"Marvel Knights: X-Men" (2014), de Brahm Revel: juegos mentales
Desempolvamos la sección favorita del 6% de los lectores de nuestro sitio: Caballeros de la Mesa Marvel. En ella, tratamos de repasar las obras publicadas en la línea Marvel Knights, sello de la Casa de las Ideas lanzado en 1998, que se centró en personajes infrautilizados en ese momento como Punisher, Daredevil, Black Widow, entre otros. A la vez de presentar tramas en tonos más realistas y oscuros, la línea también buscó más talento independiente para contar estas historias, y de hecho, en sus páginas encontramos nombres como Kevin Smith, Brian Michael Bendis, Garth Ennis, y muchos más.
Después del 2010, la línea quedó inactiva hasta el 2013, cuando el nuevo Editor en Jefe Axel Alonso, anunció su resurrección de la mano de tres miniseries protagonizadas por algunos de los personajes más famosos de la editorial. Una vez más el hype fue alto, debido a la apuesta de atraer autores de probado talento en el panorama independiente, quienes no habían colaborado nunca con Marvel. Así, las series fueron Marvel Knights: Spider-Man de Matt Kindt y Marco Rude, Marvel Knights: Hulk de Joe Keatinge y Piotr Kowalski y Marvel Knights: X-Men de Brahm Revel como autor completo.
En esta oportunidad, le hincamos los dientes a la última de las anteriormente nombradas, Marvel Knights: X-Men, miniserie de 5 números escrita y dibujada por Brahm Revel, y coloreada por Cris Peter. Por entonces, Revel brillaba por su trabajo en Guerillas, serie de creación propia editada por Oni Press, aunque desde entonces también lo hemos visto en portadas de Teenage Mutant Ninja Turtles, y Sons of Anarchy.
Cuando Rachel Grey recibe una llamada psíquica de un mutante asesinado, será tarea de Wolverine, Rogue y Kitty Pryde dirigirse a un apartado pueblo en los profundo de los Estados Unidos para investigar. Pero cuando en el pueblo se encuentren con un par de chicas mutantes, una que puede manifestar recuerdos, y otra capaz de manipular la mente, descubrirán que nada es lo que parece, y que el asesino podría estar más cerca de lo que imaginan.
La investigación del asesinato, y el rescate de otros mutantes que puedan estar en peligro permite que Revel tome tres personajes clásicos de la franquicia X-Men y los coloque en un entorno fuera de su rango normal, y de la continuidad de las series que se desarrollaban en ese instante, a pesar de que los diálogos estipulan que la aventura transcurre en la etapa de los X-Men revolucionarios de Scott Summers. El autor es capaz de enfocarse en una historia que, además del misterio de turno, explora el pasado de esos tres queridos personajes.
Al ser solo una serie de cinco números, Brahm aprovecha al máximo cada entrega. En el corazón de la historia hay un misterio típico de un pueblo pequeño: residentes poco acogedores, un sheriff corrupto, narcotráfico, abuso e ignorancia; y también hay un misterio sobre lo que realmente está sucediendo en el pueblo. Sin embargo, la narrativa se centra en las dos mutantes, Krystal y Darla, que los X-Men están tratando de salvar.
Una es una controladora mental, cuyos poderes solo funcionan bajo ciertas condiciones, mientras la otra es capaz de convocar recuerdos y hacerlos reales y tangibles. Ambas habilidades causan una gran cantidad de estragos y, en el caso de esta última, presentan todo tipo de problemas una vez que los héroes entran en escena, dados todos los supervillanos y robots asesinos gigantes que existen en sus recuerdos. Esto, por cierto, le da a Revel carta blanca para dibujar casi todo lo que quiera de la cronología mutante, al menos en unos pocos paneles, y es una premisa bastante interesante para construir una historia.
Interesantemente, el argumento es moralmente gris, sin negros y blancos, acorde con el entorno de reflejo social de los X-Men, y las angustiosas cosmovisiones adolescentes de los nuevos mutantes. Ciertamente hay algunas objeciones con los plot devices de la historia: ¿por qué, por ejemplo, los tres deciden conducir a West Virginia en lugar de volar uno de sus Blackbirds, cuando ellos mismos estipulan que el tiempo es esencial? O, ¿por qué cuando Wolvie, Kitty y Rogue se dan cuenta de que están muy superados en número y uno de ellos dice que "necesitan un ejército", no llaman al ejército literal de otros superhéroes y mutantes que conocen?.
En los dos primeros números, hay una vibra oscura, que bebe mucho de series de televisión como The X-Files o Twin Peaks, para luego enfilar en una dirección superheroica más convencional una vez superado el ecuador de la obra, con un verdadero desfile de villanos clásicos. A pesar de esto último, Revel no pierde la dirección, y es capaz de mantener a las dos chicas en el centro de la historia, haciéndolas experimentar las mismas pruebas y tribulaciones que muchos jóvenes Hombres-X han enfrentado a lo largo de la larga historia del equipo.
Con un marco temporal acotado –la aventura se desarrolla en solo una noche–, la historia avanza a un gran ritmo. Al igual que su capacidad para aprovechar al máximo el entorno, Revel también usa los dos poderes de Krystal y Darla de una manera reflexiva, que impulsa la narrativa y empuja a los personajes a explorarse a sí mismos de una manera que no hubiéramos esperado.
No explicaré en profundidad los poderes de ambas, ya que son importantes para la forma en que se desarrolla la historia, pero diré que permiten que casi todos los personajes de la historia tengan sus pequeños arcos narrativos personales a medida que avanza la historia. En este corto bocado de cinco números, Brahm parece entender claramente la historia y las motivaciones de Kitty, Rogue y Wolverine, y lo pone en uso tanto en la narrativa, como en los diálogos entre ellos. Por ejemplo, basta solo un diálogo en la viñeta del cameo de Nightcrawler, para que nos quede clarísima la profunda camaradería entre Kurt y Logan.
Eso sí, es en los pasajes más introspectivos en que la trama tiende a ponerse algo tediosa, cuando llegan los inevitables enfrentamientos entre amigos. Está bien que tengamos vistazos al pasado de los X-Men, pero cuando las viejas heridas del ayer generan rencillas que otra vez desembocan en esos habituales malos entendidos que se solucionan a golpes, ya no es algo que a los lectores nos sorprenda. El hecho que parezca que el trío principal pase un tiempo demasiado largo luchando entre sí, no suma al conjunto.
Revel también es el dibujante de esta obra. Por eso es que todos los momentos narrativos funcionan tan bien, ya que el ritmo visual que acompaña el diálogo está perfectamente sincronizado. Las líneas gruesas de su estilo, y su carácter más cuadrado ayudan a vender el tono oscuro de la historia desde el principio. Parece que en cualquier momento podría transformarse en un cómic de terror, lo que ayuda a mantener al lector nervioso mientras se desarrolla el misterio.
De la misma manera, sus dibujos retratan a los personajes en formas y gestos simples, para transmitir las emociones a un nivel más básico. También es muy efectivo en las escenas de acción, entregándonos batallas dinámicas, vertiginosas y llenas de energía. Por lo mismo, el artista es capaz de acelerar la acción en cualquier momento, para luego pasar a un panel que contiene imágenes emocionalmente aplastantes.
En sinergia a los trazos, los colores de Cris Peter también se nutren de una agradable combinación de tonos. Los colores se sesgan hacia el espectro más oscuro desde el principio, pero a medida que la narrativa avanza hacia derroteros superheroicos más normales, se mezclan con tonalidades más brillantes. En algunos puntos, como en aquellas en que las chicas usan su poder, las páginas están llenas de verdes y rosas neón que contrastan profundamente con las líneas de tinta gruesa. Todo funciona muy bien para resaltar momentos o paneles importantes en la historia.
En global, en estos cinco números, Brahm Revel se da el tiempo de explorar el pasado de los X-Men en el sentido más amplio y literal. Nos lleva a sondear sus pesadillas y miedos más oscuros, pero también puede sacar lo mejor de ellos. De principio a fin, la historia y las imágenes funcionan en casi todos los niveles, con cada número variando en su tono, pero sin perder el enfoque macro de la narración. Es una lectura bastante convincente, y los nuevos personajes sirven como los verdaderos protagonistas, mientras que nuestros tres héroes son más o menos solo comparsas, prestando su punto de vista para que nos asomemos al argumento.
Sin duda, Marvel Knights: X-Men es un buen ejemplo de lo que puede ser una historia tanto de los Hijos del Átomo, como de Marvel Knights. Lamentablemente, aunque las otras dos series de este revival de MK tenían una historia y apariencia tan innovadora y únicas que ésta, después de su finalización la línea ha quedado inactiva. Asimismo, el realizador no ha efectuado ningún otro trabajo para Marvel, situación que, espero, cambie en algún momento. Por mi parte, Revel será de acá en más un autor a tener en cuenta.