DC Salvat - Superman: Origen Secreto
Esta semana en el coleccionable DC de Salvat, conoceremos otro origen más del personaje Superman, y que se mantuvo unos cuántos años en continuidad. Veamos que tal.
SUPERMAN: ORIGEN SECRETA
Contenido: Superman: Secret Origin #1-6; Superman #125
Guion: Geoff Johns
Dibujo: Gary Frank
Tinta: Jon Sibal
Color: Brad Anderson
Entre fines del 2009 e inicios del 2010, Geoff Johns realizaría su propia historia de origen en conjunto a uno de sus mejores colaboradores, Gary Frank, en armar y construir un nuevo origen de Superman que complementara el trabajo que Johns estaba realizando en las publicaciones regulares, y también, así como siempre, tomar y quitar elementos de continuidad que siempre generan su dosis de problemas (el principal, como siempre, parece ser si existió o no un Superboy). Es esta miniserie la que incluye de forma íntegra este tomo, y la pregunta típica es, ¿vale la pena? Y en cierta manera sí, en otras, varias, no tanto. Y aunque creo que es un buen cómic, principalmente comentaré lo que siento sus principales debilidades. Así que si quiere acompañarme en estos párrafos negativos, siga leyendo.
La primera pregunta con los orígenes de Superman, es ¿qué tan necesario es volver a plantearlos? Actualmente, en el 2020, la continuidad se siente como un valor menos relevante en DC, que en el pasado. una historia más o menos se siente como eso, la visión específica de un autor. En el 2009, aunque siempre estamos ante una visión autoral, la sensación de una historia de origen del personaje es que marca puntos importantes y definitorios de lo que vendrá sucesivamente. Por supuesto la primera referencia es John Byrne y su Man of Steel, pero hace menos años Mark Waid sorprendería con Birthright, alterando bastantes puntos relevantes hacia el futuro del personaje. Los cambios fueron notorios, especialmente lo referido a la visión de Kriptón y la figura de Lex Luthor desde la infancia de Superman (que mucho se atribuyó al éxito de Smallville, pero quizás solo era una vuelta más a lo clásico). Por lo tanto, cuando Geoff Johns llega, con solo 6 años de antiguedad del anterior evento definitorio, no se puede dejar de pensar que es un cambio apresurado, o una marcha atrás del último cambio canónico, poco compromiso quizás con esa nueva visión. Insisto, hoy esto es mucho menos relevante. Y en términos de reboot del personaje, Secret Origin es conservadora, hace cambios sutiles, tampoco tan ofensivos, luego del cambio más brusco de Birthright, y como tal, no se siente importante, sino casi un capricho autoral. No parece jugársela por una visión original del personaje, sino más bien un homenaje de varios momentos, ideas o propuestas de otros elementos históricos del personaje. Johns a Superman es como J.J. Abrams a Star Wars, sabe mostrar su cariño al personaje, pero no sabe cómo proponer algo novedoso (al menos en este relato). Y aunque en su momento odié muchos elementos de Birthright, no puedo negar que Waid propone algo personal, una historia completa con una propuesta, que aunque no comparto del todo (y se desinfla en la mitad), es más interesante de conocer que esta. Stracynsky también intenta hacer algo así en su Earth One, pero ya sabemos que no es de mi preferencia, y la obra de Waid sigue escalando en mi valoración personal.
Secret Origin decide apostar por 3 actos, donde el primero es principalmente introductorio, y es por lejos el superior. La caracterización de Smallville, la vida de un Clark adolescente, y más cercano a la niñez que a la juventud, me parece una acertada propuesta, quizás la única relevante. Johns re introduce a Superman trabajando en la niñez, y por ende, el clásico origen de la Legion, mientras que se encarga de generar una serie de momentos creativos, entretenidos y emocionantes. Creo que todos verán con ternura el episodio del descubrimiento de su visión calorífica, con una sensación de asombro, miedo y excitación, además de risas cómplices. Sus padres se muestran humildes y cariñosos, pero después dejan de ser relevantes en el resto de la historia, al igual que Lana. Todo lo que tiene que ver con el descubrimiento de sus poderes, de su origen kriptoniano y sus motivaciones, parecen que desaparecen luego del final del segundo capítulo. Pero al menos son dos episodios muy simpáticos.
Estos números iniciales me recuerdan algo no menor. Es que creo que Geoff Johns es un escritor con ideas muy buenas, de gran calidad. Entrega fan service al mismo tiempo que parece conocer cómo llevar a sus personajes a nuevos terrenos con una maestría en levantar misterios y amenazas grandes y relevantes. Pero, a la vez, en ocasiones se siente muy típico, poco profundo, o mejor dicho, su profundidad se siente muy evidente. Tiende a llenar sus cómics con cuadros explicativos y aquí siento que a propósito se resistió a hacerlo. Lo aplaudo por ello. Pero creo que le vendría bien un co-escritor, alguien que matice sus buenas ideas.
Dicho esto, la acción se traslada a Metropolis donde volvemos a encontrarnos con Lex Luthor y conocemos también a toda la tropa del Daily Planet. En primera instancia tendremos un primer round, donde conocemos al Superman junto con el resto del mundo, y luego, para cerrar los últimos dos números, que intentan conflictuar, debilitar al protagonista y poner bajo amenaza a su nuevo mundo.
La parte más débil de estos 4 números es intentar construir desde ya una galería de villanos innecesaria. Lex Luthor es rival más que suficiente, y con recursos mucho más interesantes que la fuerza bruta de Parasite y Metallo. El primero, con un personaje ampliamente detestable, casi como que nos agrada que su vida cambie para peor de esa forma. Personajes así no motivan mucho, ciertamente. Por otro lado Metallo, es otro personaje de una sola cara. Un militar malo, con una historia previa negativa con Lois. Ella lo odia, es un imbécil. ¿Por qué nos deberia importar? Le quita tiempo y gracia a las verdaderas tensiones, que se muestran ciertamente interesante. El general Lane por ejemplo es un aspecto a explotar mucho mas interesante. El ángulo de Superman como extraterrestre es otro buen ángulo a trabajar y se ve poco y nada. La prensa, el periodismo como factor, parece sumamente interesante. Pero así como en otras áreas...¿donde está la gente común? A Johns parece no importarle mucho, son parásitos de estas historias, para darle un sentido. Y si al final ya no miran hacia arriba en busca de Lex, ahora lo hacen en busca de Superman, a pesar de que él nos de un discurso algo ingenuo cerca del final que pretenda lo contrario.
Claro, ahora lo puedo ver. Por eso los Kents desaparecen de la acción, ya no son parte de la vida estelar de Superman. Y hay algunos pocos plebeyos que pueden acercasele (colegas) o derechamente villanos. Sí, creo que extraño algunos de los momentos más cursis de Byrne pero que construían un mundo lleno de mini-relatos. Y claro, extraño la visión de Waid de ir forjando un camino que une su vocación humana con la alienigena. Morrison también jugaría con la propuesta de unir pueblo-humanidad con el relato ciencia ficción. Stracynsky no, y por eso lo odié. Superman es para la gente. Y por eso es raro verlo volando y Olsen pidiendole una foto. Superman se hubiera ofrecido primero...pero bueno, estamos aprendiendo. No deja de ser un gran momento.
¿Quién es este Superman? Sí, confunde un poco, como Lois bien le dice a Clark. Es un misterio. Se ve como el de Christopher Reeves, en una decisión que no me molesta en lo absoluto, y que Gary Frank levanta con maestría, pero tiene la contradicción de un heroe hecho y derecho y el de un muchachito. ¿Quién es este Superman? Poco sabemos, porque en definitiva, exceptuando los primeros números, sus pensamientos, sus dudas, salen poco y nada. Casi nunca lo veremos solo, o con personas en que confíe plenamente. Tampoco existen globos de textos, ni los cuadros clásicos de Johns. Esta dificil decifrarlo. Pero nos engaña bien. El cómic es entretenido y emocionante en primeras lecturas. Y se queda en eso. Si comprar este tomo se siente muy bien, es probable que se mantenga ese recuerdo harto tiempo, porque la verdad no se siente la justificación de volver, no por pasarla mal, sino porque lo que ofrece lo entrega de inmediato y no queda mucho más de sí. Y por eso pareciera que la odio cuando no.
Comparación con otras ediciones
La edición chilena de Unlimited es la más cercana en el tiempo y también la más económica. Seguía siendo una época barata para comprar la serie, si mal no recuerdo, a $2190 cada ejemplar. En tres tomos tenías todo lo necesario, y además podías acceder a otra colección del personaje con Johns, la superior Last Son. Es fácil de encontrar en saldos y considero que es una edición accesible y cercana. No tiene el papel ni la comodidad, y como siempre Salvat es superior en ello, pero es fácil de encontar.
Planeta De Agostini era la encargada de DC en español en ese tiempo, por lo que también publicó un tomo recopilatorio, no tan sencillo de encontrar y por supuesto menos conveniente, pero competente sin lugar a dudas. En su momento costaba 20 euros.
Y finalmente ECC, que ha recopilado toda la estadía del guionista en Superman. A diferencia de los tomos más caros, este tiene un precio muy conveniente, por solo 8 euros, lo que lo pone a competir con la colección Salvat.