"Agallas" (2019), de Raina Telgemeier: vencer el miedo
En nuestro país, y muchas partes del mundo, la salud mental es un tema cercano al tabú. Aún en una sociedad que se dice moderna como la actual, las personas que sufren problemas psicológicos muchas veces son estigmatizadas, a pesar que debido a la pandemia, los índices de ese tipo de patologías se han ido a las nubes. Esa es la principal valía de Agallas, obra en apariencia sencilla pero que es un buen testimonio del intento por educar y concientizar acerca de la ansiedad y los trastornos adaptativos.
Una noche, Raina, una niña de 10 años, se despierta sintiéndose mal de estómago. Su mamá también se siente mal, así que sospechan que puede tratarse de un virus. Raina se recupera y vuelve al colegio, pero cada vez que tiene que enfrentarse a un problema, ya sea que sus amigas le hablen o no, o que los chicos de su curso conversen de temas asquerosos, le vuelve a doler la barriga. Y esto sucede cada vez que se preocupa por sus estudios, sus amistades o lo que come. ¿Qué le pasa? Tal vez, sus problemas no tengan que ver con su estómago, sino con su mente.
Agallas, o Guts en el original —Scholastic, 2019—, es una obra autobiográfica de Raina Telgemeier, dirigida principalmente al público adolescente y profesores o monitores, que nos brinda un testimonio de vida, y una historia divertida y encantadora que nos hará reflexionar sobre las dificultades que encontramos al crecer, y el coraje que se necesita para enfrentar y vencer el miedo. Fue merecedora de varios galardones, entre los que se incluyen el Premio Eisner a la Mejor Publicación Infantil y el Premio Ringo al Mejor Cómic o Novela Gráfica para Niños, ambos en 2020.
Telgemeier es historietista, autora de algunos libros que han sido #1 en la lista de los más vendidos del New York Times, y ganadora de múltiples Premios Eisner, tanto por la obra que hoy nos convoca, como por Smile y Sisters, dos memorias gráficas basadas en su infancia, con las que Agallas forma una trilogía. Es también la creadora de Drama y Fantasmas, además de ser la adaptadora e ilustradora de las primeras cuatro novelas gráficas de la serie Baby-Sitters Club. Su especialidad es escribir acerca de las tribulaciones sociales y dinámicas familiares de la adolescencia temprana
Como la misma Raina explica en el postfacio del libro, Agallas está inspirada en gente, terapias y memorias de verdad, de cuando estaba en cuarto y quinto grado. Ella en carne propia ha tenido que lidiar con problemas estomacales y de ansiedad durante toda su vida. Al igual que la protagonista del cómic, cuando tenía nueve años de repente empezó a sufrir ataques de pánico, obsesionándose con cualquier cosa que sintiera en el estómago, como la comida, y el miedo a vomitar.
Aún a día de hoy, la autora está asistiendo a psicoterapia, terapias cognitivo-conductuales, entrenamiento en conciencia plena, y otros tratamientos, al igual que consumiendo medicamentos para la ansiedad, y probando distintos métodos de meditación. "Todo ha ayudado", reconoce la creadora, "pero me he dado cuenta que mis fobias y preocupaciones son parte de lo que soy, y hago lo que puedo para controlarlas".
"Quiero asegurarme que mis lectores comprendan que esta es mi historia personal. Quizá se identifiquen con algunos de mis problemas, o los suyos sean completamente distintos. Quizá no sufran para nada de estrés físico o emocional. Pero si llegan a sentirse agobiados, o se sienten mal y no saben por qué, por favor hablen con un adulto en quien confíen. Yo tuve mucha suerte de tener personas en mi vida que me apoyaron y me ayudaron para que me sintiera mejor".
Agallas es una novela gráfica divertida y conmovedora. que retrata lo que sucede cuando una persona sufre de ansiedad. Telgemeier demuestra un ojo agudo para el diseño, y un oído perspicaz para el diálogo, capturando los gestos distintivos de los niños de esa edad, y dotando a los personajes de una expresividad que transmite hábilmente sus sentimientos internos. Como escritora, encuentra giros creíbles en la trama y momentos conmovedores de los personajes, que harán que los lectores jóvenes se relacionen de cerca con los problemas de Raina, que se tratan con sensibilidad y humor.
Telgemeier hace un trabajo magistral al representar los sentimientos de ansiedad en un los chicos, pero creo que hace uno aún aún mejor al mostrar cuánto ayuda la terapia a Raina, con la protagonista dándose cuenta de que su secreto vergonzoso no lo es en absoluto, al tiempo que comienza a superar lo peor de su ansiedad y a elevarse por encima de la mezquindad y la incomprensión que acosan las relaciones sociales de cuarto grado. La autora elimina el estigma, y solo puedo imaginar el gran alivio que debe ser para cualquier niño, o incluso un adulto, que lea este libro y que esté en terapia o algún tipo de tratamiento psicológico. Guts es una buena historia, pero en este sentido, también es una tremenda herramienta de aceptación.
Básicamente, tenemos una trama muy sencilla, pues no es nada más que las vivencias de la autora, aderezada para hacer la lectura amena y entretenida, pero sin elementos fantásticos o ficticios. Podríamos asociarlo a un slice of life, ya que acá tenemos ni más ni menos que las vivencias del diario vivir de Raina, mientras intenta descubrir, tratar, y superar sus problemas. También, encontramos la marca registrada de Telgemeier: capturar la experiencia universal de navegar por la siempre tenue estructura social en las escuelas, con triángulos amistosos, percepciones falsas y prejuicios que realzan el drama en el salón de clases y en los pasillos del colegio.
Telgemeier no pretende, como es obvio en un libro dirigido a lectores de cerca de una década de vida, estudiar en profundidad o explicar las raíces sociológicas de la ansiedad. Lo que sí hace es proporcionar un relato en primera persona notablemente bien interpretado y accesible, de lo que es experimentar ansiedad clínica en esas edades tempranas.
En el apartado artístico, los dibujos son igualmente simples, pero muy expresivos y dinámicos. Aunque el estilo de dibujo se debe más a las caricaturas exageradas de las tiras cómicas de los periódicos, que al realismo estilizado de las novelas gráficas dirigidas a lectores mayores, sus imágenes transmiten una profundidad emocional y una resonancia que desmienten su pátina de liviandad estética. La autora ha dicho que modeló sus primeras historietas a partir de Calvin & Hobbes de Bill Watterson, donde momentos de tonterías dan paso de repente a momentos de profundidad emocional, y For Better or Worse de Lynn Johnston, donde la acumulación de detalles domésticos y retratos psicológicos producen un efecto novedoso. Esas influencias y homenajes son evidentes.
También están muy logrados los efectos de las nauseas y el miedo de Raina, con lineas gruesas y onduladas, y algunos paneles muy viscerales, todo teñido de un verde enfermizo e intenso que oprime y desasosiega al lector. Acá es muy destacable el coloreado de Braden Lamb, quien realiza un trabajo notable.
Con todo lo anterior, Agallas no solo logra entretener, sino que también puede ayudar a los que luchan contra su ansiedad. El libro captura con notable concisión y precisión, sin salirse nunca de la perspectiva de una niña de 10 años, algunos de los conceptos teóricos y técnicas aplicadas que subyacen al tratamiento de la ansiedad. Pero lo que repercutirá en las mentes de quienes sufran esa condición, o quienes se enfrenten a alguna inseguridad, es el reconocimiento de que no están solos en su sufrimiento. Ver a Raina soportar algo que puede afectar a cualquiera, y en parte triunfar sobre ello, proporciona consuelo y esperanza.
Agallas está dedicado a cualquiera que sienta miedo —y a quienes no, les servirá para entender mejor esa situación—pues la calidez, la humanidad y el humor de este libro proporciona un bálsamo más reconfortante que cualquier pastilla, y eso, como profesional de la salud que soy, es lo que considero más valioso. Puede que un cómic no cambie al mundo, pero si un solo adolescente siente que luego de la lectura tiene la fuerza para hablar de sus problemas, entonces este tipo de obras son más necesarias que nunca.