"Crónicas del Viento" (1992): en busca del pergamino perdido
El manga histórico es uno de los géneros más potentes en Japón, a pesar que ha perdido cierta popularidad en tiempos modernos, y en particular en el período de la "explosión" del manga en occidente en la década de los noventa. Si miramos al pasado, en cambio, podemos encontrar una gran cantidad de obras de excelencia del género, entre las que encontramos, por ejemplo, los trabajos de Kazuo Koike y Goseki Kojima, entre otros. A esa categoría pertenece Crónicas del Viento, interesante tomo único que repasaremos hoy.
Crónicas del Viento, cuyo nombre original es Kaze no Shō, es un manga seinen basado en hechos históricos, publicado en la revista Young Champion, en 1992. Consta de ocho capítulos, recopilados en uno o dos tomos, según la edición. Sus autores son Jiro Taniguchi en dibujos y Kan Furuyama en guiones. Nacido en 1947 en Japón, Taniguchi es un talentoso mangaka, a estas alturas toda una leyenda, con muchos títulos exitosos a su haber. Desde su primer trabajo publicado en 1970, demostró una marcada influencia de los cómics occidentales y entre sus galardones se cuenta el Premio Cultural Osamu Tezuka con el manga Botchan no Jidai, en 1998, entre otros.
Furuyama, en tanto, es un erudito en historia japonesa, en especial de los tiempos en que transcurre esta historia. Es capaz de entregar una gran cantidad de lugares históricos, nombres y eventos sin confundir al lector. Pinta un cuadro vívido con sus palabras, detallando de forma muy didáctica las intrigas políticas y las enseñanzas filosóficas de la época.
La narración parte en el año 31 de la Era Meiji (1899), en un Japón que está entrando en una nueva etapa. Los altos funcionarios de este nuevo gobierno y Katsu Kaishu, el principal responsable del depósito de armas del Bafuku —gobierno feudal del Shogun, que bajaron los brazos para evitar un mayor derramamiento de sangre en la guerra civil que derivó en la Era Meiji—, recuerdan los momentos en que eran enemigos, y en especial, cierto evento particularmente llamativo.
El año es 1649 y las crónicas secretas del Clan Yagyu, el brazo armado y defensa del shogunato Tokugawa, han sido robadas. Dependerá de Jubei Yagyu, una figura histórica japonesa real y espadachín legendario, encontrar a los ladrones y recuperar el codiciado libro. El Emperador Gomino, que a pesar de su título no poseía poder real, espera usar los secretos de las crónicas para incitar a una guerra civil, reuniendo a los Daimyo —señores de las distintas regiones de Japón— con el obvio objetivo de derrocar al shogunato.
La trama de Crónicas del Viento, a pesar de sonar engañosamente simple, es de hecho una lectura con muchas capas. La familia Yagyu actúa como espía para los Tokugawa, por lo que en estas paginas encontraremos, además de acción clásica de samuráis, intriga, conspiración y entramados políticos que jugarán papeles clave en el argumento y tendrán un efecto duradero en la historia del país.
Furuyama asegura que creó los fundamentos de la historia basándose más que nada en dos fuentes. La primera es el libro Los diarios secretos de los Tokugawa, de Tetsuzou Mori, en el que se discutía la teoría de que dicho shogunato había mantenido una serie de textos secretos a través de funcionarios clave, aunque nunca se decía qué podrían haber contenido esos escritos.
La segunda inspiración vino de las propias declaraciones que hizo Katsu Kaishu durante su vida. Siempre que le preguntaron acerca de por qué la dinastía Tokugawa había caído tan fácilmente, él respondió que "el propio Ieyasu Tokugawa hizo al gobierno tan frágil que con solo tirar de una cuerda se podía deshacer todo". Ese acertijo siempre le pareció muy evocador al escritor e hizo volar su mente, convenciéndolo de que ahí existía un secreto digno de explorar.
Está de más decir que el guion de Furuyama es interesante, aunque cuesta tomarlo en un principio debido a que, como es un título con un trasfondo histórico real, su enfoque es algo difícil. Por un lado, la situación geopolítica del Japón feudal es compleja, más aún para occidentales que apenas sabemos de nuestra propia historia, y por otro lado, son muchos los nombres que recordar en diferentes momentos de la narración. Sin embargo, superadas estas dificultades, que por lo demás no tienen que ver con alguna falencia del escritor sino más bien con lo poco familiar que podría parecernos la historia nipona, la trama se vuelve muy fluida y atrapante. Vale la pena ignorar estos pocos baches y dejarse llevar.
Respecto del arte de Taniguchi, la línea de su dibujo es la habitual, aunque no excepcional como en otras de sus obras. El trazo, de estilo completamente realista, es claro, preciso y dinámico, formando dibujos excelentes, pero en los que no se siente la habitual pasión que plasma sobre el tablero de dibujo. Me parece que aunque, las imágenes son de alta calidad, les falta un toque de personalidad o algún elemento distintivo que haga el apartado gráfico brille mas allá de su elegancia.
Lo que sí es impecable son los diseños, tanto de los decorados y arquitectura como de los personajes, con referencias precisas en las vestimentas y armamento. Taniguchi sabe cómo hacer interesantes a los protagonistas, entregando dinamismo a las peleas, que además están muy bien coreografiadas. Como buen titulo de samuráis, las luchas ocupan una buena parte de la trama, pero a pesar del poco espacio propio de una obra de un solo tomo, las batallas son bastante variadas, yendo de duelos uno contra uno, hasta uno contra varios, incluyendo escaramuzas grupales.
Las características de las distintas formas de lucha están muy detalladas, mostrándonos algunas técnicas reales que se utilizaban en el momento. Acá no hay poderes fantásticos ni enfrentamientos a súper-velocidad, y todo está apegado al realismo, siendo esta la intención de Furuyama. Además, Taniguchi demuestra buen manejo de los encuadres y por tanto el lector nunca se sentirá perdido en la comprensión del espacio.
Con lo anterior, podemos concluir que Crónicas del Viento es una buena obra, que impacta desde el inicio. Con mucha sangre y acción, el trasfondo real de la vida de Jubei en el marco histórico mencionado, grandes dibujos y una historia bien llevada, hará las delicias de los amantes del manga de samuráis, aunando entretención y educación en el mismo plato. No es el mejor Taniguchi, pero la mezcla de ficción histórica, intriga y espadas conforman un titulo muy recomendable.