"Green Lantern / Silver Surfer" (1995): alianzas impías
Llegamos a un punto de inflexión en nuestro recorrido por la carretera que recorre los cruces entre DC y Marvel Comics, las dos mayores compañías de cómics del mundo. Y es que Green Lantern / Silver Surfer: Unholy Alliances, además de servir como prólogo a Marvel vs. DC, la madre de todos los crossovers, viene a romper las reglas establecidas en esta clase de eventos.
Hasta ahora, todos los encuentros entre personajes de ambas compañías transcurren en la Crossover Earth, que es el nombre dado a una realidad donde los personajes de DC y Marvel coexisten porque sí, y comparten aventuras. En Marvel, se la conoce como el Universo-7642. Sin embargo, en la historia que hoy nos convoca no es así. En efecto, es la primera vez en que los protagonistas reconocen que vienen de otros universos, los principales de la Casa de las Ideas y la Distinguida Competencia.
Green Lantern / Silver Surfer es un one-shot de 48 páginas, publicado en diciembre de 1995. Es obra de Ron Marz en guiones, Darryl Banks en dibujos y Terry Austin en tintas, con coloreado de Gloria Vasquez. Fue publicado por DC Comics, y como tal, bebe más de la mitología de Green Lantern que de Silver Surfer, con elementos que incluso entran en continuidad con el universo de esa editorial. Pero ya llegaremos ahí.
Silver Surfer, cuyo nombre real es Norrin Radd, es ex-heraldo del temible devorador de mundos Galactus. Posee el poder cósmico en su interior, y por lo tanto, es uno de los seres más poderosos del Universo Marvel. Kyle Rayner, en tanto, en ese instantante era el único Lantern vivo, después de los desastrosos eventos de cuando Hal Jordan se volvió loco y barrió con los Green Lantern Corps y los Guardianes de Oa. Además, en esta época, Kyle todavía es un poco novato en el negocio de los superhéroes, y de ahí que todo le parezca demasiado para él.
La trama arranca en el Universo Marvel, con Silver Surfer encontrando al Superman Cyborg sobre un planeta destruido. Al culparlo del desastre, se inicia una batalla que es interrumpida por la aparición de Hal Jordan, en su etapa como Parallax, quien está siguiendo a Cyborg para hacerlo pagar por la destrucción de Coast City. En tanto, en el Universo DC, Kyle Rayner ve interrumpido su trabajo como diseñador por el maloso marveliano Terrax, quien lo busca pues se le prometió que el guardián esmeralda es el unico obstaculo existente para que pueda conquistar este universo.
Posteriormente, se descubre que quien está detrás de todo es Thanos, que ha puesto en marcha un plan de destrucción que le dé el favor de su amada Death, para lo cual necesita el anillo de Green Lantern. El Titán loco los ha manipulado a todos, y a medida que ejecuta sus maniobras se formarán alianzas improbables —como la de Surfer y Parallax, o la de Rayner con el mismo Thanos—, traiciones y luchas que pondrán en jaque la supervivencia de ambos universos. Por tanto, Rayner y Surfer tendrán que dejar atrás rápidamente el cliché habitual del primer encuentro/lucha entre héroes, ya que necesitarán todos sus poderes para lidiar con esta amenaza multiversal.
El guionista de esta obra, Ron Marz, era la elección más que obvia para llevarla a cabo, ya que entre 1990 y 1994 escribió más de 50 entregas del Surfista Plateado, tanto en su serie regular, como en anuales y especiales. Y eso se queda corto al compararlo con su experiencia con su trabajo en Linterna Verde, donde desde 1994 ha firmado más números, especiales y miniseries de las que puedo recordar. De hecho, nadie mejor que él para llevar las riendas de un personaje como Rayner, pues fue su creador.
Por ende, es uno de los creativos que más conoce a esos personajes, a la par de ser un experto en historias de entornos cósmicos. Y en ese aspecto, aunque tanto en guion como en dibujos la obra no escapa mucho de los cánones acostumbrados de los años 90, nos entrega una historia que contiene algo más de profundidad y sentido artístico de lo que podríamos esperar de un producto alimenticio como este.
Al igual que J.M. DeMatteis en Spider-Man and Batman, el buen Ron utiliza la trama como un mero vehículo para tratar lo que realmente le interesa, el contraste entre las psiquis de los protagonistas, pero también los paralelos. Entre Hal y Norrin, por ejemplo, es notable el parecido de lo que han sufrido para llegar a este punto, y de hecho esa es la razón por la que Surfer accede a ayudar a Parallax a tener el poder para rehacer todo lo que ha perdido. Como este último reconoce, en el pasado ha cometido algunas decisiones cuestionables, aunque está convencido que fue por buenas razones.
Como Hal, Silver Surfer también se convirtió en lo que es porque hizo lo que consideraba que debía hacer. Para salvar su planeta natal, se convirtió en heraldo de Galactus, y por lo tanto, es cómplice de actos terribles. Aunque ese poder corrompió su alma, nunca lo disfrutó ni lo aceptó como excusa, y por eso desea utilizar su poder para el bien, y así reparar sus ofensas. Y eso es justamente lo que ofrece Parallax, la oportunidad de corregir sus errores del pasado. pero en el proceso, no se da cuenta que ha cedido su poder a un loco.
En tanto, en la relación entre Thanos y Kyle, brillan los opuestos: el engaño contra la juventud e ingenuidad. El titán loco tiene una larga tradición como uno de los peores villanos de Marvel, no importando a quien tenga que sacrificar o manipular, para conseguir sus objetivos. El haber tenido el Guantelete del Infinito en sus manos le ha dado la noción que no hay nada que no pueda lograr, ni poder que no pueda poseer. Y si no puede lograr el favor de su Lady Death, entonces destruirá los universos completos, hasta que solo quede en pie el reino de su amada.
Debido a su inexperiencia, Kyle cae fácilmente presa de las manipulaciones de Thanos, y convencido de que está haciendo el bien, también le ha cedido su poder a un loco. Al final, transformados en seres casi omnipotentes, Parallax y el titán se han convertido en las dos grandes fuerzas cósmicas: destrucción y creación, el alfa y el omega. Desquiciados por su poder y obsesionados con cumplir sus metas, se pondrán el uno frente a otro. Solo quieren convertir el mundo a su imagen, y no importa quien pierda en el proceso.
Dentro del guión, también es destacable que Marz no solo nos entrega una aventura cósmica frenética, sino que también se da el tiempo de hacer interesantes análisis introspectivos de los personajes, haciendo avanzar a los protagonistas en elementos que son más propios de sus series regulares que en especiales supuestamente no canónicos. Surfer gana en sabiduría y entereza, sus rasgos característicos. Hal continúa hundiéndose más y más en la pesadilla que le significó ser Parallax, pues aún le quedaría un buen trecho por recorrer antes de su redención. Y Kyle obtiene cada vez más experiencia y manejo, tanto de sus poderes, como del heroísmo.
De cierta forma, los héroes hacen frente a un ser que encarna algunos de sus mayores miedos, y de esta manera ambos crecen más que nunca al enfrentar no solo a un villano estándar, sino a su propias limitaciones. En su camino de hacer el bien, Norrin ve a Thanos como la encarnación del peor egoísmo y maldad al que pueda hacer frente; mientras que Kyle ve en Hal el reflejo oscuro de lo que podría llegar a ser, si no es capaz de entender lo que significa el concepto de heroísmo y omnipotencia. Aunque por supuesto los personajes son una parte integral de la historia, ésta a su vez revela algo sobre los personajes.
Como dije anteriormente, el arte de Darryl Banks es el típico de esa época de los noventa, pero está hecho con tal pulcritud y detalles, que se convierte en todo un deleite visual. A eso sin duda contribuye ser un viejo compañero de batallas de Marz, por lo que ambos se entienden perfectamente. Pero también por el apoyo que recibe de sus colaboradores: Terry Austin es una verdadera leyenda de las tintas, y siempre puedes contar con él para jugar con los claroscuros, entregar texturas, o cubrir algunos detallitos menores; mientras que la paleta de colores de Gloria Vasquez es todo lo que podríamos querer para una historia cósmica, lleno de neones y efectos de energía que parecen querer escapar de las páginas.
Y ahora, pasemos a los siempre peliagudos temas de continuidad. Como decíamos, aunque esta historia bebe del lore de ambas editoriales, es más significativo para la continuidad de DC que la de Marvel. De partida, la brecha entre universos por la que viajan los personajes se creó durante la destrucción del hogar de los Guardianes, de cuando Kyle debió hacerlo para detener a Hal. Asimismo, con posterioridad los eventos de este número han sido nombrados en otras entregas de series de DC. Por ejemplo, el logo de la Cafetería de Radu que Kyle estaba diseñando al principio de la historia, apareció posteriormente la serie regular de Linterna, por primera vez en Green Lantern vol. 3 #78. En Parallax: Emerald Night, Jordan menciona que alguna vez persiguió a Cyborg "a través del universo, e incluso a otro", refiriéndose a los eventos de esta obra.
Y por supuesto, está el tema de la caja que vemos en la última viñeta del número, que será la simiente de Marvel vs. DC, el siguiente crossover, y quizá el más importante en la historia de los cruces entre editoriales, y que analizaremos en el siguiente articulo.
En conclusión, no puedo dejar de recomendar Green Lantern / Silver Surfer a los fans de los personajes, y a cualquiera que quiera leer una entretenida y bien cuidada historia cósmica. Aunque sirve de antesala a Marvel vs. DC, no es imprescindible para entender ésta, y como tal, su valía va por otro carril. Tanto Marz como Banks y Austin dan lo mejor de sí para entregar un producto, sin duda, muy disfrutable.