Dawn of X, primeras impresiones II: Marauders / Excalibur / Fallen Angels
Hace un par de días hicimos un repaso a la primera mitad de las series de Dawn of X, o lo que es lo mismo, a la primera oleada de las nuevas colecciones mutantes surgidas del relanzamiento en House of X y Powers of X, del escritor Jonathan Hickman. Con dos números de cada una en la calle, ya tratamos a la serie madre X-Men, New Mutants —ambas escritas por Hickman, aunque en esta última ayudado por Gerry Duggan—, y X-Force. Así que sin más preámbulos, veamos qué nos depara el siguiente trío de títulos: Marauders, Excalibur y Fallen Angels.
MARAUDERS
Cronológicamente hablando, Marauders fue el segundo título publicado de Dawn of X. En la previa del lanzamiento de las colecciones, Hickman y compañía prometieron nuevas y audaces direcciones, nuevos equipos emocionantes y aventuras inolvidables para los alegres mutantes de Marvel. Y sin duda, Marauders tiene mucho de eso, y algo más.
Escrito por Gerry Duggan, con arte de Matteo Lolli, la cabecera se hace un hueco al lidiar inteligentemente con las consecuencias en el 'mundo real' de establecer un nuevo estado-nación mutante, principalmente el establecimiento de mecanismos de inmigración en suelo extranjero. Después de todo lo que ocurrió en las historias de HoX/PoX, los mutantes tienen una patria y una forma de llegar instantáneamente a ella desde cualquier parte del planeta. Pero los poderes gobernantes, y los grupos de odio antimutantes, no están tan interesados en dejar que los Homo Superior simplemente vayan al paraíso desde los portales establecidos en su suelo.
Suena denso, pero Marauders logra abordar la complicada situación de una manera divertida y liviana. Emma Frost presenta este escenario a Kitty Pryde —que ahora quiere llamarse Kate, como reflejo de su madurez—, explicando que hay que hacer algo. Como por alguna razón Kate está impedida de atravesar los portales de Krakoa, está especialmente preparada para abordar el problema desde un enfoque internacional, sin otro medio de transporte que un barco —no me pregunten qué pasó con los Blackbirds—. Así que luego de una visita a la isla, y de reclutar un puñado de compañeros como Iceman, Pyro y Storm, está lista para formar un grupo de marineros y desafiar las aguas abiertas de la geopolítica internacional. Más que héroes mutantes, los Marauders son luchadores por la libertad, piratas encubiertos y traficantes de drogas del mercado negro. Suena estrambótico, pero también muy original y divertido.
Hasta ahora, ambos números nos han entregado una gran aventura, aunque el segundo ha dado una mirada más interior para mostrarnos los entresijos de la Hellfire Trading Company. El tono del libro entrega una sensación de locura que solo un grupo de superhéroes multicolores a bordo de un barco robado podría proporcionar. Duggan entiende absolutamente la evolución de Kate Pryde, continuando la senda que ya venía recorriendo desde X-Men Gold, mostrándose como una líder nata y feroz guerrera. No sé si sea su personaje favorito, pero desde luego se nota que se está divirtiendo mucho escribiéndola.
Sin embargo, hay algunos aspectos que no aterrizaron del todo. Duggan avanza la historia a un ritmo vertiginoso, y al igual que en su simiente HoX/PoX, el lector es el encargado de llenar los vacíos. En el primer número, el guion no pierde el tiempo en saborear el momento o detenerse en una decisión, y de hecho el equipo ya ha completado su primera misión antes de que te des cuenta de que la premisa se ha establecido. El equipo reunido tiene un potencial ilimitado, y es un comienzo emocionante para un gran viaje, pero las cosas se suceden tan rápidamente, que la trama se hubiese beneficiado enormemente explicando las motivaciones de varios personajes y el impulso detrás de sus acciones.
Los miembros de una nación mutante están esencialmente "invadiendo" países extranjeros para imponer su agenda en la forma en que esas naciones tratan a sus ciudadanos. Es un movimiento muy audaz de nuestros héroes, pero uno en el que aún se nos da el alcance completo. ¿Cuáles son las posibles ramificaciones políticas de sus acciones? ¿Podrían considerarse terroristas? ¿Las lesiones causadas por Kitty a algunos soldados son muy graves, ¿acaso ya se olvidó de la Primera ley de Krakoa? Ninguna de estas preguntas se responde aún, pero es seguro que se abordará en el futuro.
También han habido comentarios negativos acerca del tratamiento de Iceman. Para nadie es un secreto que la decisión de Brian M. Bendis de sacarlo del clóset para reconocer su homosexualidad no fue muy bien recibido por ciertos fans, a pesar de que en toda su trayectoria han habido señales que no hacen este giro del todo descabellado. Pero si bien Sina Grace fue capaz de utilizar este aspecto para construir un interesantísimo relato en su serie en solitario, el tratamiento que hace Duggan está peligrosamente cerca del manido estereotipo del gay que solo sirve para chistes. Espero sinceramente que en el futuro se tome su tiempo para recrear el personaje como se merece él y toda la comunidad LGTB que ya lleva demasiado tiempo discriminada.
El artista Matteo Lolli tiene mucho aportar en sensación que nos ha dejado este par de entregas. Las partes cómicas de Duggan no funcionarían tan bien como lo hacen con sus diseños de panel y las expresiones que es capaz de plasmar en las caras de los personajes. Por ejemplo, en la secuencia de cuando a Kate se le niega el acceso a Krakoa, todo se ve reforzado por las expresiones respectivas de Kate, Nightcrawler y Storm. Además, la disposición de las viñetas funciona bien para mantener el ritmo del ojo del lector y ayudar con la sincronización de los tiempos narrativos.
El artista también tiene éxito en su representación de las escenas de acción, por ejemplo, mostrando el poder de Kate en formas que no estoy seguro de haber visto antes. Shadowcat se mueve con confianza por el campo de batalla, cambiando sus niveles de intangibilidad a voluntad cuando las balas, espadas e incluso un tanque la atraviesan. Lolli nos da un panel horriblemente creativo en el que Kate hace intangible un rifle, lo coloca dentro de las piernas de dos soldados y deja que se vuelva tangible, uniendo a los dos enemigos. La acción es compleja, pero aún así es muy fácil de seguir, lo que es un testimonio de la pericia de equipo artístico.
A pesar de las pequeñas imperfecciones, el zarpe de Marauders es un comienzo sólido para una historia que se avizora mucho más grande, y que seguramente contribuirá a completar el rompecabezas más amplio de la iniciativa Dawn of X. Duggan ofrece un par de episodios divertidos e interesantes, y reúne a un gran grupo de personajes para embarcarse en una premisa totalmente única. Lolli, en tanto, hace un trabajo fantástico con la expresión y acción. Sin duda, la embarcación que acaba de zarpar está llena de aventuras, fluidez y posibilidades.
EXCALIBUR
Si X-Men es el libro insignia superheroico y Marauders es una historia de piratas, Excalibur es una épica de espada y brujería. Publicado por primera vez en 1988, el Excalibur original dirigido por Chris Claremont comenzó como un spin-off de su Uncanny X-Men, siguiendo a Kitty Pryde, Nightcrawler y Rachel Summers en el Reino Unido mientras se unían con el Capitán Britania y su propio equipo de justicieros míticos. Si bien puede que no sea el título de X-Men más recordado popularmente en los últimos años —a pesar que por sus páginas se paseó incluso Warren Ellis—, sin duda es muy querido dentro del fandom, por lo que recuperarlo por primera vez desde 2007 tiene lógica.
Pero esta nueva encarnación viene con cambios. Debido a que Kitty, o Kate, es líder en Marauders, Rachel Summers aparece en X-Men, y del resto de de protagonistas históricos poco se sabe, Excalibur pone a Betsy Braddock, anteriormente Psylocke, en un papel protagonista. Betsy todavía se está adaptando a la reciente recuperación de su antiguo cuerpo, por lo que aunque ha llegado al nuevo paraíso mutante de Krakoa, se siente un poco sin rumbo. Pero cuando se entera de que su hermano Brian está atrapado en una trampa por la hechicera Morgan Le Fay, ella viene en su ayuda. Por supuesto, las cosas no salen del todo bien, pero Betsy emerge con una responsabilidad totalmente nueva: el manto del Captain Britain.
Excalibur logra destacar como un libro distinto de sus compañeros de franquicia, y eso será muy importante para que la línea Dawn of X avance. Cuando tienes tantos títulos X saliendo al mismo tiempo, la individualidad es tan importante como la cohesión. Por ejemplo, los títulos de equipo basados en el color de la era de ResurrXion —Gold, Blue y Red— tenían diferentes tipos de personajes y sus propias premisas, pero todos se mezclaron entre sí en tono, mientras que no está ocurriendo los mismo en DoX hasta ahora. Es tanto un testimonio del arquitecto X Jonathan Hickman como lo son los innumerables creadores que se unen a él en este esfuerzo, y en este caso, son el escritor Tini Howard y el artista Marcus To.
Howard se encuentra entre la nueva clase de talentos emergentes de Marvel, masticando los recientes éxitos de Strikeforce y Thanos, y definitivamente es adecuada para el tipo de voz que Excalibur requiere. Como ya se ha visto especialmente con Strikeforce, Howard puede equilibrar un equipo grande y variado con historias con sabor sobrenatural, y eso es precisamente lo que es esta colección. Si bien Betsy es sin duda la protagonista, todos los demás en el elenco, que incluye a Rogue, Gambit, Jubilee e incluso Apocalypse, tienen un momento para brillar. En particular, me encanta su caracterización del nuevo En Sabah Nur, que sigue siendo intimidante y duro como siempre, a pesar de su perspectiva cambiante sobre la especie mutante.
El arte de To está muy en línea con lo que hemos visto de Pepe Larraz y R.B. Silva en House of X y Powers of X, respectivamente, lo que presta cierta cohesión a la estética general de DoX. Dicho esto, puede jugar con los diferentes temas que vimos en estos números —Krakoa, Otherworld, magia—, lo que evita que su arte se sienta circunscrito a una sola temática. Su línea fina le da mucho trabajo al colorista Erick Arciniega, optando por coloridos efectos para representar magia y cosas por el estilo.
Si bien no ha sido el mayor éxito de DoX, Excalibur marca un comienzo sólido para el uno de los títulos más especiales del relanzamiento. La serie se las arregla para incluir algunas de los elementos familiares de la franquicia, al tiempo que aporta muchas novedades, logrando proyectar personajes icónicos como Betsy Braddock y Apocalypse con nuevos tonos dramáticos, incluso si el resto del elenco no deja una impresión tan fuerte.
FALLEN ANGELS
Fallen Angels fue la última serie de Dawn of X en estrenarse hasta que la segunda oleada llegue en 2020, y quizás sea la más peculiar de todas, lo cual es mucho decir.
Tomando prestado el nombre de una oscura miniserie de los años 80, Fallen Angels presenta una premisa muy diferente y un personaje principal inesperado, la escultural ninja Kwannon. Si no las conoces por su nombre, definitivamente sí conoces su rostro, ya que su cuerpo es el que Betsy Braddock —la nueva Captain Britain, anteriormente Psylocke— usó durante décadas hasta hace muy poco. Con Betsy de vuelta en su cuerpo original, ¿dónde deja eso a la resucitada Kwannon? Con su pasado borroso como asesina, ¿pertenece realmente al paraíso mutante de Krakoa? Esa parece ser la pregunta principal para avanzar con esta serie: ¿a dónde perteneces realmente si tu vida y tu pasado te define?
El primer número arranca directamente después de los eventos de X-Force # 1, por lo que leerlo, además de dar más información sobre el estado actual del mundo X-Men, te ahorrará un spoiler importante. Pero al parecer, Fallen Angels utilizará la trama general de Jonathan Hickman solo como punto de partida para las tramas, ya que el drama de los personajes que serán explorados por el escritor Brian Hill y el artista Szymon Kudranski bebe más de su pasado que de temas comunes a la mutantidad. Hay una oscuridad siniestra subyacente en la historia de Hickman hasta el momento, y no me sorprendería si aquí es donde se manifiesta gran parte de eso, ya que está tocando abiertamente lo que le sucede a las personas excluidas del paraíso soñado.
Fallen Angels también continúa la racha de estos nuevos libros X que se sienten distintos unos de otros mientras todavía juegan un papel en un todo más grande. En comparación con los otros títulos de Dawn of X, este tiene una sensibilidad de horror palpable que no esperaba, especialmente dado el elenco de personajes, que incluye la mencionada Kwannon, así como X-23 y Kid Cable, con las próximas incorporaciones de Husk y Bling. Todos estos personajes tienen un reclamo razonable de sentirse excluidos del género mutante convencional por cualquier razón —no pasar por humanos, habilidades que no son útiles en combate, una historia de asesinatos, etc.—, y estoy muy interesado en ver cómo se desarrolla ese aspecto a lo largo de la serie. También está la potente metanarrativa de Hill, una persona de color, que es quien escribe una serie sobre minorías oprimidas que se sienten marginadas dentro de un grupo de por sí minoritario.
Diría que el guión de Hill es un poco más sólido que el arte de Kudranski, coloreado aquí por Frank D'Armata, que parece una especie de cruce entre Greg Land y el moderno Mike Deodato Jr., sobre el que no estoy totalmente decidido. Puede decirse que las imágenes con sabor a terror del libro agregan una dimensión interesante que mejoran lo que Hill ha escrito en la página, pero en momentos las ilustraciones se sienten un poco turbias, carecen de definición, y a veces fallan en los rostros. En cualquier caso, la serie tiene un aspecto distinto de otras obras vistas en Dawn of X, y eso debe ser destacado.
Para ser sincero, había pocas expectativas respecto de este debut, pero Fallen Angels es una de las mayores sorpresas, y una adición sólida a esa alineación. Estos números arrojan luz sobre uno de los personajes X más misteriosos, demostrando que la paz no es la respuesta para todos los mutantes. Asumiendo que la serie sea capaz de desarrollar un poco más la dinámica de su equipo, y resolver sus problemas visuales, la colección podría convertirse en algo realmente especial.
Hasta acá nuestro repaso a las seis series de la primera oleada de Dawn of X. Esta semana se pondrán a la venta algunos #3, así que suponemos que la máquina se mantendrá aceitada mientras esperamos el debut de otras colecciones como X-Corp, Giant-Size X-Men, Wolverine, The X-Cellent —cuyo prólogo conocimos en el especial Giant-Size X-Statix #1— y un titulo aun sin nombre dedicado a Moira X.
Como vemos, hasta ahora las series demuestran tener características distintivas unas de otras, así que sin duda todos los fans encontrarán algo para ellos. El nuevo día ya está aquí, y los mutantes están sabiendo brillar a la altura. Hoy más que nunca, la X marca el lugar.