"The New Zealand Story" (1988): la venganza de los kiwis
Oceanía. Ese continente famoso por su rugby, casas de ópera de diseños expresionistas y tiernos animales como los canguros y koalas, oculta una historia secreta. Una de explotación y tráfico de especies protegidas, donde un malvado mamífero se dedica a raptar a esas pequeñas aves llamadas kiwis para comerciar con ellos. Sin embargo, en tiempos de desesperanza surgirá un improbable y emplumado héroe, que iniciará un periplo para rescatar a sus congéneres. Hoy seguimos repasando viejos videojuegos arcade y en esta oportunidad veremos uno de los más entrañables, pero también menos conocidos: The New Zealand Story.
The New Zealand Story, también conocido como Kiwi Kraze: A Bird-Brained Adventure! en la versión norteamericana de NES, es un videojuego desarrollado por la compañía japonesa Taito Corporation. Salió a la calle en septiembre de 1982 para las máquinas arcades, aunque posteriormente fue convertido a múltiples sistemas de la época, incluyendo consolas de videojuegos y computadores. Además, desde entonces ha sido relanzado en varias oportunidades como parte de ediciones recopilatorias de otros títulos de la empresa.
El cartucho surgió hacia el final de una segunda edad de oro para Taito, pues una década después de conquistar el mundo con Space Invaders, iluminó las salas de recreativas de los ochenta con juegos innovadores y fascinantes como Elevator Action, Bubble Bobble y Rainbow Islands. The New Zealand Story es, incluso para los estándares de estos dos últimos juegos de plataformas, un juego ingenioso e imaginativo.
TNZS es un espécimen de plataformas con scroll lateral, en que controlamos a un tierno polluelo de kiwi llamado Tiki, que avanza a lo largo de grandes escenarios laberínticos ambientados en diversos lugares de Nueva Zelanda. Con unos fondos surrealistas que casi no se parecen al país del que toma el nombre, los gráficos e imágenes cute del juego no son más que un revestimiento bajo el que subyace una buena dosis de crueldad hacia el jugador, pues su dificultad nos sacará de quicio más de una vez.
La misión de Tiki, una criatura tierna y rechoncha con zapatillas, será rescatar a sus amigos y su novia Phee-phee, que han sido raptados desde su hogar en el zoo de North Island por Wally, una malvada foca leopardo del océano antártico que planea venderlos en distintos lugares del país. Para esto hay que atravesar una serie de grandes niveles de plataformas, que más parecen complejos laberintos, derribando a los enemigos con tu arco y flecha, o cualquier arma de reemplazo que encontremos por ahí. En una curiosa característica muy Grand Theft Auto, también existe la opción de expulsar a un enemigo de su máquina voladora y robarlo para ti mismo, lo que es una táctica vital en lugares cuyo piso está hecho de pinchos. Sin embargo, más que una ayuda, esto se vuelve una complicación dado el ridículamente corto tiempo que tenemos para terminar los niveles.
El videojuego presenta un total de veinte niveles, cada uno con un diseño muy elaborado. Los escenarios se destacan por ser muy grandes en relación a juegos similares y por tener un desarrollo no lineal, en donde el jugador puede tomar varios caminos para llegar hasta la meta, pero además todo se complejiza al existir portales ocultos que permiten a Tiki acceder a zonas especiales o incluso saltarse varios niveles.
Pero si hay algo por lo que destacar a TNZH es por la gran cantidad de sustancias alucinógenas que fueron necesarias para su realización. Mucho de eso debe haber para concebir que por momentos Tiki se arme con una pistola láser y elimine hordas de gatos vampiros, pingüinos montados en flotadores de hule con forma de patos, y murciélagos demoníacos. Incluso la escena de introducción, por breve que sea, tiene una racha de humor, pues solo basta con mirar los kiwis que están a punto de ser atrapados en la bolsa de la foca para ver que uno de ellos está fumando.
Incluso, es posible que todo el juego tenga lugar en la mente drogada de esa ave. ¿De qué otra manera explicamos las secuencias en las que Tiki viaja en la espalda de un pato que escupe láser? ¿O que constantemente se abran portales de los que surgen diferentes tipos de enemigos, cada cual más estrafalario que el anterior? Como casi todo el resto de elementos, los jefes de área están increíblemente fuera de lo normal. El más famoso es probablemente el del final de la primera área: una ballena gigante congelada a la que tienes que permitir que te devore para destruirla por dentro.También te enfrentarás a una muñeca robot y a un enorme pulpo de piedra que te arroja tinta que, naturalmente, se transforman rápidamente en murciélagos mortales.
En todo caso, este diseño permite más variedad y sorpresas que otros plataformeros famosos, aunque es posible que su nivel de dificultad frustrante ahuyente a algunos jugadores menos experimentados. Pero si perseveras, memorizando los diseños de sus niveles y acostumbrándose a sus peculiaridades, pronto serás recompensado con una emocionante pieza llena de secretos.
Uno de los más interesantes es el nivel oculto del Cielo, al que solo accederás al perder tu última vida ante un determinado proyectil enemigo entre el tercer y el quinto mundo. Hazlo bien y terminarás atravesando un paisaje de nubes hasta que encuentres el equivalente del juego de la Virgen María. Sí, todo muy fumado.
Los gráficos del juego son bastante curiosos. Se destacan los diseños de los personajes, pequeños y coloridos y de aspecto adorable, y sus escenarios están formados por estructuras de bloques cuadrados, con un desplazamiento omnidireccional de la pantalla. Uno de los elementos más reconocidos del juego es su particular música, con una melodía que afortunadamente es de sonido alegre y ameno, pues de otra forma se volvería insoportable ya que suena en todas las etapas del juego. Solo tenemos temas diferentes en situaciones especiales, como las batallas con los jefes.
La dificultad del juego es alta y aumenta progresivamente durante la partida. Pese a que Tiki puede fácilmente acabar con ellos, los enemigos resultan muy agresivos y atacan al jugador constantemente sin dar respiro. Otro factor de dificultad también radica en el propio diseño de los niveles que se va volviendo cada vez más complejo y laberíntico. Así mismo, y aun ignorando a los adversarios, muchos pasajes son complejos pues debemos maniobrar entre paredes infestadas de púas que nos eliminan al instante, o tener que realizar saltos a plataformas muy cortas. El pulso es fundamental.
A lo largo de los escenarios, se pueden ir recogiendo ítems que nos ayudarán en la aventura. Normalmente estos aparecen aleatoriamente al derrotar a un enemigo, y van desde frutas que suman puntos, hasta armas especiales como el rayo láser y el disparo de bolas de fuego. También hay ítems con efectos beneficiosos como el reloj para congelar a todos los enemigos o el joystick, que permite a Tiki volar usando el mando direccional. Además aparecen ocultas distintas letras que el jugador debe reunir para formar la palabra EXTEND y así ganar una vida adicional.
Otra ventaja que recibe el jugador es la presencia de las ya nombradas puertas ocultas, que permanecen invisibles hasta que por casualidad disparamos nuestros los proyectiles en el lugar indicado, y éstas se revelan. Las puertas ocultas llevan a secciones especiales y en su mayoría funcionan como atajos, que en algunos casos permiten saltear varios niveles.
El videojuego fue diseñado para un solo jugador, aunque es posible iniciar una partida con dos jugadores, estos tendrán que jugar por turnos en forma alternada, sin que exista algún tipo de interacción entre ambos.
Como decíamos, The New Zealand Story fue originalmente un videojuego de arcade. De él se realizaron varios clones que son básicamente el mismo juego, pero contienen cambios en el diseño de los niveles o la distribución de los enemigos. La compañía Ocean Software publicó numerosas conversiones en simultáneo para diversos sistemas de la época, como Amiga, Atari ST, Amstrad CPC y ZX Spectrum. También fue lanzada la versión para el ordenador Commodore 64, que a diferencia de las anteriores, esta fue desarrollada por Imagine Software.
En 1989 salieron las primeras dos conversiones para consolas de videojuegos, que fueron para para PC Engine, y para Mega Drive, que se comercializaron solamente en Japón. En 1991, Ocean publicó una edición para NES, que fue desarrollada por Software Creations, y que es la única de todas las versiones en llevar un nombre distinto. En generaciones posteriores, Taito relanzó el juego en varios packs recopilatorios junto con otros títulos clásicos muy representativos de la compañía como Bubble Bobble, Elevator Action o Space Invaders. Por ejemplo, tenemos a Taito Legends, que fue lanzado para los sistemas Xbox, PlayStation 2 y PC.
Quizá nunca sabremos qué fue lo que inspiró a Taito a hacer un juego tan curioso, si fue por algún tipo de viaje a la verdadera Nueva Zelanda, o solo un sueño febril que llevó a los diseñadores de la firma a desarrollar la idea de un kiwi de zapatillas que dispara flechas al tiempo que monta patos de goma flotadores. Lo que sí sabemos con certeza es que el resultado es un título peculiar, complicado, pero insidiosamente adictivo, y lo que es más importante, que reivindica que hay mucha más vida en Oceanía más allá de los melosos canguros, koalas y ornitorrincos.