"X-Men: Worst X-Man Ever" (2016): cuando peor es mejor
Los X-Men empezaron con cinco chicos y un maestro. Desde entonces, han sido muchas las generaciones que han pasado por la escuela de mutantes, que a su vez ha ido cambiando de nombre conforme pasaban los años. Estuvo la Segunda Génesis, aquella de Wolverine, Storm, Nightcrawler y compañía; la llegada de los New Mutants, Generation-X, Generation Hope, New X-Men: Academy X, además de un montón de cambios en la alineación principal. Todos sus miembros han recibido el apelativo de Hombres-X, y aunque entre ellos han habido grandes héroes, también hay personajes de los que nadie se acuerda. ¿Speed, Skids, Stacy X, Maggot? Todos fueron miembros del equipo, y por escaso que fuera el recuerdo que dejaron, ninguno se merece el apelativo de "peor hombre-X del mundo". Porque ese es Bailey Hoskins, y ha llegado el momento de conocerlo, en las páginas de X-Men: Worst X-Man Ever.
X-Men: Worst X-Man Ever es una entretenidísima miniserie de cinco números, publicada primero en formato digital y luego en papel, entre abril y agosto de 2017. Es obra de Max Bemis en guiones y Michael Walsh en dibujos, con coloreado de Ruth Redmond. Y su impronta iconoclasta, tanto en la narración en sí como en su arte, expele un aroma a cómic de culto, que ya veremos si el tiempo es capaz de poner en el lugar que le corresponde, pero al menos en curiosidad, sí que es merecedor de una atención especial.
Bailey Hoskins acaba de descubrir que es mutante. Para alguien que nunca ha sido especial, que nunca ha destacado, este puede ser su gran momento. Pero a medida que merodea por los pasillos de la Escuela de Xavier para Jóvenes Dotados, una pregunta se vuelve acuciante: ¿cuál es exactamente su poder? Está acostumbrado a ser odiado, pero ¿qué hay de ser temido? Bailey luchará por encontrar un lugar junto a sus compañeros estudiantes, pero el universo X es muy grande y no tiene muy claro dónde encaja. ¿Quizá Mystique verá su potencial? ¿Magneto podría tener la misión para él? ¿O tal vez la magia del viaje en el tiempo revelará días de gloria futura? Max Bemis hace su debut en Marvel con la historia de un inadaptado entre inadaptados, tratando de encajar y de no ser merecedor del apodo de peor Hombre-X del mundo.
Bailey, con el poco útil poder de ser capaz de detonar a voluntad y morir, sirve como perfecta excusa para que los aficionados podamos meternos, literalmente, hasta la cocina de la mansión, y así descubrir su día a día, con una autenticidad que no se ha visto con anterioridad. Estos momentos más hogareños son un ingrediente esencial de la franquicia desde los tiempos de Papá Claremont, pero pocas veces desde una óptica tan honesta como aquí.
La historia del protagonista nos muestra a un chico entusiasta, intentando sin éxito militar en cualquier grupo grupo-x imaginable. Como no puede utilizar su mutación y a efectos prácticos es solo un humano sin poderes, lamentablemente no es capaz de dejar ninguna huella ahí por donde pasa, pero con sus hilarantes desventuras logra robarnos el corazón. En el mundo del cómic superheroico, donde todos los personajes deben parecer cool y peligrosos porque sí, la presencia de un carácter normal como el de Bailey siempre es de agradecer. Porque nuestro chico no tiene un origen trágico, ni es un clon, un modelo de pasarelas, ni una versión futurista o alternativa de alguien conocido. Solo es un adolescente normal al que le ha tocado el gen-x en su destino.
Aunque poco importa a la hora de disfrutar de un buen cómic, hay que decir que esta historia no puede pertenecer a la continuidad tradicional, a la que, sin embargo, se refiere de una manera muy interesante, recurriendo a ella una y otra vez en busca de referencias que nos sacarán más de una sonrisa. Claramente la obra no es el resultado de una búsqueda exhaustiva de detalles exactos de hechos anteriores, de manera que es muy fácil notar inexactitudes. Por ejemplo, Bailey no pudo pasarse a los New Mutants luego de X-Force, ya que el segundo grupo desapareció para dar paso al primero. Pero más allá de esos detalles, Max Bemis demuestra un profundo amor por nuestros mutantes, que se refleja en uno y mil guiños. Y eso es mucho más importante que la continuidad.
Al respecto, el editor Jordan D. White comentó en una entrevista a Comic Vine que "dado el tipo de historia que Max quería contar, decidimos la oportunidad de permitirle su propio acercamiento a los X-Men, lo que resultó en una especie de 'grandes éxitos' del grupo. Acá tenemos a Hombres-X de todas las eras, concatenándose para contar la historia de Bailey. Puedo decir con certeza es que es un personaje muy identificable, con personalidad propia y que sus poderes son una gran parte de por qué las cosas no salen como él espera."
Es probable que el nombre del escritor Max Bemis no te suene para nada. Y no es extraño, puesto que su carrera principal no está labrada en las páginas de cómics, sino en el terreno musical, donde destaca como vocalista y compositor de la banda indie Say Anything, con la que ha editado varios álbumes, además de otros proyectos como Max Bemis and the Painful Splits, Two Tongues y Perma. Pero además de eso, Bemis es un aficionado al cómic, lo que se ha traducido en obras como Polarity, Evil Empire y Oh, Killstrike. Para Marvel, en tanto, participó en un relato de Magneto y Superior Spider-Man perteneciente a la serie A+X, antes de pasar a una miniserie de Foolkiller, y una corta pero jugosa etapa en Moon Knight.
Es importante puntualizar que aún con todas sus referencias a la historia de la franquicia, la trama es accesible para los nuevos lectores ya que, como decíamos, existe fuera de la continuidad, como un título independiente. En sus páginas estará presente la configuración clásica, con Xavier, Cyclops y Wolverine vivos, la escuela en plena en marcha, Magneto y su Brotherhood of Evil Mutants como villanos, etc. El título esencialmente resalta el extraño mundo de los X-Men en un formato amigable para lectores casuales y viejos, a través de los ojos inocentes de alguien que lo experimenta de primera mano.
Por otra parte, el argumento tiene un interesante subtono subversivo y metanarrativo, que es divertido y lo hace destacar. Por ejemplo, Bailey es un fanático de Marvel, que se ve jodido una y otra vez por las cosas que creía que amaba al igual que nosotros con los eventos, cancelaciones y cambios de equipos creativos: sus padres son pisoteados por un Sentinel, el primer lacayo supervillano con el que intenta pelear termina demandándolo por abuso, y su nombre de superhéroe, X-Ceptional, es vergonzosamente irónico y burlón.
Básicamente, podemos entender que Bailey es una representación de los lectores de X-Men que se vieron atraídos por la esperanza de los personajes de encontrar un lugar al que pertenecer, pero sin embargo, se encuentran de bruces con el tema general de la serie: la vida no es justa, y la realidad es que en algún momento necesitamos aprender para vivirla al máximo y aprovechar tus dones en los momentos correctos. Eso es lo que Bailey comprende en los compases finales de la aventura.
White agrega que "en realidad es una historia sobre un inadaptado entre inadaptados. Bailey es el paria del marginado. Él no encaja entre otros que no encajan. Entonces, es una historia muy moderna, una con la que te puedes identificar. Y como muchas historias de X-Men, se trata de crecer y las formas en que eso puede salir mal. Es oscura, pero sigue siendo divertida. Para cualquiera que alguna vez se haya preguntado a dónde pertenecen, esto es para ti."
Sin embargo, no todo en este cómic es análisis de angustia adolescente, pues también hay abundantes momentos de humor en cada viñeta. Algunos de los más destacados es la batalla de X-Ceptional contra un Purifier, o el montaje que muestra lo que todos los otros mutantes han estado haciendo desde que Riches, uno de los personajes del relato, se hizo cargo del mundo. Vemos a Bestia pasando el rato en África subsahariana, Toad asumiendo una posición de poder, así como Magneto y Kid Omega convertidos en bromas.
Una de las muestras de la habilidad de Bemis es la facilidad con la que el guion pasa de ser alentador y alegre a oscuro y espantoso, lo que no da treguas en la transmisión de emociones. De hecho, la conclusión de Worst X-Man Ever es muy sombría, agridulce y triste, y no tanto por el destino final de Bailey, sino porque el autor realmente logra que nos encariñemos con él. Como se dijo antes, la vida puede ser un lastre y esta miniserie lo ilustra de manera brillante, pero no desde una perspectiva insulsamente emo. En las páginas encontraremos momentos alentadores y valiosas lecciones de vida, lo que le da más profundidad que a cualquier miniserie del montón.
Además de lo anterior, hay un nuevo personaje muy interesante, Miranda, que es básicamente la encarnación de Marvel, aumentando aún más el elemento metanarrativo, a tal punto de romper inesperadamente la cuarta pared hacia el final. Si no fuese una historia fuera de continuidad, fácilmente podría ser uno de los mutantes más poderosos, más ahora que al arquitecto actual de la franquicia Jonathan Hickman le ha dado por clasificar a los mutantes de nivel Omega. Hay un gran momento cuando sus poderes se usan para crear una explicación para los constantes cambios en la línea de tiempo del Universo Marvel, lo que, por supuesto, se usa como una jocosa broma autorreferencial.
Con respecto al arte de Michael Walsh, este se adapta perfectamente al tono inicial desenfadado de la historia, variando a medida que los hechos se van tornando más dramáticos y emotivos. Su trazo, que ya conocimos en series como The X-Files o The Vision, corresponde a una veta más indie, alejándose del canon superheroico habitual. Acá no verás caracteres de musculatura y medidas anatómicas imposibles, por el contrario, el mayor mimo está puesto en entregar ilustraciones simples, pero de gran expresión corporal y facial.
Walsh es capaz de capturar el ambiente alegre e inocente de la escuela y combinarlo con un humor sombrío y la atmósfera de temor cuando Bailey se encuentra cara a cara con los villanos. Los lápices pueden parecer simplistas, pero crean una incómoda sensación de incertidumbre. A esto contribuye el color de Ruth Redmond, que utiliza una paleta de colores cálidos, que refuerza la idea de hechos 'hogareños', cambiando a tonos más oscuros o irreales en las escenas de ciencia ficción. El color adquiere un mayor peso específico puesto que el entintado en muchos momentos está casi ausente. Walsh lo utiliza solo para destacar los momentos en que el guion se vuelve más oscuro y dramático.
En resumen, X-Men: Worst X-Man Ever es una excelente miniserie, muy recomendable tanto para aquellos que no la conocen como para quienes que quieran una relectura interesante. Max Bemis utiliza el autodesprecio y el ingenio rápido como hebras con las que hila una historia entretenida, jocosa, pero al mismo tiempo muy emotiva, con elementos metanarrativos que no se pierden en sí mismos. Por supuesto, nada de eso hubiera sido posible sin el enérgico y personal arte de Michael Walsh y los dinámicos y llamativos colores proporcionados por Ruth Redmond.
Así que, con solo cinco números, acá tienes todos los ingredientes que han hecho de la franquicia X una de las favoritas. Humor, acción, camaradería y emotividad en una lectura que da para un rato de lo más agradable. Porque a veces, eso es todo lo que necesitamos.