Psylocke / Kwannon: doble mariposa
Psylocke es uno de los personajes más peculiares de la franquicia X-Men. Históricamente, ha respondido al nombre de Elizabeth Braddock, famosa por su look de sexy ninja asiática, por sus poderes de telepatía y por su cuchillo psíquico. Sin embargo, para un lector más casual puede causar una tremenda confusión saber que Braddock, con un nuevo cuerpo británico, es ahora la nueva Captain Britain en Excalibur, mientras que en Fallen Angels —y en Hellions, recién anunciada serie para marzo de 2020—, otro personaje usa el nombre y cuerpo de nuestra Psylocke de toda la vida: Kwannon.
Pero, ¿cómo es que ha sucedido esto? Para saber por qué ambas mujeres comparten o han compartido nombres y cuerpos, se hace necesario un repaso a su historia, que servirá tanto para refrescar la memoria de los fans más antiguos, como para aclarar dudas de lectores nuevos que hayan llegado acá atraídos por Dawn of X, el relanzamiento de la franquicia mutante que vinieron a expandir el mundo planteado por Jonathan Hickman en House of X y Powers of X.
La primera vez que los lectores estadounidenses contemplaron a Elizabeth "Betsy" Braddock, pocos podían intuir que aquella delicada chica inglesa, tímida y de ademanes aristocráticos, llegaría a convertirse en una despiadada guerrera ninja con rasgos orientales. Para descubrir cómo había sido posible esa transformación, es necesario retroceder hasta la creación misma del personaje, y desde ahí, recorrer su convulsionado camino.
Betsy es hermana de Brian Braddock, también conocido como Captain Britain, y su debut se había producido en las aventuras de éste que se publicaban en el Reino Unido. Era una piloto de profesión, que gradualmente había ido ganando en importancia a medida que avanzaba la serie, hasta el punto de sustituir a su hermano ocasionalmente en el papel de Capitán Britania, algo que le costaría muy caro, pues un villano la dejó ciega. Esa pérdida la compensa con sus poderes psíquicos, gracias a los cuales podía desenvolverse como una persona normal.
El público norteamericano tendría que esperar un tiempo antes de conocer a Betsy. Su desembarco al otro lado del charco se produciría en New Mutants Annual #2, de 1986. En esta aventura fue secuestrada por el villano Mojo, quien con la ayuda de su asistente, la hechicera Spiral, restauró la vista de Betsy, proporcionándole unos ojos artificiales dotados de cámaras para poder emitir lo que ella veía en la Tierra. Mojo la transformó en la estrella de uno de sus retorcidos programas televisivos , bautizándola como Psylocke. Brian y los Nuevos Mutantes la rescataron y llevaron a la Mansión X, donde se uniría a los X-Men.
En aquel entonces, Mariposa Mental —tal es su nombre en España— encarnaba la dulzura y el sosiego que el grupo había perdido, inmerso en uno de sus momentos más dramáticos. Aunque Betsy se ganó la confianza del grupo al defender la Mansión de un ataque de Sabretooth durante la Masacre Mutante, nunca lograría disputar su posición a mujeres-x más asentadas en el imaginario de los fans, como Storm o Rogue.
Algo así ocurría con muchos personajes nuevos que Chris Claremont introducía en la colección de los mutantes: los lectores solo se daban cuenta de cuánto los querían cuando los perdían. El caso de Psylocke sería particular, pues no dejaría el grupo, sino que sufriría una transformación tan radical que podría decirse que se transformó en un personaje diferente. Ocurrió en una larga trama en que los Hombres-X entraban en un orbe místico llamado Siege Perilous, del que volvían con importantes cambios. La mayoría acabaría por revertir a su estado anterior, pero las modificaciones de Betsy fueron permanentes, quizá debido a la popularidad que alcanzó a raíz de un puñado de cómics en que también debutó el dibujante llamado Jim Lee.
En esos episodios, Psylocke reaparecía como una asesina de la organización japonesa conocida como The Hand, que seguía las instrucciones de Matsu'o Tsurayaba, uno de sus dirigentes que le había lavado el cerebro para ponerla a sus órdenes y que aprendiera artes marciales, así como la manera de enfocar sus poderes mentales en una especie de daga psíquica. No obstante, lo más significativo es que Betsy había cambiado de raza, para adoptar rasgos orientales. Wolverine lograría romper el bloqueo mental impuesto por su captor y volvería a formar parte del equipo, pero el misterio alrededor de su nuevo aspecto todavía tardaría un tiempo en desenredarse.
Gracias a ello, el personaje ascendería al Olimpo que antes le fuera negado, el de volverse una favorita de los fans. Apabullantemente sexy a la par de mortífera, la nueva Psylocke se instaló en los sueños y la imaginación de los lectores X de los años noventa, caracterizada por la proliferación de dibujantes con un estilo que seguía el rastro del ya nombrado Lee. Éste mismo fue quien resideñó al personaje, pero posteriormente otros, como Andy Kubert, explotarían al máximo el misterio, la sensualidad a flor de piel y la fascinación que lograba imprimir a cada viñeta en que aparecía.
Aunque no sólo los seguidores de la serie cayeron rendidos a sus pies, sino que también algunos compañeros de equipo. Quizá ahora pocos lo recuerden, pero durante un tiempo la pelipúrpura despertó la lascivia de alguien tan poco dado a esas lides como Cyclops —al menos, antes que en su camino se cruzara Emma Frost—, aunque sería Warren Worthington III, Angel, quien se llevaría su corazón, en una de las relaciones más tortuosas del cosmos mutante.
Llegada la hora de desvelar la verdad sobre el cambio de cuerpo de Mariposa, el guionista Fabian Nicieza se sacó de la manga una idea que, aunque estrambótica, encajaba con cierta lógica en los acontecimientos: Matsu'o había intercambiado la mente de Betsy con la de Kwannon, su amante mutante, que estaba cerebralmente muerta. La verdad saldría a la luz cuando Kwannon, con el nombre clave de Revanche, despertaba de su trance para reclamar su cuerpo, algo que nunca conseguiría. Poco después, Kwannon sucumbiría víctima del Legacy Virus, lo que dejaba a Betsy atrapada permanentemente en su nuevo cuerpo.
Desde ahí, saltamos a la primera mitad del Siglo XXI, en la que el personaje pasaba a un discreto segundo plano, pese a los intentos por parte de algunos guionistas por reanimar el interés. En ese periodo, Betsy fue asesinada por Vargas —X-Treme X-Men— y resucitada —Uncanny X-Men, en el regreso de Claremont—, perteneció a los Exiles, protagonizó un par de especiales y una miniserie que revivió a la también noventera Excalibur y, por supuesto, volvió al seno del equipo. Acá, Matt Fraction la devolvió a sus orígenes de dama carnal y peligrosa, un papel que en manos de dos artistas muy dotados para dibujar mujeres hermosas como Terry Dodson y Greg Land, le encajó como un guante. Fraction insertó la vuelta de la heroína en una aventura en que Madelyne Pryor utilizó su psique para reanimar el viejo —y muerto— cuerpo, aunque Betsy logró superar el trance y recuperar la normalidad.
Posteriormente, Psylocke protagonizó una miniserie propia homónima, en que buscaría venganza en contra de Matsu'o, e intentaría dar sepultura definitiva a su antiguo cuerpo; sería parte integral de la legendaria Uncanny X-Force de Rick Remender y las posteriores encarnaciones del equipo, en que protagonizaría un fogoso romance con Fantomex; militaría en la etapa en X-Men de Brian Wood protagonizada solo por mujeres; y sería la líder del equipo del Uncanny X-Men de Cullen Bunn durante la etapa en que los mutantes estaban al borde de la extinción debido a las nieblas terrígenas.
No obstante, los antecedentes más directos para entender por qué ahora tanto Betsy como Kwannon coexisten en el Universo Marvel se encuentran en hechos ocurridos hace poco tiempo. Durante la historia narrada en la miniserie Hunt for Wolverine: Mystery in Madripoor, la villana Sapphire Styx absorbe la fuerza vital de Braddock, dejando su cuerpo muerto. Pero cuando el alma de Psylocke logra liberarse, instintivamente reforma un nuevo cuerpo, idéntico a su cuerpo británico original. Más tarde, se revela que Kwannon regresó a la vida en su cuerpo original, ahora abandonado. Ella embosca a un secuaz de las villanas, declarando en japonés que tiene algunas preguntas y manifestando uno de los cuchillos psíquicos de Psylocke.
Posteriormente, en Uncanny X-Men de Matthew Rosenberg, Kwannon reapareció en East Transia cuando los X-Men combatían una nueva versión de la Brotherhood of Evil Mutants. Al descubrir que el Magneto de este grupo era en realidad el clon Joseph, Kwannon lo asesina antes que pudiese ser usado como arma por los poderes fácticos. Los eventos concretos que llevaron a su resurrección nunca fueron revelados, pero gracias al nuevo "sistema" de regresos de mutantes que rige en esta nueva etapa de la franquicia, quizá poco importen.
Así, y como dije al principio, las cosas han retomado el curso normal luego de casi 30 años. Betsy Braddock vuelve a tener su cuerpo original, manteniendo sus poderes, pero utilizando el manto del Captain Britain, protagonizando Excalibur. Kwannon, en tanto, hace lo suyo en Fallen Angels, donde dirige un grupo de mutantes no del todo cómodos con el paraíso de Krakoa, en busca de neutralizar una amenaza que viene de su pasado, manteniendo el look, poderes y nombre de la Psylocke de toda la vida.
Y recién hace un par de horas, Marvel ha anunciado que Kwannon formará parte de Hellions, nueva serie que debutará en marzo de 2020, que está siendo promocionada como el equipo de X-Men más disfuncional que se ha visto. Quizá para no perder el tirón comercial de su aspecto sexy, o porque realmente hay planes de potenciar al personaje de cara al futuro de la franquicia, el hecho es que Kwannon volvió para quedarse. Y aunque Betsy está feliz viviendo aventuras artúricas en los páramos ingleses, es inevitable que ambos personajes coincidan tarde o temprano, en una historia que sin duda sacará chispas. Pero con esto, ya tienen los antecedentes para poder disfrutar de esa hipotética historia.