Los Héroes Más Poderosos de Marvel: El Halcón
Nueva semana, y nueva entrega de la colección roja de Salvat. Esta vez, remontamos el vuelo para disfrutar de historias protagonizadas por Sam Wilson, el eterno amigo de Steve Rogers. Con ustedes, Los Héroes Más Poderosos de Marvel: El Halcón.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: EL HALCÓN
Contenido: Captain America #117-119 y The Falcon #1-4
Guion: Stan Lee, Jim Owsley
Dibujo Gene Colan, Paul Smith, Mark Bright
El Halcón, cuyo nombre real es Sam Wilson, es uno de los superhéroes del Universo Marvel más populares actualmente, gracias a la exitosa serie de Disney+ The Falcon and the Winter Soldier. El personaje fue presentado por Stan Lee y el artista Gene Colan en el #117 de la cabecera Captain America, en septiembre de 1969.
Desde sus inicios, uno de los leitmotiv de la Casa de las Ideas es ser un espejo del mundo real, reflejando los grandes temas sociales y políticos de la actualidad en sus historias. En los Estados Unidos de los años 60, uno de los temas más importante era el Movimiento por los Derechos Civiles de las personas de color.
Para todo el mundo —excepto los idiotas racistas— no cabía dudas que la segregación y el racismo eran moralmente repugnantes, y lo mismo estaba en la mente de los editores de Marvel. Sin embargo, tratar en sus páginas un tema tan complejo haría falta un toque de delicadeza. No se trataba de subirse a la moda, sino crear obras que sirvieran para aportar un grano de arena hacia una mejor sociedad,
Es por ello, que de a poco comenzaron a incluir personajes de otros tonos de piel en sus colecciones —sí, aunque creas que es una "moda" actual, la inclusión siempre ha estado presente en Marvel—. Por ejemplo, el primer superhéroe negro, Pantera Negra, vio la luz en 1966 en Fantastic Four #52, y aunque otros personajes negros aparecerían después, como el redactor en jefe del Daily Bugle Robbie Robertson, no fue hasta 1969 cuando hizo su debut el primer superhéroe afroamericano, Sam Wilson.
Justamente, el tomo de hoy está conformado en su primera mitad por la aventura que significó su primera aparición, contenida en Captain America #117 al 119. Aunque su debut ocurrió en mitad de una saga en curso, en que Red Skull utiliza el cubo cósmico para intercambiar cuerpos con Rogers, de inmediato fue acogido por el Capi para convertirse en héroe, pasando a ser un regular de una cabecera que incluso cambió su nombre a Captain America and The Falcon algunos números después. Con el tiempo, el papel y los poderes de Sam se ampliaron: su enlace telepático con Red Wing se amplió para incluir a todas las aves, y obtuvo sus propios poderes de vuelo cortesía de un arnés wakandiano que le dio Pantera Negra.
En realidad, dicha historia no tiene demasiado sentido. Además de estar narrada con el lenguaje de su época, que a día de hoy puede parecer farragoso e incluso ridículo, la aventura nace de una génesis poco verosímil, y solo se sostiene dando el beneficio de la ingenuidad que se necesita para abordar mucho del contenido de su tiempo. Eso sí, nunca es mal momento para apreciar el arte del maestro Gene Colan, que como siempre, aporta elegancia y dinamismo al conjunto.
El resto del volumen está conformado por la primera serie protagonizada por Wilson, The Falcon, publicada en 1983. Esta fue una serie limitada de cuatro entregas, con Christopher Priest —bajo su nombre real Jim Owsley— en guiones, y Mark Bright en dibujos, excepto en el primer número, que presenta el arte de Paul Smith.
El proyecto tuvo su génesis en la idea que ofreció Priest al Editor en Jefe Jim Shooter, acerca de un one-shot protagonizado por Sam, en 1981. Archie Goodwin, otro editor, lo aprobó para que formara parte de Marvel Fanfare a principios del año siguiente, pero eso nunca sucedió. Cerca del final de 1982, el número fue reimaginado como el primero de una serie limitada, pero Paul Smith, quien lo había dibujado, no pudo hacerse cargo del resto de episodios, debido a su trabajo en Uncanny X-Men primero, y Doctor Strange después.
La historia toma como base argumental algunos de los problemas sociales de la época, más que aventuras superheroicas más convencionales. Lamentablemente, esa interesante idea solo se queda ahí, pues la ejecución de la miniserie es más o menos torpe. Se entiende que James Owsley aún no era Christopher Priest —o sea, que aún no florecía como el gran escritor que es considerado hoy, y de hecho, este fue su primer trabajo guionizando un cómic—, pero toma algunos derroteros y decisiones algo extrañas, especialmente en la segunda mitad de la obra, que fue en picada. Quizá por lo mismo, acá no hay nada duradero, por lo que es una serie limitada prácticamente olvidada.
Afortunadamente, el arte viene al rescate, entregando elementos que salvan la plata. Ver los lápices de Paul Smith siempre es un gusto, pues sus reconocibles trazos limpios son un bálsamo para los ojos, a pesar del entintado de Vince Coletta. El trabajo de Mark Bright, por otra parte, tiene un estilo bastante común para la época, y aunque no tiene características demasiado personales, lo compensa con efectividad, y un adecuado sentido de la narrativa.
En resumen, Los Héroes Más Poderosos de Marvel: El Halcón, no es muy recomendable. Si te gusta el personaje, o lo conociste por su participación en el Universo Cinematográfico de la editorial, entonces no está mal que le des una hojeada; pero a la hora de buscar un buen cómic, definitivamente este volumen resulta insatisfactorio.