X-Men - Momentos más importantes de su historia Parte II
Continuamos repasando los grandes hitos de la historia de los Hombres-X, o lo que es lo mismo, aquellos momentos de inflexión de la franquicia, en que se nos dijo que toda cambiaría para siempre, y en estos casos, realmente sería así. Luego de haber viajado a través de la etapa clásica —desde el debut de The X-Men #1 en los 60 hasta la saga "Fall of the Mutants"—, toca ahora la época moderna, que conceptualmente arranca con la llegada de Jim Lee y el estreno de la nueva X-Men #1 en 1991, hasta la actualidad. Como ven, acá encontraremos algunas de las mejores historias de los X-Men.
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Equipos Oro y Azul — X-Men #1 y Uncanny X-Men #281 (1991)
A principios de la década de los noventa, las cosas se desmadraron, y lo imposible ocurrió: Chris Claremont dejaba la franquicia, motivado por diferencias con los editores de turno, que estaban encandilados con el ascenso de la nueva estrella, el dibujante Jim Lee, que aunque nadie podría suponerlo, fue capaz de disputarle el control creativo a Claremont. Hay que decir que algo similar ocurrió en la etapa en que el Patriarca trabajó con John Byrne, siendo este ultimo tambien responsable de algunos argumentos de la época.
Lee es dueño de un estilo que marcó la época, con el triunfo definitivo de la forma sobre el contenido, del dibujo por encima de la historia, de lo nuevo sobre lo viejo. Desde hacía un año antes, el dibujante venía acompañado al guionista en Uncanny X-Men, tras tomar el manto de artista regular luego del baile de sustitutos que dejó la marcha de Marc Silvestri. En ese período se nos narraron historias interesantes, como el viaje a Madripoor junto al Capitán América y la Viuda Negra, o a la Tierra Salvaje del idilio entre Rogue y Magneto. Pero sobretodo, se había entrado de lleno en los efervescentes crossovers mutantes a los que los noventa nos acostumbrarían, con sagas como Proyecto Exterminio o La Saga de la Isla Muir.
Sin embargo, la idea más potente, más allá de la reconocible estética de la que se dotó a los personajes, fue la creación de los Equipos Oro y Azul de los Hombres-X, esquema que marcó una huella indeleble en la franquicia, a tal nivel de inspirar los títulos de dos series que vieron la luz en la época de ResurrXion, casi 30 años después. Eso desembocó en la creación de la segunda serie troncal de la franquicia: X-Men a secas. Uncanny X-Men fue el hogar del Equipo Oro, conformado por Archangel, Storm, Colossus, Jean Grey e Iceman, mientras que en X-Men encontraríamos al Equipo Azul, en que militarían Wolverine, Cyclops, Psylocke, Jubilee, Beast, Gambit y Rogue.
En específico, Claremont se mantuvo en los guiones hasta Uncanny #281 y X-Men #3, en que definitivamente los argumentos quedaron en manos de Jim Lee, Whilce Portacio e incluso John Byrne. X-Men fue creada a la medida de Lee, y ella asistimos al retorno y enfrentamiento definitivo con Magneto. Y por cierto, la primera entrega de la cabecera puso en circulación nada menos que ocho millones de ejemplares, cifra que parece totalmente irreal para los cánones de hoy.
Un mundo sin Xavier — Age of Apocalypse (1995)
Si los noventas fueron campo fértil para un vendaval de crossovers, no hubo ninguno más representativo ni tan ambicioso como Age of Apocalypse. La obra en sí es un gigantesco What If..., esas historias imaginarias de la Casa de las Ideas que respondían a la pregunta de qué hubiese pasado si los hechos tal como los conocemos se hubiesen desarrollado de otra forma. En este caso, la pregunta era sencilla, pero sus implicancias, enormes: ¿Qué hubiera pasado si Charles Xavier no hubiese fundado a los X-Men?. Para responder a eso, los creativos marvelianos crearon una trama gigantesca, adelantada por una gran campaña de marketing que partió por anunciar la cancelación de todas las colecciones mutantes. A pesar que en ese entonces Internet no era masivo y la información no fluía como hoy, nadie se compró que la editorial renunciara porque sí a su gallina de los huevos de oro, y sabían que algo grande se cocía.
El momento crucial que catalizaría el evento tendría lugar en un arco denominado Legion Quest, que incluiría a X-Men #040 y 041, Uncanny X-Men #320 y 321, Cable #020, y un preludio en X-Factor #109. Veinte años en el pasado, en Israel, Magneto, Xavier y Gabrielle Haller trabajan juntos en un hospital psiquiátrico. David Haller, el poderoso mutante conocido como Legion, hijo de Charles y Gabrielle, planea retroceder en el tiempo para matar al Erik Lensherr de esa época, creyendo así que eliminaría retroactivamente todas las fechorías del Amo de Magnetismo, y permitiendo que Xavier no tenga oposición para instaurar su sueño de coexistencia pacífica entre humanos y mutantes. Aunque le pisan los talones, los X-Men fracasan en detenerlo, y David asesinaría accidentalmente a su propio padre, destruyendo la realidad como la conocemos y creando una nueva, completamente diferente. Y no sólo eso, si no que nuestro universo tradicional sería engullido por la oscuridad, convertido en un frágil cristal que se rompe en mil pedazos.
Así, y mientras Erik mantenía el cadáver de Charles entre sus brazos, el verdadero destino de ambos no se cumpliría. El calvo telépata jamás crearía a los X-Men, y su amigo no tomaría su lugar como Magneto, el peor terrorista mutante del planeta. Los lectores contemplaban como este cambio creó una ola de entropía que destruía el presente y dejaba congelados, literalmente, a los protagonistas de los ocho títulos de la franquicia publicaban en ese momento, dejando de existir.
Como dijimos, la obra exploraría un mundo alternativo en que Apocalypse, el mutante inmortal que tantas veces se enfrentó a nuestros Hombres-X, no encontró resistencia, pues nunca hubo una oposición coordinada que le hiciera frente. Como consecuencia, conquistó Norteamérica, manteniendo un control despótico en todo el continente, convirtiéndolo en un enorme campo de concentración plagado de cadáveres. Con la ayuda de sus fieles Jinetes y de sus soldados, los Infinites, En Sabah Nur ha perseguido sin cuartel a los humanos que quedan en sus territorios, perpetrando ominosas matanzas y arrojando a los sobrevivientes a los horrores de los corrales de crianza. Los mutantes que no comulgan con su darwinismo extremo, son capturados y entregados a su retorcido servidor Mr. Sinister, para ser utilizados en sus experimentos genéticos.
Mientras tanto, los pocos mutantes benévolos que han escapado a la ira de Apocalypse, han unido sus fuerzas con las de humanos como Moira MacTaggert, su esposo Bolivar Trask -creador de los Sentinels-, o Mariko Yashida para formar el Consejo Humano, localizado en Europa. Ahí se están diseñando nuevos modelos de Sentinels, con la esperanza de acabar con el villano y sus secuaces. Es una tarea peligrosa y que parece fútil, pero necesaria si es que se pretende que la raza Sapiens sobreviva. Con todo, en medio de la muerte, destrucción y la tragedia, se alza un último y desesperado grupo de mutantes, que darán todo por liberar su mundo de la opresión. La guerrilla sería dirigida por quien menos se espera: el mismísimo Magneto.
Age of Apocalypse, además de ser un intento muy bien orquestado, marcó época por ser un universo que a partir de entonces sería revisitado en varias ocasiones, así como aportar con algunos personajes refugiados, que pasaron al Universo 616 una vez la realidad normal fue restaurada.
Grant Morrison y los Nuevos X-Men — New X-Men #114 (2001)
La segunda mitad de la década de los noventa vio a los alegres mutantes marvelianos de capa caída, con pocas historias memorables y una calidad más bien baja, a pesar de que por ahí incluso contamos con el regreso de Chris Claremont a la franquicia. Sin embargo, en el año 2000, un hecho inesperado vendría a sacarlos del sopor reinante: el estreno, y consiguiente éxito, de X-Men, la película de imagen real dirigida por Bryan Singer. Esto los puso en la mira del gran público, lo que obligó a afinar su versión en cómic para verse lo mejor posible.
Así, la llegada del nuevo Editor en Jefe Joe Quesada permitiría que el famoso escritor Grant Morrison tomara las riendas de la franquicia, siendo el escocés uno de los autores más imaginativos con los que cuenta el Noveno Arte. Sus intenciones eran tan claras como esperanzadoras, pues entre sus planes estaba la necesaria modernización del universo muti y de sus ocupantes, y no dudaría en hacerles avanzar para dejar atrás la inercia que arrastraban desde hace años.
Con su ayuda, la especie mutante sería catapultada al siglo XXI, con la virtud de mantenerlos tan frescos e innovadores como en sus mejores momentos de los años 80. Bajo un prisma personal que filtró las ideas viejas y las envolvió de originalidad, el guionista retomó temas planteados en grandes sagas del pasado, como Días del Futuro Pasado o la Saga de Fénix Oscura, para darles un tratamiento acorde a las exigencias del público del nuevo siglo.
La propuesta de la serie fue presentada a los editores a través del Manifiesto de Morrison, un compendio de reflexiones en las que el escritor explicaba por qué los X-Men no estaban funcionando, y qué se podía hacer para remediarlo. Entre sus propuestas estaban: olvidarse de la manera anticuada en que estaban escritos, y de hecho, su serie no tiene textos de apoyo ni bocadillos de pensamiento; las alargadas tramas serían sustituidas por otras que se resolvieran como máximo en un año; abandonar el tono superheroico en favor de uno de ciencia ficción pura; y el acercamiento a los personajes y sus problemas se haría desde un ángulo más realista, haciéndoles interactuar con el mundo que los rodea, y dando por fin el paso de integrar al Homo Superior con el resto de la sociedad.
El resultado fue que Morrison se haría cargo de X-Men, ahora renombrada como New X-Men, a partir del #114. En ella, realizó sagas tan sugerentes como "E de Extinción", "Imperial", entre muchas otras, compuestas por capas superpuestas de tramas que van formando un gran puzzle de 41 números cargados de espectacularidad, conceptos muy originales, y personajes tridimensionales. En su conjunto, es una obra con muchas ideas subliminales, dobles lecturas y referencias a la cultura popular que harán las delicias de los lectores más avezados.
Por cierto, los diseños de los trajes negros que ahora usarían los protagonistas, que recuerdan a los de la gran pantalla, corrieron a cargo de Frank Quitely, colaborador habitual de Morrison, y del que lamentablemente pudimos disfrutar solo en un puñado de episodios.
El regreso del asombro — Astonishing X-Men vol. 3 #1 (2004)
En 2004 la franquicia mutante se encontraba ad portas de una de sus muchas reestructuraciones, X-Men: Reload. Motivada por la marcha de Grant Morrison de New X-Men y los paupérrimos resultados artísticos de Chuck Austen en Uncanny, se hacía necesario un golpe mediático para renovar el interés en los mutantes de la X. Para ello, el patriarca Chris Claremont volvería a Uncanny y Austen pasaría a X-Men, en espera de Peter Milligan. Joe Quesada, por entonces aún editor en jefe de la Casa de las Ideas, apostó por un regreso al clasicismo y a los esquemas superheroicos más tradicionales.
Pero la serie madre más llamativa, sería la nueva Astonishing X-Men, un título firmado por dos monstruos del mundo del cómic y el entretenimiento. Joss Whedon, creador de las series televisivas Buffy The Vampire Slayer y Firefly, se haría un hueco en su apretada agenda para escribir los guiones, mientras el premiado John Cassaday -dibujante de Planetary y Captain America- se unía al equipo creativo que se completó con la prestigiosa colorista Laura Martin.
Después del ataque a Nueva York durante la etapa Morrison, y al ver que la nueva ola de desconfianza va en aumento aumento, Cyclops buscará que los X-Men se muestren una vez más como superhéroes, con la esperanza de que puedan demostrar que son héroes destinados a inspirar esperanza en lugar de algo que solo temer y odiar. A pesar de que trabajar con personajes con tanta historia detrás hace difícil encontrar tramas que sean totalmente originales, el talento de Whedon le permitió soslayar este obstáculo, mediante guiones extremadamente entretenidos y emotivos, aunque sin huir de su manía de incluir diálogos humorísticos y bromas a cada momento.
En los cuatro arcos argumentales que se leen en éstas páginas —"Dotados", "Peligroso", "Desgarrada" e "Imparable"—, el equipo formado por Cyclops, Emma Frost, Wolverine, Colossus, Kitty Pryde y Armor debió hacer frente a una raza alienígena que buscaba destruir la Tierra, lidiar con el anuncio de una cura para la "maldición" mutante, luchar con una inteligencia artificial asesina y el fantasma de un villano reciente, e incluso la resurrección de uno de los suyos.
Hay muchísima historia y drama empacado en éstos 25 números, pero Whedon es capaz de mantenernos enganchados y tocarnos el corazón. Su principal enfoque es en los personajes, especialmente Shadowcat, quién ha regresado como profesora al Instituto Xavier y a través de sus ojos descubrimos el nuevo status quo. Los lectores empatizamos con Kitty y su shock por el retorno de redacted desde la muerte, y nos interesamos por saber hacia dónde va la relación de Scott y Emma. En algunos pasajes podemos argumentar que el melodrama es forzado, pero el guión en todo momento mantiene la historia activa y en movimiento.
Por si todo lo anterior no fuese suficiente, como legado el run nos dejó algunos personajes y conceptos que aún siguen rondando el cosmos marvelita, como Danger, Abigail Brand y S.W.O.R.D.. Sin duda, en estas páginas encontraríamos algunas de las mejores historias de los X-Men.
No más mutantes — House of M (2005)
House of M es un evento del año 2005, una especie de crossover entre New Avengers y Astonishing X-Men, que forma parte de la columna vertebral de la larga etapa del guionista Brian Michael Bendis frente a los Héroes Más Poderosos de la Tierra. En sus páginas asistiríamos al descenso a la locura de Scarlet Witch, que inició en las páginas de Avengers: Disassembled. Luego de los trágicos eventos de aquella, Wanda se refugió en una realidad alterada por sus poderes, en que vive una vida idílica junto a su familia y sus dos hijos. Sin embargo, en la inevitable conclusión culparía de todo a su padre Magneto y su hermano Pietro, durante la que se despacharía una frase que cambiaría todo para siempre: No más Mutantes.
Como consecuencia del hechizo, el Homo Superior se vio diezmado casi hasta la extinción, pues casi todos los mutantes perdieron sus poderes, a excepción de 198 individuos, que tendrían la misión de mantenerse vivos y evitar la desaparición total de la especie, en lo que ahora se conoce como Día M. De aquí surgirían multitud de tramas en todas las series-X que narraron la resaca del evento, las que lucieron la etiqueta Decimation en su portada.
Así, los mutantes serían más cazados que nunca, pues muchos de sus enemigos se presentaron frente a la Escuela de Xavier para terminar el trabajo que Wanda inició. Lo que en realidad ocurrió es que la señorita Maximoff borró el gen-x de la faz de la Tierra, por lo que además de eliminar los dones de los de su raza, tampoco se produciría ningún nacimiento Homo Superior en un buen tiempo. Al mismo tiempo, Xavier ya no es de confianza, ya que se descubren varios engaños suyos. El Día M también restaura todos los recuerdos de Wolverine, lo que hace que sea un poco más violento y duro, como lo había sido cuando se unió al equipo.
Y entonces nació una bebé, Hope, que sí es mutante. Los X-Men y sus enemigos competirán para llegar a ella primero, creyendo que ella es la clave de la esperanza o la condenación de la raza mutante. Así iniciaría la llamada Trilogía de Hope, compuesta por las sagas Messiah Complex, Messiah War y Second Coming, más una más que correcta nueva serie de Cable, en que la chica sería enviada al futuro para una crianza segura, y volvería a la actualidad justo a tiempo para abrazar su relación con la Phoenix Force, que además desencadenaría el evento Avengers vs. X-Men. No es poco.
Punto de quiebre — X-Men: Schism (2011)
Una de las grandes rivalidades dentro la alineación de los Hijos del Átomo es la que existe entre Cyclops y Wolverine, no importa cuando leas esto. Esto llegó a la máxima potencia durante el evento Schism, donde tras una serie de eventos que los llevaron a un punto de no retorno, Scott y Logan se enzarzaron en una batalla literal y figurada que hizo que los X-Men se dividieran una vez más en dos. El equipo liderado por Wolverine se estableció en la remozada escuela de Westchester, rebautizado Instituto Jean Grey, mientras el equipo dirigido por Cyclops asumió una misión más militarista, operando desde la isla de Utopía.
Esta situación confluiría con el arco de Hope nombrado más arriba, porque como sucede a menudo con los Hijos del Átomo, se toparían nuevamente con el Phoenix. Cuando la esta fuerza cósmica regresó a la Tierra, desencadenó una guerra entre los X-Men y los Vengadores, con Wolverine, Cyclops y Hope en el centro de todo. Las cosas fueron de mal a peor rápidamente cuando el Phoenix se dividió entre cinco miembros del equipo de Scott, incluido el propio uni-ojo.
Influido por una fuerza que escapaba a su control, Cyclops mató a Charles Xavier cuando el mentor y fundador del grupo se opuso a él. A pesar de sus nobles intenciones, Scott Summers literalmente liquidó el sueño que tanto luchó para hacer realidad. Sin embargo, no todo estaba perdido, pues Hope tomó el Fénix y lo usó para restaurar el gen mutante, finalizando así la gran línea argumental iniciada en House of M.
En cuanto al cisma, éste solo se ensanchó. Scott adoptó una actitud de rebeldía contra todo aquel que amenazara la estirpe mutante, formando un grupo que actuaría de manera radical y clandestina, entre los que encontraríamos a Emma Frost y Magneto, entre otros. Mientras, el resto de los X-Men serían testigos de la llegada de los cinco Hombres-X adolescentes originales, traídos desde el pasado por Beast, para vivir nuevas y desopilantes aventuras. Ambas tramas fueron las líneas maestras de la etapa del guionista Brian Michael Bendis en la franquicia.
Amanecer de X — House of X (2019) y Powers of X (2019)
Luego de Schism, pocas cosas llamaron la atención en la parcela-x. En el plano real, la pugna por los derechos cinematográficos de los personajes entre Marvel y Fox, hizo que la primera quitara a los mutantes de la primera línea, para no hacer publicidad indirecta a los films de la competencia del MCU, para no entregarles más personajes, o sugerir líneas argumentales. Como sea, los muties atravesaron por tiempos de indefinición, en los que ni Brian Michael Bendis, Matt Fraction, Jeff Lemire o Marc Guggenheim lograron sacar brillo a los juguetes que antaño fueran los reyes de la fiesta.
Una vez que Marvel se rindió en su obstinación de hacer de los Inhumanos los nuevos héroes de moda, y Disney finalmente comprara a Fox, se planificó el regreso de la X a la primera plana de la Casa de las Ideas, y por tanto, se necesitaba un revulsivo que llamara la atención de propios y extraños. Éste se conseguiría con la llegada del reputado guionista Jonathan Hickman a la franquicia, a través de las sendas miniseries House of X y Powers of X, dos títulos que en realidad conforman solo uno. Con una cadencia semanal que les permitió acabar en solo tres meses, fueron las encargadas de poner los cimientos de lo que ahora es el nuevo status de los mutantes, con un enfoque proactivo hacia la humanidad, y viviendo en la isla nación de Krakoa.
Hickman vino a poner de cabeza los elementos icónicos de los X-Men, introduciendo conceptos nuevos o subvirtiendo los que ya conocíamos, en un movimiento que llegó para quedarse. Pero luego del aperitivo, debe venir el plato fuerte, que estuvo dado por la primera oleada de series regulares, donde se explora más en profundidad el nuevo mundo establecido. Estas fueron agrupadas bajo el epíteto de Dawn of X, y son X-Men, X-Force, New Mutants, Marauders, Excalibur y Fallen Angels, a las que posteriormente se les unirían Wolverine, Hellions, proyectos especiales como Giant-Size X-Men y X-Men / Fantastic Four, y otras series que esperan su debut.
Aunque no han preservado la excelencia absoluta de HoX y PoX, si representan un gran salto de calidad respecto de lo publicado desde hace varios años, manteniendo un nivel en general bastante alto. Hasta ahora, la jugada les ha salido redonda, con la X regresando a ser la franquicia de moda en la editorial. Después de haber sido dejados de lado por autores y decisiones editoriales, ahora todos quieren ser mutantes. Krakoa se gradúa como el destino marveliano favorito para el 2020.
Hasta acá nuestra aventura rememorando las mejores historias de los X-Men, o en realidad, los grandes hitos de su cronología. Sin duda hay muchos otros momentos importantes para la franquicia, pero acá quisimos resaltar los que realmente significaron un antes y un después. ¿Estás de acuerdo con nosotros? ¿Piensas que hay piezas que sobran, u otras que faltan? Déjanos saber tu opinión en el cajón de comentarios. To me, my X-Men.