"Captain America Comics" #1 (1941): el debut de las barras y estrellas
El Capitán América es un de los personajes emblema de Marvel Comics. Comúnmente asociado a elementos odiosos, como un patriotismo ciego, o una representación del más ajado conservadurismo estadounidense, muchas veces es presa del prejuicio de los lectores. Sin embargo, basta un pequeño vistazo para darnos cuenta que Steve Rogers es mucho más de lo que parece. Además de lo anterior, es uno de los personajes más antiguos de la editorial, y de hecho, su debut se dio antes que Marvel se llamara así. Viajemos casi 80 años al pasado, para dar un vistazo a Captain America Comics #1, en cuyas páginas comenzaron las aventuras del soldado Rogers y su fiel acompañante Bucky.
Estamos en los albores de la década de 1940, y un joven dibujante llamado Jack Kurtzberg, luego conocido como Jack Kirby, se abría paso en la naciente industria del cómic estadounidense. Aunque creativamente hablando es Stan Lee su pareja creativa más famosa, antes de que ambos cruzaran caminos, Kirby trabajó con Joe Simon. Ambos coincidieron en el estudio Fox Feature Syndicate, donde un puñado de novatos del gremio tenían un hervidero de creación y producción de historietas. En la empresa, Simon era dibujante y supervisor de guiones, y cuando se le puso por delante, le fue obvio el talento innato de kirby. Como pareja creativa, su primer trabajo fue Blue Bolt (1940), un héroe espacial que Simon había creado, y primer trabajo que Kurtzberg firmó como Kirby. Su afinidad fue evidente, lo que los llevó a trabajar juntos por casi dos décadas.
Eventualmente, el editor y dueño de Timely Publications, Martin Goodman, requirió de sus servicios. Su tarea no menor sería crear nuevos personajes para para lanzar Daring Mystery Comics, la segunda publicación de ese tipo que publicaba Goodman. Además de Marvel Mystery Comics, pero pronto se les ocurrió una idea mucho más importante: un nuevo héroe llamado el Capitán América, concebido como el héroe patriota por excelencia.
En 1940 se respiraba un ambiente prebélico, aunque todavía faltaba un año para el ataque de Japón a Pearl Harbor y no había seguridad acerca de que Estados Unidos fuera a entrar en la Segunda Guerra Mundial. Como siempre, la opinión pública estaba dividida al respecto, e incluso había un fuerte apoyo hacia las posiciones nazis en importantes sectores de la sociedad, algo que a día de hoy ha comenzado a suceder otra vez. Siendo ambos judíos de procedencia europea, Simon y Kirby querían utilizar su arte para hacer algo al respecto, y es así que acudieron con una nueva criatura bajo el brazo al también judío Goodman.
Como de cualquier cosa creada hace eones, cubierta por las nieblas del tiempo, las circunstancias del nacimiento del Capitán no están del todo claras. En su autobiografía —Joe Simon: My Life in Comics, publicada en 1990—, Joe comenta que la idea fue suya, y que originalmente pensó en el nombre de Super American, pero que enseguida lo desechó, pues habían muchos 'supers' alrededor. En cambio, Capitán América sonaba bien, además que el nombre era un poco más original, al no haber muchos capitanes en los cómics. Su compañero Bucky fue bautizado así por Bucky Pearson, amigo de Simon y estrella de su equipo escolar de basquetbol. Por supuesto, el Rey Kirby estuvo presente en el proceso desde el comienzo.
Los autores estaban seguros de que a la hora de presentar un buen villano, no podía haber ninguno más adecuado que el mismísimo Adolf Hitler. En las calles, los niños ya jugaban a luchar contra él, mal que mal, en los sets de soldaditos de plástico, los verdes de Estados Unidos siempre son los buenos. Así, parecía una buena idea usarlo en las viñetas. "Ambos leíamos los periódicos", dijo Simon en una entrevista dada poco antes de su fallecimiento. "Sabíamos lo que estaba sucediendo en Europa. Los eventos mundiales nos dieron al villano perfecto del cómic, Adolf Hitler, con su bigotito ridículo. Así que decidimos crear el héroe perfecto que sería su opuesto. Hice el primer boceto del Capitán América —ilustración que usó como portada para el programa de la Comic Art Convention en 1974—, y Jack y yo hicimos el primer número completo antes de mostrárselo a Martin Goodman. Le encantó de inmediato".
Para Timely, era todo un riesgo entregar una serie completa a un personaje en concreto, que además era nuevo, y de hecho, el Capi fue el primer héroe en debutar en una serie que llevaba su nombre. No obstante, el editor se dejó convencer, máxime que los autores insistían en que el tiempo apremiaba, porque se olía en el ambiente que las circunstancias políticas podían cambiar en cualquier momento. El formato de la época obligaba a revistas de alrededor de 64 páginas, divididas en varias historietas que también incluían publicidades y relatos en prosa, por lo que el plan original era apoyar a Kirby con varios dibujantes, y un entintador que diera un aspecto uniforme a los diferentes trazos. Sin embargo, el Rey se empoderó y pidió encargarse del cómic completo, tal y como ocurrió, con Simon y Art Liederman ayudando en el entintado.
Como una señal premonitoria, el primer número llegó a los kioscos el 20 de diciembre de 1940, solo un par de semanas luego del ataque a Pearl Harbor, y apenas nueve días antes de aquella famosa transmisión radial en que el presidente Frank Delano Roosevelt comunicó a la nación que la guerra era inminente, y que Estados Unidos debería ser el gran arsenal de la democracia. Ninguno de los implicados podía siquiera imaginar que, si en algún punto de la historia existió un momento ideal para un superhéroe patriótico, fue justamente esa semana.
Con Captain America Comics #1 debutó el primer héroe patriótico que alcanzaría una verdadera importancia, por sus valores bélicos estadounidenses, primero, y por presentarse como hijo de la Gran Depresión, después. Gracias al Nuevo Pacto de Roosevelt, Estados Unidos evitó el aumento de los extremismos, aunque estos no pudieron ser erradicados por completo la sociedad, como muy pronto descubrió por las malas la editorial. La portada con el Capi golpeando sin miramientos la cara de Hitler simbolizó la impotencia de muchos, que veían con amargura el avance de las fuerzas nazis a lo largo de toda Europa, y la persecución a la que eran sometidos los judíos y otras minorías.
La cubierta enfervoreció a las masas, pero también enfureció a los simpatizantes nazis, que manifestaron toda su indignación en contra de Goodman, Simon y Kirby, y enviaron cartas amenazantes y de odio a la editorial, llegando incluso a ser necesaria la protección policial a los autores y las oficinas durante un tiempo. Estos incidentes demostraron que ya desde su prehistoria, Marvel llevaría en su ADN el implicarse en política, tomando partido en un sentido u otro a lo largo de las décadas. En particular, desde entonces los cómics del Capitán siempre servirían para reflejar en paralelo la política externa e interna del país del Tío Sam. "Cuando salió el Capitán América", diría Simon en la ya mencionada entrevista, "Estados Unidos aún no estaba en la guerra, por lo que los nazis estadounidenses no estaban contentos con lo que le hicimos a su amado Führer. Tuvimos un par de encuentros personales con el Bund, un grupo nazi estadounidense. Pero eso no nos detuvo. Solo agregó combustible al fuego".
Además de lo ideológico, hay otros detalles comiqueros de interés. De inmediato estas páginas nos presentarían el aspecto que hasta el día de hoy conocemos del Capitán América y Bucky presentan, si bien el Centinela de la Libertad tendría rápidamente algunos cambios importantes. Por ejemplo, en este primer número, la máscara se presenta como un casco ligero, que deja al descubierto el cuello y las orejas, siendo independiente del resto del traje. La máscara tradicional llegó en el segundo número, aunque el recuerdo de esta primera versión se mantuvo en la memoria gracias a las reediciones o a las veces en que la vimos mediante flashbacks. Incluso, cuando Mark Millar y Bryan Hitch buscaron mayor realismo en su versión del personaje para la línea Ultimate, la máscara se transformó de facto en un casco.
Otro aspecto significativo que también cambió ya en Captain America Comics #2, sería el escudo, que inicialmente tenía forma triangular, con escasa versatilidad, pues nunca se separa del brazo del héroe, y sólo se utiliza para bloquear balas y golpear criminales. El accesorio llamó la atención de la rival MLJ Comics, posterior Archie Comics, que amenazó con una demanda pues la forma del escudo era demasiado similar al símbolo de un personaje de su propiedad, The Shield. Para la segunda entrega, Rogers lo había cambiado por otro circular, completamente distinto, con círculos azul, blanco y rojo. El momento en que el Capi comenzó a utilizarlo como un frisbee que volvía a sus manos, ocurrió en un relato en prosa publicado en el tercer número, que además supuso el debut literario de cierto escritor llamado Stan Lee. El hallazgo fue adoptado por Simon y Kirby a partir del siguiente episodio.
Ya hablando del cómic en sí, la primera historia arranca con el origen del héroe, que se extiende durante 8 páginas, y que termina con la invitación a unirse a Los Centinelas de la Libertad, el primer club de fans oficial del Capi. Este origen fue más amplio de lo habitual en la presentación de un personaje principal, y se mantendría vigente sirviendo como referencia al propio Jack en varias ocasiones durante los años 60, cuando recontó la historia una vez se produjo el regreso del personaje. Primero, en Tales of Suspense #63 (1964), donde casi calcó el relato original página a página, y más tarde en Captain America #109 (1969) cuando su estilo apuntaba hacia una mayor espectacularidad. En esos remakes, Kirby cambió la inyección original por un suero bebible, y por los llamados Rayos Vita, respectivamente. Roger Stern y John Byrne, en el que ahora se considera el origen definitivo, sumaron las diferentes versiones de la transformación de Steve, de manera que recibe una inyección, ingiere una fórmula, y es bombardeado por los rayos Vita —Captain America #255, 1981—.
Captain America Comics #1 también ofreció, en su cuarta historia, el primer enfrentamiento contra Red Skull. Tanto este relato como el segundo, fueron igualmente versionados por Lee y Kirby, en Tales of Suspense #65 y #64 respectivamente, estableciéndose en el #66 de dicha cabecera que el Red Skull que aquí debutó era un impostor. El auténtico villano haría su debut en Captain America Comics #7.
En los dos últimos relatos del número, Bucky y el Capi cedieron el testigo a Hurricane, el hijo de Thor, cuyas aventuras tenían lugar en la actualidad, y a Tuk, un émulo de Tarzán en contexto prehistórico. Hurricane fue luego reconvertido retroactivamente en Makkari, uno de Los Eternos; mientras que Tuk, del que se siguieron incluyendo aventuras hasta Captain America Comics #5, fue establecido recientemente como un descendiente de los Inhumanos.
El histórico debut del Capitán América tuvo ventas de cerca de un millón de ejemplares, cifra que se mantuvo en números posteriores. La popularidad del héroe de las barras y estrellas fue tal que en 1944 saltó a los cines, con una serie de imagen real exhibido los sábados por la mañana, producido por Republic Pictures, protagonizado por Dick Purcell. Simon y Kirby siguieron al frente de la cabecera hasta el décimo número, tras lo que pasaron a National Periodicals. El personaje mantuvo su vigor durante toda la Segunda Guerra Mundial, multiplicando sus apariciones en otros títulos como All Winners Comics o Marvel Mystery Comics.
Lamentablemente, el éxito disminuyó con el final de la guerra, lo que terminó con la cancelación del título en su número 78, tras un lanzamiento fallido en el que el Capi era reinterpretado como un justiciero anticomunista. Por entonces, pocos imaginaban su renacimiento una década más tarde, cuando Stan Lee completó la construcción del personaje añadiendo a sus características el ser un hombre fuera del tiempo, perteneciente a una época que jamás volvería, y estandarte de los valores de la democracia y libertad, que en aquel lejano 1940 todavía eran puestos en duda por muchos, pero que ahora trascienden y son aceptadas de manera universal.
Pero eso, como suele decirse, es una historia para otro día. Por ahora, los invito a repasar Captain America Comics #1, pues para entender a cabalidad un personaje, siempre es bueno otear sus orígenes, los que además sirven como una estupenda cápsula del tiempo esperando ser descubierta.