"Batman: Contagion" (1996) Parte I: el paciente cero
Ebola Gulf-A… período de incubación de 48 horas, síntomas de gripe, el virus se esparce a través de mucosa en el aire. Sangre se cola entre los ojos. El Gulf-A diseca los músculos, los encoge y deforma… convirtiendo a la víctima en un lisiado nudoso. Eventualmente los huesos se rompen… bajo la increíble presión.
Batman: Shadow of the Bat #48
En los inicios de 1996, llegaba a los quioscos y tiendas especializadas una nueva saga que unía a las distintas publicaciones centradas en el murciélago, conocida por estos lares como Contagio. La línea de Batman estaba teniendo un merecido descanso desde varias sagas largas y continuas en años previos —todo lo referido a Knightfall / KnightEnd, Prodigal y Troika—, pero era hora de volver a esa estrategia que daba tan buenos réditos en lo comercial. "Batman: Contagion" se desarrolló a lo largo de 12 capítulos, repartidos entre las entonces cabeceras regulares de la franquicia.
Así, el crossover se desarrolló en las páginas de Batman: Shadow of the Bat #48-49, Detective Comics #695-696, Robin #27-28, Catwoman #31-32, Azrael #15-16, Batman #529 y The Batman Chronicles #4.
Dada la contingencia del Coronavirus, y aprovechando que "Batman: Contagion" es una de las grandes sagas del personaje que no he leído, los invitamos a hacer un repaso, número a número, de este memorable evento del Cruzado Encapotado, para ver cómo se sostiene este relato a la luz de la actualidad.
BATMAN: SHADOW OF THE BAT #48
Guion: Alan Grant
Dibujo: Vince Giarrano
Tintas: Ray McCarthy
Color: Pamela Rambo
Rotulado: Bill Oakley
Portada: Brian Stelfreeze
Siempre me gustaron mucho las portadas de Shadow of the Bat, como bellas pinturas de otra cara del personaje. Sin embargo, también recuerdo que eso contrastaba con el feísta estilo interior de esta época, lejos de la estilización de Jim Aparo o Norm Breyfogle. Así que cuando empezamos la historia, el impacto es evidente: Vince Giarrano dibuja un infectado horrendo, como si de un homenaje al tardío Frank Miller se tratase. Y aunque este número aún no nos muestra una epidemia, sí presenta la idea en nuestras cabezas de que lo que se viene será asqueroso.
Por otro lado, Batman mismo, desde "Troika", ha tenido ese enfoque un poco más oscuro y monstruoso, ayudado también por esas portadas de Kelley Jones. Yo sospecho que viene desde el cambio de hoja y tinta de la época, en donde los tonos de negro eran mucho más viables que el negro-gris-azulado de su traje clásico.
Lo que Alan Grant y el resto del equipo de escritores plantea, es de partida bellísimo, y un extraño placer de leer en estos días. Mr. Maris viene desde África con el virus, y se dirige a las Babylon Towers, un centro de lujo donde habitan millonarios que trabajan allí mismo con sus centros de negocios. Este mensajero viene con la noticia de que el virus llegará inevitablemente a Gotham City, y su propuesta, por supuesto, no es buscar una forma de abordar el tema. No, su propuesta es echar a todos los trabajadores, mantener a los guardias y guarecerse en esa fortaleza capitalista mientras el resto de la ciudad se muere afuera.
Es solo una exageración más de las ventajas de clase en torno a epidemias o enfermedades virales. Te puedes recluir porque ya tienes alimento por meses, porque tienes todas las comodidades cerca y puedes quedarte viendo Netflix para pasar las cuarentenas. Babylon Towers es un ejemplo más de un enemigo clásico del Batman urbano, que es la malignidad asociada al capital, en donde Batman es una contraparte, un millonario que, aunque mantiene la distancia y el dinero, lo invierte en salvar a la ciudad. El buen capitalista versus los malignos, con la ciudad empobrecida en medio de ambos.
Batman logra encontrar a un infectado en cuarentena militar, quien le ofrece importante información. Al parecer solo existe cura si se logra encontrar a un inmune, y en este caso pareciera existir uno. Mientras tanto, para el lector es evidente que Mr. Maris también está infectado y ha contagiado a sus subalternos, que esparcen el virus a través de la tos y estornudos al resto de la ciudad, sin contar además el escaso apoyo policial que tendrá el equipo gracias a un nuevo comisionado-títere del alcalde corrupto de turno.
El escenario está dispuesto, el virus está en marcha, como lectores sabemos cómo se verá, y la solución para Batman y Robin está en aferrarse a un paciente inmune desconocido. Para ser un primer número, la verdad es que funciona muy bien en dejar la duda en el aire, y de momento no está claro qué tan terrible será este, el primer desastre de varios que asolarán la ciudad.
Manténganse sintonizados para ver cómo sigue "Batman: Contagion", en el segundo capitulo correspondiente a Detective Comics #695.