Watchmen contra Watchmen Parte II: Before Watchmen
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Estamos revisando cómo se enfrenta Watchmen contra Watchmen, sus distintas versiones compitiendo por el nombre y prestigio de la obra original. Antes hablamos de Watchmen, la película de Zack Snyder, ahora nos toca hablar de Before Watchmen, una serie de historias que pretenden ahondar en el pasado de personajes claves de Watchmen. Obviamente, DC Comics tenía este objetivo de lucrar aún más con la historia de Alan Moore y Dave Gibbons desde que fue un éxito de ventas, por lo que Before Watchmen tiene un carácter de inevitable.
Antes del sentido común
No es misterio para muchos que Moore y Gibbons, en algún momento, hayan pensando en crear una precuela para Watchmen. Aparentemente, ambos creadores estarían de acuerdo en volver a este mini universo para crear una miniserie de los Minutemen en los años cuarenta. La idea de presentar una historia opuesta al tono de Watchmen atraía sobre todo a Gibbons, quien jugaba con la idea de mostrar un mundo idealizado como los cómics de la Edad de Oro.
De igual manera, DC Comics estaba interesada en elaborar precuelas para los personajes más populares de la miniserie: The Comedian y Rorschach. La idea de la editorial era publicar dos títulos con los nombres tentativos de Rorschach's Journal y The Comedian's Vietnam War Diary. Estas historias mostrarían los primeros días de Rorschach como vigilante y el paso de The Comedian en la guerra de Vietnam. DC parecía bastante interesada por el tema de Vietnam, dado que se había vuelto popular gracias a películas como Platoon o Born on the Fourt of July.
Además de estas dos miniseries, se hablaba de otra protagonizada por el dúo Nite Owl / Rorschach, e incluso se pensaba invitar a otros autores para poder escribir en este nuevo universo en potencia. Lamentablemente para DC, ninguna de las ideas propuesta se pudieron desarrollar a la altura del material original, dejando mucho que desear en el proceso. Eventualmente, Moore dejaría la editorial en parte por cómo estaban tratando sus creaciones.
DC había firmado un contrato con Moore y Gibbons donde los derechos de la obra y sus personajes pasarían a ser suyos una vez que la miniserie se terminara de publicar. Ambos autores habían firmado sin tomar en cuenta un factor: el emergente mercado de las reediciones. Watchmen se ha vuelto a editar tantas veces que ya no causa gracia, y esta política editorial haría que Moore renunciara y nunca volviera a escribir para una editorial mayor de USA –también está el tema de que nunca vio dinero por el juego de rol de Watchmen, pero eso será para otro post—.
Para el año 2009 se estrenaría Watchmen, la película. Como vimos en el post anterior, el proyecto había pasado por mucho antes de concretarse, pero fue recibido regularmente por la crítica. Esto significaba que Watchmen, el cómic, vería su popularidad acrecentada temporalmente por el empuje de la película. DC, ni tonta ni perezosa, trataría de volver echar a correr el proyecto de las precuelas. Según Moore, en el año 2010, DC se había puesto en contacto con él para desarrollar dichas precuelas a cambios de los derechos de la miniserie original.
Para entender a Moore y sus palabras, hay que tomar en cuenta que Watchmen trajo una inesperada consecuencia en el medio del cómic. Dada su naturaleza oscura, pero exitosa ante los ojos más casuales, la maxiserie inspiro un montón de copias donde los personajes se volvieron también oscuros y psicopáticos. Para la década de los noventa, el cómic norteamericano aspiraba a lectores adultos y los niños cada vez eran más dejados de lado, incluso se publicaban historias a precios exagerados en formatos carísimos que ningún infante podía optar a tener. Moore es un tipo que ama los cómics desde niño, y esta depredación producto de su obra hace que no quiera que el mundo siga pensando en Watchmen como un modelo que hay que seguir.
Aun así, y sin la bendición de Moore, Dan Didio y Jim Lee —los coeditores de DC Comics— darían luz verde al proyecto Before Watchmen. Para febrero del 2012, DC Comics daría la información suficiente para saber de qué se trataba esta iniciativa. Este proyecto exploraría el pasado de Rorschach, los Minutemen, Dr. Manhattan, The Comedian, Silk Spectre, Nite Owl y Ozymandias, y los artistas involucrados daban nombres como J. Michael Straczynski, Brian Azzarello, Darwyn Cooke, Len Wein, Lee Bermejo, J.G. Jones, Adam Hughes, Andy Kubert, Joe Kubert y Amanda Conner. Con una plantilla tan galardonada nada hacía presagiar que Before Watchmen se convertiría en un producto tan olvidable como lo es ahora.
Fanficción corporativizada
Before Watchmen se compone de nueve historias que varían dependiendo del personaje. Todas están centradas en algún personaje del cómic original —ya sea principal y secundario— y trata de abordar su pasado y explicar sus acciones dentro de la historia original. El problema es que esas son ambiciones demasiado pequeñas para una obra tan importante como lo fue la obra fuente. Before Watchmen es una contradicción en sí misma.
Partamos con lo bueno. Before Watchmen: Minutemen está escrita y dibujada por Darwyn Cooke y trata de tomar como base "Under the Hood", el libro autobiográfico de Hollis Mason que retrata su pasado como el vigilante Nite Owl y su afiliación con los Minutemen. Aquí, el autor toma uno de los temas que más le interesan: los Estados Unidos de la postguerra. Cooke reescribe la historia de los Minutemen y extrapola varios cabos sueltos que se sugerían en la miniserie original —como la homosexualidad oculta de dos miembros del grupo— pero a la larga su historia no llega a ninguna parte —algo que se repetirá en todas estas miniseries— y solo responde cosas que se podían inferir desde el primer minuto en la obra madre. Lo mejor a mi gusto es el dibujo de Cooke y sus intentos por repetir imágenes —haciendo coincidir perspectivas— tal como la historia original lo hacía.
En Before Watchmen: Silk Spectre, Cooke repite como guionista y Amanda Conner es la responsable del dibujo. La historia se centra en Laurie Jupiter, personaje que siempre había chocado con los deseos de su madre de convertirse en Silk Spectre. Laurie huye con su novio de la época y se ve envuelta en un asunto de abuso de drogas con los hippies de los sesenta. Eventualmente se aparecen otros personajes del cómic original, The Comedian y Hollis Mason, para recordar que esta historia no está muy lejana del original, pero ¿adivinen qué? No responde nada que no sepamos de antes.
En Before Watchmen: Comedian, el guionista Brian Azzarello y el dibujante J. G. Jones tratan de dar luz al periodo donde The Comedian sirvió en Vietnam. Lo más controversial de todo es que, al parecer, The Comedian era íntimo amigo de la familia Kennedy. No sé cómo Azzarello saca la idea de que este personaje pueda estar alineado con las creencias de los Kennedy en la época de Vietnam, siendo que The Comedian siempre ha sido pro-guerra. Al final, el personaje vuelve a ser lo que siempre ha sido y esta historia parece un lapsus en su vida. Los diálogos son particularmente fuera de lugar y solo el dibujo de Jones hace tolerable el conjunto. Lo peor es que si no supiéramos que esta historia se trata de The Comedian y en cambio fuera un personaje completamente original, sería una buena historia.
Por su parte, Before Watchmen: Nite Owl de J. Michael Straczynski junto al dúo padre-hijo de Joe y Andy Kubert retratan los primeros pasos de Nite Owl II. Esta historia es horrible en el peor sentido. Todo lo original de Watchmen –estilo, ejecución y tono— es tirado por la borda en una historia de vigilantes cualquiera. Por supuesto que la frustrada sexualidad de sus protagonistas es explotada sin sutilezas ni altura de miras. Nite Owl al final es otro niño traumado que busca venganza al convertirse en vigilante. Nuevamente, son los dibujantes lo más interesante del conjunto.
Before Watchmen: Ozymandias de Len Wein y Jae Lee es el capítulo once de Watchmen extendido por seis números. Básicamente es la biografía de Adrian Veidt desde su infancia hasta el asesinato de The Comedian. Wein no se desvía ni una coma respecto a lo apuntalado por Moore, por lo que este cómic más parece un recordatorio. Hay un par de ideas interesantes, pero que no tienen por qué ser coherentes con el cómic original –como Ozzy resolviendo la crisis de misiles— pero se agradece leer algo acorde en tono. Tampoco es una maravilla dentro de la narrativa gráfica y, como ya sabrán, el dibujo de Jae Lee sube la historia por sobre la media, que de por sí es bastante baja.
En Before Watchmen: Rorschach nos encontramos nuevamente a Azzarello en los guiones, acompañado de Lee Bermejo en los lápices, en una obra cuanto menos cuestionable. La historia se centra en Rorschach y su lucha contra las drogas en el New York del '77; paralelamente, hay un asesino de mujeres que opera bajo la sombra. Como imaginarán, una historia enfocada enteramente en Rorschach da un tono más oscuro de lo habitual. Sumado al dibujo de Bermejo, pues debe ser la historia más irreal dentro del conjunto que supone Before Watchmen. A su favor cuenta que tampoco está muy ligada con el resto —existe una continuidad implícita entre cada personaje— y el protagonista es, en cierta medida, un trágico intento de ser humano. El guion de Azzarello trata de no glorificar a este resentido y a veces lo consigue.
Before Watchmen: Dr. Manhattan de Straczynski y Adam Hughes explora el pasado del famoso superhombre azulado, concretamente el de John Osterman. Hay dos aspectos interesantes dentro de esta miniserie: uno es el hecho de que convierten a Osterman en mitad judío, por eso habrían huido sus padres de Alemania; el otro es que Manhattan logra visualizar ciertas decisiones que toma durante su vida y cómo el tomar una u otra opción la habrían cambiado. Lo demás no revela nada que no sepamos o imaginemos y el dibujo de Hughes se aprecia más que nada por lo acotada carrera de este gran artista.
Y acercándonos al fondo del barril tenemos a Before Watchmen: Moloch de Straczynski y Eduardo Risso, en otra biografía que no habíamos pedido. En este caso es la de Moloch, el villano de los Minutemen y secundario dentro de Watchmen. La historia es tan poco interesante que no vale la pena mencionar mucho. Inicia con la infancia del personaje y termina con él muerto en su departamento. Es de los puntos más bajos y representa exactamente lo que temía la gente respecto a este conjuntos de miniseries: que no aporten nada y sean un intento de facturar a costa de la miniserie original.
Finalmente, Before Watchmen: Dollar Bill es un especial de 30 páginas con la historia de Dollar Bill, otro secundario sin mayor importancia. Wein escribe nuevamente y Steve Rude dibuja una historia sin mayores pretensiones que llenar un espacio que nadie pidió. Lo mejor es el dibujo de Rude que siempre ha sido un genio en esto de los cómics, pero lo demás es innecesario y poco atractivo.
Además de las mencionadas miniseries, y como material adicional, se presentaban dos páginas de The Curse of the Crimson Corsair, una historia de piratas bien estilizada, similar a la que se presentaba en la obra madre. Naturalmente, esta historia solo está para cumplir los requisitos de Watchmen y es el tener material adicional en cada número. Lo mejor es poder descubrir el detallado trazo de John Higgins, quien colaboró varias veces con Moore en su época de 2000 AD en Inglaterra.
Como ya pueden estar sospechando, Before Watchmen no aporta nada necesario a la idea original de Watchmen. Sencillamente es un ejercicio corporativo que duele, porque los profesionales involucrados podrían haber tratado de crear su propio Watchmen en vez de socavar lo que ya estaba hecho. No dudo que a alguien le pueda gustar alguna de estas historias, incluso nosotros mismos tuvimos anteriormente otro comentario respecto a esta iniciativa, pero la falta de ambición que hay alrededor de ellas es su mayor pecado.
Watchmen ganó un Premio Hugo, un galardón que estaba destinado para la literatura en su formato más clásico. Pero Watchmen se coló entre los nominados porque sus creadores pusieron su mayor esfuerzo para dar algo que rivalizara con obras como Moby Dick. Ese nivel de compromiso es cada vez más difícil de encontrar en el cómic norteamericano debido a iniciativas como esta. Los superhéroes no avanzan, porque sus creadores no pueden hacerlo dado a las trancas corporativas. Y no hablo de tener historias más adultas, sino de historias originales y complejas, que aprovechen el medio y sus posibilidades.