"La Cantina de Medianoche (Shinya Shukodō)" (2006): historias de Tokyo
En el hiperactivo barrio de Shinjuku, en Tokyo, hay un minúsculo restaurante que no tiene nombre, ni tampoco su dueño. Sin embargo, todo el mundo los conoce. Abierto desde las doce de la noche hasta las siete de la madrugada, acoge a los noctámbulos de la ciudad, como boxeadores, prostitutas, actores porno, policías y yakuzas, que acaban allí para tomar sake, caldo, ramen o sopa de miso, según lo que haya en la cocina. Cada plato da lugar a una emoción, a un encuentro, a una historia. Esa es la premisa de Shinya Shukodō —La Cantina de Medianoche—, manga que comentamos a continuación.
Shinya Shukodō: Tokyo Stories, conocido en occidente como Midnight Diner: Tokyo Stories o La Cantina de Medianoche en su edición en Español, es un galardonado manga del autor Yaro Abe, que se publica desde el año 2006 en las páginas de la revista Big Comic Original, de la editorial Shogakukan. Su trama gira sobre un pequeño restaurante, humilde e inusual, que solo abre desde medianoche hasta las 7 A.M. del día siguiente.
El propietario, un cocinero de mediana edad conocido solo como el Maestro, tiene un menú muy básico que solo consiste en una sopa de cerdo y miso con arroz y algunas bebidas alcohólicas. Pero puede preparar cualquier cosa que solicite un cliente, siempre que tenga los ingredientes necesarios. Este es un lugar muy hogareño, así que los comensales acuden para consumir platillos caseros, sencillos y sin pretensiones. Y sin embargo, la comida es solo el gancho que da paso a las historias de los clientes, que son relatos simples, a veces tristes y a veces divertidos, que conforman el alma de la obra.
El título de cada capítulo de Shinya Shokudō generalmente tiene el nombre de un plato, y en él se desarrolla una historia relacionada de alguna manera con la persona que come esa receta. Estas historias ofrecen un vistazo a la vida de algunos de sus clientes habituales, que representan a un amplio abanico de la fauna sociocultural de Tokyo. La obra fue nominada para el Premio Manga Taisho en 2009, formó parte de los “esenciales” del Festival Internacional de Cómic de Angoulême de 2019, y ganó tanto el prestigioso Premio de los Japan Cartoonist Awards en 2010, como el Shogakukan Manga Award en 2007. Es lo suficientemente popular para contar con varias adaptaciones live-action, así como dos largometrajes. En occidente, es más cercana gracias a la serie que está disponible en la plataforma de streaming Netflix, cuya reseña puedes encontrar en nuestro sitio.
Las historias denotan la demografía de este manga, que podríamos calificar de seinen, del tipo 'slice of life'. La mayoría de los relatos son divertidos, como uno titulado "Hiyajiru", que es un tipo de sopa fría hecha de miso y caldo de pescado, y servida con arroz caliente. Mayumi, una chica regordeta, trabajó duro e hizo ejercicio para adelgazar y verse bien para cuando se encuentre a su eterno enamorado, en su próxima reunión de la escuela secundaria. Pero las cosas dan un giro sorprendente cuando inesperadamente se encuentra con él en el restaurante.
Sin embargo, otras historias son tristes, como "Nekomanma" —literalmente, "arroz para gatos" o arroz tibio con salsa de soja y copos de pescado secos espolvoreados en la parte superior—. Era el plato favorito de una cantante de enka —un tipo de música popular japonesa, similar al blues—, que disfrutaba de un breve momento de éxito con una balada titulada "Gato callejero" antes de su fallecimiento. Pero la historia no termina simplemente ahí, y en este caso, los gatos adquieren otra importancia.
Como podrías suponer, hay que tener en cuenta que al leer La Cantina de Medianoche no debes esperar mucha acción de artes marciales, chicas mágicas con trajes de marinero, o incluso ojos que llenen más de la mitad de las caras de los personajes. Los personajes están dibujados en el estilo simple pero distintivo de Abe, caracterizado por líneas curvas finas y limpias, que casi se asemeja a los bocetos de un niño. La mayoría de las veces, usa muy poco sombreado y entintado, y su estilo tiene una sensación plana.
Aunque eso pudiera parecer una crítica, creo que este es un envoltorio perfecto para sus personajes y sus historias. Todos los comensales son personas comunes y corrientes, que van desde madres solteras y trabajadores de oficina, hasta gángsters y strippers. Incluso hay un personaje que es el viejo dueño de un bar gay, mientras que otro es un actor conocido de películas porno. Pero a pesar de que pudieran parecer estrambóticos, son personajes muy sólidos, entrañables y humanos, con los que es fácil de empatizar. Tienen vidas menos que perfectas, y después de todo, están construidos con las mismas hebras del resto de las personas del mundo: amor, alegrías, soledad y tristezas.
Desamor, perder a un ser querido, tratar de volver a conectar con familiares y amigos perdidos hace mucho tiempo, formar amistades, incluso perder peso: todos hemos pasado por varias de estas experiencias en algún momento de nuestras vidas. Y las narraciones de Abe son quietas reflexiones de estos eventos. A menudo las historias son cortas, simples, y la mayoría ni siquiera tienen finales felices, pero están llenas de momentos tranquilos y significativos que resuenan en el lector incluso después de cada final. Agregue a esto que los platos presentados en cada capítulo no son platos gourmet, sino preparaciones simples que parecen deliciosas y abundantes, y tendrás el concepto de lo que refleja y trata este manga: es sencillo, pero tiene mucho para masticar.
Si bien la temática es algo extraña para los lectores acostumbrados a historias más comunes, como las pertenecientes a las de características shonen, la verdad es que en Japón el género culinario es bastante popular, existiendo una abultada selección de títulos. Ahí tenemos, por ejemplo Oishinbo a la Carte, que relata la vida de un joven crítico culinario que debe viajar por todo el país, buscando los mejores platos; o Yakitate!! Japan, que relata la historia de un chico que tiene la importante misión de crear el pan nacional de Japón.
La misma editorial Astiberri, quien tiene la licencia de Shinya para España, y que ya tiene dos tomos publicados, también ha editado El gourmet solitario, de Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi, la historia de un hombre solitario que recorre las calles de Tokyo y otras localidades japonesas para visitar a sus clientes, aprovechando la ocasión para conocer y redescubrir barrios, y sobre todo, probar la comida, que para él constituye una auténtica aventura, casi un ritual. Pero mientras ahí la comida se disfruta en solitario y en silencio, en el manga de Abe sirve para romper el hielo, para desatar el diálogo entre los urbanitas acostumbrados a callarse y a mirarse los zapatos o sus celulares. Porque entre la salsa de soja y algas secas siempre nacen anécdotas, risas y confidencias.
En resumen, ya sea bajo el nombre de Shinya Shukodō, de La Cantina de Medianoche o de Midnight Diner, este es un manga sencillo, pero que logra emocionar. Las historias de sus personajes calientan el corazón tanto como los platos del Maestro, algo que habla muy bien de la capacidad de Yaro Abe de transmitir sensaciones y sentimientos. Así que no puedo dejar de recomendar la obra para fans del cómic oriental, o para aquellos lectores que busquen nuevos sabores fuera de las corrientes más habituales. Buen provecho.