Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Tres Guerreros
Una de las gracias de la colección "roja" de Salvat / El Mercurio, es que nos ha permitido descubrir personajes e historias más secundarias de la Casa de las Ideas. Una vez que la colección "negra" dio cuenta de los grandes eventos de la editorial, es tiempo que los b-listers salgan a la cancha. Y eso se aplica plenamente al tomo que hoy nos convoca, que nos presenta un trío de agradables pendencieros fanáticos del hidromiel, que campan a sus anchas dentro de los secundarios de la serie de Thor. Veamos que encontramos en Los Héroes Más Poderosos de Marvel: Los Tres Guerreros.
LOS HÉROES MÁS PODEROSOS DE MARVEL: LOS TRES GUERREROS
Contenido: Warriors Three #1-4, Marvel Fanfare #34-37
Guion: Bill Willingham, Alan Zelenetz
Dibujo: Neil Edwards, Charles Vess
Uno de los escenarios más emocionantes de Marvel es el mítico reino de Asgard. En él suelen relatarse las hazañas heroicas —y otras no tanto— de Thor, Sif y Loki, con los hijos de Odin atrapados en una eterna batalla del bien contra el mal. Pero todo reino fantástico tiene que tener su propia ración de personajes muchas veces torpes pero heroicos, que sirvan de reclamo cómico, o al menos de alivio y relajo entre tanta épica y seriedad. Y esa es la función de Volstagg, Fandral y Hogun, un trío de Asgardianos que, al igual que sus congéneres, gustan de disfrutar de una gran cantidad de peleas, damiselas, e hidromiel.
Estos personajes, que se hacen llamar los Tres Guerreros, son los protagonistas del tomo que nos convoca, el que como siempre está dividido en una historia moderna, y otra clásica de sus personajes principales. A la primera categoría responde la miniserie de cuatro números Warriors Three, publicada en 2011, que contiene la historia titulada Tarde de Perros; mientras que el apartado clásico se lo llevan los #34 al 37 de Marvel Fanfare —1987—, en que nos presentan los Relatos de Asgard.
En un mundo de gigantes de hielo, reinos fantásticos y martillos mágicos, hubo un tiempo en que Asgard estuvo flotando sobre el pequeño pueblo de Broxton, Oklahoma, específicamente en la etapa de J.M. Straczynski en Thor. Esta es la era en que está ambientada Warriors Three, pues colocar el Reino Eterno sobre una ciudad tan normal permitió algunas historias muy divertidas del estilo de "peces fuera del agua", una yuxtaposición muy literal entre lo ordinario y lo extraordinario. Estas permitieron una buena cantidad de humor, pero también les dieron a los asgardianos desafíos que no eran necesariamente físicos, navegando en un mundo extraño para ellos.
Para que ese tipo de historias funcione debe haber un cierto nivel de equilibrio, que encuentre ese punto dulce entre lo obtuso y encantador. Una serie que supo ser eficaz en este equilibrio es la excelente Fables, de Bill Willingham y Mark Buckingham. Willingham hizo un buen trabajo al hacer que sus personajes se sintieran como extraños fantásticos en un mundo mundano, valga la redundancia. Entonces, nadie mejor que el para contar la historia de esta especie de Tres Chiflados nórdicos.
La trama arranca cuando la malvada organización AIM, ha ideado un plan para liberar al mítico lobo Fenris —que, dice la leyenda, está destinado a matar a Odin—, para aprovechar su poder. Por tanto, Volstagg, Fandral y Hogun, los Tres Guerreros, serán los encargados de descubrir qué le ha sucedido al poderoso demonio lobo. Durante su desarrollo, la historia también relata cómo se reunieron los tres amigos, y qué es lo que los mantiene unidos.
Si bien Tarde de Perros no es del todo redonda, hay muchos elementos destacables. Todo los diálogos son muy divertidos, pues Willingham captura de forma excelente las personalidades de los personajes individuales, como el encanto tolerante de Fandral, la ira silenciosa de Hogun y el gregarismo engreído de Volstagg. La forma en que interactúan entre sí se siente como una rivalidad entre hermanos, con cada uno tratando de demostrar que son los mejores, los más fuertes y los más inteligentes que Asgard tiene para ofrecer pata buscar a Fenrir. A menudo hay comentarios sarcásticos y suaves burlas entre los tres personajes, pero está claro que tienen un profundo e indisoluble vínculo fraternal.
Hay dos secciones de Tarde de Perros que funcionan muy bien y deberían haber recibido más atención. El primero es el origen del trío, que justamente se debió a una aventura que también involucró a Fenris, que es un contrapunto lúdico a los personajes que conocemos hoy. Con la excepción de Hogun, tanto Volstagg como Fandral tenían personalidades similares a las de hoy, pero su experiencia con el lobo los llevó a exagerar sus rasgos. Del mismo modo, Hogun es el que más ha cambiado, pues nunca tuvo la intención de ser un guerrero, pero el casi ser asesinado por Fenrir lo endureció y lo convirtió en un diestro luchador. Eso sí, si Willingham hubiera repartido estos recuerdos a lo largo de toda la serie, mostrando los paralelismos entre sus yos más jóvenes y los actuales, habría sido una serie con más impacto.
La otra sección que se habría beneficiado de un foco de atención más amplio es el comienzo, donde vemos a los 3G interactuando con la ciudad de Broxton. Cada una de las viñetas es una excelente forma abreviada de presentar a los personajes, pero lamentablemente, una vez que salimos de esta sección, se convierte en una aventura asgardiana bastante estándar, aunque claro, aderezada con aquellos científicos de llamativa vestimenta de AIM. Dada su experiencia con Fables, cabría exigir que Willingham aprovechara mejor el concepto de los asgardianos entre nosotros.
El arte de la serie es simplemente espectacular, con un Neil Edwards que hace un gran trabajo al presentar la acción y aprovechar los espacios. En complemento, el color merece un reconocimiento especial. Al igual que en los mejores cómics de Thor, a cada reino se le da su propio color especial, que realmente comunica el estado anímico de las escenas. Hel, por ejemplo, presenta tonos rojos y grises apagados. Nifelheim presenta varios tonos cobrizos y rojos sangrientos, que ayudan a que los monstruos del reino se sientan más horrorosos. Finalmente, la mayoría de las secuencias en Asgard están bañadas en tonos amarillos y dorados, dándole una pátina de divinidad. Sin importar el escenario, los Tres Guerreros siempre se destacan, por el beneficio de los llamativos colores de su vestuario. El trabajo en coloreados de Frank Martin y Fabio D'Auria lleva el trabajo de Edwards al siguiente nivel.
La sección clásica, representada por Marvel Fanfare, cuenta una historia diferente de nuestros héroes. Este es un momento en el que Asgard era un lugar más jocoso, no tan serio como las interpretaciones modernas de Marvel, algo así como un Disney con humor lascivo y violencia. La historia comienza con dos amantes destinados a casarse que, sin saberlo, provocarán el caos en los nueve reinos. Al enterarse de la boda, Loki se molesta porque no fue invitado y decide sabotear el matrimonio. Los primeros tres números del arco argumental se cuentan desde la perspectiva de cada guerrero, y contienen sus desgracias a lo largo del camino. Es una historia muy alegre de dragones, castillos, doncellas en apuros y, por supuesto, mucha comida y bebida.
Dada la compenetración que demuestran los personajes, es lamentable que Los Tres Guerreros solo hayan tenido una serie en solitario. La interacción del trío es siempre entretenida, siendo amigos cercanos con un toque divertido de antagonismo amistoso. Cada uno sabe que es el mejor mientras intenta que los otros dos reconozcan ese hecho, y con una dinámica como esa, seguro que resultarán varias payasadas. Con suerte, Fandral el Guapo, Hogun el Noble y Volstagg el Voluminoso tendrán otra chance de brillar en su propia aventura. Pero si las historias acá contenidas fueron su única oportunidad, pueden mantener la cabeza en alto y sentirse orgullosos.