"Heredia Detective" (2011): narrativa gráfica para ciudades tristes
En 1987, ya en los últimos años de la dictadura militar, un investigador privado chileno recibe un caso sobre una desaparecida estudiante, enfrentándose de paso con las fuerzas del régimen que intentan dificultar su misión, resolviendo el caso mientras "conversa" con su gato adoptado quien, aunque desagradable y de poca ayuda, le entrega caminos que seguir. Este detective es un personaje creado por Ramón Díaz Eterovic, escritor oriundo de Punta Arenas que, quizás sin saberlo, creó en ese entonces un personaje de ficción que sobreviviría años y adaptaciones, pasando muchas veces desapercibido entre nuevos públicos pero siempre influenciando la sociedad con la que se rodea. El año 2011, con la ayuda y coordinación de Carlos Reyes y Cristián Petit-Laurent, Heredia y su gato darían el salto a la novela gráfica con su propia colección de historias.
La novela de género negro fue publicada por LOM Ediciones en un formato de color, valga la redundancia, en blanco y negro. No solo es una gran elección estética y económica, sino que también permite dar un ambiente de depresión a historias que, según el esmero del autor original, siempre evocaron lo más decadente de un Santiago corrupto por el poder y la desesperanza.
En la portada podemos ver incluso el City Bar Restaurant, famoso local capitalino que nos da un poco la idea de qué tipos de escenarios veremos. El libro cuenta con un relato general donde Heredia y su amigo "Escriba" mientras se reúnen en Santiago. Este amigo no es más ni menos que el inserto del autor original en la novela, donde esta vez hace de compañero para el detective, un oyente, que luego traspasa sus aventuras a libros no siempre apegados a los hechos. Debido al cierre de su local favorito, ambos amigos se embarcan en la nostalgia, repasando algunos de los casos cortos más memorables del investigador.
Pronto, estamos frente al primero de los recuerdos, Yo vi morir a Hank Quinlan, con guion adaptado de Carlos Reyes y arte de Claudio Romo. Las páginas adaptan un cuento corto homónimo de Eterovic donde, luego de ver una película en el Centro Arte Alameda, se entera que fue asesinada una mujer esa misma noche. La adaptación cuenta con ilustraciones de Abel Elizondo, que recrea rostros como el de Woody Allen o el mismísmo Orson Welles.
Luego, repasamos la novela corta Muchos gatos para un solo crimen, esta vez como un cómic con guion de Cristián Petit y arte de Demetrio Babul. Acá el detective se enfrenta a un caso que le llega de cerca, pues su amor a su gato parlante Simenón (parlante en un significado imaginativo para Heredia, quien inventa diálogos con su mascota con el fin de resolver misterios) lo hace iracundo contra quienes maltratan felinos.
En Por amor a la señorita Blandish, otro cuento de Eterovic ahora con guion de Carlos Reyes y arte de Rodrigo Elgueta, donde se explora el lado más romántico y mujeriego del investigador. Esta historia, lamentablemente, tiene un rotulado extraño, a veces no calculando correctamente el tamaño de los globos y usando una tipografía digital que no reconoce la ñ, creando una extraña mezcla de caracteres cada vez que aparece la mencionada letra.
Luego, Heredia y el Escriba nos hablan de Ojos azules, una historia con guion Carlos y arte de Ítalo Ahumada, completamente inédita y creada por ambos artistas para esta serie (pero claro, supervisada y aprobada por Eterovic) donde el detective busca al homicida de una carabetera, mujer usualmente olvidada por la sociedad que encuentra en el investigador a su justiciero.
Por último, tenemos un epílogo de Heredia y las conversaciones con su gato Simenón a cargo de Felix Vega y, otra vez, Carlos Reyes. Acá vemos con introspección el camino del detective y cómo se relaciona con este nuevo Chile. Luego de la historia principal, el cómic nos deleita con arte gráfico de distintos autores sobre Heredia. Acá encontraremos obras de Diego Jourdan, Christiano, Daniel Bernal, Alan Robinson, Carlos Gatica, Gabriel Garvo, Claudio Muñoz, Claudio Romo, Don Liebre, Joze, Nelson Castillo, Nelson Dániel, Huicha, Jorge Quien, Vicho, Nicolás Perez de Arce, Abel Elizondo, Tite Calvo, José Gai.
Ya solo por su arte, variados diseños y galería de artistas, este tomo es más que recomendable para cualquier coleccionista (o persona interesada en) de cómic chileno. El tomo completo lo pueden encontrar por, aproximadamente, CLP $8.000, los que es más que conveniente por un libro de estas características.
El origen de Heredia
Si como yo, después de leer el cómic quedaron con ganas de más, sepan que no están solos. Quizás una de las realidades más tristes del cómic nacional es que, a falta de ventas constantes en muchos proyectos, historias con tanto potencial como las infinitas aventuras que Heredia podría vivir. Pero no, acá estamos. Al menos tenemos los libros y cuentos.
Heredia, como les mencioné antes, es una creación de Ramón Díaz Eterovic, un escritor de Punta Arenas, cercano a ideologías de izquierda, que encontró en el investigador una forma de contar la crónica de un país quebrado. El detective nace en los últimos años de la dictadura con el libro La ciudad está triste, que narra desapariciones en dictadura, pero Heredia también se enfrentó a la corrupción empresarial, a la iglesia e incluso a los resultados del neoliberalismo, generalmente expresados en violencia entre gente de la misma clase.
Editorial LOM, 1987Estos libros fueron editados por LOM Ediciones en dos oportunidades (1987 y 2013), la misma del cómic que hoy discutimos, y pueden ser encontradas en tiendas a diferentes precios, rondando CLP $10.000 por libro, a veces más, a veces menos. También existe una versión de Editorial Eduvim, Argentina, que editó el primer libro y lo tiene a $288,00 pesos argentinos. Además, fácilmente puedes encontrar la colección en las bibliotecas públicas del país, incluso en la biblioteca digital.
Los personajes fueron adaptados para un serie de televisión en TVN el año 2003 llamada Heredia y Asociados, protagonizada por Claudio Arredondo en la piel del detective. Esta serie, sin embargo, aunque consta con grandes actores de la palestra nacional, no tiene un gato que habla, por lo que podríamos decir que es automáticamente inferior.
El detective que no envejece
Como un Superman, un Batman o un Question nacional, Heredia es ya un detective incapaz de envejecer. Su nacimiento fue en los últimos años de la dictadura de Pinochet peleando contra la corrupción propia de su tiempo, sin embargo, hoy como en tantas otras décadas es necesaria la irrupción de un personaje ficticio que nos de un poco de justicia, y como dice el mismo Eterovic, sea un cronista de la corrupción nacional en cada época que se presente, incluso cercano a las fuerzas del orden, donde la ficción nos da para imaginar que quedan algunos que luchan por lo que corresponde.
¿Volverá Heredia y Simenón en forma de cómic? No lo sé, pero sé que debería, porque es un producto de calidad, una adaptación de gran nivel, e irónicamente es una injusticia no tener más de un detective tan grande como los de las películas. No, perdón, como los de las historietas, un detective como los de las historietas.