"Deadly Class" (2014): acabemos con las clases
No todos los colegios son iguales, pero la mayoría se parecen. Por eso, las comedias e historias populares que se ambientan en estos edificios suelen tener personajes que llenan estereotipos. Algunos autores se preocupan de describir a los distintos grupos, mientras que otros dejan que los conocimientos previos del público llenen los espacios vacíos. Hay todo tipo de personas para elegir: populares, extrañas, estudiosas, etc. Incluso los gringos suelen agregar a un personaje, lamentablemente, muy propio de su cultura. Ese tipo peligroso que podría matarte. Bueno, Deadly Class tiene un colegio lleno de ese tipo de personajes.
Deadly Class es un comic de acción escrito por Rick Remender (Uncanny X-Force, Black Science, Fear Agent, Death or Glory) e ilustrado por Wes Craig (Touch, T.H.U.N.D.E.R. Agents, Guardians of the Galaxy) para la editorial Image Comics. La serie está situada principalmente en la década de los ochenta en San Francisco y sigue a un grupo de alumnos que se integran el colegio especial King's Dominion Atelier of the Deadly Arts, la que se especializa en entrenar a los mejores asesinos de las familias criminales al rededor del mundo. La serie nos da la bienvenida con los dibujos de Wes Craig, pero más llamativo y valorable aún, su forma de estructurar las páginas y de contar, gráficamente, una historia repleta con desesperanza. Los cuadros y márgenes se encuentran trastornados y movidos. Los dibujos son rápidos fluidos, con pocos colores por página en la mayoría de las viñetas, casi mostrando un mundo donde no tienen permitido la luz de la sociedad que les rodea. Estos colores están a cargo de Lee Loughridge, que se pasea por la oscuridad y por la excentricidad en los momentos que nuestros personajes encuentran la belleza escapista de las drogas.
Su protagonista, y en quien giran los primeros episodios de la historia, es un huérfano adolescente llamado Marcus López Arguello, de ascendencia puertorriqueña. Marcus perdió a sus padres a muy corta edad, obligándolo a vivir en casas de acogida donde fue abusado y acosado por niños mayores que él e incluso sus cuidadores. Estos actos violentos contra el pobre Marcus lo obligaron a actuar de manera violenta, incluso dejando algunos muertos, lo que llamó la atención del Maestro Lin, director de la escuela de asesinos, a la que lo mandó a llamar.
Junto a su llegada, comienza la historia de Marcus en el colegio, donde debe decidir a quién busca matar para matricularse; gracias a esto da inicio una serie llena de sangre, violencia y adolescencia que se extiende por más de cuarenta números ya —al término de este artículo, vamos en el #43— y donde conoceremos interesantes personajes como:
- Saya Kuroki, hija del líder de la Yakuza, el sindicato Kuroki. Utiliza una katana que ha pasado por varios miembros de su familia.
- Willie Lewis, un miembro de la banda afroamericana Final World Order (F.W.O.). Willie usa pistolas y armas de fuego precisas.
María Esperanza Salazar, una miembro de los Soto Vatos, novia de Chico, el líder de la banda. Utiliza abanicos afilados y un traje de Katrina.
Billy Bennet, un niño punk bastante tierno y divertido, nunca ha matado a gran escala ni piensa hacerlo.
Petra, una chica gótica proveniente de un culto a la muerte. Su mejor arma son los venenos.
Además, en el colegio hay multitudes de niños asesinos como hijos de miembros de la CIA, de banqueros, de asesinos de la KGB o de grupos neonazis. Las preocupaciones de Marcus no están en pasar los ramos que le impone la escuela, sino en sobrevivir a este nido de matones en donde se metió. Por supuesto, con el tiempo, aprenderemos que Marcus es bastante imbécil, por lo que muchos de los conflictos tendrán también relación con las imbecilidades de la adolescencia como drogarse, embriagarse, salir a tocatas o ser caliente. Curioso, ¿no?
La juventud de Reagan
No solo es curioso que, pudiendo enfocar todos los problemas con los que Marcus se enfrenta en el enjambre de asesinos que lo rodea, muchas de las historias giran en torno a las cuestionables decisiones que estos peligrosos sacos de hormonas toman a diario. Por ejemplo, uno de los capítulos más notables es cuando, ya de novio con una de las chicas, Marcus se droga con otra de sus amigas y termina haciéndolo en un parque de Estados Unidos solo para despertar al otro día con una horrible diarrea camino a su trabajo part-time. Asimismo, otro capítulo notable es cuando el grupo se escapa por la noche y van a una tocata donde le enseñan al esquivo Marcus la gracia de bailar en un mosh, del cual él tenía muchos prejuicios.
He pensado harto en esta serie estos días, porque me interesa la forma en que presenta los personajes, pero también el entorno. Es fácil dejarlo de lado cuando se tiene tan interesantes caracterizaciones, historias y momentos de violencia tan bien desarrollados por Wes Craig. Pero algo muy llamativo es la importancia del entorno político del Estados Unidos de los ochenta. ¿Por qué? En ese tiempo, con Ronald Reagan de presidente, el país entró en un proceso de especial cuidado económico, con una política famosa de economía de la oferta llamada reaganomics. Estas medidas se tratan de darle mayor libertad a los productores de ofertas, bienes y servicios como reducción de impuestos o desregulación. Si bien esto supuestamente trae crecimiento, también provoca un estado de abandono en las políticas sociales.
Cuando las políticas de abandono social se hacen sistemáticas, podemos encontrar que las clases más desfavorecidas con el sistema se encuentran en desprotección. Cuando la gente se encuentra en desprotección puede aceptar su destino y morir, o encontrar otras formas de subsistir que están fuera del marco legal que los abandona; esto es un caldo de cultivo para delincuencia, rabia, pandillas e incluso la mafia. Marcus y otros personajes de la serie son consecuencia directa del reaganomics, y por eso, no es casual el deseo de Marcus. Verán, antes de inscribirse en la escuela les mencioné que deben plantearse un objetivo de titulación, alguien a quien buscan matar y por quien necesitan la tutela de la escuela. El objetivo de Marcus es, precisamente, Ronald Reagan.
Retrodistopía
El primer volumen de Deadly Class lleva por nombre "Reagan Youth" —ese es también el nombre del primer episodio de la serie adaptada para televisión en el canal SyFy, de la que hablaremos después—, en honor al hombre que creó una generación abandonada. Si bien el libro no explora las ramificaciones de las políticas de Reagan, sí nos hace vivirlas a través de la piel de los protagonistas. Marcus y su grupo está lejos de cualquier cuidado, sus derechos humanos prácticamente no existen, la sociedad no los ve más que como parias, las leyes están corruptas y torcidas, siendo un obstáculo para gente como ellos y en cualquier momento podrían ser encontrados al costado de la calle sin importar nada.
Excepto por el aspecto tecnológico, Remender toca cada tecla de las distopías puras que se basan en complejos sistemas sociales, legales, económicos, culturales o políticos contra los que se enfrentan los protagonistas. El poder totalitarista contra el que luchan es tan grande que, a pesar de que ha arruinado cada aspecto de sus vidas y sus protagonistas desean venganza, es tan grande que ni siquiera podría verlos. Marcus y los demás viven en una sociedad sin esperanza alguna, sobreviviendo hasta la inevitable muerte.
Sí, hay fantasía, existe un colegio de asesinos que junta a los peores miembros de la generación. Pero las mafias, las pandillas, los narcos, los abandonados que recurren al crimen, todo eso existe, y existió. Remender y Craig obligan a sus lectores a mirar un Estados Unidos desde la perspectiva de la clase lumpen más olvidada, para esa para la que cualquier sociedad podría ser una distopía en la que están atrapados. No en un futuro, en un pasado, en uno reciente. ¿Qué dice eso de la potencia de América? Deadly Class, en su conjunto, juzga un país y un sistema a raíz de sus olvidados. Y a mi juicio, es un gran tribunal el que nos presentan los autores.
Deadly Class en la TV
Se desarrolló una serie para televisión en el canal SyFy que está basada en el cómic, producida por los Hermanos Russo y el mismo Remender. Entre sus protagonistas están Benjamin Wadsworth como Marcus, María Gabriela de Faría como María, Lana Condor como Saya y Benedict Wong como una versión más benévola del Maestro Lin. La serie cuenta con una temporada que adapta, precisamente, el primer volumen de la serie de manera libre. Algunos personajes son más buenos que su contraparte de papel, y también vemos un poco más de las clases y profesores de la escuela. Sin embargo, el primer arco se desarrolla casi íntegro con el enfrentamiento entre el grupo de Marcus y el villano del primer volúmen, Fuck-Face, interpretado por Tom Stevens.
La serie fue cancelada luego de su primer temporada sin una clara explicación, la crítica la amó y yo también, el potencial estaba, pero al parecer el canal no estaba dispuesto a seguir transmitiéndola. Rick Remender buscó incansable canales que quisieran rescatar la producción, pero no hubo suerte. Aún así, con un material original tan sólido, es posible que nuevas adaptaciones o noticias existan con respecto a la producción.
Ediciones en español
Norma Editorial edita Deadly Class en español siguiendo los mismos volúmenes que su versión en inglés. Los tomos varían entre los €16 y €18. La mayoría supera las 160 hojas a color en formato rústica.