Planeta Manga: cómic japonés a la española
Es indudable que el mercado del cómic en Chile, y en otros países del continente americano, está fuertemente influenciado por las obras editadas en España, sin duda el mercado unitario más grande para material publicado en castellano. Planeta Manga.
Dentro de ese contexto, en nuestro país ha cobrado especial relevancia la editorial Planeta Cómic —anteriormente conocida como Planeta DeAgostini—, quienes al igual que Panini Cómics Chile, han comenzado a distribuir de manera directa en librerías y comiquerías diversos tomos, tanto de cómics occidentales como orientales, publicados directamente en la madre patria.
Además de una mayor distribución, como lectores nos hemos visto beneficiados con los precios, pues este material puede encontrarse a un valor bastante más económico que aquel importado directamente por comiquerías, lo que en tiempos de inflación, vacas flacas y necesidad de fomento de la lectura, es algo que hay que agradecer.
Uno de los productos más curiosos de éstos, tanto por concepto como por material, es Planeta Manga, una "revista" a la que, por lo ya nombrado anteriormente, vale la pena dedicarle unas palabras.
Si eres aficionado al cómic japonés, sabrás que en su país de origen, los mangas son publicados inicialmente en voluminosos tomos –similares a las antiguas guías telefónicas– que incluyen capítulos serializados de distintas series, para luego ser recopiladas en tomos particulares. Estas publicaciones suelen ser muy baratas, debido principalmente a sus enormes tiradas, y a que el material en que son producidas no es de lo mejor, bajo la concepción de que son publicaciones "desechables", y que después los fans coleccionarán por separado sus títulos favoritos.
Y ese es el espíritu que inspira a Planeta Manga, que es la versión española de las famosas Weekly Shonen Jump, Young Champion, entre otras de las decenas de publicaciones similares del país del Sol Naciente. Pero, al ser producidas en la península, el contenido de los volúmenes contiene mangas hechos en España, dando escaparate a un puñado de autores que, al igual que muchos otros alrededor del mundo, basan su estilo en aquellos personajes de ojos grandes y peinados estrafalarios.
En concreto, Planeta Manga corresponde a tomos de nada menos que 320 páginas, en tamaño de 25,5 x 17,5 cm. —o sea, similar al del comic book estadounidense, mientras que un tomo manga habitual es de 18x13 cm.—, con un papel bond poroso y algo amarillento, a un valor de apenas €4,95 en su mercado de origen, y desde los CLP $3.800 en Chile, aunque su precio de tapa es de CLP $5.900.
Al igual que sus primas japoneses, Planeta Manga contiene diversas historias, algunos capítulos de series regulares, y otras autoconclusivas, pero todas, como ya dijimos, de autores españoles. Aunque a más de alguno puede desilusionar que acá no encontremos series niponas "reales", las obras que se incluyen son muy entretenidas e interesantes, y en ellas están involucrados artistas relevantes de la escena manga castellana, así como jóvenes promesas a quienes se les vislumbra un buen futuro.
Al ser volúmenes antológicos, acá encontraremos un popurrí de tramas y estilos, aunque siempre enmarcados en temáticas livianas orientadas al público juvenil. Prueba de ello es que además de las obras, el volumen incluye textos y comentarios de youtubers dedicados al mundillo del cómic oriental, como ILU o Kalathras, sean quienes sean esos sujetos.
Aunque solo tenemos en nuestras manos el tomo 1, en España ya van cerca de 10 entregas publicadas. Entre las series continuas que aparecen, tenemos los capítulos debut de Gryphoon de Luis Montes, Alter Ego de Ana C. Sánchez, Shion de Alba Cardona, Good Game! de B. Mira y K. Okino y Aron Fire de Álvaro Jaudenes, varias de las cuales ya cuentan con tomos recopilatorios lanzados por la misma Planeta.
Respecto de las historias unitarias, tenemos un total de 8. Ya dijimos más arriba que muchas de las tramas tienen tintes más juveniles, pero hay algunas que destacan por bucear más profundo. Por ejemplo, Soulmate es una bellísima obra de Lorena Calderón como autora completa acerca de la soledad y concientización de las patologías mentales; Marchitado Lionel, de Marta Salmons, es un pequeño estudio del mundo del trabajo y lo frustrante que puede ser para los jóvenes; y Midoriboshi, una entrañable historia de amistad de Akira Pantsu.
No obstante lo anterior, quizá los segmentos más curiosos sean La Historia del Manga, de Marc Bernabé y Marian Company, y La Historia del Manga en España, de Oriol Estrada y los mismos Marian Company, ambos seriales continuos. En el primero, el connotado estudioso, editor y traductor de manga Marc Bernabé vuelva todo su conocimiento en una trama en que un redactor en jefe de una editorial ficticia, le enseña a un trabajador novato todo lo relativo a la industria del cómic nipón, comenzando en este capítulo con los esquemas de publicación.
En tanto, la indignación de dos hermanos en el año 1990, quienes ven que su serie de televisión favorita, Dr. Slump, es reemplazada sin aviso por una desconocida animación llamada Dragon Ball, es el punto de partida de La Historia del Manga en España, cuyo puntapié inicial será, como no, el inicio de la fiebre por la animación japonesa en la península, causada por Son Gokú y compañía.
La valía de ambas está en su valor bibliográfico, pues mientras la primera sirve como un manual tipo 101 para los lectores novatos o recién llegados, la segunda promete contarnos el trasfondo de un mercado que si bien no es el nuestro, es muy importante de manera indirecta en el acceso que acá en Chile hemos tenido al cómic japonés.
En resumen, no podemos más que aplaudir la iniciativa la editorial de editar Planeta Manga, primero, y de traerlo al país, después. Aunque no seas un fan de las historietas con sabor a ramen, o en este caso, con esencia de paella, es innegable que como lectores sólo ganamos con la variedad de material gráfico que encontramos en las estanterías. Y además, 320 páginas de lectura por aproximadamente CLP $5000, es imbatible.