«DCeased» (2019) de Taylor, Hairsine y Harren: la pandemia no parte de un murciélago
Darkseid al fin ha conseguido lo que ha quería. Después de décadas tratando de resolver la Ecuación de la Antivida, ha conseguido hacerse con la mítica fórmula. Pero la victoria del villano será el inicio del fin para la vida como la conocemos.
DCeased podría calificarse como una especie de “otros mundos”, una historia lejos de la continuidad editorial, donde el guionista Tom Taylor tiene libertad completa para contar este apocalipsis zombi maquillado con héroes de DC Comics.
El inicio de la miniserie es bastante prometedor. La idea de Taylor es darle a Darkseid lo que siempre ha querido: la Ecuación Antivida. ¿Qué? ¿Qué es la Ecuación Antivida? En un principio era un concepto que usaba Jack Kirby —el creador de Darkseid y todos los Nuevos Dioses— para darle el carácter de dictador a Darkseid. Para Kirby, Darkseid es el Hitler del universo, una entidad maligna que ha ganado el poder gracias a la adoración sin dudas de los habitantes de Apokolips y sus constantes muestras de poder en todo el universo.
La famosa ecuación es el paso final para Darkseid en su búsqueda del dominio total del universo, ya que la fórmula le permite control sobre cualquier ser que posea identidad y pensamiento. Es un pase libre para convertir a todo el universo en sus esclavos. La idea de la pérdida de voluntad y el libre pensamiento fue algo recurrente en el trabajo de Kirby —autor que realmente empuñó un fusil para pelear contra Hitler— dedicando varios capítulos del Cuarto Mundo [guiño guiño] a héroes que pelean contra seres sin pensamiento y villanos con la habilidad de dominar la mente, como Glorious Godfrey.
De vuelta a DCeased, Darkseid ha podido resolver la dichosa ecuación —algo que ya había hecho en ocasiones anteriores— gracias a Cyborg. El miembro de los Titanes sirve como perfecto complemento en la fórmula, pero para dar el paso final —el visto bueno que te pone el profesor después del balance— utiliza al Black Racer para los toques finales. Es aquí donde se tuercen las cosas para el tirano, creando un virus que es una amalgama entre lo mecánico y lo orgánico.
Como adivinarán, las consecuencias de exponerse al virus es convertirse en un ser rabioso sin pensamiento, un zombi, en el sentido práctico de la palabra. Para colmo, debido a la naturaleza del virus, éste puede propagarse a través de las señales digitales además de la clásica mordida que funciona desde la época de George Romero. Ese es el inicio de DCeased y debo decir que es lo mejor de la miniserie.
El concepto por donde parte Taylor es bastante interesante y puede suponer una buena variedad de escenarios para ser explotados. El problema es que el guionista no está a la altura de su propia premisa, porque el resto de la historia es una sucesión de escenas de acción, fan service y explosiones, a medida que el brote se expande a través del mundo. El problema es que Taylor se queda en la superficie de este tipo de historia, la espectacularidad, y descuida completamente el drama que destila de este tipo de situaciones.
La gracia del cine de zombis —la cuna de este tipo de historias— es que a medida que pasa el relato, empezamos a conocer a los sobrevivientes y nos hacemos partícipes de sus dramas, muchos de los cuales vienen de antes de la pandemia. Aquí, todo es completamente apresurado, lleno de situaciones que buscan el efecto de sorprendernos a través de sangre y explosiones. Taylor trata de darle más peso a los eternos secundarios de DC Comics, personajes como Green Arrow, Black Canary, Lois Lane o el mismo Cyborg, pero sus escenas se atropellan a medida que avanza la historia.
La escala del relato también siento que no deja a Taylor exponer más a sus personajes. El brote salta de ciudad en ciudad y en cada una de ellas la destrucción acontece, dejando aún menos espacio para el necesario drama humano que este tipo de historias requiere. Dada la naturaleza mensual del relato —seis capítulos mensuales, más un tien-in— asumo que la idea del escritor es el tener al lector esperando cada mes a ver quién es el que muere en el número que acaba de salir. No hay ningún engaño en tratar de mantener este tipo de estructura —varios shows de televisión básicamente se tratan de eso— pero al leer toda la historia de un solo tirón, deja un mal sabor de boca. Es como si Michael Bay hubiera dirigido una película de zombis, con todos los problemas que esto conlleva.
En el dibujo, el mayor cómplice de Taylor es el dibujante Trevor Hairsine, un británico que partió en 2000 AD y luego saltó a la industria masiva de la mano de Marvel, acompañando a Brian Michael Bendis en varios proyectos. El dibujo de Hairsine tiene un estilo realista pero desordenado, lo que dota un perfecto toque caótico al relato. Hairsine tiene un estilo que recuerda a Bryan Hitch, pero con menos ojo cinematográfico. Dada la naturaleza explosiva de la historia, Hairsine puede lucirse con edificios derrumbándose, explosiones gigantescas y miles de seres humanos corriendo sin control.
Al inicio de la historia hay un par de páginas firmadas por James Harren, un habitual de Image Comics que posee un estilo completamente diferente a Hairsine. Harren utiliza figuras mucho más deformes, abandona por completo el realismo y es mucho más dinámico que Hairsine. Me hubiera parecido interesante que Harren participara más en la historia para ver cómo abordaba unas cuantas escenas dentro de la misma.
DCeased es una historia apresurada por su propia cinética. Llena de peleas, explosiones y sangres, carece de la ambición de explorar la naturaleza humana y se queda en la superficie de lo que pudo ser una gran historia. Quizás en una futura secuela, Taylor se incline a crear una historia más humana que nos revele el carácter de sus personajes dentro de un escenario apocalíptico. Por ahora solo nos queda cerrar el cómic y lavarnos las manos. Y esto último tiene doble propósito.