"Eternals" (2021): un ambicioso tropiezo
Estimados Lectores:
La Fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel se ha enfrentando a un camino complejo ante sí, pero en general ha sabido sostenerse sin mayores caídas. Las series de la plataforma Disney+, aunque de variante calidad, han tenido una relativa buena acogida entre los fans; y a pesar de un accidentado regreso a las pantallas grandes con Black Widow (2021), Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos (2021) sí fue un éxito de taquilla y en general el público pareció feliz con lo que el estudio estaba produciendo, a pesar del inevitable agotamiento ante lo sobrecargado del mercado.
La pregunta es, entonces, ¿por qué es Eternals la película que finalmente parece haber terminado la racha de amor entre los fans, la crítica y la taquilla en general? No puedo negar que esta clase de cintas, que provocan reacciones tan fuertes, provocan en mí un grado de fascinación particular, así que con Cuarto Mundo asistimos al cine y esto es lo que podemos decir de la cinta.
Sin entrar en spoilers; esta película cuenta una extensa epopeya que parte desde los albores de la humanidad, donde una raza de seres extraterrestres e "inmortales" —llamados los Eternos (Eternals)— arriba a la Tierra para protegernos de unas misteriosas criaturas llamadas Desviantes (Deviants). Los Eternos se quedan en la Tierra convirtiéndose en sus dioses, influyendo en la historia de la humanidad en distintos puntos, ayudándola a progresar, pero sin intervenir en sus guerras ni sucesos más importantes. Ahora, en el presente, el grupo debe reunirse una vez más, cuando los Desviantes, a quienes creían haber derrotado hace siglos, regresan, con nuevos poderes e intenciones.
En el pasado, Marvel ha experimentado con directores premiados, algunos menos más experimentales y raros, otros más conocidos en el mundo del cine independiente, para darle un poco de variedad a su a veces reiterativo catálogo. Taika Waititi, James Gunn, incluso en cierto punto se barajó a Edward Wright —la herida aun no sana—; la lista es larga. Optar por estos directores con una clara firma en la manera como manejan sus historias y cámaras es una apuesta en la forma como va a reaccionar el público a este cambio de estilo.
La apuesta hoy era por Chloé Zhao, quien tenía tres películas pequeñas a su haber, una de las cuales le llevó a ganar premios de Mejor Director y Mejor Película en la ceremonia de los Oscars de este año. Sin embargo, y a pesar del historial mencionado, no he logrado determinar exactamente cual fue el motivo tras esta decisión de directora. Zhao se ha caracterizado por contar historias íntimas, con pocos personajes, muy cotidianas y sutiles. Eternals, en cambio, es un concepto grandilocuente, bombástico y ambicioso, con un cast enorme de personajes, una saga que cruza 7.000 años de historia —y mucho más, de hecho—. El contraste entre ese concepto enorme y la mano de esta directora más recatada es lo que provoca que Eternals sea un producto, digamos, extraño, torpe y, a la larga, aburrido a más no poder.
Antes he manifestado que no soy un gran fan de Chloé Zhao y no considero ninguna de sus películas merecedoras de la aclamación crítica que han recibido; y sin embargo, sí la considero una directora con algún talento, y su firma en Eternals es clara. La película tiene largas tomas de pastizales con una única casa a la vista, desiertos, lugares parcos y sobrios, además de una forma de establecer las tomas y ritmo que no es es ajeno para quienes hayan visto otras de sus obras... Esto estaría muy bien en una cinta independiente, pero el contraste de esto con dioses corriendo a la velocidad de la luz y disparando rayos por los ojos con este estilo no puede ser peor, lo que no es ayudado porque, a ratos, los efectos no son particularmente buenos. Y aunque hacia el final de la película admito que ciertos tomas y diseños visuales me sorprendieron, en particular todo lo que envuelve a los Celestiales, es apenas una gota de agua en este océano de tomas del cast completo caminando en forma aburrida mientras proclaman conceptos que van más allá de la vida. No puedo dejar de destacar que, salvo la pelea final, varias de las escaramuzas ocurren de noche o en atardeceres donde es imposible ver qué sucede, y supongo que la idea era provocar un contraste entre las armas luminosas de los Eternos contra el frío escenario, pero lo único que consiguió fue que entendiera estas batallas aún menos que las peleas de los perros mutantes en Hulk de Ang Lee.
Pero no es solo el aspecto visual el que es presentado con este recatado y sobrio pincel: la historia misma, aunque gigantesca en tamaño, presenta su trama y mitología en la forma más aburrida posible. Los personajes exponen largo sobre viejos mundos, mirando al horizonte como si fueran robots, y la historia avanza a un ritmo de tortuga insufrible. Y no es que no crea que una historia lenta y metódica no pueda contarse; sin ir muy lejos, Dune ha demostrado lo contrario, es solo que sumado a la presentación aburrida consiguió que a las dos horas mirara el reloj, notara que en realidad no habían pasado dos horas sino cuarenta y cinco minutos y mis deseos de irme de la sala crecieran aún más.
Incluso, la película cuenta con un par de giros que son muy interesantes en concepto, pero se las arregla para presentarlos de forma no muy distinta que leerlos en Wikipedia; sin que siquiera la trama haya ganado que ocurran, más que un personaje de pronto dijera, sin provocación, "ah, por cierto, Bruce Willis es un fantasma". Es como si la película se esforzara en ser lo más desprovista de diversión posible; y, de nuevo, el género de superhéroes ha demostrado que puede presentar películas lentas y dramáticas: Logan (2017) se me viene a la mente ahora mismo. Es solo que no sé si Eternals o esta directora eran la persona adecuada para esto.
El cast de personajes es amplio, pero a ratos es difícil recordar, salvo por sus poderes y única característica genérica, quién es quién o cuál es su rol en todo esto. Las únicas excepciones son, primero, Kumail Nanjiani como Kingo, quien parece haber aterrizado desde otra película a insertar dosis de humor, y quien al menos me sacó un par de carcajadas con sus parodias a Bollywood; y segundo, Brian Tyree Henry como Phastos, quien parece ser el único que no recibió el memo de actuar como si te hubieran arrancado el alma de tu cuerpo. Es, además, aquel que tiene el poder más interesante de todos junto con la protagonista. Todos los demás son más bien intercambiables, a pesar de los esfuerzos del guion de crear relaciones entre ellos; pero intentar presentar este tipo de personajes casi divinos y que existen más allá de la humanidad y esperar que tengan carisma no es una labor sencilla, y claramente la película también fracasó en ese aspecto, salvo esas pequeñas excepciones. Ciertamente aplaudo la diversidad del cast; con un personaje abiertamente homosexual —y no a medias, como otros proyectos Disney—, un personaje sordo y un cast étnico variado, solo desearía que esa diversidad existiera en una, digamos, mejor película.
Asimismo, la historia se ve en la necesidad de introducirse como pueda en la mitología del MCU, con resultados no demasiado satisfactorios; lo que me hace preguntarme si acaso esto habría sido mejor como un proyecto existente en su propio universo. Los intentos de justificación de por no participar en los eventos anteriores aparecen como pobres, una suerte de "Prime Directive" de Star Trek no demasiado desarrollada; pero que se vuelve aún peor cuando ciertos giros a la trama son introducidos y que vuelven la ausencia, en particular, para la batalla con Thanos, más incomprensible aun.
La película intenta justificarse a sí misma, pero quien explica se complica, y no hay mejor ejemplo de ello que Eternals; pero no es la lógica hacia el exterior la que falla, sino que la presentación de su propio mundo. Es un detalle menor, pero no entiendo por qué los actores llegan a la Tierra hablando inglés con acento, si luego durante la película se muestra a los actores hablando con las distintas civilizaciones en su lengua nativa, incluso algunas lenguas muertas. Es extremadamente bizarro pasar de esas escenas a un dios gigantesco en el cielo proclamando "THE TIME IS COoOOoMIIInnnG"; hace sentir todo tan falso y plástico, sabiendo que la posibilidad de crear una atmósfera correcta existía.
Concederé esto. Estamos ante una de las películas más ambiciosas del MCU, y tiene aspectos interesantes. Cuando al editor no se le olvidó apagar el filtro de oscuridad, algunas tomas son interesantes; y creo que hay ideas y conceptos bastante atractivos, dilemas morales sobre intervención en civilizaciones o el sacrificio de unos pocos por el bien de muchos. Pero también es ambiciosa una persona que intenta saltar un acantilado en skate; ciertamente aplaudiré su tenacidad y valentía por intentarlo, pero no significa que no vaya a reírme ante su estrepitosa caída.
En definitiva, Eternals es eso: un ambicioso proyecto que se precipita al vacío de la taquilla. Sí puedo concederle que es mucho más interesante que varios de los proyectos más mediocres del MCU como Ant-Man and The Wasp (2018) o incluso la reciente Black Widow, pero ninguna de esas películas me hizo sentir miserable como Eternals, como si todo aquello que hace al cine entretenido o interesante de ver hubiera sido arrancado, para dejar un producto que apunta a lo alto, pero que solo obtiene una eterna e insufrible caída.
Atentamente,
Farfaramir