Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Los Defensores
Satisfacer a nuestros exigentes lectores conlleva una gran responsabilidad, por lo que esta tardanza ciertamente no es bienvenida, pero henos aquí reseñando por fin el tomo N°24 de la colección, Los Héroes Más Poderoros de Marvel: Los Defensores.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: LOS DEFENSORES
Contenido: The Defenders vol.3 #1-5
Guion: Keith Giffen y J.M. DeMatteis
Dibujo: Kevin Maguire
Esta reseña ha tomado tiempo, y es que en mi kiosko cercano el tomo decidió atrasarse más de lo necesario. Y parte de mi quería leerlo en papel y con esta traducción antes de escribir al respecto. Grave error. Cuarto Mundo se sostiene en la constancia, o al menos eso se pretende. Y quizás muchas personas pasarán de este cómic por no sentir que necesariamente apele a sus sensibilidades con algo tan sencillo como lo es, por ejemplo, una portada.
Entonces, ¿por qué vale la pena Los Defensores? ¿por qué es de hecho el único tomo que compraré de la colección según lo permite mi alicaída economía? La respuesta está en sus autores, y que responde a una vieja tradición entre lectores de cómics: uno parte leyendo por personajes, pero luego empieza a leer por autores. Y aquí tenemos un equipo completo.
Partamos con Keith Giffen, que hace unos días cumplió 69 años de vida. Pocas veces estamos ante un artista con un currículo tan amplio, y aunque su mayor trabajo ha sido en DC Comics, de hecho dibujó a los Defensores en los 70s. Su función en este equipo creativo es ser el plotter: Giffen plantea situaciones, bocetea, y arma la línea argumental general. Es ahí cuando llega J.M. DeMatteis, que quizás recordarán como el escritor de una de las historias más famosas del arácnido —Kraven's Last Hunt—, quien se encarga de darle diálogos a los personajes, dotarlos de personalidad y hacerlos cercanos y empáticos. Su trabajo es darle sentido a las sugerencias argumentales de Giffen, que aunque interesantes, también pueden ser desafiantes en lo poco ortodoxas de sus propuestas.
Finalmente, aunque no siempre presente con este dúo, Kevin Maguire llega con sus lápices a darle vida a las propuestas de personalidad de cada protagonista. Y es que Maguire es un puercoespín, quizá solo se sabe un truco, pero es un truco muy pero muy bueno: es experto en plantear rostros detallados en su expresividad, caras que van cambiando viñeta a viñeta con un repertorio emocional muchísimo mayor al promedio del medio —típicamente representado por la cara de enojo, de confianzudo, o sensualidad—.La única debilidad de Maguire es el tiempo, dibujar este tipo de encantos toma tiempo y por eso se le ve poco en series regulares.
El trío de creadores saltó a la fama por un cómic del que no se esperaba mucho, la Justice League International, que a fuerza de miembros secundarios logró los primeros lugares de ventas y múltiples spin off durante sus 5 años de vida —para una panorámica de esta etapa, puedes leer uno de nuestros primeros artículos, o esta guía de lectura—. Volverían a esos personajes a inicios de los 2000s, preparando el camino para ser llamados a la distinguida competencia marcando el estilo que los caracterizaría: risas variadas, constantes discusiones entre sus protagonistas, secuencias potenciadas por los graciosos rostros, y situaciones límites entre lo peligroso —como que Dormmamu se haga el dios de toda una realidad hecha a su imagen y semejanza— y lo de humor más bajo —que al mismo tiempo que Dormmamu se haga con la realidad sepamos que la duración de Hulk en las artes amatorias no es para nada sobrehumana—.
La trama es sencilla: Dormmamu forma una alianza con su hermana Umar, y ante el peligro, Dr. Strange busca convocar a viejos aliados de aventura, pero ninguno en rigor está muy animoso de trabajar con él o entre sí. Emulando la primera formación de los Defensores, los protagonistas buscan derrotar a esta dupla mágica con una cantidad de errores y fracasos que no deja de sorprender que solo duren cinco números. Y atención, porque este tipo de cómic son merecedores de tu tiempo, la cantidad de palabras por página es superior al promedio, así que el tomo te tomará un poco más.
¿Ahora, vale la pena? Sinceramente creo que sí. Es leer personajes de Marvel con el estilo particular de la dupla creativa de Giffen y DeMatteis sumado al dibujo característico de Maguire. Este tipo de combinaciones se ve poco en el rubro de superhéroes. No vemos seguido este tipo de dibujos, ni tampoco la abierta y comprometida ridiculez de las vueltas de tuerca de la trama. Creo que es probablemente el tomo más singular de toda las colecciones Salvat publicadas hasta el momento, en tanto cualquier otra podría encontrar un símil en estilo, historia o importancia.
En cambio, este tomo probablemente no tiene comparación, y solo por ello creo que es digno del tiempo de sus lectores. Sin embargo, es por lo mismo que para algunos podría ser resistido. Su postura desacralizante ante la semi-divinidad asumida de sus personajes es ese tipo de blasfemias que no todos quieren darse, y además el humor es también un género complejo, ya que a veces simplemente uno sonríe con lo que otros consideran digno de carcajadas. Y aquí habría que probar para ver qué tal.
Por otro lado, yo soy un lector ya viejo de estos autores, y de hecho, he buscado leer prácticamente toda su producción en conjunto, por lo que también tengo algunas opiniones en virtud de esa propuesta. Creo que Los Defensores es un buen puente de entrada para conocer más del trabajo de Giffen y DeMatteis, y que además se ve beneficiado de un apartado visual contemporáneo y la madurez en los lápices que Maguire no tuvo en sus inicios. Leer la Justice League International hoy es enfrentarse a un cómic hijo de su tiempo. Eso está matizado en Los Defensores, así como en las otras dos obras cercanas en el tiempo del equipo —Formerly known as Justice League y I can't believe this is not the Justice League—, en donde se comparte una versión más condensada y autocontenida de su estilo.
La desventaja de esto es que también se acentúan algunas debilidades de sus propuestas. En cierta manera, se busca que hagan un tipo específico de miniserie, y por lo tanto el humor está un poco más atiborrado que antaño. Las instancias graciosas se encuentran en cada página y a veces en cada viñeta, lo que hace que la lectura se sienta menos natural. Es como si supiéramos que llegamos a un rincón del multiverso en donde la gente hace chistes cada vez que habla. Y la propuesta original de la otrora Justice League no era así, tenía espacio y respiraba para dar momentos de humor entremedio de crecimiento de personajes, drama o compañerismo.
La producción de esos años en las tres obras mencionadas responden al momento más "pop" o más típicamente esperable del conjunto. Perfecto para empezar, en la cumbre visual quizás, pero a nivel argumentativo menos fuerte que su trabajo en la Liga, o en la posterior Héroe al Cuadrado. Incluso, con sus falencias, el espacio para desarrollo que tuvieron Justice League 3000 o Scooby Apocalypse (la versión actualizada de Scooby Doo de Hannah Barbera), supieron matizar el contar una historia con aspectos de humor, pero no totalmente centrados en el humor.
En el caso específico de los Defensores, veremos que no habrán mayores cambios ni propuestas de arcos personales de gran cambio a lo largo de la miniserie, y es que en parte siento que saben que tienen los personajes prestados brevemente, que no es una propuesta a largo plazo, sino más bien un divertimento, un relajo, por lo que lo que ves en el primer número es lo que verás en los 4 siguientes. Y quizás porque los años son algo similares, la trama tiene un momento muy similar a los últimos números de I Can't believe, donde los héroes se encuentran atrapados en un mundo oscuro paralelo, pero siento que en ninguna de ambos el resultado es particularmente memorable.
Finalmente, para cerrar esta sección algo más crítica, el equipo de los Defensores tiene poco espacio para el respiro. Sus protagonistas se resisten constantemente, y ocupan lugares similares, personas desagradadas y con un ego muy grande para trabajar bien en conjunto. La excepción y contrapunto la ofrece Silver Surfer, pero bueno, no pasa mucho con él —lo que confieso, es un juego de expectativas maravilloso y uno de los puntos altos personales para mi de la miniserie—.
Luego de esa sección más crítica, pues, la pasé muy bien con esta lectura. Mi coleccionismo de este trío me obligó a comprarlo y no me arrepiento. La anterior edición en español ya llevaba descatalogada varios años y además era de tapa blanda y un encuadernado de calidad regular. La traducción y edición es competente, exceptuando los "sigh" que están puestos literalmente, y lectores que no manejen el término "suspiro" en inglés pueden sentirlo raro y extraño que salga tan seguido.
Si pensaste que Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Los Defensores era un tomo descartable, piénsalo de nuevo. No es lo mejor de este equipo creativo, pero si es su primera vez, de seguro le sorprenderá gratamente, y ciertamente seguro que no has visto a estos personajes de esta forma antes.