DC Salvat - Lobo: Desatado
¡Gizzo fytal! Esta semana toca hablar del personaje mas único de DC Comics, y que tiene aparición solo en este tomo de la colección Salvat. Es Lobo, ese cazarrecompensas que ha sido el azote de los criminales más buscados por la mafia pangaláctica. Si bien hoy carece de mucha popularidad, Lobo fue grande entre grandes, y los más gastados en este vicio de los cómics lo recordamos con cierto cariño.
LOBO: DESATADO
Contenido: Lobo: Unbound 001 a 006 USA, The Omega Men 003 USA
Guion: Keith Giffen, Roger Slifer
Arte: Alex Horley, Keith Giffen
Color: Bill Cabtree
Lobo nace de la mente de Keith Giffen y Roger Slifer en la colección Omega Men, que ambos llevaban como dibujante y guionista respectivamente. Para ser exactos, su debut se dio en el número tres, con fecha de Junio de 1983. Lo interesante del equipo creativo de esta etapa de Omega Men es que Giffen no ejerce de guionista, si no de dibujante, cosa que tiende a ser obviada cuando se recuerda los orígenes editoriales de Lobo. Esta aparición es bastante anecdótica y el personaje no se veía como un potencial protagonista dentro del universo DC.
El mercenario se vería más seguido en la colección Justice League International, siendo un personaje recurrente dentro de la continuidad de aquella única y divertida versión de la Justice League con la que Giffen, ahora guionista, jugueteaba con el humor. Posteriormente, Lobo sería un personaje regular de L.E.G.I.O.N. (Licensed Extra-Governmental Interstellar Operatives Network), una policía intergaláctica comandada por Vril Dox, el hijo de Brainiac. Hasta este momento, Lobo simplemente era un mercenario eficaz, capaz de rastrear a su presa hasta cualquier lugar de la galaxia. Durante su recorrido como aliado de L.E.G.I.O.N. el personaje ganaría ciertos elementos que definirían más su personalidad.
Lobo es un nativo de Czarnia, un planeta tranquilo que fue devastado por el personaje mediante un proyecto de ciencia cuando iba a la escuela. Lobo se convertiría en el último de su especie, dejando ver su necesidad de gloria y su infinita capacidad para llegar a sus objetivos sin importar los medios. Ejerciendo como subordinado de Vril Dox, aprenderemos que el personaje puede resurgir a partir de su propia sangre, siendo imposible matarlo; que solo siente aprecio por sus delfines espaciales y que lo único que respeta es su palabra. Durante este periodo en L.E.G.I.O.N., Lobo no siente el menor aprecio por sus colegas de grupo y solo sigue las órdenes de Vril Dox como el resultado de un extraño sentido del honor.
Ahora sí, Lobo estaba ganando rápidamente una popularidad dado a su arisca personalidad. La verdad es que el personaje es una especie de reacción al cinismo de los años ochenta, tomando cierta clave de humor el imperativo rol de macho que se dejaba ver en cada medio. Lobo es un personaje machista, de tendencias sombrías y solo es redimido por su interpretación del honor.
Para 1990, el personaje ganaría su primera miniserie como protagonista titulada simplemente Lobo: The Last Czarnian. Para el personaje, esta miniserie de cuatro números significó varias cosas: la primera y más importante es que a pesar de lo ácido que podía ser, gracias a su carácter auto paródico, podía ser muy divertido de leer y también supondría un cambio radical en su look. Si bien entre Omega Men y L.E.G.I.O.N. el personaje había abandonado las mallas por las ropas de rockero, bajo la interpretación de Simon Bisley del personaje ganaba una escala completamente nueva. Lobo ahora era una amenazante masa de músculos y venas, con una melena que era la envidia de los metaleros las radicales y una mandíbula capaz de romper el diamante más puro.
Es en esta miniserie donde todo lo que Keith Giffen había esbozado dentro de la personalidad del personaje se vería recompensado gracias a la ayuda de Alan Grant, un británico que sabía como llevar la ultraviolencia a las cuotas más altas de humor gracias a su trabajo en 2000 A.D.. Lobo, por pedido de Vril Dox, deberá escoltar a la Señora Tribb, la maestra de historia de Lobo en cuarto grado. La aparición de la señora Tribb dejaba en un divertido jaque al personaje: ella era la prueba que Lobo no era el último de los czarnianos y que había fallado en uno de sus objetivos como asesino.
La década de los noventa para Lobo fue muy productiva. Después de Lobo: The Last Czarnian tuvo varios números especiales, miniseries bien recordadas —con secundarios de lujo como Demon, el viejo pascuero, la Comic Con de San Diego, y varias versiones de Dios—, además de crossovers con otras editoriales —como Authority y La Máscara— e incluso tuvo una serie regular de 64 números, editada entre 1993 a 1999.
Para la llegada del nuevo milenio, Lobo perdería popularidad en parte porque la parodia se volvía el estándar de la industria, que se había llenado de personajes oscuros y de morales grises. Si bien Lobo seguía con una popularidad respetable —siendo participe en series de televisión como Superman y Justice League o Young Justice— lentamente dejó de aparecer en el universo DC, siendo esta miniserie Lobo: Desatado, una de las últimas protagonizadas por el personaje.
¿De qué va Lobo: Desatado? Pues mas menos de lo de siempre. Lobo, como siempre en quiebra, debe aceptar un lucrativo contrato para asesinar un líder de un lejano planeta periférico que a simple vista tiene bastante del medio oriente. Como Lobo no se anda con medias tintas, acepta sin dudarlo porque no hay trabajo lo suficientemente grande para él. Los problemas llegan cuando el personaje se vuelve el líder del planeta y el encargo se complica cada vez más, más aún cuando personajes de su pasado vuelven en busca de venganza.
El guion de Giffen es bastante simple, pero no por ello menos divertido. Lobo se cree lo mas grande y probablemente lo sea, pero su propia personalidad lo traiciona, dejándolo con un merecido sufrimiento. Giffen rodea al personaje con otros que son aún más repulsivos e ineptos —Giffen incluso rescata al más inepto de todos: el Ambush Bug—, por lo que este choque de idiotez resulta en unos gags hilarantes siempre apoyados por la sobredramatización y la parodia. Quizás Giffen yerra al usar demasiados estereotipos racistas dentro de la misma historia, pero también es cierto que Lobo nunca ha sido un amante de progreso de prójimo. Lo mismo pasa con la mujer, que aquí tiene reservado el rol de antagonista y que en cierta medida es una igual para el personaje. Lo cierto es que Lobo siempre se ha preocupado por él mismo y nadie más, y esa forma de pensar es lo que lo convierte en el perdedor perfecto, condenado siempre a ser el cazarrecompensas sin gloria que siempre ha sido.
Como pueden intuir, el problema que pueda tener la mayoría con Lobo, sobre todo en los tiempos actuales, es que lo ven como una intención de validar ciertos comportamientos incorrectos. Lobo es un machista hedonista y asesino y está lejos de ser un modelo a seguir. Efectivamente tiene cierto grado de honor y ese es su principal debilidad, por lo que no se tiene que tomar muy en serio. La idea del personaje es ser una parodia de los males de la industria del cómic —Lobo es una parodia del machote con dientes apretados y armas gigantes popularizado en los noventas—, y siempre se ha usado como una crítica divertida. Lobo: Desatado quizás carece de cierta fuerza para parodiar los males del nuevo milenio, pero deja ver lo absurdo de la demonización del medio oriente, lo retrógrado de las costumbres de alguno de sus habitantes más radicales y el abuso de los extranjeros al momento de manejar sus recursos naturales.
El dibujo, está a cargo Alex Horley, un artista italiano que ha trabajado como ilustrador en una amplia gama de industrias —cómics, juegos de mesa, música, etc.—, y su estilo se caracteriza por el uso de acuarelas y óleos, por lo que destaca inmediatamente. En el caso de Lobo: Desatado, su estilo pirotécnico sienta bastante bien al personaje, que se rodea de otros personajes con rasgos caricaturescos que contrastan con el estilo realista del artista. Giffen además usa un par de capítulos de apoyo para relatar sucesos claves en la vida de Lobo y así no dejar a los recién llegados en el aire —quizás la principal razón por la que Salvat incluyó esta historia en la colección—. Estas páginas de apoyo están a cargo de Byron Vaughns y J. D. Mettler, y evocan esa comedia romántica adolescente que es Archie, en otro afán de no tomarse tan literal esta miniserie.
Además, hay una secuencia donde se introduce otro factor de parodia, el mencionado Ambush Bug, a cargo de Andy Kuhn que es de una ejecución más tradicional. Supongo que la idea era recordar a Ambush Bug como fue concebido de la pluma del mismo Giffen. El dibujo es bastante anguloso con líneas bien definidas y unos colores eléctricos que van bien con la naturaleza caótica del personaje. Puede que esta secuencia desentone en el conjunto, pero tampoco es fallida como homenaje a los tiempos pasados de este personaje que carece de una continuidad definida.
Quizás no sea una de las mejores miniseries de Lobo, pero es bueno que aún se recuerde a este personaje tan poco valorado en estos tiempos. Quizás Lobo sea un fósil de una época ya pasada, y la forma de sus historias puedan considerarse incorrectas para los tiempos que corren, pero por eso no dejan de ser entretenidas desde una retorcida perspectiva. Algún día hablaremos más a fondo de este personaje y su impacto, pero por ahora nos queda recordar cuando "El Hombre" cabalgaba a través del espacio negro en su motocicleta acompañado de su perro bulldog con el recuerdo de sus delfines, peleando contra la música heavy metal dentro de su cabeza.
Comparación con otras ediciones
Lobo: Desatado solo ha sido publicado con anterioridad en español por Planeta DeAgostini. Bajo la colección Universo DC: Lobo, se publicó en el último número de esta colección de catorce tomos. Ahora Salvat rescata esta miniserie en que además se ha incluido en Omega Men #003 donde Lobo hace su primera aparición, con una mallas horribles que no durarán mucho. Como siempre, destaco la inclusión de estas historias adicionales donde se puede apreciar la versión inicial del personaje. Que al mismo Lobo no le guste recordar su época de mallas parece no ser problema para Salvat. Tu pasado te condena.