DC Salvat - Nuevos Titanes: El Contrato de Judas
Bienvenidos a una nueva entrega del Coleccionable DC Salvat. Hoy, El Contrato de Judas, donde Marv Wolfman y George Perez cierran de manera magistral varias tramas que llevaban dos años trabajando en la exitosa serie The New Teen Titans.
NUEVOS TITANES: EL CONTRATO DE JUDAS
Contenido: The New Teen Titans #39-#40, Tales of the Teen Titans #41-44, Tales of the Teen Titans Annual #3
+ The Brave and the Bold #54
Guion: Marv Wolfman
Arte: George Perez
Entintado: Romeo Thangal, Dick Giordano, Mike De Carlo
Color: Adrienne Roy
Estamos ante un tomo histórico de DC, en parte porque son pocas las sagas memorables previas al Universo Pre-Crisis. No por falta de méritos, no se malentienda, sino en el sentido contemporáneo que tenemos del concepto, con historias que se agarran del formato continuado, generan historias y lineas argumentativas y culminan con una historia que es más larga que un simple "arco". Y de esas efectivamente no hay tantas. No es casualidad entonces que la misma DC le haya encargado a esta dupla creativa, aquella que le hacía la pelea a X-Men de la competencia, el encargo de hacer la saga más importante de la editorial, Crisis In Infinite Earths. Porque la experiencia en The New Teen Titans habla de ello, y aunque se tiende a exagerar, las alabanzas a esta etapa son merecidas.
Marv Wolfman y George Perez decidieron revivir al grupo de adolescentes dándoles una nueva mirada, y renovando claramente el equipo, para que no fueran solamente los "side kicks" de otros héroes con mayor arrastre. Así vemos que en el primer número introducen rápidamente a Raven, Starfire y Cyborg, quienes se unen a Beast Boy, Robin, Wonder Girl y Kid Flash en diversas aventuras. Pero...espera, lo que corresponde al tomo de Salvat parte recién en el #39. ¿Por qué estamos hablando del primer número? Es que, he aquí el problema, este tomo puede parecer una historia muy sencilla y hasta simplona al leerse así nomás y su ganancia es precisamente en el formato de historia completa, una que abarca la serie en su totalidad.
El Contrato de Judas cuenta la historia de cómo los Teen Titans se enfrentan nuevamente a Deathstroke, en lo que parece ser una batalla a muerte. La pelea se hace cuesta arriba porque hay un traidor entre las filas del equipo, que se revela ante el grupo en esta saga. Asumimos que ya no es spoiler tantos años después, sin embargo, la revelación de la traición de Terra al público no sucede en el #39, sino en el #34, y su primera aparición ocurrió en el #26, donde partió como una aproblemada antagonista por obligación y se va ganando el cariño del público al unirse a ellos en el #30. Por lo que solo vemos aquí es la parte final de un arco que lleva varios números trabajándose. De hecho, la introducción o prefacio a la saga, es el cierre de un conflicto mayor también, donde la secta del Brother Blood tiene un dramático final en los dos primeros capítulos de este tomo, aunque el inicio de este iba y venía desde el #21 de la serie regular, y sin ese antecedente, parecerá una sencilla y predecible batalla previa.
La venganza de Deathstroke tampoco es un ataque a la ligera. La última vez que chocaron, fue en un ataque concertado con Terra en el #34, sin embargo la primera aparición de The Terminator en el Universo DC es en el #2 de esta serie. Los motivos por los que se enfrenta al grupo están allí, casi cuarenta números antes. ¿Acaso se podrá sentir la emoción de este encuentro leyendo solo los últimos momentos de un conflicto que lleva tanto en desarrollo? Y ese es el principal problema con este tomo, porque todo se sentirá como si llegáramos al cierre de temporada de una serie de TV exitosa. Podremos entretenernos porque el planteamiento está hecho con profesionalidad, sin embargo la emoción puede que se nos escape. Esto puede ser más evidente en esta saga debido a la edad que muestra. La forma de los diálogos, la autoreferencia, y el ritmo muestran un estilo mucho más centrado en el número individual que en el TPB (recordemos que no era una costumbre habitual recopilar de esa forma los cómics en esa época), y el tipo de relato que incluye a un narrador es algo que asociamos a un estilo más retro de lidiar con la narración en cómics, y que actualmente se sabe que puede ser un riesgo debido a tener que disponer de ello como excusa para contar la historia sin necesariamente mostrarla. Los buenos a su vez son muy buenos, y los malos, de una malignidad brutal y hasta caricaturezca. Aún con todo, esta serie supo dotar a sus contrapartes con una humanidad pocas veces antes vista, y solo llama la atención la maldad de la principal antagonista, en lo que parece ser una declaración de principios respecto al mal mismo. Y acaso no es prueba de los años que tiene esta historia que nunca hubo mayores comentarios de la relación de Slade Wilson con la quinceañera Terra.
Todos estos son defectos esperables y perdonables a la historia en su conjunto, sin embargo, es innegable por otro lado que estamos ante uno de los puntos más altos en la narración visual de George Perez, lleno de detalles, y quizás entusiasmado por el éxito de la revista, con interesantes detalles, atención al espectáculo sin desperdiciar claridad. Y su par, Marv Wolfman, no solo entrega el cierre a la trama de Blood, Deathstroke y Terra en unos pocos números, sino que además ingresa nuevos personajes emblemáticos junto a quizás el evento de continuidad más relevante de Dick Grayson. Es aquí donde Grayson toma su propio camino y no es en las páginas de Batman, sino en la publicación donde es líder. Para variar, es otro relato que llevaba varios números trabajándose, por lo que su nueva identidad toma sentido no como una excusa de impacto sino como el desarrollo natural de un conflicto de identidad que la serie se ha ganado con creces.
Cuando decidí afrontar la lectura de este tomo, escuché que era la culminación de varios números previos. Decidí leer los números previos pensando que serían unos 10 quizás, no casi 40. Y es verdad, no sería lo mismo entrar de lleno a la saga sin lo previo. Casi como que no sé si recomendar este tomo por lo mismo. La invitación en verdad es a atesorar toda esta etapa, una que merece ese trato que Marvel le da a series similares del pasado de sabida calidad a través de tomos completos y lujosos. El Contrato de Judas por sí mismo es un cómic entretenido, y una pieza de historia. The New Teen Titans hasta El Contrato de Judas es una clase magistral de cómo hacer un cómic motivante, entretenido, atrapante, y serio con el formato. Porque sí. Hay sectas, drogadicción, trata de personas, enfermedades mentales, efectos de la guerra, traiciones, pero también hay espacio para el amor, relaciones maduras, conocer a otros, darse el riesgo de buscar otras vocaciones, madurar, conocer la propia identidad o abrazar el amor de la amistad. Y no, esas cosas no se pueden desarrollar en 6 números con justicia y el tiempo necesario. Pero sí en 40 y tantos.
Comparación con otras ediciones
Hay que ir para atrás con esta saga. La editorial española Zinco publicó esta etapa en la revista Nuevos Titanes vol.1 (1984), pero El Contrato de Judas fue inexplicablemente publicado en pedazos desde el #9 hasta el #22, como complemento de los números regulares, en un desorden de proporciones que solo se explica por el interés de llegar pronto a esa saga en específico. Demás está decir que, dada la antigüedad de estas ediciones, la hacen casi imposibles de encontrar hoy por hoy.
Más suerte puedes tener con la edición de Clásicos DC: New Titans, publicada por Planeta De Agostini. Estas ediciones de bolsillo que costaban 7,50 euros cada uno aprox., son probablemente, la forma más barata de acceder a esta historia en su máxima expresión. Los números #12 y #13 tienen El Contrato de Judas, de una serie que llega hasta el #40 inclusive. Pero si solo se trata de esta saga, claramente Salvat es la opción más económica.
Casi se pudo llegar a una edición de lujo, dado que Planeta publicó una re-edición que alcanzó dos tomos en tamaño regular, pero solo llegando hasta el #28. De todas maneras, no son de fácil alcance por estos días, excepto en tiendas especializadas, y probablemente no completas del todo.
Las opciones de recopilatorios en inglés son abundantes, pero la verdad ya sabemos que el precio no mejora lo inmejorable de la edición Salvat. Así que, habrá que esperar una mejor edición de estas historias, que como otros clásicos de la década de los 80s, llevan años esperando ediciones que le brinden justicia.