"Batman: Contagion" (1996) Parte VI: colapso sanitario
- Y Howe es menos que inepto… el departamento necesita verdadero liderazgo…
Batman #529
- …No tengo ninguna autoridad. A lo que concierne al departamento de policía, soy nada.
- Es un líder, Comisionado. Así que guíenos.
Sexta parte y por fin llegamos a la mitad de esta saga de las revistas de Batman. Y es como si recién hubiéramos empezado aún. Sigamos revisando "Contagion".
BATMAN #529
Guion: Doug Moench
Arte: Kelley Jones
Tintas: John Beatty
Color: Greg Wright
Rotulado: Todd Klein
Portada: Kelley Jones, John Beatty
Kelley Jones y su dupla con Doug Moench por supuesto que destacan en este regreso a Gotham. Tal y como los comentarios de los lectores de los episodios previos me habían mencionado, efectivamente estuvimos un poco alejados de la historia principal un rato y este regreso a la ciudad no pudo haber estado en mejores manos, dada la cualidad visual que Jones le entrega al personaje y el guion que Moench le escribe para que su dibujo se luzca. Jones, además del clásico Elseworlds "Batman & Dracula: Red Rain", llevaba bastante tiempo realizando portadas para la revista y más tarde sería el dibujante titular a partir de Troika, donde justo justo, Batman volvía a su puesto con un decidido nuevo traje ampliamente oscuro.
Es sabido que Jones dibuja a Batman como si de un vampiro se tratase, con alargadas orejas, una capa que se abre de manera amplia e imposible y expresiones terroríficas que proveen a este episodio un aura incómoda, intranquila y desagradable, incluso en los momentos calmos de la misma. La verdad, considero siempre notable que un equipo con un estilo tan personal abra espacio para participar de grandes historias que son todo menos personales. Pero nos permite ver cómo el relato se ajusta a sus intereses narrativos y eso es siempre bienvenido. ¿Qué mejor para esta dupla que narrar una historia que involucre a un virus asesino?
¿En qué vamos en la historia? Volvimos a Gotham en una cronología confusa. Batman y los noticieros nos dan a entender que el virus se ha esparcido gracias los trabajadores de las Babylon Towers, por lo que ya empezaron las primeras manifestaciones violentas y alzamientos producto de la desesperación o el sinsentido. La parte lamentable es que los últimos tres números se sintieron como que no solo nos hicieron perder valioso tiempo fuera de Gotham, sino que de hecho no lo recuperaremos.
El caos ya se desató, pero ni es tan claro ni es tan abierto, y siento que es una lamentable propuesta narrativa, donde no se decide si dejar que el desastre ocurra del todo, o si lo va a hacer sin querer evidenciarlo, y lo veremos principalmente desde la comodidad de los personajes privilegiados de la historia, es decir, los héroes o de hecho los millonarios de Babylon, quienes a pesar del miedo a la muerte, siguen disfrutando de toda su obscena riqueza y abuso de poder.
Momento incómodo entonces es ver que una turba decide ir a atacar las torres y esta es defendida por Dick Grayson y Tim Drake, porque esas torres están en una autoimpuesta cuarentena. Eso suena bien, pero ya sabemos que el virus se esparció y de hecho la mayor cantidad de contagiados está fuera de las torres. Entonces la justificación se siente tan innecesaria, no es por eso que estamos protegiendo una vez más a los ricos —que fuera de la primera muerte, parece que están bastante bien dentro, en comparación afuera y en contradicción a que supuestamente "caen como moscas"—. Les apoya Huntress y finalmente Batman, el buen millonario, con una aparición fantasmal y notable que me hace olvidarme por un minuto de mis justificados resentimientos. En este conflicto, Tim es escupido por un manifestante con flemas poco amables, lo que parece evidente que será motivo de drama de números posteriores.
Cuando Batman logra sintetizar una potencial cura, en la maquina más ridícula de la historia pero también automáticamente la más bellamente dibujada, la encargada de llevarla a la torre será Poison Ivy, quien hace sus clásicas actuaciones de seductora, coqueta y ligeramente drogada por sus propias secreciones. No tengo nada contra esta línea de desarrollo, pero a la vez, ¿no sería más fácil identificar a trabajadores de las torres y sus familias para ese fin? Si los síntomas son claros, se puede asumir que existen otros "pacientes" de más fácil acceso, y mucho menos culpables que, nuevamente, salvar a los ricos. Esperemos que esta historia sea moralista y exista un castigo razonable a esos personajes, que dada la forma en cómo están planteados, es una posibilidad.
Similar destino parece que tendrán las autoridades formales de Gotham, ya que son otras, como James Gordon, las que sí reciben el respeto y confianza para enfrentarse a una pandemia. Liderazgo es clave en situaciones colectivas de conflicto, algo de lo que se carece aquí como en tantas partes.
Finalmente, se puede decir que este número, aunque no es ninguna maravilla, recupera un poco el interés que daba por perdido, aunque sin embargo las confianzas ya están dañadas. Ahora, más viejo, tiendo a evitar tie-ins no esenciales y los anteriores parecían serlo. Esos números se resumen lo suficiente en unas líneas de texto que aparecen en este número y así se pudo haber seguido de manera más directa.
Al contrario de algunos comentaristas de nuestra web que leyeron esta historia en su momento, debo confesar que yo me la perdí, la vi en quioscos, pero me era difícil adquirirla en ese tiempo, por lo que quedó como una historia fascinante que no seguí. De seguro la hubiera disfrutado harto, o habría hecho como que la disfrutaba porque era una historia de Batman, de largo aliento, como otras de sus innumerables sagas. Y uno cuando es niño, se abandera. Oh, la juventud.