Batman en la era de Tom King: "I Am Bane / Annual #1" (2017)
Mientras Batman y Catwoman empiezan a valorar cada vez más el espacio que tienen juntos, el regreso de Bane a Gotham es tomado con todo el escándalo que merece. Tom King junto a David Finch (que vuelve del primer arco) se encargan del primer bajón de calidad notable de la serie, en un arco que abarca desde el #16 hasta el #20.
Si te los perdiste, pasa por los artículos de los arcos anteriores:
El por qué I Am Bane no logra los niveles de su predecesor es debido a que se siente un trabajo menos profundo, una versión más directa del enfrentamiento previo, sin el toque más ominoso y pretencioso que tan bien le sentó a la anterior y exagerada aventura. I Am Bane es mucho más directa, con el villano llegando clara y firmemente a la ciudad para ejercer venganza sobre el murciélago. Lo más simplista de la propuesta nos permite ver que, por ejemplo, se cae en intensos cliffhanger que resultan en nada grave posteriormente, y el más evidente al final del primer número: los tres Robins aparecen colgados en la Bat-cueva. Solo se salva Tim porque, bueno, se presumía muerto en ese momento (y Duke que decidió ser más obediente y salirse de la primera línea). Dada la forma en que estaban colgados, uno podía esperar encontrarlos muertos, pero no, al otro número están recuperándose en la Fortaleza de la Soledad, más como una forma de evitar que entren en combate que por su salud producto del ataque. Sí, de ese ataque nunca más sabremos.
Bane supuestamente va por el Psycho Pirate nuevamente, y por fin podemos verlo en acción trabajando en la recuperación de Claire, la Gotham Girl. Pero al no llegar solo decide dejar fuera de combate al resto de aliados de Batman (como Duke, Gordon o Catwoman). En el #18, cuando estamos ad portas del enfrentamiento de puños de rigor, Tom King recoge nuevamente uno de los mejores recursos que tiene el personaje de Bane como adversario de Batman: La comparación de orígenes, de traumas infantiles, de recursos y de enfoque de esa rabia y dolor. Como dice Bane, golpeando repetidamente a Batman en lo que parece una victoria: "Yo no soy un niño rico jugando a disfrazarse". El engaño nuevamente aparece de la mano de Cat, que ya había jugado un rol similar en el arco previo, y sí, es como si todo nuevamente hubiera sido planeado meticulosamente antes, y poniendo al lado de los buenos en una posición de ventaja ya desde la mitad del arco. Es por lo mismo que la sensación de sorpresa y asombro es menor, e incluso uno podría empezar a sentir lástima por Bane, no sabe en lo que se está metiendo.
Cuando Bane se enfrenta a todo el Asilo Arkham, el cansancio es palpable. Sí, es un festival de personajes para que Finch los dibuje, y sí, Riddler juega sucio y referencia un evento pasado que parece histórico, épico y temible pero que aún no es contado. Levanta expectativas que no necesariamente serán cumplidas. Finalmente se enfrenta a Bruce en un duelo sangriento y con algunas buenas viñetas de Finch (que solo destaca en los momentos más musculosos y típicos de la acción superheroica). La victoria de Batman es predecible, anticlimática y se encuentra cruzada por una visión de la madre de Bruce, una que busca explicar lo que ha sido todo este casi primer año de la serie, unir la posibilidad de la muerte de Batman en el #1 con el poder rendirse, descansar una vez muerto. El recurso parece sacado muy de la nada, y no encuentra mucha repercusión en números posteriores. Es quizás solo un contrapunto con la futura aparición de un cierto Thomas Wayne más adelante.
I Am Bane es un arco de cinco números que fácilmente pudo ahorrarse dos. Probablemente solo dos números muestren el nivel de arcos previos (el inicial, con muy divertidas conversaciones familiares en un local de comida rápida; y el ya mencionado #18), mientras que el resto nos reflejan un autor con talento pero que en ocasiones alarga innecesariamente las historias con momentos que parecen más importantes de lo que en verdad son. Siendo honestos, con 18 números a manos de King, 3 números de relleno no parecen tan terribles, si acaso solo molestan por el nivel mostrado previamente, sobresaliente, donde aquí es más mediocre y típico. En términos de trama no aporta mucho, y en lo que es el "plan maestro" del villano, no estamos ante ninguna pista o sospecha de que todo esto pudiera ser fácilmente orquestado o simulado. Solo seguimos viendo el supuesto ascenso a la victoria del personaje.
Good Boy
Habíamos olvidado la historia corta que nos dejó el primer Annual de la serie. Este fue publicado el 30 de noviembre del 2016 (durante el arco de I Am Suicide), y cuenta con la participación de varios artistas que contribuyen alguna historia corta. En el caso de Tom King, participa junto a David Finch en una historia centrada en Alfred y la perrita Ace, un animal traumada y usado por el Joker para actividades criminales.
La historia es tan corta que resumirla es casi quitarle toda la diversión, sin embargo logra transmitir una emoción recurrente, que es poder centrarnos en la figura de Alfred como una especie de figura paterna de Bruce, observando y cuidándole incluso sin que este se percate. Este punto ciego de Bruce, pareciera solo ser brindado por la familiaridad de los personajes, dado que es normal que de hecho un miembro o figura paterna se haga cargo de dificultades que el menor ignora. Ese cariño al personaje de Alfred fue bastante claro en el primer año al mando de Tom King, y ciertamente se volverá a ella en sus números finales (aunque con menor gracia).
No podemos dejar de notar el tono un poco más "camp" que goza esta mini-historia. No por nada rescata un personaje propio de las más desopilantes aventuras de los 50s del murciélago. Es en estos pequeños momentos, casi cuentos, que King demuestra el por qué fue elegido para tomar las riendas del personaje. Están los méritos y Good Boy es otro de los momentos esenciales de "lo mejor" de el Batman de Tom King, y no por nada se ganó un Eisner a "Mejor Historia Corta".