imperio Shi'ar y una agresiva e implacable nueva raza alienígena. El arte de Pacheco salva la plata, pero en tiempos en que el dinero y el tiempo son bienes escasos, no sé si eso sea suficiente para compra y leer esta obra.