"Rabio Lepus" (1987): ¿sueñan los conejos androides con zanahorias eléctricas?
Hace un tiempo publicamos un artículo de Aero Fighters, quizá la saga de videojuegos de aviones más icónica de la época de los arcades. Aquella entrada me hizo recordar otro de los títulos que primero buscaba cada vez que podía escabullirme en las salas de juegos. Hablo de Rabio Lepus, una entretenida y casi desconocida placa que evoca preciados recuerdos.
En efecto, Rabio Lepus es uno de los juegos menos conocidos del renacimiento arcade de finales de los ochenta, que fue desarrollado por V-System Co. —que más tarde cambió su nombre a Video System Inc.— en 1987. En occidente, principalmente en Estados Unidos, fue conocido como Rabbit Punch, y probablemente llegó a este lado del mundo debido a la popularidad creciente de los juegos de disparos de desplazamiento lateral, como Life Force de Konami (1986), Side Arms: Hyper Dyne (1986) de Capcom y R-Type de Irem (1987).
Aunque se lanzó cinco años antes del ya nombrado Aero Fighters, este shooter de desplazamiento horizontal preparó el escenario para esa saga de naves, tanto por su estilo de juego como por el préstamo de personajes y enemigos extraños. En Rabio Lepus, la princesa de Bunnyland, Komomo Kitashirakawa, su hermana Kotomi y su abuelo, el Rey Taro Kitashirakawa, han sido secuestrados por un misterioso ejército mecánico. Los miembros de élite de la guardia de conejos robot Rabio y Lepus, tendrán la misión de rescatar a la familia real luchando contra enemigos en una nave espacial, un asteroide y el planeta del enemigo.
Alimentado por zanahorias, armado con misiles y equipado con un poderoso combo, el dúo está determinado a no renunciar hasta que la familia real haya sido devuelta a su hogar. La historia se desarrolla en breves escenas después de cada uno de los tres capítulos —conformados a su vez por 4 niveles—, aunque la versión estadounidense del juego omite algo de esos diálogos.
La jugabilidad de Rabio Lepus debería ser un territorio familiar para cualquiera que se haya aventurado con títulos shooter de avance horizontal, pero hay algunas diferencias clave que vale la pena mencionar. La primera es que el sistema de armas está optimizado hacia la simplicidad, con un botón para disparar los proyectiles normales y otro para lanzar misiles. Como es habitual, tenemos un suministro infinito de balas, pero no es tan generoso con los misiles, pues comenzamos con una pequeña cantidad, y nos obligan a recolectar más a partir de las latas de zanahorias que se encuentran en cada etapa.
Hay otra faceta interesante y es un pseudo-combate cuerpo a cuerpo. Al acercarse a un enemigo, nuestras balas se transformarán en un puño enguantado, permitiendo a tu conejo golpear con un potente puñetazo que hace un gran daño o incluso destruye por completo al adversario. A menudo tendrás que hacer esto para eliminar a los enemigos más duros que bloquean tu camino, pero también es útil para abrir las latas de zanahorias, evitando que los power-ups del que desprenden se caigan de la pantalla, como sucede a menudo cuando se les dispara.
Esto no es tan malo cuando las latas contienen bolsas de dinero o packs pequeños de misiles, pero puede ser molesto cuando encuentras un tanuki, un raro objeto que otorga una larga cola color arcoiris, confiriendo invencibilidad durante un periodo corto de tiempo. Y hablando de power-ups, el disparo normal no puede ser potenciado, pero sí los misiles, cuando capturamos el ítem del moño. Tener un pinche pegado a las orejas de tu conejo no lo hace más intimidante, pero sin duda los enemigos pueden dar fe de los poderosos resultados.
Otros items que podemos recolectar son zanahorias, que recuperan salud, y jarrones que nos ayudan a recolectar más puntos. Hay que recordar que en esa época era importante que tu nombre apareciera en los Top Ten de puntajes logrados en el juego, y ser el más cool del lugar.
En perspectiva, Rabio Lepus representa tanto un debut fuerte para Video System, como una entrada sólida en un género que explotaría en popularidad algunos años después. El juego exprime bien su hardware de 16-bit, con gráficos coloridos y detallados —bastante atractivas considerando que es un título de hace más de 30 años—, y un scroll lateral suave como la seda. La animación de los protagonistas está bien lograda, al igual que la de la mayoría de los enemigos, excepto algunos jefes que no son más que una figura estática de la que emanan balas. Gracias a los sprites, nuestros conejos se vuelven adorables, haciendo algunos movimientos graciosos y tiernos. La ambientación hace uso de una compleja, y fumada, imaginería de ciencia ficción, que mezcla diseños futuristas con elementos cotidianos del folklore asiático.
El sonido también está bastante bien conseguido. Los efectos de los disparos y explosiones son muy adecuados, destacando especialmente el ruido de cuando nuestro conejo es golpeado, en un tono bajo que nos hace vibrar el estómago. Pocas veces la expresión "eso me dolió hasta a mí" está mejor aplicada. La música de cada nivel, pegajosa e inquietante, gracias a sus tiempos rápidos entrega la estimulación necesaria para conferir una aún mayor sensación de vértigo a las batallas.
Así mismo, son muy curiosas las voces. En general, los personajes no hablan, más allá de algún thank you cuando rescatamos a alguno de los cautivos, lo que también se extiende a los protagonistas. Solo conocemos la voz de Rabio y Lepus cuando gritan al perder alguna de las tres vidas que poseen al inicio de la aventura, cada uno con un tono distinto. También hace presencia una especie de narrador, de voz escalofriante y digitalizada, que nos advierte de aproximación inminente de los jefes, cuando se nos agota el stock de misiles, entre otras situaciones.
Si tuviésemos que hablar de algún aspecto negativo, sin duda ese sería la curva de dificultad. Cada etapa es breve, pero totalmente inundada de enemigos y elementos dañinos del decorado. Las emboscadas sorpresa de enjambres de adversarios hacen que sobrevivir más allá del sexto o séptimo nivel sea poco probable, incluso con la generosa barra de vida o el apoyo de un segundo jugador. La frustración es mayor en la versión estadounidense, que nos obliga a regresar a la novena etapa después de perder todas tus vidas, sin importar cuánto hayas avanzado desde ese punto.
Rabio Lepus recibió una conversión bastante floja en la consola PC Engine, titulado Rabio Lepus Special. El sufijo "Special" está sujeto a debate, pero es significativamente diferente al original de arcade, con niveles más largos y la opción de ingresar códigos en la pantalla del título para vidas extra y armas más poderosas. En el lado negativo, los graficos se ven desmejorados gracias a fondos simples y menos detallados, la música es peor, no hay opción para dos jugadores, y te envían de vuelta a un punto de control si mueres, lo que lo hace más difícil. Por tanto, a los fanáticos más férreos del juego de arcade les recomiendo que mejor se queden con el port a PS2 de la compañia Hamster, aunque solo fue lanzado en Japón. O mejor aún, ¿alguien dijo MAME?
La serie concluyó con este Rabio Lepus Special, pero los conejitos de batalla hicieron apariciones en la popular y ya nombrada saga Aero Fighters de la misma Video System, llegando incluso a ser personajes desbloqueables en la versión de Super NES lanzado por Mc'O River. El Rey secuestrado,Taro Kitashirakawa también es un personaje jugable en AF, con el nuevo nombre de Lord River-n-White, la que es una traducción razonablemente cercana de su nombre original, pues shirakawa significa "río blanco" en japonés. El villano aquel que parece fantasma, Tenuki Chaud, hace apariciones frecuentes como villano en aquel juego, así como en su predecesor Turbo Force. Finalmente, hay carteles que anuncian a Rabio Lepus en Super Voleibol para Sega Genesis, aunque de manera desconcertante, porque el juego en sí nunca fue portado a ese sistema
A día de hoy, y luego de que tanto Video System como su sucesor Psikyo han cerrado sus puertas, es poco probable que Rabio Lepus regrese. Sin embargo, el juego ha dejado su marca en la industria, inspirando a conejos futuristas como Astro Rabby de IGS y Jumping Flash de Sony, y dejando gratos momentos de diversión a quienes lo hemos jugado. Por tanto te recomiendo a que le dediques un par de partidas, pues es un juego ideal para cuando queremos probar algo más simple que las complejas tramas y gráficos en alta definición actuales, y volver a la esencia que dicta que las mejores cosas, a veces son las más simples.